Disclaimer: Me alegra mucho que Naruto no me pertenezca en este momento. Pues sí, échenle sal a mi ensalada. ¡Muchas gracias!
Notas sobre la historia: Esta historia se centra en el Equipo 7, y por supuesto que hay escenas con los otros equipos. La única pareja en este fic es NaruSaku, y esta será notoria por obvias razones. Esta historia se enfocará principalmente en el desarrollo de los personajes, de las relaciones entre ellos (principalmente entre el equipo 7), y su futuro. También NaruSaku. ¿Por qué? Pues porque el NaruSaku es importante. Los personajes podrían diferir un poco respecto a sus personalidades originales, aunque procuré que fuera lo menos posible. Por último, pero no menos importante, por favor tengan en cuenta que los capítulos 699 y 700 del manga no existen en esta historia.
Las actualizaciones serán lentas, pero garantizo un producto terminado. ¡Ténganme paciencia! También muchas gracias a mi Beta Reader, ¡Irradiance!
Empezamos exactamente después del final del capítulo 698 del manga.
Nota de la traductora: Primero que todo, gracias por leer esta historia. ¡Me costó mucho tiempo traducirla! Es mi favorita por sobre muchos otras que he leído aquí en FanFiction, y es por ello que he decidido traducirla. Pedí el permiso de la autora para realizar la traducción previamente a publicarla (obvio), y ella ha aceptado gustosa, así que esto está dedicado a HawkofNavarre. Los créditos para ella por tan maravilloso relato.
En cuanto a la historia, me aseguraré de traducir también las notas que la autora dejó; mis notas siempre estarán diferenciadas como pueden notar. Dejo el título original ya que la traducción es demasiado imprecisa, y le quita su verdadero significado. Sobra mencionar que la traducción de un idioma a otro trae cambios de forma y de ciertas precisiones, mas no de fondo, y yo hice lo que pude para mantenerme lo más fiel posible al relato original y a la vez estructurar una narración impecable en nuestra lengua. Soy responsable de los posibles errores gramaticales y ortográficos. La historia en su versión en inglés ya fue terminada y la pueden encontrar en el perfil de la autora, por lo que no crean que exista posibilidad alguna de que esto quede sin desenlace. Aunque advierto que me tomaré mi tiempo ya que es bastante larga, y como todos, ¡también tengo una vida y responsabilidades! Sin más preámbulos, por favor continúen y disfruten la lectura.
Lifting the Dream por Hawk of Navarre
Parte I de III
"Yo empecé… a ver al Equipo 7 de alguna forma como mi familia…"
De alguna forma, Sakura sintió en su interior que todo había terminado. La pelea había continuado ya por demasiado tiempo y ahora todo parecía estar repentinamente silencioso.
Ayudaba a caminar a Kakashi usando sus hombros mientras intentaban llegar al Valle del Fin. No estaba segura de cuánto tiempo habían estado caminando, pero definitivamente era bastante. En todo lo que ella podía pensar, era en si ellos estarían bien o no. "Si peleamos de nuevo, los dos vamos a morir", Sakura recordó las sombrías palabras de Naruto. Y sí, habían peleado nuevamente. Una vez más, la habían dejado atrás y todo lo que podía hacer era esperar que ellos estuviesen bien.
Estaba cansada de ser dejada atrás.
Su corazón se estrujaba de dolor cuando pensaba en Sasuke. Se había esforzado tanto para llegar hasta él, y al final, solo obtuvo un cruel genjutsu de su parte. Kakashi le había dicho que fue porque Sasuke no quería que ella los siguiera, y para ser sinceros, si no la hubiera sacado del camino, seguramente lo habría hecho. Sasuke le importaba mucho como para no haberlo hecho. Naruto le importaba mucho como para no haberlo hecho.
En realidad, Sakura no estaba segura de qué otra cosa debió esperar. El único que podía realmente llegarle a Sasuke era Naruto. Sasuke no se había preocupado mucho por ella durante el transcurso de la guerra, pero peleaba con tanta fluidez al lado de Naruto. Tal vez ella quería y merecía ser otra persona más que se había rendido con él, pero es que tenía un límite para ofrecer segundas oportunidades, en especial para alguien a quien nunca llegó a conocer de verdad. Realmente había perdido la fe en que él volvería a andar un mejor camino. Se dio por vencida. Naruto no.
