Summary…

Edward el príncipe de Tebas, Bella una plebeya, ambos se conocen por azares del destino. La leyenda cuenta del amor puro entre una plebeya y un príncipe terminando en una horrible tragedia…

Amor entre barreras.

Los personajes pertenecen a S. Meyer y esta historia es de Fesabi :)

Capitulo I.- una chica misteriosa

Tebas, la cuidad de los vivos… desde tiempo remotos, hasta ahora en que Egipto aquel gran imperio solo la tiene como cuidad principal, al norte se encuentra la cuidad de Coptos, al sur la cuidad de Asuán, al este el rió Nilo y al oeste el Mar Rojo.

Después de todo Tebas al estar ubicada en Egipto, no era como las otras ciudades de su alrededor… extensos terrenos de verdes prados y todo gracias a el río Nilo y al mar rojo, vegetación abundante, edificios y pirámides elegantes de oro puro, al igual que las perlas… su arena muy fina como si fuera un segunda piel para los habitantes.

Pero en medio de todo aquel resplandor, un palacio ubicado casi en el centro de la cuidad, tal ves ni tan al centro por las cuestiones del poblado y las casas de lujo, claro que eso quería decir que solo gente de la nobleza podía vivir ahí y a las a fueras plebeyos…

Aquel palacio de gran plenitud y tamaño, riquezas y joyas a su alrededor adornándolo, al igual que las grandiosas estatuas de los dioses Ra y Ramus, este ultimo el fundador de tal cuidad.

Un joven se ve paseando por aquel enorme palacio, tal ves con una preocupación, una duda o una emergencia había llegado hasta sus oídos, después de todo el era el príncipe solo faltaban unos dos años mas y el se convertiría en el Rey de Tebas, siendo el sucesor de su padre el gran Carlisle Cullen, claro solo faltaba la aparición de su hermano mayor… pero el nunca le importo el titulo en realidad el quería luchar y así era… por eso el era el capitán y único jefe de sus tropas en ejercito.

A su corta edad de veinti dos años tenía que ya saber manejar las relaciones con su exterior representando a su padre con los demás en las clases sociales importantes claro esta, en los banquetes y desfiles.

Bah! Que mas daba, después de todo él desde chico quiso ser igual que su padre y sabiendo que Emmett su lindo hermano no le interesaba en lo mas mínimo el trono, lo educaron desde los cuatro años para ser un perfecto gobernante como su padre… así que nunca tubo amigos, bueno solo uno, su mejor amigo y primo Jasper Cullen.

- Primo!.- escucha la inconfundible voz desde el pasillo.

Si era su amigo y primo fiel el que en tantos problemas lo metía, el que le tapaba y ayudaba en cada travesura cuando eran niños y por supuesto ahora siendo ya adultos no era distinto y aunque siempre que estaba con el significaba problemas sentía bien a su lado aunque a veces no podía negarlo se sentía solo y desorientado.

- ¿Qué sucede?.- le pregunta mientras toma asiento.

- Mmm… venia a decirte si no te apetece salir esta noche.- le sugiere una vez estando delante de el.

No sonaba mala idea salir a divertirse esa noche, pero no sabia bien si era correcto esta misma noche le tocaba cenar con los amigos de su padre, gente importante en el circulo social… pero aburrido, tenia una mejor idea, mañana él estaría libre y así podría salir con su primo todo el día, por lo menos desaparecer y convertirse aunque fueran un par de horas en alguien normal al que no se le debía hacer ningún tipo de reverencia.

- Que te parece si lo hacemos mañana...- le sugiere al fin – tengo todo el día libre y podre hacer lo que me plazca.-

- Bien… pero debes de prometer que nada de escándalos.- le dice a modo de broma, sabia muy bien de que era capaz el joven principito.

- Si lo que sea.- le responde sin darle mucha importancia al asunto.

A diferencia de el su primo era totalmente diferente, ojos azules, su piel estaba bronceada ligeramente, su cabello rubio, sujetado en una pequeña cola, ondulado, musculatura razonable y altura por sobre el 1.80, claro que comparado con el joven príncipe era mucho mas alto sobrepasando el 1.90… tal ves por la familia de Carlisle y su querida madre.

