Disclaimer: Nada me pertenece, y bla bla bla….
Advertencias: Es Yaoi, punto. Es la primera vez en toda mi vida que escribo algo que tiene más de 20 páginas, esto vale de advertencia jajajajaja. Aja, tambien tiene mucho OOC y AU. Lo único que no tiene es a Teru u.u
Este fic va dedicado a Lavance (que antes tenía el nick de Neferura.K, ahora es Laugoth o algo por el estilo...) que fue la que me inspiró y la que me dio las ideas de este fic, y también la que lo pidió, y a Cari, que también me apoyó.
P.D: el título del fic, que esta en italiano, lo saqué de una canción, y llegaría a significar algo así como: Mientras tanto, di las cosas que piensas.
Ma dillo adesso cosa pensi
Capítulo 1
Estaba acostado en la cama, con el cuerpo desnudo de él a mi lado. Otra vez había caído en su trampa y terminé, como otras veces anteriores, acostándome con él.
Me moví un poco, revolviéndome entre las sabanas, sintiendo luego su respiración en mi cuello, me dio miedo voltearme y ver su rostro calmado, con aquellos mechones castaños cayéndole por el rostro.
Pero aún así lo hice, me di la vuelta y lo vi, durmiendo placidamente, completamente desnudo, sin pena alguna, sin arroparse, perdido en sus sueños.
Y lo peor del caso, es que no podía separarme de él, no porque no quisiera, o porque el hecho de haber tenido relaciones con él me iba a detener, sino porque yo mismo me encadené a él, para vigilarlo.
Y al parecer, no fue la mejor de las ideas.
No podía moverme ni un centímetro porque su cuerpo estaba demasiado cerca, pero, como siempre pasa cuando uno menos lo quiere, él fue el que se movió, haciendo que su cuerpo rozara el mío, haciendo que todos mis cabellos se pusieran de punta.
Sólo cerré los ojos y conté hasta diez, ignorándolo, hasta que, cuando los abrí, dos avellanas estaban viendo directo hacia mí.
-Buenos días, L- me dijo sonriendo de aquella forma que sólo el sabe hacerlo- ¿Qué tal dormiste?
-Bien, para que sepas...-le contesté de la misma forma que siempre lo hacía.
-No te duele¿o sí?- dijo riendo mientras se sentaba a mi lado y jalaba la cadena para que yo le imitara.
Y así lo hice, me senté a su lado, viendo luego como las sábanas se resbalaban por sus músculos, dejándome ver su miembro dormido.
-Tengo hambre...- le dije, levantándome luego- y me quiero bañar.
Todo el tiempo era lo mismo, Light me lo hacía, dormíamos, nos despertábamos, comíamos y a trabajar... pero no crean que es algo que pasaba todos los días, es solo algo... De a momentos.
Lo malo, es que esos momentos se repetían... Todos los días.
Pero ya estaba cansado, todo lo que el castaño hacía me interrumpía la investigación, hasta el punto que sólo lo que pasaba por mi mente era él, en todo momento, y, por si no fuese peor, el tenerlo a mi lado todos los días, todas las horas, todos los minutos y segundos hacía que mi mente volara a lugares prohibidos pero bien conocidos, hacía que recordase todas aquellas noches que habían pasado y me hacía imaginar las nuevas noches que tendríamos juntos.
...Porque yo no me canso de tenerlo en mí.
No había ni terminado de desayunar, cuando estaba detrás de mi, viendo por sobre mi hombro, apoyándose con una de sus manos en mi hombro.
-Oye, dame algo de esa cosa dulce y asquerosa que comes-me dijo, y yo, sin pensarlo mucho, le acerqué la cuchara llena de torta y él, acercando sus labios a ella, junto a mi cabeza, saboreó las fresas que se encontraban en la torta, mirándome luego a los ojos- Delicioso...-susurró, antes de tomar la cuchara de mis manos y agarrar un poco más, llevándoselo a la boca con delicadeza, casi que en cámara lenta, sonriéndome luego.
Y, para mi sorpresa, tomó otro pedazo, pero esta vez colocó el cubierto frente a mi boca, yo sólo la abrí un poco y él introdujo el dulce, y, sin esperar a que me lo tragara, acercó sus labios y me besó, de aquella forma dulce que siempre lo hacía, cuando no había nadie viéndonos.
-Hasta tus labios son dulces...- me dijo, sonriendo, sentándose en el borde de la silla en la que me encontraba.-Y más aún si tienen de esto...- con la punta de sus dedos, que acababan de pasar por sobre la torta, me tomó los labios, dejando toda la crema en ellos para luego volver a besarlos.
Yo bajé las piernas del sillón, pasando mis brazos por su cuello, profundizando el beso. Su lengua se introdujo en mi boca y yo con gusto la acepté saboreándola, sintiendo el dulce sabor de la torta. Movió su cuerpo hasta quedar frente a mí, y, sin esperármelo, se arrodilló en el sofá, frente a mi, sin dejar de besarnos en ningún momento.