"¿Eso es…?"
Sakura levantó su cabeza de inmediato al escuchar a Kakashi, echando un vistazo para luego quedarse sin aire. En la distancia estaban Naruto y Sasuke, tendidos lado a lado sobre lo que quedaba de los monumentos de Hashirama y Madara, en medio de un montón de sangre.
"Ve a ayudarlos," le dijo Kakashi, quitando su brazo de su hombro con una sonrisa debajo de su máscara. "Estaré bien. Ellos probablemente te necesitan más que yo en este momento."
Ella asintió. "Camina con calma, Kakashi-sensei," le ordenó usando su mejor semblante de ninja médico, para luego apresurarse a donde estaban sus compañeros.
Todo el ambiente a su alrededor se sentía más pesado a medida que se acercaba a ellos. Se sintió peor cuando se dio cuenta que a Naruto le faltaba la mitad de su brazo derecho, y a Sasuke la mitad de su brazo izquierdo. Las lágrimas empezaron a brotar otra vez mientras se preguntaba cuanto tiempo habían estado allí tendidos, luego de lo que se habían hecho entre ellos. Ella no había podido detenerlos. Todo lo que ella podía hacer siempre eran las cosas más pequeñas.
Sakura se arrodilló entre los dos apenas llegó hasta ellos, poniendo ambas manos sobre los muñones y concentrando su chakra en el punto para detener el sangrado. Incluso sin un examen exhaustivo podía sentir, a través del chakra que salía de sus manos, que ambos tenían bastantes heridas internas escondidas entre unos cuantos huesos rotos. También estaban sin una sola gota de chakra, pero estarían bien luego de que ella los terminara de atender.
"¡S-Sakura-chan!" jadeó Naruto, sonriéndole con un ojo entreabierto, hinchado y morado.
"Sa…kura…" Sasuke repitió su nombre y ella estuvo a punto de estremecerse, pero se contuvo, no quería que lo notara. Después de ser tratada de forma tan irrespetuosa la última vez que lo vio, era difícil saber de qué forma debía responderle.
En lugar de eso decidió ignorarlos a los dos, concentrándose en su labor. Las cosas estaban muy complicadas y no podía permitir que el remolino de emociones en su interior encontrara salida a través de su boca. De todas formas, ya estaba llorando frente a ellos y eso exponía su estado emocional lo suficiente.
"Lo…siento…" continuó él, y ella estuvo a punto de detener su flujo de chakra. Esas…eran palabras que nunca creyó escucharía de parte de Sasuke.
"¿Perdón por qué?" preguntó Sakura algo agitada, las palabras atoradas en su garganta. Si se iba a disculpar después de todo lo que había pasado, ella lo obligaría a hacerlo correctamente. Quería escucharlo reconociendo todas las cosas horribles que había hecho desde que se fue, reconocer lo mucho que la había lastimado si le importaba lo suficiente como para hacerlo.
"Por todo…"
Ella mordió su labio. Eso era lo más apropiado que podía obtener y lo sabía. Ese idiota tenía suerte de que ella le guardaba en un lugar especial de su corazón. Aun así, no excusaba el hecho de que ambos estaban tirados en medio de un charco de su propia sangre. Sakura sabía que vivirían, lo cual era un alivio, pero estaba furiosa con ellos por irse sin ella solo para intentar matarse a golpes. Ella entendía que ellos compartían un vínculo familiar que nadie más podía comprender, por sus pasados y el camino que habían recorrido, pero era ella la que estaba lidiando con las consecuencias. ¿Y si se hubieran matado esta vez, tal y como Naruto predijo? ¿Se debería sentir bien con todo ahora que sus compañeros vaciaron todos sus resentimientos? Si ella no hubiera amado tanto a Sasuke, si no hubiera hecho que Naruto le hiciera esa promesa, no sería ni siquiera parte de este disfuncional equipo. Habría sido otro observador, mirando cómo este par de hermanos peleaban hasta hartarse.
