Hola! Que tal? :) Bienvenido(a) a 10 metros del Sol o mejor conocido como 10MDS.

Espero la disfrutes :D

Disclaimer: Naruto es de Masashi Kishimoto y 3MSC es de Federico Moccia, si alguno fuera mio yo seria rica, japonesa o italiana y nunca hubiera dejado a Maria Valverde como Babi (sin ofender).


"Y de repente pasa, algo se acciona, y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar y han cambiado. Y a partir de ahí nada volverá a ser lo mismo... nunca." ~Federico Moccia

Capítulo I: Cretino

Sentado bajo la sombra de una estatua, cuyo nombre estaba debajo de un graffiti rojo con la célebre frase de "Karin tiene el culo más bello del mundo". Ahí está él, a lado de su inseparable Ducati 1098 color naranja con la inscripción de "Kyūbi" en letras negras.

Con su cabello rubio alborotado, sus tres marcas en las mejillas, que le dan ese aspecto zorruno; su piel bronceada, sus ojos cubiertos por unos lentes oscuros, un cigarro en la boca y su chaqueta de cuero que le da esa imagen de chico rudo.

No ha ido a dormir todavía de la noche anterior. Se pregunta si ir a casa y encontrarse con el sermón de Jiraiya o arriesgarse y despertar a Sasuke.

Tira el cigarrillo ya terminado, sube a su moto y coge el camino hacia el departamento de Itachi y Sasuke. Itachi, de seguro, ya se fue a trabajar y a Sasuke le puede pasar un circo encima y ni así despierta, mucho menos después de la fiesta de anoche. 'Si, es mejor, Jiraiya siempre despierta de mal humor'.

Pasa veloz entre los autos y después de él una ola de pitidos. 'Trafico Matutino'. Por eso odia las mañanas. Prefiere dormir hasta la una y después darse una vuelta por el gimnasio. Algo llama su atención.

De un auto Mercedes 200 negro baja una chica de cabello negro azulado, hasta la mitad de la espalda. Trae el uniforme de la "prestigiosa" Preparatoria Konoha para chicas. 'Lindo trasero'.

Esta mañana no será tan fastidiosa como pensaba.


~10MDS~


Es un día normal en la vida de Hinata Hyūga.

Los rayos del Sol entran por su ventana y llegan hasta a su cama. Lentamente abre los ojos. La luz del Sol la deslumbra un poco.

Sabiendo que no hace mucho acaba de amanecer, su mano sale en busca del molesto aparato que la despierta todos los días. En la mesita de noche se topa con Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas. ¿Cuántas veces lo ha leído? Ya ha perdido la cuenta.

Después de varios intentos fallidos, apaga el despertador. Cubre su cabeza con las sabanas y da unas cuantas vueltas por su cama, pretendiendo dormir.

Decide que es hora de levantarse. Enciende la radio. El locutor matutino, un tal Gai, le desea a todos que empiecen la mañana desbordando su llama de la juventud y con un remix del último éxito de Killer Bee, manda a comerciales. 'Demasiado intenso para iniciar la mañana'.

Entra al baño y se mete a la ducha. El vapor sonroja sus mejillas. Cierra los ojos y se duerme un poco. Entre dormida y despierta, en ese extraño equilibrio termina su ducha.

Al salir, se envuelve en su bata. En la radio ahora suena una tranquila balada. Se seca el cabello, lo cepilla como le enseño su madre. Decide llevarlo suelto. Hoy es el primer día de primavera.

Empieza a vestirse. El uniforme está ahí, en la silla. Lo preparo la noche anterior, es un hábito. Se mete la falda con ese inconfundible estampado. Después se pone la camisa blanca que tiene el escudo de la escuela en la parte derecha. Piensa que es tonto tener que usar ese escudo si, casi, nunca se ve. Se anuda el moño rojo en el cuello y se pone el saco. Lentamente abrocha los botones del saco. Riza sus pestañas. Se mira en el espejo, revisando cualquier detalle que hubiera olvidado. Pone unas cuantas gotas de perfume en su cuello y muñecas. Listo.

Baja a desayunar, como siempre, su padre ya se fue a trabajar, señal de ello es el periódico doblado en la cabecera de la mesa y su hermana, Hanabi, está tomando su café. En la mañana Hanabi, hasta no tomar su café es intratable, igual que su padre y su primo Neji. Ahora que lo piensa, todos los Hyūga son adictos a la cafeína, a excepción de ella.

En la mesa, en el lugar que siempre ocupa, esta su desayuno. En el plato hay pan francés y debajo hay una nota. "Para que comiences tu día como en Francia". Su cocinero es un amor. Hoy tiene examen de francés. Cuando lo vea le dará las gracias, en francés, por supuesto. Esta delicioso, crujiente por fuera y suave por dentro.

En su camino a la escuela, Kōh, su chófer, recibe una llamada y por su tono voz es algo urgente. La voz de Kōh siempre es calmada y comprensiva, incluso cuando lo llama quince minutos después de haberla dejado en alguna fiesta.

— ¿Qué pasa?

—No es nada Hinata-sama.

—Sabe que puede confiar en mí.

—Acaban de llamarme del hospital, uno de mis familiares se ha enfermado. Después de dejarla solo tengo 10 minutos para pasar por la señorita Hanabi y no poder presentarme.

—Si me deja aquí, tendrá tiempo.

—Pero...

