Capítulo 1: ¡¿Tiene 17?!
La muchacha de cabellera anaranjada caminaba hacia su hogar con un notable cansancio en el rostro, al llegar a su calle saludo a su vecina quien se hallaba regando el jardín delantero de su casa, por alguna razón siempre lo hacía en la noche, cuando estuvo frente a la puerta de su morada introdujo la llave y entró, al parecer su madre no llegaba aún, se dirigió a la nevera y saco un jarro con jugo de mandarina, lo sirvió en un vaso y el jarro se vació
-Es hora de hacer más.-Pensó dejando el vaso a un lado, se dirigió al patio con el objetivo de sacar mandarinas de los árboles de su madre, en la casa había una regla, quien acabara el jugo, tenía que hacer más.
Luego de llenar la jarra, la metió a la nevera, cogió su jugo y se fue a la sala de estar, donde se recostó en el sofá y prendió el televisor, dio un sorbo al exquisito néctar de mandarinas cuando su celular empezó a sonar
-¿Quién demonios llama a esta hora?-Miro la pantalla de su teléfono, era un número desconocido, contesto de mala gana.-¿Hola?
-Buenas noches, ¿Hablo con Nami?
-¿Con quién más, este es mi número, no?
-Si, lo lamento si mi pregunta fue estúpida..¡Estoy hambrieeeentooooooooo!.¡Silencio Luffy, estoy hablando con alguien importante!
-¿Quién habla?-Dijo ya fastidiada
-Me presento, soy Portgas D. Ace y estoy llamando por el cartel que puso en la entrada de la biblioteca, decía que prestaba un servicio de niñera express, y bueno como puede deducir, estoy interesado en contratarla
-Oh, así que eso era, lamento haber sido algo grosera.-Dijo con una gota de sudor en su sien, se sentó, no podía dejar perder ni una oferta de trabajo.-Bueno ¿Qué día me necesitaría?
-No se preocupe por trivialidades, yo también habría reaccionado de esa manera si me llamarán a estas horas, verá, tal vez suene algo loco, pero la necesito por todo un mes...
-¿Todo un mes, e-esta seguro de eso? El costo de 31 días es...
-Si es por el dinero no tengo problemas en pagar lo que sea, tengo que hacer un viaje de negocios al extranjero el cual es de suma importancia, pero el dejar a mi hermanito solo en casa me tiene agobiado, y es que el es algo...difícil de tratar por lo que nadie quiere cuidarlo...
-¡Cuente conmigo para lo que sea! No tengo problemas en cuidar a su hermanito. Pero ¿No le preocupa dejarlo con una extraña?
-Eso es lo que menos me preocupa...¿Puede empezar mañana?
Luego de que Ace diera sus datos de residencia y llegaran a un acuerdo con respecto al dinero, el cual tenía varios ceros que hicieron a Nami casi saltar de emoción, la llamada finalizó.
-Que tipo más extraño, se preocupa por dejar a su hermano solo, pero no teme dejarlo con una extraña ¿Qué no es casi lo mismo? Bueno, que más da, ¡tendre mucho dinero después de esto! Por fin podremos pagar nuestras deudas.-Pensó mientras sonreía observando su celular
Al día siguiente Nami se levantó a primera hora, para preparar su maleta, pues habían acordado que durante ese mes se quedaría en la casa de Ace, luego de que tuviese todo listo bajó, nadie se encontraba en pie aún, decidió preparar el desayuno, jugo de mandarinas, tostadas con mermelada de mandarinas y mandarinas con banana y yogur, que se puede decir ¡En esa casa amaban las mandarinas! Además, era lo que más tenían y como no se podían permitir muchos gastos, aprovechaban. Comió sola y dejo una nota en la nevera, indicando que estaría trabajando fuera durante un tiempo y que las visitaría de vez en cuando.
Tomo un taxi el cual le dejo fuera de una gran casa, no se sorprendió mucho de que su cliente viviese en una mansión como la que se encontraba frente a sus ojos, tocó el timbre y una voz le preguntó su nombre, la reja se abrió permitiéndole entrar, luego se cerró tras de sí, avanzó hasta la puerta de entrada, pero antes de que tuviese la oportunidad de golpear, esta se abrió dejando ver a un apuesto hombre de cabello negro y traje, con algunas pecas adornando su bello rostro y una sonrisa cautivadora
-¿Portgas D. Ace?
