Ignorancia

Resumen: Godric no puede entender lo que provoca Rowena en él.

Joder, ¿tanto tiempo he pasado sin escribir het de este fandom? Juraría que era ayer cuando mi mente volaba en maneras de hacer ver a Ron lo mucho que amaba a Hermione... el slash corrompe. En fin, espero que pueda agradarles esto.


Helga era la madre; tierna, dulce y optimista. Salazar un pensador analítico; estratega, cínico y ambicioso. Godric los conocía a ambos, sabía que Salazar odiaba no tener la razón en cada tema en el que se involucrara, tanto como que Helga tenía unos pucheros diferentes para cada situación. Pero no sabía interpretar a la mujer rubia y mirada de águila que generalmente se encargaba de aplastar los planes de Salazar, con tal lógica que al señor de las serpientes no se le ocurría nada que contestar y terminaba saliendo de la sala de reuniones.

Rowena era fría, una mente dentro de un cuerpo de mujer, siempre vestida elegantemente y la cabeza en alto, como una reina, sin lucir en lo absoluto vanidosa. Parecía que jamás perdía el control, y a Godric, el valiente, le intimidaba en ocasiones su temple y dignidad, tan lejanas de ser compatibles con su inhibición y osadía.

Quizá por eso es que terminó agarrando el rostro de su amiga y presionando sus labios sobre los suyos. Porque le daba miedo lo que ella haría, si maldecirlo o arrojarlo desde la torre más alta, y cuando a Godric le asustaba algo, era una obligación moral superarlo.

No entendía desde cuándo había empezado su fascinación con ella, cuándo empezó a preocuparle sonar como un estúpido en su presencia o de dónde salían los reparos instintivos en cuanto aparecía. Godric era inteligente, pero no la clase de hombre que utilizaba esa cualidad con frecuencia; lo suyo era la acción, y en cuanto sintió una mano fuerte pero serena tomarle de la nuca, le alegró este hecho.


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