Nos separamos por unos segundos, el aire nos faltaba, no pude esperar mucho antes de querer sus labios nuevamente, así que lo jalé por la nuca y volví a besarlo mientras él colocaba los pies en el piso y sus manos en mi cintura.
-Vámonos al cuarto...-me susurró al oído mientras me alzaba jalándome con sus manos y yo accedía por completo.
Me dejé caer en la cama cuando entramos, y él, con una sonrisa en los labios, se acostó sobre mí, besándome de nuevo, mientras yo lo abrazaba.
-No sabía...-me susurró mientras lamía el lóbulo de mi oreja- Que te gustara tanto...-comenzó a quitarme la franela, sin dejar de besarme- Ryuzaki...
Gemí cuando su lengua recorrió la parte trasera de mis orejas, estremeciéndome, y esto lo complació. Comenzó a frotar uno de mis pezones con el pulgar de la mano derecha, haciéndome gemir nuevamente, mientras sus labios se apoderaban de mi cuello. Mis manos recorrían su espalda, subiendo la franela, acariciando la piel bajo ésta, caliente como siempre, mi espalda se arqueaba con el tacto y mis ojos se nublaban.
Ahora mis manos acariciaban aquellos cabellos siempre arreglados mientras su boca dejaba marcas por mi pecho, su lengua humedecía mis pezones, haciéndome gemir cada vez mas y mas, enloqueciéndome por completo -...Light...- gemí, al momento en que su lengua pasaba por mi abdomen, alrededor de mi ombligo, y una de sus manos se introducía dentro de mis pantalones, acariciándome, haciéndome arquear mas aún la espalda.
Retiró la mano de los pantalones para poder abrirlos, y luego de haberlo hecho, se sentó, para poder removerlos, y junto a ellos se llevó la ropa interior, dejándolo todo tirado en el piso y me sonrió.
-Estás más feliz hoy que antes ¿eh? - me dijo burlonamente mientras posaba una mano en mi erección, haciéndome gemir-Y por eso, te voy a dar más felicidad que antes.
Yo sólo pude gemir su nombre mientras sus labios volvían a los míos y su mano se ocupaba de trabajar mi parte inferior, preparándome para lo que yo ya bien conocía, y que me encantaba.
Sentí como se introducía en mí, y gemí, como siempre, clavando mis dedos en su espalda, sintiendo la tela de la franela sobre mi pecho, y sus labios sobre los míos.
Respondí al beso y acaricié sus cabellos, para luego sentir aquel dolor que me daba tanto placer, y oír sus gemidos lanzados al aire junto a los míos.
Por más que quisiera, la magia no duró mucho, ya que unos minutos después, ambos estábamos, él sobre mí, en la cama, tratando de recobrar nuestras respiraciones, viéndonos a los ojos, y luego, Light sonrió.
-No importa cuanto dices y piensas de mí como Kira, pero te encanta lo que te hago.
-Me gusta...- le dije, sin cortar el contacto visual-...Hacerlo contigo, no con Kira- y le sonreí, lo que hizo que abriese los ojos y se dejara caer a mi lado, para luego reír un poco.
-Aún no sé cómo llegamos a esto...- me dijo, colocándose de lado para verme el rostro y yo hice lo mismo.
-Yo tampoco...- le contesté, suspirando.
-Pero sin duda...- acercó sus labios a los míos- Es la mejor decisión que he hecho- y me besó, mientras jugaba con mis cabellos.
Me levanté de la cama y lo vi, plácidamente dormido a mi lado, tan calmado, tan hermoso como siempre...
La cadena me estaba molestando y por ella no me pude mover lejos de la cama, así que decidí sentarme en ella con las piernas hasta el pecho, la sábana cubriéndome por completo y pensé. Pensé en todo lo que pasó, en cómo comenzó todo y recordé, a mucho pesar, que todo fue mi culpa.
Suspiré profundamente al recordar aquel día, y todo lo que sucedió hasta el punto en que terminamos juntos... y volví a suspirar. Nunca creía que iba a ser así, nunca, cuando accedí a conectarlo a mí, imaginé que terminaríamos como estamos, pero fíjate, que extraño es el destino.
Y, lo peor del caso es que a mi me encanta. Así de simple. Me encanta que me lo haga todas las noches, que me haga gemir su nombre una y otra y otra vez, que su cuerpo sudado se pegue contra el mío, que sus labios recorran mi piel, que sus manos me acaricien, me encanta todo lo que hace, me enloquece...
Un escalofrío me recorrió la espalda al acordarme, con lujo de detalles, todo lo ocurrido ése día... y, para que sepan a que me refiero, voy a decirles que fue lo que pasó, además, tengo todo el tiempo del mundo, ya que mi caramelo está completamente dormido.
Era un día normal, común y corriente como cualquiera, bueno, si a estar en una sala observando al Tercer Kira por las pantallas, planeando su caída y todo eso, en fin, era un día normal cuando Light se comió la mitad de mi torta de chocolates con fresas.
-¿Por qué?- le pregunté de forma seria- ¿Por qué te has comido mi torta?
-Tenía hambre- fue lo único que me dijo, sonriendo como siempre lo hacía- ¿Te molesta?
