Disclaimer:

Todo aquello que logren reconocer pertenece a JK Rowling, yo solo me divierto un rato.

Capitulo 1:

¿Dónde estás?

...

Una gran algarabía se escuchaba en el Gran Comedor del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, un grupo numeroso de estudiantes festejaba su graduación, mientras la entonces directora Minerva McGonagall intentaba aplacar un poco los ánimos, al no conseguir lo deseado, habló por encima del barullo intensificando su voz con un hechizo.

-¡SILENCIO! – al observar como todos le prestaban atención prosiguió – Antes de comenzar el banquete de Graduación y por consiguiente el baile quisiera expresar mi más sincero orgullo por todos los que estamos aquí presentes y por los que ya nos dejaron – el alumnado comprendió que hacía referencia al antiguo director – Me siento profundamente complacida y sé que mis compañeros acá presentes lo están igual, de ver como los niños que hace siete, y ocho años en algunos casos, - dijo mirando significativamente a un grupo de leones, que inmediatamente entendió el comentario – entraron por esas puertas para iniciar su primer año, hoy finalizan el sétimo curso como hombres y mujeres, después de muchos obstáculos que la perseverancia les ayudó a superar, por eso …

¡BOOOOOM! Una explosión en puerta principal del castillo interrumpió el emotivo discurso que se estaba llevando a cabo, las caras de confusión, miedo, decisión y coraje eran vislumbradas en muchos de los estudiantes, algunos incluyendo a los profesores tomaron fuertemente sus varitas y se levantaron de sus asientos dispuestos a saber que había sido ese estruendo. Las puertas del Gran Comedor se abrieron estrepitosamente, todos voltearon a ver al hombre que se encontraba entre ellas, era Ojoloco Moody, caminó dos pasos, su ojo mágico daba vueltas como poseído.

-¡ESTA AQUÍ! – Bramó – ¡VOLDEMORT ESTA AQUÍ!

Muchos salieron corriendo, la desesperación y el terror de apoderó de todos, el auror salió por la puerta del Gran Comedor dejando estupefactos a muchos, los profesores salieron tras él y varios alumnos abandonaron el salón dispuestos a luchar, entre ellos, nuestro trío de oro, Ron, Harry y Hermione, que echaron a correr detrás de algunos alumnos de Ravenclaw y Gryffindor.

A su paso pudieron ver a Tonks luchando contra dos mortífagos, entre los cuales estaba Peter Pettigrew, logró aturdir a uno y se quedó ensartada luchando contra Peter. Continuaron corriendo y lograron visualizar a Moody en un duelo contra Crabbe Señor y a Kingsley Shacklebolt con Crabbe hijo. Cerca de los linderos del bosque prohibido pudieron ver a Neville luchando con Goyle Padre.

Se detuvieron en seco cuando cuatro haces de luz pasaron casi rozándoles, provocándoles a buscar a los responsables. Y allí estaban, por un lado estaban los Malfoy, Lucius, Narcissa, Draco y por el otro estaba Theodore Nott, los tenían acorralados. Ron y Harry se enfrentaron a los Malfoy, mientras que Hermione le hizo frente al unigénito de los Nott.

Eran tres contra dos, hechizos y encantamientos volaban por doquier, mientras ellos se debatían por sus vidas Hermione hacia lo suyo con Theo, sin percatarse de una mirada oscura y gélida que la observaba detenidamente, analizando cada movimiento y sonriendo de manera macabra.

-¡EXPULSO! – Gritó Harry, mandando a la matriarca de los Malfoy hasta una de las murallas del castillo, dejándola inconsciente.

-¡NO! – Bramó un muy cabreado Lucius, alzando la varita listo para pronunciar una imperdonable contra el Niño que vivió.

-¡NO TE ATREVAS A TOCARLO, LUCIUS MALFOY! – Se escuchó la gélida voz del Señor Oscuro en la mente de todos. Un silencio abrasador envolvió el ambiente, nadie se movió, las respiraciones cesaron, todos a la espera de que el Lord continuara – Potter – siseó – ¿Dejarás morir a tus amigos por huir? ¿Por qué no enfrentas tu destino? Entrégate y nadie saldrá lastimado, ven al gran comedor y terminemos con esto, tienes diez minutos o todo aquel que intente esconderte de mi pagará con su vida. ¡Sé un buen Gryffindor! – finalizó Voldemort con desprecio. La expectativa se sentía alrededor, todos aguardaban a la decisión del elegido. Sin decir palabra alguna miró a su mejor amigo quien asintió y se volvieron hacia los dos Malfoy restantes, pareció que se habían leído los pensamientos ya que con dos desmaius éstos quedaron fuera de combate. La batalla continuó a sus alrededores, personas de los dos bandos caían al suelo constantemente.

Buscaron a Hermione, mas no había rastro de ella, a lo lejos pudieron ver a Ginny y a Luna luchar contra un mortífago al que reconocieron como el padre de Theodore, el cual les estaba dando bastante pelea.