Ambos jóvenes vestían elegantes trajes, por ser de la realeza eran lo único que podían tener… y claro con aquellos lujos quien no… ropa de seda, pantalones de la tela mas suave, y una playera ajustada a su pecho y espalda dejando ver aquellos finos rasgos de belleza masculina.

- Pero tendrás que vestirte de otra forma primito.- le comenta burlón Jasper.

- Bah! Como fastidias eso lo se, y también un caballo decente, ¿no lo crees?.-

- Bien, entonces nos vemos hasta mañana.- se despide dando media vuelta para salir del lugar

- ¿Qué, ¿no piensas venir conmigo a la cena?.- le pregunta alarmado.

- Ni soñarlo, serán amigos de mi madre, pero yo se como zafarme de esta primo, claro a diferencia de ti.- sonrío ampliamente

- Eres un cobarde Jasper.- murmura el chico, pero bastante alto para que su primo el cual ya estaba saliendo del salón lo escuche. Y es que ahora iba a tener que calarse solo las triviales conversaciones de tipos que creían que por ser de la realeza podían pisotear a cuanto se les pusieran por delante.

-.-

- Veo primito que todavía no te despiertas ¿por que será…?.- le dice el chico ya en la habitación de su primo, después de todo el ámbar estaba apunto de verse por los cielos y aquello era perfecto para su pequeña desaparición.

- Feh, ya cállate Jasper, la cena fue aburrida y una pesadilla.- le murmura el joven príncipe, sin querer salir de su amplia y cálida cama.

- Vamos Edward, no tarda en que se despierten todos… así que mejor es que nos demos prisa.- le recuerda, mientras toma entre sus manos la sabana de este y la jala dejando ver aquella pijama de seda que traer su primo.

- Bien, bien tu ganas.- levantándose de la cama- pero esta me las pagas Jasper.- yendo hacia el baño para darse un buen baño y despertarse del todo.

Jasper pone una extraña mueca en su rostro… siempre que Edward lo amenazaba debía temar ya que tarde o temprano se la cobraba de una forma horrible, conocía su carácter y no era muy hermoso que digamos.

-.-

- Bien vámonos.- le dice una vez arriba de aquel caballo que tantas veces había montado.

- Edward, cuantas veces tengo que decirte que es mejor que no lleves a Atón*.- le cuestiona.

- No Jasper eso si que no, Atón es mi fiel amigo y sin el no voy a ningun sitio.-

- Bien, no me opondré… esa es tu decisión.- que podía hacer sabia perfectamente lo testarudo que era su primo cuando a Atón se refería.

- Bien… pues partamos al bosque.- le dice señalando al este.- Supongo ¿que traes tu espada?.- le comenta el príncipe.

- Claro, nunca salgo sin ella, como tú comprenderás.- insinuando lo mismo.

- Bah! Partamos, antes de que me arrepienta.- le dice echando en marcha su caballo, para que después su primo lo siga.

Ambos jóvenes se adentran al frondoso bosque dejando atrás la civilización de su hermosa cuidad natal.

En los verdes árboles se podían ver los frutos maduros, pero el que llamaba mas la atención era el árbol mas grande de todos, quizás también el mas viejo de ellos… con el viento azotando sus ramas producía un sonido tan magnifico que daba la impresión de escuchar voces susurrando… desde el lugar en el que se encontraban los dos muchachos podían distinguir perfectamente en las ramas mas altas las flores resguardadas celosamente al alcance de cualquier persona ya que se hacia imposible que alguien pudiera escalar semejante altura.

De pronto ambos muchachos se detuvieron al escuchar una hermosa voz proveniente de algún lugar del bosque cantando y murmurando una bella canción.

- Mmmm… yo opino que tal vez es una bella damisela.- comenta el primo del joven principe.

- Para ti Jasper todas son hermosas… como las tres que van por ahí.- le comenta señalando a un lado del sendero, la verdad era que a su adorado primito le gustaba coquetear con cada doncella hermosa que se le pusiera por delante, ganándose el titulo de mujeriego de la familia, aunque extrañamente todo mundo le aplaudía aquello.

