Prólogo.
Pequeños y cristalinos copos de nieve caían suavemente desde el cielo gris, cubriendo el suelo con una gruesa capa blanca como si fuera algodón, los árboles abrían sus ramas secas como tratando de atrapar la nevada. La ciudad estaba llena de luces tenues y amarillas, e hicieron brillar con esplendor aquella fría noche de noviembre.
Su corazón dio un suspiro de cansancio mientras que su cerebro intentaba reconectar todas las memorias que alguna vez la hizo feliz, recordando las sonrisas junto a su hermana en tardes de té y galletas, esas charlas animadas que algunas vez fueron su cosa favorita en el mundo con el tiempo fueron reemplazadas por aquella soledad que se escondió detrás de la puerta esperando desdichada a volver… aún recuerda perfectamente el momento en que los años pasaban y su piel tersa seguía siendo un témpano de hielo, cuando los de todos a su alrededor comenzaron a hacer efecto.
Dejó caer sus hombros tensos y miró sus manos, estaban cubiertas por unos guantes morado pálido, un color que reflejaba su alma entera y que trataban de esconder sus poderes de los demás.
Habían pasado tantos años que había perdido la cuenta, el invierno era eterno tanto como su vida, su reino desvanecido ahora solo ocupaba un lugar dentro de su pecho, junto con todos los momentos que vagamente la sumergían en melancolía. Aquella chica dejó caer su cuerpo en una banca, ya cansada de caminar y con la nieve posada en la punta de sus botas negras, observando el blanco anochecer que se llevó sus intensiones de seguir viviendo.
La ciudad era hermosa, sus ojos habían observado la belleza de un mundo recomponerse de guerras y hambrunas; ahora todos gozaban de condiciones favorables y una tecnología que aún seguía siendo extraña para ella… El norte fue su refugio, junto con un invierno que nunca acabaría, y donde vivía actualmente, en un país frío todo el año, casi queriendo evitar el verano y todos los recuerdos de su familia.
Elsa se encontraba más triste cada año, cada día, cada minuto y cada segundo, su condición física aún poseía un excelente estado, pero su alma ya estaba cansada de todo este tiempo sin poder descansar eternamente.
Ella poseía algo que muchas personas matarían por tener, la eternidad. Pero no la quería, solo se resignaba a seguir escondida en un lugar tan moderno que ya no valía la pena entender, solo ocupando un lugar en el mundo sola y manteniendo en secreto sus mágicos poderes invernales.
Pero nunca pensó que volvería a encontrar el vivo recuerdo de un pasado oculto.
Él.
Un hombre que cambió todo, con esos ojos enigmáticos que te esconden verdades nunca dichas y la seducía de tal forma que perdería el control. Elsa nunca creyó dejarse sucumbir de los encantos y las palabras dulces e inquisitorias de un olvidado fantasma. Un espectro mandado del infierno, no había otra explicación para que ella se sintiera perdida de nuevo bajo esa tormenta de nieve y desolación que pronto, casi trescientos años después… volverían a poner a prueba su helado y puro corazón.
Notas del Autor:
¡Muchas gracias por leer! Esta es una pequeña historia que se me ha ocurrido de la nada, con puros esfuerzos y toda una tarde puse construir lo que es el intro de la novela. No sé muy bien cuál será el ritmo, pero la idea básica me ha gustado bastante y quise compartirla. Espero que les guste y sea de su agrado… Sin más ¡hasta la próxima!