-Sí-le dije secamente-Y mucho... era mía- bien, en ése momento hice un puchero que asombró a todos los presentes y, a todos y cada uno de ellos, les envié una mirada asesina.- Ahora vas a tener que pedirme otra.
-¿Y qué pasa si no quiero?- me dijo, sonriendo mientras cruzaba lo brazos.
-Tienes que hacerlo- le dije, acentuando el tienes, y él, solo rió.
Poco después, ese mismo día, creo que eran como las 10 de la mañana, el teléfono de Light suena, resultando ser Misa, a la cual le cuelga y sonríe. -No voy a cita con ella...-me dijo, sonriendo, para, ya que estaba sentado a mi lado, susurrarme- Prefiero quedarme solo contigo.
Esas palabras me helaron la sangre y todo el cuerpo en general. Después comenzó a reírse, alejándose un poco de mi, mientras yo me servía una taza de té, y me comía un poco de azúcar. Lo malo es que él también tomó un cubito de azúcar y, pendiente de que yo lo estuviese viendo, se lo llevó a la boca de la forma más sexy y seductora que había visto en toda mi vida. Fue espectacular. Y lo peor, él es apenas un chico de 18 años. No puedo decir mucho de la edad ya que yo también soy bastante joven, pero es que... se veía tan espectacular, rozándose los labios con la punta de los dedos, cerrando los ojos, lamiéndose luego los rastros de granitos de azúcar de la comisura de la boca. Sus labios, de repente, se vieron más carnosos, provocativos y seductores que nunca.
Estuvo todo el día haciendo lo mismo que yo, provocándome cada vez que comía, susurrándome cosas mientras nadie nos veía, comiéndose mis tortas...
Hasta que llegó la noche. Ese fue el peor momento. Ese día todos se fueron a sus casas a pasarla con sus familias, menos él. Él se quedó conmigo, por la cadena que nos unía. Y ahí fue cuando me arrepentí de haberlo encadenado a mí.
Yo estaba metido en la ducha mientras él leía una revista en el piso de afuera cuando, de repente, abre las cortinas y sonríe, viéndome por completo, comiéndome con la mirada, sonriendo todo el tiempo.
-No sabía que debajo de esas ropas había un cuerpo tan bello...-susurró, comenzando a desabotonarse el pantalón, luego de haber dejado la camisa en el piso. -Te ves hermoso- me dijo, y yo me sonrojé, tomé la cortina y la volví a cerrar.
Segundos después, él estaba dentro de la ducha, detrás de mí, abrazándome por la cintura, con la cabeza apoyada en mi hombro.
-Y tu piel es tan suave...- me susurró al oído mientras paseaba su mano izquierda por mi abdomen y la derecha subía hasta mi hombro, masajeándolo- ¿Por qué nunca me dijiste eso?
-¿Y de que te serviría esa información?- le pregunté sin quitármelo de encima.
-Para más de lo que crees- Light sonrió y tomó mi mentón con su mano derecha, volteándome el rostro a mi izquierda y besándome, por primera vez, y yo, como todo idiota que soy, me dejé llevar, sintiendo sus cálidos labios sobre los míos, moviéndose, y después, su lengua dentro de mi boca, saboreándola.
Me separé de él y me lavé el rostro, cuando sentí sus manos en mi cadera, bajando lentamente, hasta que una de ellas se posó en mi miembro, lo que me hizo gemir y darme la vuelta tan bruscamente que me resbalé, pero él me sujetó por la cintura y me sonrió.
-¿Ves? No deberías huir de mi...-me dijo sonriendo de nuevo, tal y como a él le gustaba hacerlo.
-Cállate- le dije, tomando la toalla y cerrando la llave, luego de soltarme de su agarre, el cual no tardó en volver y se apoderó de nuevo de mí -Suéltame- le ordené y Light sólo rió.
-No quiero- y ahí comenzó mi perdición.
Sus labios besaron mi cuello y yo dejé escapar un gemido, sus manos me hicieron dar la vuelta y colocarme de frente a él, y ahora, otro beso ocurrió, esta vez más fuerte, más sensual, y mis traicioneras manos se posaron en sus hombros, abrazándome luego de su cuello, sin dejar de besarlo.
Con tropiezos y resbales me llevó hasta la cama, donde me dejó acostado con su cuerpo sobre el mío, donde comenzó a besar mi clavícula, para luego bajar y besar mi pecho, lamerlo, quitando las gotas de agua restante de el, acariciándome la pierna derecha mientras lo hacía, apoyado con la mano derecha en la cama.
Cerré los ojos y gemí al sentir como su lengua se paseaba por mis pezones, ambos, endureciéndolos, haciéndome gemir, y gemí mas aún cuando su mano izquierda se paseó por mi miembro, rozándolo apenas, haciéndome arquear la espalda en busca de mas placer.
