Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, si no a la gran Rumiko Takahashi, y las estrofas de la canción que aparecen aquí le pertenecen a el cantante Makano y bueno lo cantó con dos chicas, Monica y Josenith, pero prefiero cuando la canta con Monica, bueno ahora que les e dejado las cosas claras.
Lo publiqué antes, pero se borró de casualidad -fue mi hermana- y tuve que subirlo de nuevo, deseo que les guste, tanto a los que ya lo leyeron como los que no :D
Ahora
¡A LEER!
TU NOMBRE EN MI CUADERNO
Cap 1
"Ahora se va,
porque sus padres decidieron cambiarla de escuela,
para que aprenda más, pero de algo no se dieron cuenta,
de que tu la querías,
de que tu la adorabas,
amigo se muy fuerte y ya no sufras más"
– Si Miroku, tal y como oíste, Kagome se fue de Japón – habló un peliplateado de ojos dorados como el sol de verano, pero que en ese mismo momento, se habían opacado, como dando a entender de que iba a llover de preocupación y angustia en su ser al arrancarle de su lado al amor de su vida.
Estudiante de marketing empresarial, el joven Inuyasha Taisho, codiciado por todas las mujeres del campus, pero solo una chica logró captar su atención, la estudiante Kagome Higurashi, aún en el colegio "GOSHIMBOKU" ,ambos se conocieron una tarde en la universidad del ojidorado, "Shikon", conocido por ser el mejor del estado y sólo los hijos de las más adineradas familias entraban ahí.
-. -. -. -. -. -. Flash Back -. -. -. -. -. -.
– Estudiantes, pasen por aquí – les decía una profesora a los estudiantes del colegio GOSHIMBOKU en un recorrido por las instalaciones de la universitad Shikon, un sueño, el cuál albergaba en cada uno de los alumnos que veían cada una de las aulas, sabiendo que solo el cuarto del último año lograba entrar, y a ellos solo les faltaban 2 años – Este es el salón de Biología, el de al lado es de Química y el que le sigue es el de Botánica, al frente tenemos el salón de Agroindustrias.
– Creo que la profesora no se va a cansar de explicar la sección de Especialidades en el ambiente, ¿verdad? – le susurró Sango Taijica, una chica de 17 años, de cabello castaño y ojos de igual color, con un buen cuerpo que fácilmente haría notar las arduas horas haciendo spinning, yoga y llendo al gimnacio, a su amiga Kagome Higurashi.
– Si, creo que si, pero a mí no me importa, mejor está la Especialidad de Administración, o la Especialidad en Doctorado, ¿verdad? – pregunta la chica de unos 16 años, con cabellos azabache, ojos chocolates debajo de unas hermosas pestañas largas, si existía la perfección, ella era una muestra ideal de ella, por su belleza, sus virtudes, valores y, sobretodo sus sentimientos.
– Señoritas, ¿qué están cuchicheando? – preguntó la profesora que lentamente y sin que se dieran cuenta, se acercó hasta ellas para saber de que tanto hablaban – si tanto les interesa esas secciones – habló con cierto tono de fastidio – entonces vayamos allá.
– ¡Siiiiiiiii! – Gritaron ambas, atrayendo la atención de sus compañeros.
– Shhhh – les dijo la docente – acuérdense que están en clase, así que por favor guarden silencio.
– Esta bien – dijeron ambas al unísono y bajito.
Caminaron a través del mini- edificio que se encontraba en medio de un campo con flores y algunos frondosos árboles. El sol quemaba, literalmente claro, los pájaros cantaban alegremente, parecía un lugar agradable para estudiar, ya que no era un edificio exactamente, solo contaba con 3 pisos, cada uno muy grande, ya que en la azotea habían unos paneles solares, digno de un buen proyecto escolar por los alumnos de Tecnología y Ambiente, situada en el segundo piso, junto a el área de veterinaria y zootecnia.
Hasta que llegaron al verdadero edificio, todas las materias en los que los trabajos eran bien remunerados.
– Muy bien señoritas, esta es el área de Doctorado, pasen.
A Kagome realmente le fascinó ver a los universitarios practicando con un maniquí en cada una de las áreas, bien sea Obstetricia, Pediatría, Cardiología hasta la sala de operaciónes y la de curaciones.
– Ahora, pasaremos a la sección de Administraciones y trabajos bien remunerados.