Sus muñones dejaron de sangrar, así que Sakura movió sus manos hacia sus pechos, arreglando algunas costillas rotas antes de proceder con los pulmones. Luego el resto de sus órganos internos, para después tratar el resto de sus huesos rotos. Ellos la miraban con temor y agradecimiento en partes iguales, conscientes del enorme esfuerzo que requería sanarlos luego de tanto gasto de chakra previo, y entre más tardaba más se sorprendían de la gran cantidad que ella realmente poseía. Cuando hubo terminado, solo quedaban sus heridas más superficiales, las que por obvias razones siempre son dejadas al final, así que se puso de pie agotada. También había quedado sin una gota de chakra.
Naruto se puso en pie lentamente, regalándole una sonrisa. "Gracias, Sakura-chan."
Sasuke continuó rápidamente mientras se levantaba. "Sakura…"
Sakura lo enfrentó con una mirada afilada. Solo por tener una debilidad por él no se iba a ir toda su ira tan fácilmente. Él había hecho un montón de daño sin tener en cuenta ni sus sentimientos ni los de otros.
Qué bueno que ella acababa de sanarlo.
"Sasuke-kun," respondió rápidamente, y entonces echó su brazo hacia atrás y liberó toda su ira, frustración y angustia a través de un puñetazo que hizo contacto con un lado de su rostro.
No agregó chakra a su puño, pero la fuerza y emociones impresas en el golpe lo dejaron sin equilibrio, haciéndole retroceder unos cuantos pasos. Sasuke la miró atónito con los ojos como platos, y entonces Sakura se sintió mucho mejor. Lo máximo que había podido sacar de él desde que lo conocía eran leves reacciones. Siempre había sido indiferente o molesto con ella cada vez que estaba cerca, incluso si pensaba en ella como una amiga. El haber logrado sacar algo diferente de él para ella era muy satisfactorio.
"Eso fue por todo lo que nos has hecho pasar" declaró Sakura, señalando para incluir a un igualmente atónito Naruto. "Pero… acepto tus disculpas, siempre y cuando sean sinceras. Aunque no pienses que esto significa que todo ha sido perdonado mágicamente."
Sasuke asintió levemente mientras cubría con su mano su ahora doblemente golpeada mejilla, todavía estupefacto.
Entonces ella se giró hacia Naruto. "Y tú." Se acercó amenazante hasta su temblorosa figura y lo pinchó en el pecho con su dedo. "¡Siempre haciendo lo que se te da la gana sin medir las consecuencias, para después sonreír como un imbécil cuando ya todo ha terminado! Se supone que debíamos salvar a Sasuke juntos, pero no. Me dejan fuera del juego y aprovechas para hacer las cosas tú solo, haces que te vuelvan mierda-"
"Sakura-chan, ambos-"
"-y luego te quedas sin un brazo. ¡Idiota! ¡Eres un idiota!" Hizo una pausa en su diatriba, lanzando sus brazos al cielo y gruñendo, absolutamente exasperada. Luego sacudió la cabeza, y los estrechó a ambos contra sí en un abrazo. "Ambos son unos idiotas, pero me alegra que estén bien…"
Se quedaron así por un momento, sin hacer ningún ruido. No importa qué tan furiosa esté con ellos por dejarla a un lado, o su tendencia de resolver todo con los puños, ella los amaba y mucho. Su poco tiempo juntos como equipo los había acercado demasiado, y ella aún podía sentirlo cuatro años después- incluso si moría por aplastarlos contra el suelo en ese instante.
"Ustedes nos han salvado a todos. Gracias." dijo Sakura suavemente.
"Ne, no lo hubiéramos podido lograr sin ti, Sakura-chan" dijo Naruto mientras pasaba el brazo que le quedaba por la espalda de ella, "¿verdad, bastardo?"
Ella creyó escuchar un gruñido de aprobación por parte de Sasuke, quien devolvía el abrazo muy a su manera recostándose en ambos sutilmente, pero fue interrumpida por otro toque, esta vez en su hombro. Los tres se separaron viendo a su exhausto maestro, quien por fin había logrado llegar hasta ellos y los miraba con una expresión de alivio.
"Sin mencionar que ustedes ni siquiera estarían vivos ahora sin las habilidades de Sakura," comentó Kakashi airadamente. "Ahora, ¿por qué no me incluyeron en ese abrazo grupal?"
