Bueno, ya estoy de vuelta con un nuevo fanfic. En este a través de historias mostraré mi teoría sobre el juego FNAF.
Como siempre destacar que los personajes no me pertenecen; ellos y el videojuego son de Scott Cawthon.
Espero que les guste
"No hay nada debajo de tu cama, cariño, ahora duérmete" me dijo afectuosamente mamá.
Pero ella se equivocaba, sabía que por la noche me atacarían esos horribles muñecos y ellos se encontraban en aquel nuevo restaurante a poca distancia de mi casa… lo más curioso era que al resto de compañeros de mi clase les encantaban…
Todavía recuerdo la primera vez que vi el anuncio, un horrible robot con forma de oso dorado cantaba mientras dejaba ver sus horribles dientes, pero el más terrorífico sin duda, era el pirata que, curiosamente era el favorito de la mayoría, y eso incluía a mi hermano mayor que, incluso se había comprado una máscara.
"¡Solo a los enanos como tú les da miedo esos robots!" me dijo él "¿Qué pasa? ¿Tienes miedo a Foxy? ¿Sabes que a él le encanta meterse en las habitaciones de los niños para comérselos?"
"¡Cállate, se lo diré a mamá!"
"¡Miedica! ¡Miedica!"
Esa noche fue la primera en la que mi hermano mayor me asustó, esperó a que me fuera a mi cuarto y, cuando estaba distraído, saltó del armario con la máscara de Foxy puesta gritando. Mamá le castigó sin tele, pero a él no le importó y tomó por costumbre darme sustos con aquella maldita máscara.
Lo odiaba, odiaba a mi hermano y aquellos malditos robots, todos eran igual de malos, el oso, el pollo, el zorro pirata… ni siquiera a mi mejor amigo parecían molestarle esos robots, al contrario, él me decía que le encantaban, que si él pudiera de alguna manera incluso les daría vida…
Se acercaba mi cumpleaños, de hecho ya sabía lo que me gustaría que me regalaran mis padres o alguno de mis amigos, había visto un camión de bomberos muy chulo en un escaparate; me imaginaba a mí mismo de mayor, convertido en bombero luchando contra las llamas mientras salvaba a un bebé de un edificio en llamas y recibía los aplausos de la gente; sí, entonces sería valiente y ya no me darían miedo nunca más esos malditos muñecos.
Sin embargo, mis padres iban a celebrar mi cumpleaños en el restaurante donde se encontraban aquellos muñecos.
"¡Por favor, mamá! ¡No quiero celebrarlo allí!"
"Pero si a tus amigos les encanta Fredbear's family dinner, allí se lo van a pasar mejor"
"Pero mamá…."
"¡No hay peros que valgan! ¡Tu padre y yo ya hemos hecho la reserva!"
Mamá estaba decidida a celebrar allí las fiestas, de nada me sirvieron mis lloros y ruegos y papá tampoco quiso prestarme ayuda alguna; mi hermano se reía de mí más y más cada día y encontraba nuevas formas de asustarme como esconderse detrás del sofá para saltar encima cuando yo me sentaba.
Llegó por fin el día de mi cumpleaños, para mi desgracia solo pudo venir mi mejor amigo, el resto no lo había hecho, así que mi hermano mayor había llevado a algunos amigos suyos; mi amigo quería ir a jugar a las recreativas, pero yo no podía apartar la vista de los espantosos muñecos; eran mucho peor en persona, sus ojos carecían de brillo, era totalmente negros, sus dientes estaban afilados y oxidados, y además eran enormes; y ninguno se salvaba….¡Tenía que huir! Corrí por todo el pasillo hasta llegar a la calle donde me puse a llorar. ¿Hasta cuándo tendría que vivir tan cerca de aquel lugar y de sus horribles muñecos? ¿Por qué no podía huir? ¿Hasta cuándo mi hermano me seguiría asustando? Y hablando de mi hermano, apareció poco después con sus amigos, todos llevaban máscaras de los muñecos puestas.