Ambas se fascinaron, el sueño de Sango era estudiar como diseñadora gráfica, y no era para más, cuando tenías a una excelente pintora, dibujante y creadora como amiga de Kagome, quién le fascinaba el mundo de los números, la contabilidad le apasionaba, de grande quería hacerse cargo de las finanzas de una gran empresa.
El timbre sonó estrepitosamente y ambas chicas dieron un pequeño saltito asustadas.
– Bueno chicos, tienen una pausa para poder ir a la cafetería de la universidad, tomarse un lonche y cuando vuelva a sonar la campana nos vemos en el Área Deportiva, ¿de acuerdo? – preguntó la maestra al ver la sonrisa y la cara de angelitos de los alumnos.
– Si profesora Mishikawa – dijeron todos al unísono
– Muy bien – dicho esto, la maestra se dirigió a la cafetería, seguido de casi todos los estudiantes, a excepción de dos curiosas chicas que querían ver sus "futuras aulas".
– Kagome ven aquí mira los planos gigantes de mapas – suspira – algún día me gustaía diseñar uno tan grande como ese que esta ahí – le dijo Sango poniendo cara soñadora – Oye Kagome, ¿me escuchas? – se volteó a ver a su amiga, pero ella no estaba ahí.
"¿Adónde se habrá ido?" pensó Sango
Mientras tanto, Kagome se había ido corriendo a el aula denominada "E 1", cuando de repente... sólo pudo ver ver una pared.
– Auuuuuch! – gritó la azabache cuando se dio cuenta de que no era realmente una pared – ¿Qué te pasa?
– Lo siento, me distraje, tenía que dirigirme rápidamente a mi siguiente clase – lamentó el chico quién se había levantado y tratado de ayudar a la chica a hacer lo mismo, dándole la mano.
– ¿Siguiente clase? Pero aquí solo dan una clase por especialidad y por día, ¿Verdad? – preguntó la chica, tomando la mano del chico y una vez parada, posó sus chocolatosos ojos en los de oro fundido de los de él.
– Si, pero no cuando estudias lo que yo estudio – respondió el ojidorado, apartando la mirada para no dejarse ver su obvio sonrojo.
– Y, bueno, ¿Qué estudias? – preguntó la ojichocolate, apartando la mirada por las mismas razones que él.
– Esa no es una pregunta que se le hace a un extraño el cuál acabas de conocer y con quién tropezaste – dijo él con una gran sonrisa.
– Bueno, primero dime, ¿Cuál es tu nombre? – él iba a responder cuando ella siguió con sus preguntas – ¿Cuántos años tienes? ¿Vives con tus padres? ¿Cómo llegaste a esta universidad? ¿Qué sabor de helado te gusta tomar? ¿Cuál es tu libro preferido? ¿Cuál es tu hobbie? ¿Tienes mascota?y la pregunta final, ¿Qué estudias?
– Jajaja – se rió el ojidorado, algo que le pareció muy lindo a la chica porque logró ver sus resplandecientes dientes blancos – Haber... me llamo Inuyasha Taisho, tengo 20 años, no vivo con mis padres, pero logré entrar aquí por ellos, me gusta el sabor chocolate, mi libro preferido es "Romeo y Julieta", mi hobbie es escuchar música y cantar canciones con mi guitarra, natación, agrego que me encantan los deportes extremos, tengo una perrito llamado Shippo y estudio... Marketing...
– Ufff, pues con razón tienes que quedarte al cambio de hora, debes de estudiar como 3 materias, ¿verdad? – preguntó con inocencia y empezando a caminar junto a él, acompañandolo hacia donde se dirigía.
– Si, ahora me toca a mi, responde a las preguntas que me hiciste – le dijo él con una sonrisa como la que había dejado ver hace unos momentos.
– Bueno, Soy Kagome Higurashi, tengo 16 años, si vivo con mis padres, llegué a esta universidad como recorrido de la escuela Goshimboku, también me gusta el helado de chocolate, me gusta el libro "Orgullo y Prejuicio", tengo un gato grande y gordo llamado Buyo, mi hobbie es cantar y bailar, mmm...
– No me digas que solo eso - dijo Inuyasha
– Es que verás...
– Solo Dilo – el la alentó
– Es que, mis amigas me dijeron que soy muy buena para gimnasia, pero a mi me gustaría estudiar contabilidad.
– Wow, ese es un curso fuerte pequeña – dijo él, viendo la reacción de sonrojo que produjo en ella esa sencilla palabra. – al menos para ti.
