Vicky el vikingo no me pertenece, ya quisiera yo y bla bla bla.
Era un día lluvioso en la isla de Rute y su rey, Marso, estaba aburridisimo. Así que le hacia la vida imposible a su sirvienta. Ahora mismo, estaba regocijándose sobre fuerza y habilidades que estaba lejos de tener... ¿Pero quien era el guapo que se atrevía a decírselo? Su sirvienta estaba claro que no.
Era una mujer que llevaba un vestido gris que resaltaba con los lujos de su señor y del castillo. Con todo, estaba siempre bien informada, y era de gran a ayuda para Marso.
-... Quien diga que a podido vencerme -se regocijaba el rey- ¡Ja! No ha nacido quien. Nadie me supera en fuerza, nadie en estrategia, ni en riquezas -hizo ademan de señalar todo el lujo que cubría la sala y luego se digno a mirar a la joven pelirroja de vestido gris que se sentaba, hecha un ovillo, bajo el trono.- Y por supuesto Eleanor. No existe ni existirá nadie que me supere en astucia.
Eleanor, que nunca desaprovechaba una oportunidad para informar a su señor. No hizo menos que chasquear los dedos para pedir permiso para hablar.
-Tienes permiso para hablar -dijo el hombre.
-Mi señor, tengo entendido que existe una persona capaz de ganar a cualquiera en astucia.
El rey se puso rojo.
-¿Quien es ese bellaco? -replico el hombre.
Eleanor se tapo la cara con su flequillo pelirrojo y contesto:
-Un vikingo de la isla de Flake. Es muy conocido en los lugares del mar del norte.
Marso dejo de escuchar en cuanto llego a sus oídos la palabra "vikingo"
-¿Que dices? Los nórdicos no son inteligentes. No saben otra cosa mas que utilizar la fuerza bruta y revolcarse en el barro. ¡Vikingos a mi! Puaj.
-Dicen... -empezó Eleanor.
-Dicen -repitió el hombre poniendo voz aguda- Una sierva del rey no debe hacer caso de las habladurías.
Por algún motivo, eso encendió de cólera a la tímida Eleanor. Se levanto en todo su orgullo dejando ver que era mas alta de lo que parecía, aunque no le llegaba a los hombros al rey Marso. Se acerco a él con los ojos echando chispas.
-Insinúa mi señor que la información que yo doy no es fiable. -le dijo con falso tono amistoso.
-Por supuesto que no, Eleanor querida.
Por muy rey que fuera. En realidad era la muchacha la que llevaba las riendas de Rute, y gracias a los dioses que así era.
-¿Y cuantos años dices que tiene ese vikingo?
Eleanor se quedo un rato pensativa.
-Según mis cálculos, unos diez años.
-¡Diez años, solamente!
"A ese niño me lo meriendo con pollo a la parmesana" -pensó el rey para sus adentros. No se digno a pensar como podía su pequeña doncella hacer cálculos sobre alguien que no conocía.
-¡Eleanor! -llamo el rey solo en su alcoba horas después.
-Llamaba el señor -dijo la doncella desde detrás de la puerta.
-Pasa. Estuve pensado en lo que dijiste.
-¿Sobre que? -cave destacar que Eleanor tendía a olvidar lo que el rey decía.
-Sobre ese niño vikingo. Tal vez me de un poco de diversión. Hace días que no ha parado de llover... y unos juegos tal vez sean la solución.
-¿Juegos de que, señor?
-De astucia. -Lo dijo en tal tono que Eleanor no hizo menos que tiritar de miedo. Aunque hizo lo posible para que Marso no se diera cuenta. -Haz llegar una invitación al pueblo donde viva ese niñato. No puedes dejar que se niegue y si tiene padres, haz que coman de tu mano.
-Si señor, así lo haré pero... ¿por que lo de los padres?
-Necesito a alguien que los controle como si de muñecos se tratasen. -su voz se torno sombría- Así, cuando el pobre niño... desaparezca misteriosamente.
Eleanor hizo un gesto afirmativo con la cabeza y se fue.
"Si ese niño es tan prodigioso -pensó el rey- es posible que me sea de gran utilidad en mis tropas... Al fin y al cabo los niños crecen..."
Este fanfic esta basado en mi cap favorito de Vicky el vikingo. A ver si adivináis cual es.