La rápida y ruidosa respuesta de "¡Llegas tarde, Kakashi-sensei!" por parte de Naruto los hizo sentir a todos cómodos nuevamente, mientras una sonrisa se formaba en el rostro de ella. Incluso Sasuke parecía tener una pequeña sonrisa en sus labios. Por primera vez en años, estaban en grupo haciendo chistes y riendo con calma, como si se estuvieran reuniendo para una misión como genin otra vez. Sakura recordó todas esas noches en que se había sentado en su cama, observando la foto de los cuatro. Lloró mucho los primeros días luego de la huida de Sasuke, pero eventualmente se había vuelto un dolor agudo en su pecho que nunca se permitía expresar. Observó esa foto noche tras noche, esperando que su deshecho equipo algún día pudiera lucir de esa forma otra vez. Hoy, lo hacía. El Equipo 7 original estaba de vuelta.
Al momento de volver adonde estaban casi todos los ahora veteranos de guerra, muchos habían logrado liberarse de sus capullos del sueño, o lo que sea que fueran. Todavía quedaban algunos atrapados en las ramas más altas del árbol, pero los que estaban libres ya los estaban ayudando. Sasuke no pudo evitar preguntarse si había algunos decepcionados de haber sido despertados. Ciertamente, todos parecían ser conscientes de haber estado luchando por la libertad, pero ver y estar en tu propio mundo ideal puede tener un gran impacto en ti. No hay duda de que él hubiera preferido vivir en un mundo de ensueño la noche después de que Itachi acabó con su clan. Ahora era más grande y maduro, lo suficiente como para saber que incluso si el mundo estaba lleno de errores, prefería trabajar para mejorarlo antes que pretender que no existe. No todo era malo. Tenía una nueva familia que lo había aceptado con todo y sus pecados, para probar que había cosas que valían la pena.
"¡Sasuke!"
Una voz femenina captó su atención, pero la persona ya estaba estregándose en su hombro incluso antes de poder mirarla. No es que no supiera quien era. Había estado con el grupo que él mismo había armado lo suficiente.
"Karin," saludó con un asentimiento, acostumbrado a su tendencia de invadir su espacio personal. El resto del Equipo 7 se había adelantado para ayudar al resto de la alianza.
Jūgo y Suigetsu se acercaron tras ella mientras Karin lo observaba de arriba abajo. "¡Estás bien! Pero estás sin una gota de chakra. ¿Y qué le pasó a tu cara? ¡¿Y tu brazo?!" habló rápidamente mientras le ofrecía el suyo, a lo que él negó con la cabeza. Karin dio un paso atrás, sonriendo. "Fuiste tú quien nos salvó, ¿verdad? Eres el único con el suficiente poder. Lo sé."
Sasuke encogió los hombros. "Naruto y yo."
"Muy genial y todo, pero me voy de aquí," interrumpió Suigetsu ruidosamente, brazos cruzados y una expresión de aburrimiento. "Orochimaru se fue tan pronto como despertó y nadie tenía la suficiente energía como para molestarse en detenerlo. Bastante listo. Yo ni siquiera estaría aquí si no fuera por las ruidosas demandas de esta tonta."
"¿PERDÓN?"
En serio, la disputa entre Suigetsu y Karin nunca terminaría, pero la parte importante de esto era que Suigetsu se marchaba. No le sorprendía a Sasuke, considerando cómo lo había reclutado en primer lugar. Al chico no le gustaba obedecer órdenes, y con ninguno Sasuke u Orochimaru dándole una razón para quedarse, era libre para hacer lo que le diese en gana.
"Seremos enemigos si nos volvemos a encontrar eventualmente," declaró Sasuke.
Suigetsu sonrió e intercambiaron una breve mirada de entendimiento. No se habían vuelto amigos, pero había un mutuo respeto entre ellos y el aprecio de haber sido compañeros de equipo alguna vez. "Heh, así tiene que ser."
Les dio un gesto de despedida a Jūgo y Karin. "Bueno, nos vemos psicópata. Perra psicópata."
"TÚ-"
Karin le dio un puñetazo en la cara por última vez, solo para ser salpicada por el agua antes de que Suigetsu se marchara rápidamente. Sasuke se sentía más bien divertido por cómo el Equipo Taka había resultado al fin y al cabo. Eran literalmente un puñado de experimentos de Orochimaru, pero de alguna forma habían logrado ser un equipo coherente cuando hizo falta.