– ¿E...Enserio? – dijo ella nerviosa por cómo la llamó.
– Si, de hecho, el salón al que me dirijo es justamente al de esa especialidad.
– ¡Vamos! ¡Quiero verlo! - dijo ella con mucha emoción, mientra que él la miraba a los ojos, los cuales estaban brillosos, parecían una cortina transparente de talentos y emociones.
Llegaron a un aula con cuadros de estadísticas, una imagen con la ecuación de "pi"
– ¿Y?, ¿Qué dices?, ¿Te gusta? – dijo él con una voz tierna, propia de un joven de 16 años.
– ¡Sí! muchísimo – respondió ella acercándose a una de las mesas de cristal para los alumnos que se encontraban ahí y se sentó en una de la sillas giratorias, también para el alumnado.
– Si quisieras estudiar aquí, buueno, tus padres tendrían que pagar una suma fuerte de dinero.
– Pffff, eso no importa, mi padre es comerciante y mi mamá una empresaria exitosa – dijo ella con aires de superioridad, algo que le dió gracia al ojidorado.
– Ya veo de donde te encantan las matemáticas.
– Si ya lo sé...
Él sacó uno de sus libros que se encontraban en su mochila, lo puso en la mesa en la que se encontraba la chica, lo abrió y se puso a resolver problemas, bajo la atenta mirada de ella
– Y. .. – Kagome decidió mameluco del silencio – mmm ...
– ¿Qué pasa pequeña? – le pregunta el ojidorado sin despegar su concentrad mirada del libro.
– Bueno... ya... ¿So-somos amigos? – pregunta ella con un ligero sonrojo, a lo que él levanta la mirada y se encuentra con dos orbes chocolates y sonríe.
"Se ve tan hermosa con sus mejillas color carmín" pensó él – Sí, por supuesto que sí, ¿Por qué lo dudas?
– Es que... solo...preguntaba... – dijo mientras seguía con el fuego en sus mejillas y sacaba un cuadernillo de el bolso de cuero rojo importado – Mi...mis amigos y amigas llenan esto, quisieras llenarlo para mí – dijo ella aún sin abandonar su sonrojo que cada vez se hacía más fuerte.
– ¿Claro, de qué se trata? – pregunta al ver la portada del cuadernillo : SLAM - decía el objeto, con las palabras recortadas de hojas de colores y los bordes con un poco de escarcha, muy a lo niña de 10 añitos, pero le gustaba que fuese aniñada, de seguro también sería mimada, puesto que con esa cara de ángel, no creía que alguien le hubiese negado nada en su vida.
– ¿Nunca has llenado un Slam? – pregunta ella, y al ver su negativa, decide explicarle en que consistía – un Slam es un cuaderno, en donde tus amigos escriben sus características, domicilio, fecha de cumpleaños, en fin...un montón de preguntas, y al final deben de dejar un recuerdo, algo así como un mensaje de aliento junto con tu firma.
– ¿Y porqué lo último? - pregunta él
– Por... si es que no nos volvemos a ver, siempre tendré presente tu nombre en mi cuaderno.
– Si es así, lo llenaré, dame... – pero el cuaderno ya no se encontraba en frente de él – ¡Hey! ¿Por qué te lo llevas?
– ¡Si quieres escribir en él alcánzame! – dijo ella riéndo con su dichoso cuaderno en la mano.
– No es necesario que me lo digas, eso es lo que voy a hacer – con una gran sonrisa, perseguía a la escurridiza Kagome, quién evadía mesas sillas, hasta que con una de las patas del pupitre del profesor se tropezó, Inuyasha se le había adelantado, por lo que ella cayó encima de él con tal fuerza que los mandó a ambos al suelo.
– Jajaja, no me había divertido así en años – dijo Inuyasha riéndose muy fuerte sin ver en la situación en la que se encontraban, ella encima de él, mientras que él la abrazaba fuertemente de la cintura carcajeándose por la torpeza de la chica.
– E-e...este...I-Inu-Inuyasha – al parecer ella si se dio cuenta, y se lo hizo saber a él mientras se levantaba de su sitio y la contemplaba minuciosamente.
"En realidad es muy bella" pensó
– ¡Hey! – le gritó ella mientras chasqueaba sus dedos en frente de sus ambarinos ojos y así poder bajarlo de la nube en la que se había quedado.
– ¿Eh? – la miró hacia sus resplandecientes ojos – ¡Ah! ¡Sí! claro, dame tu cuaderno.