Voltio de nuevo a ver aquel paisaje, lleno de paz, ya estaban muy lejos del centro de la cuidad siendo el mas poblado y bullicioso, aunque desde el punto en el que se encontraban aun podían distinguir el majestuoso palacio… pero lo que mas le gustaba contemplar era el cielo azul, con alguna que otra nueves, a las aves cantando y sobre todo al sol iluminando en todo su esplendor.

- Pero que bellas damiselas.- fue sacado de sus ensoñaciones al escuchar la voz de su amigo y primo cerca del sendero ya pisando tierra firme, aun lado de su caballo y rodeado de aquellas damiselas, bah! Plebeyas…

Podía ver las sonrisas de aquellas tres chicas y la de su primo, después de todo ahí se encontraba el en medio de ellas y a su lado su hermoso caballo, haciéndolas reír y sonrojarlas por los mismos comentarios, bah! Después de todo era mejor dejarlo ahí… quien iba a interrumpir al conquistador si aquella era su verdadera profesión.

Iba avanzando entre los árboles, dejándose guiar por aquella voz que no dejaba de cantar, una hermosa melodía acompañada por una hermosa letra.

"En palabras simples y comunes yo te extraño

En lenguaje terrenal mi vida eres tu"

Ciertamente aquellas palabras le aceleraban de una forma extraña e inimaginable el corazón, sabia que faltaba poco para llegar al encuentro con la joven de voz alucinante por que cada vez la escuchaba mas cerca, tampoco paso desapercibido para él ver que con cada paso que daba su caballo el gran árbol se veía mas y mas grande.

Cuando se encontraba ya a solo metros de distancia con la hermosa voz vio el gran árbol custodiado por pequeños árboles a su alrededor, vio que lo mejor era seguir a pie ya que el camino seria muy dificultoso para ir a caballo sin contar que podía asustarla y aquello era lo que menos deseaba.

"En total simplicidad seria yo te amo"

Aquella voz se hacia cada ves mas fuerte, después de un largo trayecto y uno que otro problema con las ramas y terrenos no muy aptos para transitar lo que provocaron que Edward se pusiera de pésimo humor y es que… un par de ramas, malezas y uno que otro raspón y tropiezos No lo vencerían por que el siempre conseguía lo que deseaba, y esa joven no seria la excepción como que se llamaba Edward Anthony Cullen.

"En un trozo de poesía tu serás mi luz mi bien"

Esa había sido la última frase que había escuchado de aquella bella canción, después todo se sumió en un silencio total, tal vez se había marchado o peor aun quizás se había alertado cuando accidentalmente tropezó produciendo un ruido bastante fuerte quizás se había asustado y marchado…

Edward decidió caminar un poco mas hasta llegar a un hermoso prado encontrándose frente a frente con aquel árbol de tamaño colosal y a su alrededor un hermoso terreno verde, lleno de flores de mil colores.

De un momento a otro y sin esperarlo algo se le tira encima y solo alcanza a ver una gran sombre negra que lo deja tendido en el suelo, después de de la impresión inicial siente un peso sobre su estomago obligándolo a abrir sus ojos los que había cerrado debido a la sorpresa que le había causado su agresor.

Sus ojos color esmeralda estaban enfocados en la muchacha sentada en su estomago, sus cabellos eran de color castaño, sus ojos eran achocolatados con un brillo único y a la ves esencial en ellos, sus mejillas estaban levemente sonrojadas dándole un aspecto encantador, aunque su vestimenta era la de una simple plebeya.

- ¿Quién demonios eres?.- le pregunta exaltado.

- Esa pregunta debería de hacerla yo.- responde desafiante la muchacha.

Uuyy! No iba a permitir que una insolente plebeya se portara de esa forma con el, después de todo el era el príncipe de Tebas y merecía respeto así fuera a la fuerza.

- ¿Qué hace aquí?.- le pregunta la chica notablemente de mal humor.