—Solo son unas cuadras, no me hará mal.

Después de un millón de gracias y una amable sonrisa, Hinata emprende su camino hacia la escuela.


~10MDS~


El tráfico de esa mañana estaba igual de insoportable que siempre y ella estaba aburrida en el asiento trasero del coche, jugando con sus cabellos rosados.

Pedía al cielo que el trafico cesara, pero como de costumbre no hubo respuesta. Pensó varias veces en quejarse pero solo recibiría el típico " Si te alistaras más temprano, no tendríamos que pasar por esto". Amaba a sus padres pero esa frase siempre la ponía de mal humor, así que hizo lo único que a su adormilado cerebro se le ocurrió en ese momento y se asomó por la ventanilla.

Una maligna sonrisa se formó en sus labios. Nunca se sabe cuándo a algún apurado peatón se le caerá su celular y un auto lo hará trizas.

Estaba tan distraída imaginando todos los posibles escenarios de esa hipotética situación, incluso la cara del desafortunado, hasta que un grito la saco de sus malvados pensamientos.

— ¡Fea!

La curiosidad, siempre le gana.

Busca a su izquierda, ahí nada más hay autos con conductores estresados, demasiado ocupados como para prestarle atención a la apariencia de una chica y a su derecha, ahí también, un poco más de lo mismo. Enfoca un poco más su mirada y Eureka!

Ahí está el causante de tal sonido. Un chico pelinegro y ojos del mismo color, piel blanca, con músculos bien formados que se dejan ver a través de su ropa. Su cara tiene facciones algo delicadas pero eso solo lo hace doblemente atractivo y merecedor al título de Hermoso. Tiene una arrogante sonrisa pintada en los labios que se complementaba con su motocicleta para una imagen perfecta de chico malo.

Lo mira con una ceja arriba queriendo decir "¿me lo dices a mí?" Y al parecer él puede entenderle.

— Si. Tú, la del cabello rosado.

Todo el encanto desaparece. Ella solo voltea la cara.

Y al parecer algún ser todopoderoso escucho sus plegarias, y finalmente el coche avanza, alejándola del lugar, no sin antes despedirse de aquel chico, recordándole a su madre con el dedo medio.


~10MDS~


Ella camina con paso lento pero seguro, con un she will be loved de Maroon 5 en sus oídos, impidiéndole escuchar el rugir de la motocicleta.

El viento sopla, despeinando su cabello y dejando ver parte de su suave cuello. Ella piensa que, tal vez, debió haber recogido su cabello. Él se pregunta qué sabor tendrá su piel al tenerla bajo sus labios.

— ¡Hey!

Pero la chica aún sigue en su mundo de roles de canela. Preguntándose si ella de verdad será amada.

El rubio toca su hombro, tratando de llamar su atención y lo logra. Ella se voltea hacia él, sorprendida. Él sonríe y ella torpemente se quita los audífonos.

Está parado cerca de ella, en su moto, con su ancha espalda y sus grandes manos en el manubrio de la moto y una linda, muy linda, sonrisa. Él se da cuenta de cómo ella lo observa y su sonrisa se ensancha. Ella se sonroja al saberse descubierta.

— ¿Quieres venir a pasear conmigo?

— L-lo siento, no puedo estoy yendo a la escuela.

— No vayas. No pasara nada.

— No te creo.

— Te divertirás, resolverá todos tus problemas.

— No, gracias. No tengo problemas.

— Ahora soy yo el que no te cree.

Ella se aleja lo suficiente para no escuchar la risa segura de él. Él se vuelve a aproximar. Ella esta incomoda con la nueva cercanía y la conversación con el extraño.

— ¿Acaso n-no t-tienes n-nada m-mejor q-que hacer? —Se maldice mentalmente por su tartamudez y el sonrojo que se extiende por su cara.

— No. — Ese sonrojo y el tartamudeo lo hacen más divertido.

— Bueno, consíguelo. — Mentalmente se anota un punto en el marcador contra su timidez, aun así timidez tiene una increíble ventaja.

— Ya lo he hecho.

— Y ¿qué es?

— Pasear contigo. — De nuevo aparece esa sonrisa zorruna. —Anda, corremos rápido en la moto, te llevo a desayunar y te regreso para la hora de salida. De veras!

Ella se ríe y niega con la cabeza. —Lo siento pero ahora necesito concentrarme en mi único problema. —Abre un libro que saca de su mochila de cuero.

— ¿Cual?

— El examen de francés.

— Yo pensaba que el sexo.

Ella se sonroja. Él le da una de sus sonrisas zorrunas.

— Bueno, nos vemos. — Se inclina ligeramente hacia la derecha para iniciar su camino. — No olvides llamarme si cambias de opinión, acerca del sexo.

Desaparece veloz entre los autos y no escucha el cretino de Hinata. Quien se sorprende al ver que ese desconocido la ha dejado enfrente de su escuela.

El "Nunca hables con extraños", que le enseñaron desde pequeña, resuena en su cabeza.

Se pone a repasar su libro de francés y la palabra "sexo" y "problemas" vienen a su mente. Definitivamente el sexo no es uno de sus problemas y si lo fuera nunca lo llamaría a él. Además, nunca lo volvería a ver.

No sabe que equivocada esta.


Te gusto? Dudas? Sugerencias? Tomatazos?

Déjame tu comentario ahí abajo y yo te responderé :)

Hasta la próxima.

~Lady W' :*