"¿Vas a dejarlo ir así sin más?" preguntó Karin con un poco de terquedad.
Sasuke se volvió para mirarla. "Volveré a Konoha." Causó algo de shock con esa declaración. "El número de personas que él ha matado pesa más que su participación en la guerra como para que los altos mandos de la aldea lo pasen por alto."
"¿Y el tuyo no?" le preguntó Jūgo. No era una acusación, pero sí un cuestionamiento serio.
"Ya he intentado hacer las cosas a mi manera," respondió tranquilamente. Esto era algo en lo que había estado pensando desde que estuvo tirado en el suelo el tiempo suficiente junto a Naruto. Había ganado poder y matado a Danzo haciendo las cosas a su manera, pero no fue feliz. Volverse un tipo de jefe supremo del mal para re direccionar todo ese odio no iba a detener a los niños que habían crecido sin familia como él de ser consumidos por el odio y terminar de la misma forma. Necesitaban guía, apoyo, amor. Necesitaban alguien que fuera para ellos lo Naruto era para él. La política enfermiza y malvada era una cosa, pero esto era totalmente diferente. "Si quiero cambiar las cosas debo hacer esto correctamente, y si eso significa lidiar con las consecuencias de mis actos, entonces eso lo que haré."
"Sasuke…" dijo Karin, mirándolo asombrada. "Realmente has madurado…"
"Además, las ambiciones de Suigetsu no tienen que ver conmigo," notó Sasuke. Realmente no podía decir que iba a extrañarlo, pero el Equipo Taka había sido una parte importante de su vida. Si bien no iba a extrañar a Suigetsu, tampoco lo olvidaría. Probablemente era algo mutuo. Tampoco es como si al sujeto le hubiese gustado seguir su mando. "Ya no tenemos nada más que obtener trabajando juntos. Estamos mejor de esta manera."
"De todas formas, Orochimaru huyó y yo ya no soy el líder de Taka. Son libres de hacer lo que quieran," les dijo.
"Iré a donde tú vayas. Eres el legado de Kimimaro y lo creo ahora más que nunca," respondió Jūgo sin pensarlo dos veces.
"Sabes que te seguiré a donde quiera que vayas Sasuke," anunció Karin con la barbilla alta y de forma arrogante, con las mejillas sonrojadas. "No tienes remedio. Ya habrías muerto más de cien veces sin mí."
Él asintió, saboreando sus palabras. La mayor parte del porqué los había reclutado era que sabía que sus habilidades únicas lo ayudarían a lograr su venganza. Cierto es que se sentía mucho más a gusto con ellos que con el sanguinario Suigetsu, e incluso podría atreverse a llamarlos amigos. Karin estaba en lo cierto. Ella, junto con Jūgo y Suigetsu, realmente habían salvado su vida muchas veces.
"P-pero solo te daré una última oportunidad, para que sepas. ¡Más te vale que la aproveches!" la pelirroja le advirtió indignada, y sonrojada.
Hizo una sonrisa burlona. Realmente las mujeres en su vida se preocupaban demasiado. No lo entendía. Todavía no lo entendía. Pero llegar un día como este y aún tenerlas a su lado, se sentía con suerte. Sasuke era inteligente y sabía que rara vez las personas conseguían segundas oportunidades como esta. Era momento de apreciar que con todo lo que había hecho, todavía tenía personas en su vida que lo apoyaban, debía quedarse a su lado.
"Gracias Karin," dijo mientras sonreía ligeramente. "Gracias Jūgo."
"Por supuesto que fuiste tú el que lo hizo" fue el saludo del Kazekage. La sonrisa en su rostro mostraba el mismo cansancio que Naruto sentía.
"Heh, bueno, no fue nada," le respondió Naruto mientras rascaba la parte de atrás de su cabeza, sonriendo. Sakura había continuado para ayudar a cualquiera que necesitara atención médica, aún sin chakra su conocimiento y habilidad eran indispensables, y ya habían perdido a Sasuke entre la multitud antes que eso. Naruto, por su parte, estaba tan cansado y con tan miserable cantidad de chakra que no podía permitirse ayudar a alguien. Kurama estaba muy callado en su interior, durmiendo para recuperarse de su propio gasto excesivo de energía.