Mis mejillas estaban sonrojadas al igual que mis labios, mis ojos estaban semi cerrados y nublados por la lujuria, mis manos estaban apoyadas en la cama, apretando las sábanas, haciendo que mis nudillos emblanquecieran al sentir como su lengua pasaba por mi erección, para luego volver a subir, dejando besos y marcas por todo mi abdomen, mi pecho y finalmente mi cuello, donde se detuvo bastante rato, lamiéndolo, mordiéndolo, chupándolo y volviéndolo a lamer.
Volvió a besarme en los labios, esta vez, introduciendo dos de sus dedos en mi boca al terminar de hacerlo.
-Lámelos- me dijo con voz ronca, y yo, como buen chico que soy, lo hice.
Lamí sus dedos, agarré su mano por la muñeca con ambas manos y los lamí, jugué con ellos en mi boca, pasando mi lengua por toda parte disponible, saboreándolos, oyendo los gemidos de Light mientras lo hacía, y sintiendo como su erección pegaba contra mi cuerpo.
Removió los dedos de mi boca y me besó de nuevo, yo, por acto reflejo, abrí las piernas lo mas que pude.
-Ponlas en mi cadera...- me susurró contra los labios y yo lo hice, al menos, con una, la otra la dejé flexionada contra el colchón, y de pronto supe por qué me lo había dicho. Sus dedos estaban entrando en mi cuerpo.
Arqueé la espalda y gemí, sintiendo sus dedos moviéndose dentro de mí, sus gemidos contra mi rostro y sus labios en los míos.
-Relájate- me susurró y yo cerré los ojos, tratando de respirar profundo, pero perdiendo el control al sentir un nuevo movimiento de sus dedos, sintiendo como un tercero era incluido, moviéndose sólo un poco más antes de ser retirados.
Con la mano que tenía libre colocó mi pierna en su cadera, y, besándome, se introdujo en mí, haciéndome gemir más fuerte que antes, dentro de su boca y sintiendo como mis ojos se humedecían con las lágrimas.
Me dio otro beso en los labios y limpió con los suyos las lágrimas que comenzaron a correr por mis mejillas, susurrándome que me relajara, que respirara profundo, y así lo hice.
Pasaron unos momentos antes de sentir como su cuerpo se movía dentro de mí, haciéndome gemir, gritar, aferrarme con fuerza a él y sobre todo, aquél inmenso placer del que terminé enamorándome.
Sentí como su cuerpo se movía, como salía y entraba de mí, y yo me movía con él, ambos gemíamos el nombre del otro, ambos depositábamos besos pequeños y rápidos en el cuerpo del otro, ambos estábamos cubiertos en la transpiración, ambos estábamos disfrutándolo.
Pero como todo lo bueno tenía que acabarse, como siempre, ese gran momento también acabó, y terminó con un grito de mi parte al sentir como mi cuerpo se llenaba de aquel líquido caliente y como mi abdomen se cubría de lo mismo y, con su cuerpo aún sobre el mío, se retiró, desplomándose después sobre mi pecho, gimiendo, ambos respirando entrecortadamente. Yo podía sentir su mano en mi pecho, acariciándolo, haciendo círculos en él con la punta de los dedos, para luego depositar un beso en el mismo sitio.
-¿Sabes?- me dijo luego de unos minutos, cuando ya habíamos recuperado la respiración. -Es la primera vez en mi vida que lo hago con otro hombre.
-La mía también.-le dije, mirando la almohada.
-¿Sabes qué más?- me volvió a preguntar, tomándome de la barbilla, subiendo el rostro, separándose de mi, acostándose a mi lado, pero con una mano en mi pecho.-Me encantó que fuese contigo- No pude responder ya que sus labios se apoderaron de los míos, besándome con pasión, jugando de nuevo con mi lengua.
-No creas, es verdad que es mi primera vez también...- le dije sonriendo, con los ojos cerrados, y sentí una de sus manos en mi cabello, acariciándolo.
-Hasta esto lo tienes suave...- dijo de forma burlona, antes de acomodarse de nuevo en mi pecho. -Tengo sueño, Ryuzaki...
-Yo también- le contesté y acaricié los cabellos de caramelo que tiene. -Duérmete...- le susurré, pero ya era muy tarde, ya estaba dormido.
-¿En qué piensas?- me dijo su voz a mi lado, haciéndome pegar un brinquito, para luego verle directo a los ojos.
-En ti- le dije sin rodeo alguno.
-¿Por qué piensas en mí cuando me tienes a tu lado?- me dijo, acercando sus labios a mi cuello.
-Pensaba en Kira, no exactamente en ti- le dije, esta vez si estaba mintiendo.
-No te creo...- me agarró de los hombros y me acostó de nuevo en la cama. -Estabas pensando en mí- me besó como siempre lo hacía, con dulzura- Y en mis labios...- volvió a besarme, esta vez acariciando mis cabellos.
Se separó de mí y sonrió, tomándome de la mano y levantándose, ayudándome luego a mí a hacerlo.
-Quiero tomar una ducha...- dijo, acercándose al baño, jalándome consigo. -Contigo- me sonrió abriendo la puerta del baño.
Tardamos más de lo normal en el baño, ya que Light no dejaba de manosearme cada vez que podía, frotando su cuerpo contra el mío, riendo al hacerlo, ya que lo hacía porque me molestaba.
