RECUERDAME
PRÓLOGO
Había ganado. Le había derrotado sin pensar en las dolorosas consecuencias que eso tendría. Ahora él se marcharía para siempre, desgarrando su corazón, dejándolo roto e inservible.
Las lágrimas comenzaron a fluir y el sentimiento que comenzó a emerger de su pecho fue tan abrumador que sus piernas no pudieron sostener su peso por más tiempo y cayó arrodillado al suelo.
Él se acercó sonriendo dulcemente, pero sus ojos se miraban igual de tristes que los suyos, aunque muy orgullosos por el resultado de aquel duelo. Tomándolo de los hombros le recordó una vez más porque el destino los había unido de esa manera, hablando con aquella voz grave y serena que tanto le reconfortaba. Ellos se complementaban, colmaban las carencias del otro y su comprensión era tan grande que no necesitaban de palabras para entenderse en silencio. Buscó refugio en sus fuertes brazos, experimentando de nuevo esa calidez que emanaba del rompecabezas que pendía en su cuello, y que ahora provenía del cuerpo al que se aferraba con desesperación.
Él intentó reconfortarlo una vez más, una mano vagando por sus cabellos y otra recorriendo su espalda lentamente. Su misión había sido completada con éxito, y él debía regresar a donde pertenecía. Así que poniendo en práctica el valor que aprendió de él, se separó con lentitud y se puso de pie. Lo siguió hacia aquellas enormes puertas, él dio unos pasos hacia delante y gritó su nombre con fuerza. Aquel nombre que él tanto había buscado y que gracias a su ayuda fue recuperado.
Las enormes puertas doradas, fueron abriéndose lenta y pesadamente, mostrando en su interior un resplandor cada vez más intenso. No pudo evitarlo, corrió hacia él cuando empezó a avanzar hacia su destino y lo abrazó con toda la fuerza que poseía. No quería dejarlo ir nunca.
Pudo sentir por última vez la exquisita tibieza del otro cuerpo, su corazón latiendo acelerado como el suyo, su aliento cálido chocando en su cuello. Las lágrimas volvían a brotar de sus ojos, y cuando por fin se separó de él para observar una vez más ese rostro atractivo, cándido y determinado, vio aquellos ojos de un rojo intenso brillar por las lágrimas que intentaba retener. A pesar de todo sonreía, una sonrisa pequeña y triste, pero luminosa y reconfortante. Le susurró unas últimas palabras antes de cruzar el umbral:
-Encuéntrame Yugi… y ayúdame a recordar
Continuará…
Si, de nuevo yo con otra historia (se refugia detrás de su escritorio) ya se que no he terminado mis otras historias, pero no podía sacar de mi mente esta idea, así que para que me deje en paz al menos un rato decidí empezarla. Como se habrán dado cuenta es sobre el desastroso final de Yu Gi Oh!, el cual pasaron en mi cumpleaños el año pasado…Waaa…triste!
En fin, la continuaré pronto, espero les guste, y no olviden
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