– Toma – dijo ella, pero cuando este lo iba a tomar, ella lo retira de sus manos – Pero que quede claro que no me ganaste, ¿Bien?
– Pero... – decidió dejar las cosas como estaban, solo quería verla sonreír – Está bien.
– ¡Si! – dijo ella, y como leyéndole los pensamientos, esbozó una gran sonrisa y le puso el cuaderno en las manos, haciendo que sus dedos se tocaran y ambos sintieran como si una corriente de electricidad les corriera por el cuerpo.
Mientras él llenaba cada página, ella observaba su libro de Contabilidad III.
– Toma, aquí está – dijo él poniendo el cuadernillo en frente de ella.
– Muchas... – suena la campana – ¡Ahhh no!
– ¿Qué pasa ? – pregunta Inuyasha
– Lo que pasa es que mi maestra me dijo que nos iba a esperar a todos en el área deportiva, ¿me dirías como llegar allí? – preguntó inocentemente
– Claro – la tomó de la mano y la sacó del salón con delicadeza – mira, te vas por este pasillo de frente y bajas aquellas escaleras, luego,una vez que estés afuera, a lo lejos, a la izquierda, vas a ver una fuente con un ángel como estatua, sigues caminando de frente y vas a encontrar la cancha de fútbol y la pista para correr.
– Oh, muchas gracias Inuyasha – dijo ella, pero antes de alejarse, se voltea, y aún con las manos entrelazadas a las de él pregunta – ¿Te volveré a ver?
– Tal vez si, tal vez no, el pasado es historia, el futuro es lejano, pero el presente es un misterio que con el tiempo nos aclarará dudas.
– ¡Wow! Además eres poeta – le dirigió una sonrisa y soltando sus manos con un leve sonrojo, viendo como otros alumnos se aproximaban a el dichoso salón para sus clases – Ya me tengo que ir, adiós.
– Adiós – le dice él en un susurro que solo ella pudo oír, como si ambos estuvieran conectados, sin escuchar y/o sentir lo que pasaba a su alrededor.
– Oye amigo, ¿pasa algo? – pregunta su mejor amigo Miroku, un chico de 20 años con el cabello negro y lacio amarrado a una coleta, con un bien trabajado cuerpo cubierto por una camisa azul, que contrastaba con sus ojos del mismo color, con los tres primeros botones desabrochados, un jean color plomo con el diseño desgastado y unas converse blancas y negras, se conocían 10 años atrás, después de que ambos se conocieran por mera coincidencia en una estación policial, pero esa es historia a parte.
– No, no, tu ve a tu casa que tengo clases.
– Como usted diga, esperaré a que mi amada sanguito regrese de su excursión, está aquí en el campus pero no la puedo ver, su maestra me da miedo.
– Ve rompecorazones – Miroku lo miró con el ceño fruncido – Porque eso eres un rompecorazones que algún día por ser mujeriego, ella te va a dejar.
– Ay amigo, si supieras que hace un mes que no veo a una chica que no sea ella – dijo suspirando, pero miró a través de el hombro del ojidorado y vió a su profesor que se aproximaba – será mejor que entres, Mukotsu llegó.
– Te veo luego Miroku.
– See ya – le dijo el susodicho
-. -. -. -. -. -. Fin del Flash Back. -. -. -. -. -. -. -
– Pero no los puedes culpar, tu tendrás 21 años, pero ella aún tiene 17, sus padres tienen derecho a llevársela y lamentablemente tu no puedes hacer nada amigo – dijo Miroku su mejor amigo, un chico de cabello negro amarrado a una coleta, tiene 20 años, estudiante de derecho.
– Tengo que hacer algo, no me puedo quedar así, además lo que su hermana les dijo a sus padres era falso, no soy una mala influencia para ella, solo está celosa porque me fijé en Kagome y no en ella – dijo Inuyasha con cierto rencor, recordando a la entrometida de Kikyo, hermana de su amada.
Ambas eran muy parecidas, pero algo las diferenciaba, no solo el cabello azabache largo que portaba la menor de las Higurashi, en comparación a el negro liso y largo de la hermana mayor, Kikyo, de 23 años, ni los ojos chocolatosos de Kagome, que cuando la mirabas sentías ternura por ella, en cambio, con la otra sentías frialdad ante la mirada opáca que dirigía, eran los sentimientos que cada una guardaba, una era un ángel bueno, servicial, cándido, bondadoso, como antes mencionado, tierno, modesto y amoroso, en cambio la otra era el mismísimo diablo, era mala, fría, sinverguenza, rencorosa, envidiosa y demasiado, demasiado lujuriosa, si nunca la hubiese conocido, nunca hubiera estado en esa difícil y tortuosa situación.