Justo apenas cerrábamos la puerta del baño, saliendo ambos con toallas en la cabeza, sonó la puerta. Nos vestimos lo más rápido que pudimos para poder ir a abrirla y mis ojos se abrieron como platos al ver parados en ella a los policías que nos ayudan en el caso, y a Misa.
Observé como la chica entraba y se lanzaba al cuello del chico a mi lado, besándolo, y yo, tranquilamente, sólo la observé, ignorándola luego, viendo al jefe Yagami frente a mí.
-Hemos traído noticias, Ryuzaki- me dijo, entrando todos directo a la sala- Conseguimos al causante de todas las muertes, a Kira- en esos momentos Light se volvió a ver a su padre- Y esta vez tenemos las pruebas.
Yo solo me senté en mi puesto habitual, mientras Light y Misa se sentaban a mi lado, en otro sofá.
-No creo que sea buena idea hablar de eso en estos momentos- dijo el chico- no con Misa presente.
La chica se quejó pero obedeció y salió de nuevo del apartamento. El castaño se levantó y se posicionó a mi lado.
-Muéstrame las pruebas- le dije al jefe. -Necesito verlas.
Lo único que tuve en mis manos fue un cuaderno negro, con las palabras Death Note escritas enfrente. Lo tomé por las esquinas, observándolo con cuidado, volteándolo, viendo cada pedazo que se podía ver, antes de abrirlo.
-Ahí están todos los nombres de las personas que han sido asesinadas en los últimos cuatro meses, junto con las instrucciones de como usar el libro- me dijo Matsuda, sin atreverse siquiera a ver la libreta- Hay algo mas...
-¿Qué cosa?- le pregunté, pero la respuesta estaba frente a mi. Una enorme bestia, con el cuerpo cubierto en lo que parecían vendas, cabellos tan gruesos como serpientes y labios grandes me observaba con extrañeza- ¿Qué es...?- señalé frente a mi, y vi como Light me observaba, con los ojos abiertos, de forma inquisidora.
-¿Qué sucede, Ryuzaki?- me preguntó Light, viéndome y luego viendo al sitio donde estaba la bestia parada.
Yo no dije nada, sólo le pasé el cuaderno a Light, este lo agarró, observando hacia donde yo estaba viendo y, con rapidez, abrió los ojos, soltó el cuaderno y abrió la boca.
-¿Quién eres?- pregunté a la bestia sin dejar de verla, era demasiado grande.
-Me llamo Rem, y soy un Shinigami- sus palabras me sorprendieron, pero mi mente comenzó a trabajar con rapidez. Todo concordaba ahora, las notas que el primer Kira me envió, las notas del segundo, todo estaba saliendo a la luz.
-¿Hay más como tu?- le pregunté a Rem, llevándome el pulgar a los labios, mordiéndome la uña. -¿Qué haces aquí?
El Shinigami observó a su alrededor, deteniendo su mirada en el chico a mi lado, el cual sólo meneó la cabeza y me observó de forma seria, viendo luego a la bestia. Algo extraño estaba pasando.
-Sí hay- contestó a la final Rem. -Pero en el mundo de los Shinigamis- su voz era indiferente. -No les gusta venir aquí.
-¿A los shinigamis les gustan las manzanas?- inquirí, viendo disimuladamente a Light, que estaba observando sus manos.
-A mí en particular, no- Dijo la bestia, indiferente como la vez pasada. -Pero hay muchos a los que las manzanas humanas les parecen la mejor comida, ya que en mi mundo, todo está seco y sin vida.
Volví a morderme la uña, colocando mi otra mano en mis tobillos, observándolo con cuidado, detallando cada parte de su nada humano cuerpo.
-¿Por qué trajiste esa libreta?- le pregunté.
-Estaba aburrida- me dijo, subiendo los hombros comenzando a caminar por la habitación, observando todo en ella. -¿Hemos terminado?- me preguntó al estar frente a mi de nuevo.
-No- le dije, tomando la libreta que Light me ofrecía. -Quiero que me digas si todo lo escrito aquí es verdad- abrí el cuaderno en las páginas negras con letras blancas donde se encontraban escritas las instrucciones.
-Léelas primero y luego te contestaré- sin decir más, el Shinigami se sentó en uno de los sofás, junto a Mogi, el cual se alejó asustado, cayéndose al piso, arrastrándose luego junto a Ukita.
Suspiré y abrí el cuaderno en la primera página- "El nombre del humano que he escrito en esta libreta morirá"- fue lo único que leí en voz alta. No me gustaba para nada esto pero, entre mas leía, mas me daba cuenta que todo era cierto, y que además, habían otras personas que sabían de este mecanismo.
-Si escribo el nombre de cualquier persona aquí morirá en 40 segundos- le dije a Rem, el cual me observaba con curiosidad. -Y si especifico una hora exacta, no morirá en 40 segundos sino en el momento que yo indiqué. ¿Correcto?
-Sí- me dijo.
-Y si especifico una causa de muerte morirá tal y como yo lo decida ¿Cierto?