"En cualquier caso, me alegra ver que estás bien. De todas formas, luego de verte vivir luego de estar a puertas de la muerte, no esperaba menos de tu parte," dijo Gaara mientras ambos observaban a la multitud de sobrevivientes.
"Haha, si… De paso, gracias por mantenerme con vida," dijo dubitativo. Naruto todavía no tenía idea de cuánto tiempo había estado técnicamente muerto. Su charla con el Sabio de los Seis Caminos no fue precisamente corta, y tenía un gran vacío respecto lo que había pasado desde que 'murió' hasta que se levantó.
Gaara negó con la cabeza. "No. Yo no pude hacer nada para mantenerte con vida. Todo lo que hice fue llevarte con los que podían."
"Madara me quitó la parte Yang de Kurama," respondió el chico pensativo. "¿Cómo pude siquiera sobrevivir…?"
"Tienes amigos que se esfuerzan hasta lo imposible, Naruto, y terminan haciendo hazañas gracias a ti" replicó Gaara. "Sakura-san tomó la situación por su cuenta e hizo funcionar tu corazón manualmente, y fue la que respiró por ti en ese tiempo."
"¿Qué...?"
El Kazekage rió. "Bombeó tu corazón con su mano y te dio un boca a boca."
Incluso él no era tan idiota como para no entender lo que significaba esa oración. Abrió la boca de par en par y se quedó allí, mirando a su amigo en una mezcla de incredulidad y asombro. Parte de él (la mayor parte, siendo francos) quería dar un grito de júbilo ante solo la idea de los labios de Sakura tocando los suyos, aunque el gesto no fuese ni remotamente romántico ni con alguna segunda intención. Otra parte estaba completamente asombrada de las habilidades que ella poseía, consciente de qué tan lejos estaba ella dispuesta a ir con tal de salvar su vida. Una parte más se dio cuenta de lo cerca que había estado de la muerte. Tan cerca que ella había tenido que literalmente tomar su corazón entre sus manos para mantenerlo vivo, lo cual era alucinante.
"Si alguna vez ella se aburre de Konoha, por favor hazle saber que Suna la recibirá con los brazos abiertos, porque una kunoichi como ella no se ve todos los días" medio bromeó Gaara mientras se apoyaba en su calabaza.
"¿Qué? ¡De ninguna forma! ¡No puedes tener a Sakura-chan!" le negó Naruto vehementemente.
El Kazekage sólo rió suavemente mientras Naruto murmuraba enfurruñado. Probablemente estaba tomándose el chiste de Gaara muy en serio, pero Sakura era una persona especial para él y no podía evitar ser algo sobreprotector con ella. Además, el Equipo 7 se acababa de reunir nuevamente. Habían cosas que debían ser dichas, confesiones… que debían hacerse.
"Asumo que un homenaje en memoria de los caídos tendrá lugar pronto, una vez que todo el mundo sea reunido y los casos que necesiten atención médica sean atendidos. Como Kazekage, estaré muy ocupado. Tú volverás a Konoha y yo a Suna y no nos veremos en un tiempo," le dijo Gaara, poniéndose serio. "Solo quiero decir… gracias."
Naruto parpadeó, sintiéndose un poco incómodo. Primero Sakura y ahora ¿Gaara? La gratitud era buena, pero no quería que todo el mundo le estuviese agradeciendo a cada rato por salvar sus vidas y su libertad, especialmente sus mejores amigos. "Yo solo, uh, hice lo que estaba en mi poder para mantener las cosas en orden."
"No, Naruto," le replicó Gaara de inmediato, "gracias por ser quien eres. Tal vez no seas consciente, pero todos los que te conocen, todos, se han sentido inspirados por ti. Cuando me derrotaste, me cambiaste para mejor. Has cambiado a muchas otras personas, y ahora nos has salvado a todos siendo tú mismo". Sonrió y dejó salir un suspiro, "Poder tener a un amigo como tú Naruto… Me siento afortunado".
Lentamente, Naruto sonrió. Gaara era el que decía que estaba agradecido, pero no tenía idea de lo que agradecido que él se sentía de tener ese particular jinchuuriki como amigo. Sasuke era como un hermano para él, pero era Gaara quién había vivido lo mismo que él. Mientras que su amistad puede haber sido una razón para que el Kazekage cambiara, Gaara se había vuelto un extraordinario líder por su cuenta. Había sido tan malévolo, pero en cambio se volvió alguien lleno de compasión respetado por todos los ciudadanos de Suna. Él era el que inspiraba. "Hey, estaría muerto de no ser por ti, así que también debo ser muy afortunado."