-¡Harry! ¡Ve!

-Pero… ¿Y Herms? – preguntó agitado el azabache.

-La buscaré, la encontraré y te iremos a ayudar – le contestó de igual forma el pelirrojo – además apuesto a que ella debe estarnos buscando, ya sabes cómo es – le intentó animar con una triste sonrisa.

-Sí, tienes razón, los veré pronto – finalizó Harry alejándose.

-¡Harry! – el aludido se volvió para ver a su amigo – ¡Cuídate!

-¡Tú también Ron!

Corrió en dirección al Gran Comedor intentando en vano ver a Hermione, pues parecía que la chica había desaparecido, esperaba se encontrara bien. Giró en la esquina y se adentró en el salón que muchas veces había visto, el aire se notaba pesado y el ambiente muy sombrío, había vidrios rotos y las mesas correspondientes a las casas de Ravenclaw y Hufflepuff habían desaparecido para dejar un espacio en el medio que según pensó Harry se debía al duelo del que estaba a punto de participar, uno muy diferente a los demás, uno en el cual su vida pendía de un hilo, y en el que no iba a tener ayuda de nadie, con estos positivos pensamientos se adentró en el Comedor a la espera de lo que para muchos era la batalla del siglo.

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-¡EXPULSO!

-¡PROTEGO! ¡REDUCTO!

-¡EXPELLIARMUS!

-¡STUPEFY!

-¡IMPEDIMENTA!

Se escuchaba decir a Hermione y a Theodore mientras mantenían una candente lucha, ambos los mejores estudiantes de sus respectivas casas, lanzaban maleficios al otro que con astucia esquivaban. La castaña era vigilada desde lejos por unos orbes ennegrecidos por el odio cuyo dueño se reía de forma maniaca imaginando lo que se avecinaba.

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Ron corría de un lado para otro buscando a Hermione, iba lo más rápido que podía por unos de los pasillos del castillo, y al doblar en una de las esquinas algo le dio en el pecho haciéndolo volar hasta chocar con una pared, se levantó haciendo un esfuerzo, y se percató de dos hombres rubios que lo miraban con desprecio y suficiencia.

-Veo que ya se les pasó el aturdimiento – les dijo el varón menor de los Weasley con una sonrisa que más bien se vio como una mueca, mientras se levantaba del suelo.

-Y ahora pagarás por ello, traidor – le contestó Lucius Malfoy mientras su hijo se preparaba para maldecir al pelirrojo.

-¡CRUCCIO!

-¡PROTEGO! – Pero para desgracia de Ron el escudo no le sirvió, lo había conjurado muy tarde. El chico cayó al suelo retorciéndose y sollozando del dolor, pero no gritó, no les daría ese gusto. Draco retiró la maldición y comenzó a burlarse.

-Vamos comadreja, levántate – al no recibir respuesta alguna se enfureció más - ¡Que te levantes te he dicho! – Poco a poco el chico Weasley, se puso sobre sus pies, dándole la cara a ambos Malfoy, los cuales mostraban una sonrisa despectiva - ¡CRUCCIO! – sintió como si mil cuchillos le atravesaran, estaba a punto de morir lo sabía, solo lamentaba no poder haberle dicho a Hermione cuanto la amaba, ¡Hermione! No había cumplido su promesa, no la había encontrado, había fallado, de pronto el dolor se hizo insoportable y todo comenzó a volverse negro.

-¡ENNERVATE! – conjuró Lucius mientras veía como Ron despertaba, desorientado y fatigado.

-¡CRUC…

Unos gritos provenientes del Gran Comedor le helaron la sangre, su marca tenebrosa se calentó hasta quemarle para luego enfriarse y no dar signos de vida.

-¡NOOOO! ¡ESTUPIDO POTTER! ¡DRACO! ¡VAMONOS!

-Un momento padre – le contestó el unigénito Malfoy haciendo que su padre parara la huida. – tenemos algo pendiente – continuó mirando con asco a Ron que se encontraba en el suelo, intentando por todos los medios ponerse en pie.

-Cierto. ¡AVADA… Comenzó Lucius.

-¡No! Tengo una mejor idea padre – le interrumpió Draco mirando a su padre con una mueca desdeñosa. Su padre asintió dándole el consentimiento que buscaba.

-¡SECTUSEMPRA!

Del cuerpo de Ron comenzó a brotar sangre de las muchas heridas que el maleficio le estaba provocando, con una visión borrosa, pudo distinguir como los Malfoy desaparecían tras una nube negra o eso le pareció a él, antes de caer en la inconsciencia.

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Los gritos de alegría provenientes del Gran Comedor le dieron nuevas fuerzas para continuar luchando mientras Theodore iba cediendo hasta convertirse en humo negro y desaparecer.

-Harry… Ganamos… Debo – decía entrecortadamente mientras echaba a correr hacia el lugar del cual venía el bullicio.

Hermione corría sin darse cuenta de que alguien la seguía de cerca, hasta que fue demasiado tarde para defenderse.