-Así me dicen, por favor adelante.-Dijo dando un paso al lado, dejando ver un elegante recibidor, Nami entró al lugar y el hombre cerro la puerta para luego avanzar hasta la siguiente habitación, el salón.-Toma asiento Nami, haz como si estuvieras en casa
-¡Muchas gracias!-Dijo sentándose
-Bien, te diré lo básico ya que no tengo mucho tiempo, mi vuelo sale en una hora, en la cocina hay una pizarra con los horarios de mi hermano, tu habitación está en la segunda planta y Luffy debe de estar en el patio, el te va a enseñar la casa, la encargada del aseo viene los miércoles y el cocinero se va los fines de semana, ten cuidado con él, eso es todo, lamento no poder quedarme más tiempo.-Dijo rápidamente
-¡No se preocupe por eso! Pero, me dijo que me pagaría la mitad de...
-Ya deposité a tu cuenta bancaria
-¡Muy bien, pues que tenga un buen viaje!-Dijo con una gran sonrisa, a lo que Ace sonrío y luego de despedirse se fue
Entonces la pelinaranja se encontró sola en aquella gran mansión, sin saber que demonios hacer, pero poco le importo, el dinero era su motivación. Se levantó del asiento de cuero y empezó a admirar la casa, era realmente hermosa.
-Que daría yo por tener un hogar así...-De pronto un estruendo se escucho desde el otro lado de una puerta, era el sonido de vidrio rompiéndose, Nami se acercó, cuando estaba por tocar alguien apareció desde un pasillo murmurando cosas
-Ese idiota, debió romper otro jarrón ya, cuando le vea voy a...-Calló sus maldiciones al ver a la joven, el cigarrillo que traía se le cayó de la boca, por suerte el piso era de cerámica, lentamente el rubio se acercó, caminaba con la frente en alto, seguro y con una coqueta sonrisa en sus labios.-Que tal, señorita ¿Usted es la nueva niñera, no?-Dijo con una voz de seductor mientras cogía su mano y la besaba con delicadeza
-Si...¿Y usted es?..-Preguntó retirando su mano con cuidado
-Soy el cocinero, pero puedes decirme Sanji
-Eh...Bueno, Sanji, creo que algo se rompió ahí dentro
-¡Ah! Es cierto, permitame por favor...-Dijo poniendose enfrente de la puerta, entonces levanto su pierna y con solo una patada la derribo.-¡Estúpido chico ¿Qué rompiste está vez?!
-¡Sanji! Yo no rompí nada, sólo se me cayó el espejo
-¡Luuffyyyyyy ¿Eres idiota o te haces, eh?!-Gruñía el rubio mientras frotaba su puño contra la cabeza del chico
-¡Ya deja eso, me duele!-Nami escuchaba todo desde fuera, no sabía si entrar, sin embargo al escuchar la queja de dolor del niño decidió interferir
-¡Sanji, ya detente, es sólo un niñ...-Su boca se quedó abierta ante la impresión al ver que se trataba de nada más y nada menos que un adolescente, sólo unos años menor que ella.
-¿Un niño? ¡Ja! Este idiota dejó de ser un niño hace mucho.-Decía sin dejar de frotarle la cabeza
-¡Ya detente!-Exclamó Nami enfurecida, no entendía que estaba ocurriendo ¡¿Ese era Luffy?!
-Está bien...-Dijo el rubio soltando al ''pequeño''
-Jajaja ¿Tu serás mi niñera? ¡Eres muy linda! Espero que nos llevemos bien-Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.-Tú ya puedes limpiar
-¡No te dirijas así a esta preciosa señorita!-Le regañó Sanji
-Te decía a ti, Sanji.-Dijo con una mueca
-¡Maldito mocoso!-En ese momento el rubio levanto la pierna
-¡Ya calma! Estoy confundida ¿Por qué Luffy es tan grande?
-Porque tengo 17 años.-Dijo mientras picaba su nariz
Fin capítulo 1