-Sí- dijo nuevamente.
-Pero si yo especifico una hora y una forma de que la persona muera puede que no suceda y muera simplemente de un ataque cardíaco ¿verdad?
-Sí.
-¿Qué pasaría si yo escribo mi propio nombre en ella?- le pregunté, haciendo que todos los presentes se volvieran a mi, abriendo los ojos, Light incluido, pero sin decir palabra alguna.
-Morirás, por supuesto, contaría como suicidio- contestó, de nuevo, de forma indiferente.
-¿Y qué pasaría con la libreta?- me interesó saber.
-La tomaría, me la llevaría conmigo y se la daría a alguien más.
Eso me interesó más aún. El Guardián de la Muerte usa la libreta por diversión, para ver que sucede con ellas, con la gente que las usa, y con los que están a su alrededor.
-Gracias- le dije, para luego dejar que Yagami y los demás hacer su trabajo, dándole la libreta, pero la voz de Light me llamó la atención.
-¿Por qué trajiste la libreta a este mundo, Rem?- preguntó, viendo directo a la bestia.
-Porque me pareció que estaba sobre poblado- dijo, esta vez con emoción en la voz. -Y ya que yo no puedo controlar la vida de los humanos a mi gusto, dejé que otro ser humano lo hiciese por mí.
Esto me cayó como balde de agua fría. Lo hacía sólo por placer. Tal y como yo lo hago con Light...
Cerré los ojos y respiré profundo, no quería pensar en eso, al menos, no en ese preciso momento.
-Ryuzaki- me dijo Light, a mi lado. -Necesito ir al baño.
Yo me levanté, haciendo una reverencia con la cabeza a los presentes y seguí al castaño de camino al baño, el cual estaba situado al lado de nuestro cuarto.
Él abrió la puerta y entró, yo pensé en quedarme afuera, pero su mano cerrada en mi brazo me indicó que no lo hiciera, así que entré con él.
-¿Qué sucede?- le pregunté, pero su respuesta no fueron palabras.
Me tomó por las mejillas y me besó de forma apasionada, y yo, como siempre, lo besé de vuelta, sintiendo como sus manos bajaban hasta posarse en mis hombros, abrazándome por el cuello, dejándome sentir su lengua con la mía.
Mis manos se posaron en su cintura, y seguimos besándonos, separándonos sólo unos segundos en busca de aire para luego volver a la carga, saboreando nuestras bocas, con furia, con pasión, como siempre lo hacíamos. Volvimos a separarnos y esta vez Light me vio directo a los ojos, sonriendo, pasando una de sus manos por mi cabello, acariciándolo.
-No te estreses con esto...- me susurró, sonriéndome ligeramente. -Se que va a ser difícil tener a un Shinigami con nosotros, pero mira el lado bueno- sonrió, cerrando los ojos. -Tenemos el cuaderno.
Sus labios se unieron de nuevo a los míos, en otro beso cargado de pasión, sus manos bajaron hasta mi espalda y las mías subieron hasta abrazarse de su cuello. Sus dígitos paseaban por toda mi espalda, acariciándola, mientras mis dedos se enredaban en su cabello. Sus labios se posaron en mi cuello, besándolo y, sin querer, dejé escapar un gemido. Ahora sus manos se encontraban dentro de mi pantalón, acariciando mis nalgas, apretándolas, para luego dejarlas y pasar por mi pecho, rozando con los pulgares mis pezones.
Volvimos a besarnos, comenzando una batalla con nuestras lenguas, sus manos estaban de nuevo en mi trasero, por sobre la ropa, apretándolo, haciéndome gemir, haciendo que nuestros cuerpos se rozaran el uno con el otro.
Un ruido en el exterior nos hizo volver a la realidad y, luego de arreglar su apariencia, la mía no me importaba en lo más mínimo, salimos del baño.
-Ya nos retiramos- dijo Matsuda, haciendo una reverencia, los demás imitándolo.
-Llévense la libreta con ustedes- les dije.
-¡Ah!- dijo Mogi.-La señorita Misa está esperando en la puerta.
De repente, sentí un odio enorme creciendo en mí, pero lo dejé ir. Le di permiso a la muchacha de entrar a la estancia y, en cuanto lo hizo, se colgó de Light, el cual la recibió sonriendo.
Ambos, Misa y Light estuvieron hablando de cosas que no me interesaban por más de dos horas, incluso me llegué a preguntar cuantos granos había en un cubo de azúcar, y comencé a contarlos cuando la voz de Misa, llamando mi nombre me interrumpió.
-¡OYE!- me gritó al oído, y yo la observé, con los ojos completamente abiertos. -¿Acaso no oyes?
-Ahora sí- le dije, metiéndome un cubo de azúcar a la boca, mientras Light sonreía viéndome, ya que la chica estaba centrada completamente en mí.
-¿Por qué estás comiendo azúcar?- me preguntó Misa de forma dulce.
-Me gustan las cosas dulces.-le contesté colocando un poco de azúcar en mi té.
-Yo también soy dulce.-me dijo, dándome un ligero beso en la mejilla. El cubo de azúcar se me cayó y mi mano se posó en el sitio besado.