-¡DESMAIUS! – Gritó una voz chillona e hilarante, para luego tomar a la desfallecida castaña y desaparecer.

...

Alumnos, profesores y aurores lloraban y festejaban la victoria, un chico de cabello rebelde y ojos esmeralda era el centro de atención.

-¡Harry! ¡Lo lograste! – decía un conmocionado Neville mientras le palmeaba el hombro.

-No Neville, lo logramos - le contradijo el moreno – por cierto, ¿has visto a Ron o a Hermione? –cuestionó, al recibir una negativa por respuesta, se preocupó, y salió corriendo del Comedor seguido de Ginny, Luna, la Profesora McGonagall y algunos aurores que lo vieron salir y se inquietaron.

-¡RON! ¡HERMS! ¡RONALD! ¡HERMIONE! – Gritaba mientras corría a lo que le daban sus cansados pies, se estaba empezando a preocupar de verdad. cuando lo vio cerca de un muro del castillo, desmayado, repleto de cortes y sangrando, el corazón le dio un vuelco y se le hizo un hoyo en el estomago.

-¡RON! ¡RONALD! – Pero él parecía no escucharle, su mente le decía que ya había pasado por esto, que él no iba a despertar, mas su corazón se negaba a aceptarlo, su mejor amigo no, simplemente era descabellado, no era concebible.

Llegó hasta donde su amigo pelirrojo y se derrumbó abrazándolo, sin importarle que lo vieran llorar, sintió un roce en su brazo y la luz de la esperanza le calentó el alma, levantó el rostro del pecho de su mejor amigo y se enfrentó a la mirada azul de su casi hermano.

-Harry – comenzó el pelirrojo entre sollozos – ¡estás vivo!

-¡Shhh! No hables amigo, te llevaremos a San Mungo y dentro de poco volveremos a jugar quidditch – le contestó el azabache con una tierna sonrisa

-No, Harry es tarde, yo… yo necesitaba pedirte perdón…

-¡Shhh! – decía un angustiado Harry – no tengo que perdonarte nada amigo.

-Si… escúchame – le dijo al ver que su amigo intentaba interrumpirle – yo… yo no pude hallarla, Harry… No la encontré – continuó mientras los ojos se le llenaban de lagrimas de nuevo.

-La hallaremos, Ron, juntos… tu y yo… tranquilo.

-No… Harry… no hay tiempo… dile – decía entrecortadamente el pelirrojo mientras su amigo lloraba viéndolo agonizar en sus brazos – dile… que yo siempre… la amé… y que siempre… lo haré… Harry.

-Tu se lo dirás, Ronald, ya verás.

-Promételo… Harry… promete que se lo dirás

-Pero… está bien, lo prometo Ron – decía el morocho, mientras observaba como una sonrisa se formaba en los labios de su amigo.

-Te… quiero… Harry…

-No, no, Ron, ¡No! ¡NO! – Sollozaba sobre el cuerpo desangrado de su hermano.

Sintió como alguien le jalaba del brazo, intentando apartarlo del cuerpo inerte de su amigo pelirrojo, se aferró más a él, como si quisiera que él volviera y le dijera que había sido una broma, que siempre estaría con él y que nunca se iría.

-Harry - escuchó la voz quebrada de alguien detrás de él, se volvió y pudo ver a Luna, que con lágrimas en sus orbes celestes le indicaba que lo dejara, pudo observar detrás de ella a Ginny la cual se aferraba a Neville llorando desconsoladamente, mientras éste lo hacía en silencio, como la mayoría de los que estaban presentes, McGonagall, Lupin, Tonks y otros alumnos, volvió su mirada cargada de sentimientos hacia la rubia que lo invitaba a levantarse, tornó su verde mirar hacia el cuerpo sin vida del chico Weasley y le susurró: "Yo también te quiero amigo" antes de volverse nuevamente hacia Luna y aferrarse a ella para llorar la muerte de su mejor amigo, su hermano…

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Hermione despertó desorientada, pudo sentir el piso frio y húmedo bajo su cuerpo, olía a moho y estaba oscuro, le dolía el cuerpo, tenía la boca seca y una imperiosa migraña le palpitaba en la sien derecha. Se movió un poco intentando levantarse para ver donde rayos se encontraba. Se quedó helada, un escalofrío la recorrió completa al escuchar esa risa estrepitosa e hilarante, no podía ser verdad, no de nuevo. Escuchó a alguien acercarse poco a poco, como bailando con cada paso, disfrutando de la condición deprimente en la que se encontraba, sintió miedo, sabía lo que ocurriría, mas se quedó en silencio, esperando a que comenzara, sin embargo nunca llegó, en su lugar verificó su mayor temor.

-¡Al fin despiertas! –siseó la voz chillona - ¡Estúpida Sangre sucia!

...

Agradezco que hayas llegado hasta acá, me encantaría saber tu opinión y si te gustaría que continuara la historia… Entonces… ¿Un review? XD!