"¡Mirad! ¡Si está ahí mi hermano el miedica! ¡Le tiene miedo a unos simples robots!"
Los otros comenzaron a reírse también.
"¡Seguro que aún no se ha leído ni el primero de Harry Potter!" añadió uno de sus amigos, que llevaba la máscara del muñeco en forma de oso.
"¡Si se va a hacer caca en los pantalones!"
Todos rieron una vez más, y de repente me aprisionaron entre todos; intenté escapar, pero era inútil, ellos eran mayores y más fuertes.
Me arrastraron entre todos, diciendo que me iban a dejar encerrado en el almacén, pero se pararon ante el oso, y sus caras reflejaron una sonrisa malévola.
"¡Vamos a dejar que te dé un gran beso!"
Me di cuenta de lo que pretendían, y comencé a pedir ayuda a gritos; pero mi madre no me oía; mi mejor amigo sí me oyó y trató de correr a ayudarme, pero uno de los matones le cortó el paso y no lo dejó avanzar más.
Me metieron en la boca del muñeco; no aguantaba estar allí, era demasiado estrecho, y olía muy mal… traté de salir pero no podía; comencé a desesperarme; entonces oí un chasquido y sentí el dolor más grande que jamás había sentido en mi vida…
Lo siguiente que recuerdo, era estar en mi habitación. Estaba todo oscuro, y aunque encendiese las luces seguía oscuro… me pareció oír un ruido fuera de la habitación, así que agarré una linterna que tenía en mi mano derecha para echar un vistazo… miré una de las puertas de mi habitación… y lo vi; uno de los muñecos estaba al final del pasillo, el que tenía forma de conejo, solo que era aún más terrorífico, sus ojos eran brillantes y sus dientes afiladísimos y estaba todo oxidado; extendió sus manos hacia mí y vino corriendo, así que cerré la puerta a toda prisa; pero aún había otra puerta por la que poder escapar, o eso pensaba, pues cuando la abrí ya estaba esperándome otro de los muñecos, esta vez la que tenía forma de pollo, y era horrorosa, los dientes de esta eran incluso más afilados que los del anterior; cuando fui a cerrar la puerta trató de impedirlo empujando desde el otro lado, pero logré encerrarme dentro.
Pero no estaba seguro; del armario y la cama salieron dos más; el de oso y el zorro ambos igual o más terroríficos que los anteriores, ya que el zorro tenía buena parte de su hocico al descubierto y ambos avanzaron hacia mí que estaba acorralado en una esquina… pero cuando pestañee ya no estaban; y el reloj marcaba las 6:00 A.M…
Poco más tarde volví a encontrarme en una situación parecida, pero ya sabía lo que tenía que hacer, cerrar las puertas, el armario y vigilar la cama por si aparecía alguno de ellos... y mientras, pensaba qué hacía allí y qué estaban haciendo mis padres, mi hermano y mi mejor amigo…, tal vez se habían ido de vacaciones, aunque entonces me habrían llevado con ellos; o quizá esto fuese una especie de prueba… sí, tenía que ser algo por el estilo, aunque… ¿por qué me habrían seguido aquellos horribles muñecos a mi casa? No encontraba solución a mis preguntas…
Y finalmente, encontré una fila de muñecos de aquellos animales, curiosamente la del zorro no tenía cabeza, la máscara que mi hermano usaba para asustarme… y hablando de mi hermano… oí una voz parecida a la suya en la distancia.
"Debes de ser fuerte; no importa lo que pase, yo siempre estaré allí para ti"
Los muñecos comenzaron a desaparecer, al igual que mi habitación; me encontraba flotando en la oscuridad más absoluta… ¿O no? Al fondo se veía una luz, fui hacia ella… y ya no me preocupé de nada más.
Bueno, pues hasta aquí llega el primer capítulo. A ver soy solo un fan más, no creo ni mucho menos que esta teoría sea la verdadera, ya que el único que sabe qué sucedió en verdad es Scott Cawthon.
Intentaré actualizar el fic para la semana que viene.