-Ten cuidado- le dije, sin remover la mano del sitio en el que estaba.
-¿Por qué?- quiso saber la chica.
-Porque puedo terminar enamorado de ti- le contesté con los ojos muy abiertos y la mirada clavada en ella.
-¡ASCO!- gritó ella y se colocó detrás de Light, que estaba de pie a mi lado, riendo.-Yo sólo tengo ojos para mi Light.
-Yo también...-susurré, por lo cual la chica no pudo oírme, pero el mencionado sí, y sonrió.
-Ya tienes que irte Misa- le dijo, besándola, yo sólo volteé mi rostro al otro lado.-Se hace tarde y tienes cosas que hacer.
-¡Cierto!- la chica se soltó de Light y se dirigió a la puerta- Hasta luego Light, adiós Ryuzaki. ¡Voy a grabar una película!
Luego de que todos se hubiesen ido y que mi té estuviese listo, Light se sentó en la mesa, frente a mi.
-¿Celoso?- me preguntó, tomando la taza y pasándomela.
-No. ¿Debería estarlo?- le contesté tomando un sorbo del líquido color caramelo- Es tu novia ¿o no?
-Sí- sonrió apoyándose en sus manos hacia atrás. -Pero tú eres mi amante.
-Eso significa que una cosa y la otra no se pueden mezclar- le dije, tomándome de un trago toda la taza de té.
-Exacto. Por eso, en algún momento voy a tener que dejar a uno de los dos. -me levanté y él también lo hizo, tomándome por la cintura. -¿A cuál quieres que deje?
-A mí- le contesté, viéndolo a los ojos, quitando un mechón cabello de su rostro.
-Pues...- me tomó del mentón y sonrió. -Lástima que yo no piense igual- me besó nuevamente, pero esta vez fue algo dulce y corto, para luego dejarme. -Necesitamos comer.
Yo no dije nada, pero le di el teléfono, él lo tomó y marcó un número, pidiendo una pizza para ambos.
-Está aquí en 20 minutos, mientras tanto...- se acercó de nuevo a mí y me tomó por la cintura, pegándome por completo a su cuerpo. -Déjame besarte hasta que te duelan los labios.
Y volvió a besarme, yo posé mis brazos alrededor de su cuello. Nos besamos y acariciamos todo el tiempo, solo separándonos un poco para poder respirar, para luego volver al ataque, mordiendo mi labio inferior, lamiéndolo; dejando marcas en mi cuello, por todos lados, lamiéndolo al igual que había hecho con mis labios, disfrutando de cada momento.
Sonó la puerta y nos separamos, él la abrió y en ella estaba Watari, pero Light no lo sabía, ya que él nunca lo había visto. Yo supe que el viejo vio las marcas en mi cuello, pero no hizo ninguna seña al respecto.
Comimos en silencio, uno junto al otro, solo viéndonos de vez en cuando, sonriéndonos, bueno, al menos él sonreía, yo no, pero me daba igual, a Light le gustaba como era.
Esa noche volvió a hacerme el amor, y más marcas aparecieron en mi cuerpo, las cuales me costó tanto esconder. Tuve que ponerme una franela de manga larga al día siguiente, y tuve también que escuchar la risa de Light a cada momento, y las preguntas de los miembros del equipo del porqué el chico se reía.
Dos semanas pasaron, y seguíamos hablando con Rem todos los días, pero no servía de nada. Un día especial, el cuaderno se quedó con nosotros en el apartamento y eso significó que el Shinigami también, pero lo que me dio curiosidad, fue la forma en la que la bestia veía a Light.
-¿A ustedes pueden gustarles los humanos?- le pregunté de repente, mientras Light tomaba un baño y yo esperaba afuera en el piso.
-¿De qué forma?- me preguntó de vuelta el Shinigami.
-De forma amorosa- le dije yo, sin despegar mi mirada de el.
-Sí se puede- me dijo, observándome de la misma forma que yo lo hacía con el.
-Eso significa que te atrae Light ¿verdad?
-Sí, un poco- me dijo de forma indiferente.
-¿Eso significa que eres homosexual?
-No- me contestó, y al ver mi rostro lleno de duda continuó. -Yo soy del sexo femenino, así que es normal que me atraiga alguien del sexo masculino.
Me quedé en silencio, estudiando el cuerpo de la bestia. ¿Dónde demonios tenía lo femenino?
-Los cuerpos de los Shinigamis son diferentes, no se miden por el exterior, sino por el interior- me explicó como si hubiese leído mi mente. -En cambio, los humanos son criaturas fantásticas.
-¿A qué te refieres?- le pregunté con duda en los ojos.
-Al hecho de que los humanos fueron creados para estar con personas del sexo opuesto, pero aún así no todos cumplen la regla.
-¿Qué?- le dije, con los ojos muy abiertos.