°.. ° °.. ° °.. ° °.. ° °. °.Flash Back °. °. °. °. °. °. °. °. °.. °
Se supone que los días Lunes son los peores de la semana, pero para Kagome, ese día era el mejor, ¿Por qué?, ¿Acaso era el grandioso resplandor del sol que se había asomado por su ventana desde temprano? ¿o era el cantar tan alegre de los pájaros lo que la tenía tan contenta?, francamente, ni ella misma lo sabía, puesto que solo tenía un leve presentimiento de que sería el mejor de su vida, rápidamente se levantó de su cama como si hubiera dormido cientos de años y se cansara de estar echada allí, rápidamente se lavó, peino su hermoso cabello azabache, dejando que ligeros rizos cayeran por sus orejas, se puso un ligero maquillaje y se vistió con su uniforme: una blusa blanca con corbata azul y un chaleco que portaba el nombre del colegio, junto a una falda color azulado, unas medias blancas y un par de zapatos negros.
– ¡Oye Kagome!, mamá te espera con el desayuno servido! – le llamó su hemana desde la planta baja de la casa.
– ¡Ya voy Kikyo! - responde su hermana saliendo de su cuarto a toda prisa y llegando a la cocina saludando a su rota y pequeña, pero unida familia – o eso creía ella – y saludó a todos, hasta a su regordete gato que yacía dormido cerca de su plato vacío en donde antes había atún.
Ella se encaminó junto a su hermana al colegio, pero en cierto tramo de el camino, ella se tenía que desviar, ya que se encontraba en otra universidad estudiando diseño de interiores – no es que no tuvieran esa materia en la Shikon, lo que pasó fue que sus notas del colegio no la ayudaban mucho, ni siquiera para pasar con beca, así que se conformó con la universidad Aratami.
– ¡Oye Kagome! – dijo ella llegando a la esquina en donde se separaban.
– Lo siento Kikyo, lo olvidé, tus amigas no deben verme, adiós – dijo ella para salir lo más antes posible de allí, pero su hermana la sujetó de la mano.
– ¡No! ¡Eso no tonta!, lo que iba a decir es que mires al chico que se encuentra al otro lado de la calle, ¿No te parece lindo? – le dijo Kikyo señalándolo.
– Kikyo, mamá dice que...es...malaa...e-educa-cación...se-señalar – dijo ella alzando la mirada viendo al chico que vió ayer en el recorrido a la famosa universidad.
– Mira ahí viene – dijo ella, y efectivamente, él se dirigió hacia ellas pero no presisamente para hablar con las dos
– Hola Kagome, ¿Cómo estás? – pregunta Inuyasha, ella iba a responder pero...
– Hola guapo – le respondió Kikyo – ella está bien, pero yo estoy mejor viéndote a ti – dijo sin pudor alguno, ella, aunque sus 22 años le daban cierta voluptuosidad en su cuerpo y cierta hermosura, a él no le interesó para nada, por lo que no dejó de ver a Kagome.
– S-si, estoy bien, me voy al colegio.
– ¿Quieres que te acompañe? – preguntó ella, nunca había pasado eso, nunca nadie alguien se había ofrecido a llevarla al colegio, eso solo pasaba con su dichosa hermana, pretendientes nunca le faltaban a Kikyo, pero a Kagome no se le acercaba nadie, a pesar de ser considerada una de las más bonitas de la escuela
– Oigan no me ignoren – chilló la Higurashi mayor.
– No hablo contigo, con quien quiero charlar es con ella, así que adiós, que nadie te llamó en esta conversación – la despreció con ojos de furia e ira, y eso hirió su hinchado orgullo de mujer.
– Basta Inuyasha, no le digas nada más, ahora mejor vamonos que de aquí se me va a hacer tarde por pasarme a hablar contigo.
– Esta bien, vamonos pequeña – dijo tomando su mano y viendo su sonrojo, definitivamente el día había comenzado super bien para Kagome,
"Esta me la pagaras kagome" – pensó su hermana con aires de venganza.
-. -. -. -. -. -.Fin del Flash back-. -. -. -. -. -.
Sigo o no sigo? díganmelo con un review, sí?
BYE
By: valeaome