- Vine de paseo, o que ¿esta parte del lugar esta prohibida?.- le pregunta de forma burlona y desafiante a la vez.

- No es ningún lugar prohibido, pero a usted no lo conozco y nunca lo había visto.- le cuestiona sin soltarlo ni bajar de el.

- ¿No me conoces?.- le pregunta asombrado, la mayoría de las personas lo conocían como rayos es que ella no.

- No.- le contesta de una forma fría- ¿Es que acaso debería?.- le pregunta intrigada

De un momento a otro era la joven la que se encuentra en el suelo siendo presionada por el cuerpo del muchacho impidiéndole poder hacer cualquier movimiento.

- ¡Bájese!.- le grita la muchacha mientras se remueve tratando de que este se baje de ella pero no lo logra, todo lo contrario solo provoca que él la sujete con mayor fuerza de las manos dejándola completamente inmovilizada.

- Ahora seré yo quien haga las preguntas.- le espeta con voz ronca pero con una sonrisa burlona viendo fijamente los ojos de la joven, de pronto se vio perdido en sus facciones, su delineada nariz, sus ojos color chocolate que brillaban de una forma inusual hipnotizándolo, su piel pálida tanto como la de él… suavemente sonrojada dándole un toque de inocencia, sus perfectas cejas, su cabello castaño con algunos mechones rojizos y por ultimo… sus carnosos labios... definitivamente era una hermosura, una tentación para todo aquel que la viera directamente a sus ojos.

Por otro lado la joven podía apreciar en todo su esplendor las hermosas esmeralda del muchacho, eran únicos nunca había visto a nadie que tuviera ese color de ojos eran de un tono único, su piel era igual de pálida que la de ella… no esta era como el mármol perfecta sin ninguna falla, sus brazos eran fuertes musculosos pero no en exceso, su pecho esta bien trabajado, podía sentirlo y verlo por entre la abertura del cuello, sus manos eran grandes y suaves, y no podía olvidar aquel cabello… broncíneo desordenado de una forma tan natural que sin duda lo hacia ver muy apuesto.

- Y ¿Vas a decirme quien diablos eres?.- le vuelve a preguntar viéndola directamente a los ojos.

- Solo si usted me lo dice también.- le dice la chica de forma desafiante, después de todo no se sentía intimidada por la posición entre ellos.

- Eres valiente, pero tonta… - le dice el chico, al ver la terquedad de esta, ¡Dios! Era tan testaruda.

- Y usted es un arrogante y altanero.- se defiende de aquellas palabras ofensivas.

Ambos se quedaron viendo desafiante, después de todo sus ojos solo mostraban fuego, pero de rencor… si aquello iba a ser divertido entre ambos, ambos obstinados, caprichosos y orgullos.

- Podré ser arrogante y altanero, pero ¿quiero saber quien diablos eres?.- ya estaba harto de la actitud altanera de aquella chiquilla, quien se creía que era… nunca en sus 22 años de vida se le había negado alguna cosa, siempre que quería algo no descansaba hasta conseguirlo, su palabra era ley y orden cualquier cosa que pidiera se le concedía en un santiamén.

- Y ¿por que tengo que contestárselo?.- le dice desafiante, estaba furiosa con la actitud de ese tipo como si el fuera de la realeza y ella debiera darle pleitesía ¡No lo soportaba!

- Te daré dos razones, primera por la posición en las que nos encontramos y segunda por que así puedes saber mi nombre.- ya estaba harto de ese jueguito.

Era cierto no se había percatado de la posición en la que se encontraban y era demasiado comprometedora mas si era con un total desconocido, bien tenia que acceder ahora.

- Bien, mi nombre es…-

Continuara!...

Hola!

Como les va ¿? Uff apuesto que más de alguna ya sabe el nombre de esta impetuosa muchachita XD que no respeta a mi príncipe ^.^' bueno espero que les guste este nuevo proyecto personalmente a MI me encanta esta historia pero ustedes son las que juzgan

* Atón = significa 'El disco solar' y es uno de los dioses mas reconocidos de la cultura Egipcia. :)