-Sí, tal y como tú creíste que yo era homosexual, existen humanos así, y tu, Ryuzaki, eres uno de ellos.- me dijo, mientras su boca se transformaba en una sonrisa. -Sé qué sientes por Yagami Light y todo lo que haces con él- Mis ojos se abrieron más de lo normal, al igual que mi boca, y mis manos rodearon mis piernas. -Pero no te preocupes, sé que no quieres que nadie lo sepa, y nadie lo sabrá por mi boca.
En esos momentos Light salió del baño cubierto sólo por una toalla.
-Ya que sabes todo lo que pasa en este lugar...- le dijo Light a Rem- Te pido que no vayas a entrar al cuarto durante toda la noche.
-Por supuesto, Yagami- le dijo, alejándose de nosotros. -Pero no exageren de mi permiso de privacidad.
La Shinigami se fue a la sala y Light me posó las manos en los hombros- ¿Nos vamos al cuarto?- me dijo, levantándome del piso, cargándome en sus brazos y yo coloqué los míos alrededor de su cuello.
Me llevó a la cama y me depositó en ella, me desabotonó el pantalón, removiéndolo luego con delicadeza, dejándome la ropa interior puesta, para luego ir a mi parte superior y quitarme la franela, besándome el pecho al hacerlo, deteniéndose en mis labios después, mientras la tela se deslizaba por mis brazos. Con su boca fue dejando un camino de besos en mi pecho, en mi abdomen, y llegó a mi vientre, rozando con ellos la elástica de mi ropa interior, la cual removió con sus manos, acariciándome las piernas al hacerlo, y, con lujuria me observó, completamente desnudo acostado en la cama, mientras sonreía.
-Te excitas muy rápido- me dijo, lamiéndose los dedos.
-Es por tu culpa- le contesté sonriéndole. -Tú me excitas así.
Se arrodilló en la cama, con cada pierna a cada uno de mis lados, con la cabeza a la altura de mi vientre, y, con una de sus manos tomó mi miembro, haciéndome gemir, y, luego pasó la lengua por la punta del mismo y yo arqueé la espalda, gimiendo. Luego sentí su boca en miel interior de mi muslo derecho, besándome, mientras su mano acariciaba mi miembro, yo acomodé la pierna que él besaba sobre su hombro, y él se enderezó, besando ahora mi vientre, subiendo poco a poco hasta mis labios, haciendo que mi pierna quedara doblada hacia arriba, y, con su mano, hizo que la otra pierna se colocara en la misma posición en su otro hombro, y comenzó a prepararme.
Yo me arqueé más aún sintiendo como sus dedos se movían en mi interior y mi miembro palpitaba cada vez que los movía, pidiendo más, pidiendo ser atendido.
Yo gemí de nuevo al sentir un nuevo dedo, siendo el total de tres, se introdujo en mi y comenzó a moverse por todos lados, los tres juntos, moviéndose en conjunto, adentro y afuera, y los labios de Light buscaron los míos, al hacer contacto sentí sus dedos siendo retirados de mi cuerpo, y siendo remplazados por su miembro. Gemí y sentí como se movía, viendo su rostro frente al mío, el casi sentado, y yo, de espalda a la cama viendo su rostro contorsionado por el placer. Mis piernas estaban en su hombros y el acariciaba una de ellas, mientras su otra mano me masturbaba a la misma velocidad que se movía dentro de mi. Ambos gemimos el nombre del otro cuando el orgasmo llegó a nuestros cuerpos, mis piernas me temblaron y cayeron a cada uno de los lados de Light, mientras él se derrumbaba sobre mi, ambos respirando con dificultad.
-Ryuzaki...- me dijo el caramelo con la cabeza apoyada en mi pecho. -¿En qué piensas?- me estaba acariciando con la punta de los dedos, mientras yo jalaba las cobijas para arropar nuestros cuerpos desnudos.
-En nada realmente, mi mente está ocupada contigo- le dije, acariciándole los cabellos luego de encontrarnos bajo el calor de las mantas.
-Qué sincero eres L- me dijo riendo- Demasiado, realmente.
-Lo sé- le contesté sonriendo- Tengo sueño Light...quiero dormir, mañana vamos a salir con Misa...
-Lo sé.- El castaño sonrió mientras levantaba el rostro para verme a los ojos. -Y después de eso voy a pasar toda la noche haciéndote el amor para que te olvides de la cita.
-Trato hecho- le contesté sonriendo. Sus labios se unieron de nuevo a los míos, de forma dulce y cariñosa, y su cabeza volvió a posarse en mi pecho.
-Hasta mañana Ryuzaki...- me dijo, en un susurro. -No puedo tener los ojos abiertos...
-Lo sé...- le susurré mientras acariciaba su cabeza, enredando mis dedos en sus claros cabellos.
-...Ryuzaki...- me dijo, con voz medio dormida.
-¿Si?- le contesté de la misma forma.
-...Te amo...- Mis ojos se abrieron por completo al escuchar esas palabras salir de su boca, mis manos se quedaron paralizadas en donde estaban, una en su cabeza y la otra en el colchón.
Suspiré, cerré los ojos y sonreí.
-Yo también te amo Light- Le dije al oído antes de cerrar los ojos esa noche, quedándome dormido con una sonrisa en los labios.