Se escuchó a Temari llamarlo cerca, demostrando que se necesitaba el Kazekage, tal y como Gaara había mencionado. El más joven de los hermanos de la arena ajustó su calabaza a su espalda con una sonrisa y un cabeceo. "Espero verte en la reunión de Kages dentro de unos años."
"Lo harás," declaró Naruto con una sonrisa de determinación. "De veras."
Ino sufría.
No había procesado las cosas cuando la Alianza se reunió para el homenaje, demasiado aliviada de estar viva y fuera de una ilusión, más de lo que creía querer. Había sido lo suficientemente corto como para no necesitar pensar en ello y eso la tranquilizaba.
Hasta ahora.
Eventualmente iba a pasar porque se había estado conteniendo durante un buen tiempo, pero el segundo homenaje durante la revelación del memorial de la reciente guerra realizado en Konoha le afectó muchísimo más que el primero. Tan pronto como escuchó el nombre de su padre entre los muchos que habían caído, entre los pocos que eran mencionados con los mayores honores, sus piernas flaquearon y cayó al suelo. Lloró tan fuerte que casi no podía respirar.
Luego sintió a alguien a su lado, apoyándose y llorando con ella. Y entonces llegó otra persona y se puso detrás de ellos, sosteniéndolos. Shikamaru. Chouji. El Equipo 10 estaba allí para compartir su dolor, y estaba agradecida por ello.
Se quedaron así por un momento, hasta que su llanto se volvió una suave respiración entrecortada. Shikamaru había sufrido la misma pérdida que ella, pero parecía estar manejándolo mucho mejor.
"Esos dos…" empezó una voz masculina, entonces Ino subió la llorosa mirada para encontrar a Chouza junto a ellos, "son unos bastardos, dejándome a mí sólo. Qué groseros."
"Papá…" dijo Chouji suavemente. Ino sabía que no iba a intentar consolarlos, porque no sabía cómo hacerlo y, francamente, no importaba lo que él dijera al respecto. No había forma de cambiar lo ocurrido ni palabras para remediarlo. Shikamaru y ella habían perdido a sus padres y Chouza a sus mejores amigos.
"Shikamaru, ¿cómo está tu madre?" preguntó Chouza, su voz ronca ocultando cualquier emoción que estuviera sintiendo.
Shikamaru se apoyó en sus manos, separándose un poco del pequeño tumulto-Equipo-10 en el que estaban los tres. "Está rompiendo cosas."
Ino sonrió un poco. Nara Yoshino tenía un temperamento muy volátil, así que no podría tener más sentido que decidiera romper cosas para consolarse en medio de su duelo.
"¿Y la tuya Ino?" La pequeña sonrisa se desvaneció, abrazó sus rodillas con sus brazos mientras acercaba las piernas a su pecho. "Anoche lloró hasta que se durmió. Cuando me fui esta mañana, había terminado de hacer una docena de arreglos florales."
Levantó la cabeza lentamente, no sabía si quería o no ver el rostro de Chouza. Realmente no reunió algo de coraje para hacerlo, levantar la cabeza fue una decisión rápida y no le dio tiempo ni de pensar. Su expresión era de profundo dolor, pero a diferencia de Shikamaru y ella, no había lágrimas. Ino se preguntó si sentía lástima por ellos, las dolidas familias que sus amigos habían dejado atrás.
"Ya… veo…" logró decir Chouza. Tragó y dio un suspiro, lo que la hizo pensar que sentía una tensión similar a la suya. "Asegúrense de decirles… que el clan Akimichi hará lo posible para ayudarlos. Nuestra familia… hará todo lo posible."
Shikamaru asintió levemente, pero Ino solo se quedó mirando al suelo. El líder del clan Akimichi se agachó a su lado, poniendo una mano en su hombro. "Ino, y tú también Shikamaru, quiero que ambos sepan… Tal vez yo no sea tan sabio como Shikaku, o tan comprensivo y compasivo como Inoichi, pero soy un padre también. Si hay algo que necesiten, pueden buscarme sin problemas."
Ella giró y se lanzó hacia él, sollozando y abrazándolo fuertemente. No había palabras para describir cómo se sentía en ese momento. Les había dado el gesto más hermoso que cualquiera podría ofrecer y aunque eso no arreglaba lo que sentía, saber que había alguien dispuesto a darle el apoyo paternal que antes obtuvo de Inoichi calmaba un poco su corazón. Conocía a Chouza desde que conocía a Chouji, los había presentado y todo este tiempo había sido bueno con ella.
Eventualmente, dejó que Chouza se separara y Shikamaru soltó un muy ronco "gracias" mientras Chouji ponía un brazo sobre el hombro de su mejor amigo.
"Ahora voy a ir a ver a sus madres. Ustedes dos… traten de no salir hasta tarde, ¿de acuerdo?" dijo Chouza torpemente.
Ino sabía que era más que una sugerencia. Tenían diecisiete y con suficientes luchas encima como para ser considerados adultos incluso a una edad tan corta, y a pesar de su disposición para que acudan a él como un padre, tan solo no había mucho que podía hacer por ellos. Era una recomendación muy importante y ella podía leer entrelíneas. Por favor no dejen a sus madres solas.
"No lo haremos," respondió Shikamaru por ellos, el genio claramente más rápido que ella para descifrar el mensaje.
Se despidió y un minuto después, el último miembro del antiguo trío InoShikaChou era un pequeño punto en la distancia. Ino seguía en el suelo, para luego pararse lentamente mientras observaba las filas y filas de lápidas tras el nuevo memorial de piedra. No todos los cuerpos habían sido recuperados pero todos habían sido debidamente enterrados en el campo de batalla, pero tener un lugar para que gente de la villa fuera parecía ser reconfortante para todo aquel que había perdido a un ser querido en la guerra.
"¿Quieren… ir a visitarlos?" preguntó a sus dos compañeros mientras se agarraba el brazo. Ella quería estar al lado de la tumba de su padre, pero no sola, ni lo quería admitir en voz alta. Shikamaru y Chouji parecieron entenderla y asintieron con la cabeza.
Encontrarlos había tomado más de lo esperado. Habían muerto tantas personas y mientras caminaban entre filas y filas en busca de dos nombres, el hecho de que no fuese tan fácil parecía un recordatorio de todo lo perdido. Después de un tiempo, descubrieron que ambas tumbas fueron dejadas juntas e Ino sintió tranquilidad de que su padre hubiera sido enterrado junto a uno de sus mejores amigos.
Shikamaru estaba de pie frente a la tumba de su padre, a su lado Ino lo imitaba, un poco atrás y en medio de los dos estaba Chouji. En silencio, ella reflexionó sobre las últimas palabras que su padre le había dicho durante la guerra. Le dijo que estaba orgulloso de ella, y la verdad, ella también lo estaba. Ser capaz de hacer una técnica que incluso a su talentoso padre le había tomado muchos años más de entrenamiento la hizo sentir realizada, más saber que su padre había quedado encantado. Fue lo que dijo después lo que la tenía pensando.
"No pierdas ante Sakura en el amor." Esas habían sido sus palabras, y a pesar de que Ino no era tan inmadura como para pensar que ambas todavía estaban compitiendo por Sasuke, lo que estuvo soñando mientras estaba atrapada en el Tsukuyomi Infinito le avergonzaba. ¿De verdad añoraba tanto ser amada que una vida feliz, para ella, se resumía a tener dos chicos que le gustaban peleando para conquistarla? ¿Cómo podía haber soñado eso, incluso aunque su padre hubiera estado con ella?
Parecía tan ridículo, y ella solo se preguntaba constantemente si de verdad había soñado eso. Sí, quería enamorarse de alguien que la amara de vuelta, y sí, le gustaba la atención, especialmente de hombres atractivos -incluso mejor si estaba algo enamorada de uno de ellos- pero eso no era toda su persona. Era más fuerte que eso. Era mejor que eso, pero ahora que lo pensaba, ella realmente no había encontrado un sueño desde su niñez. Por sus compañeros y amigos, siempre estaba decidida a ser una mejor kunoichi, ¿pero cuándo había dejado de soñar con el amor?
A la hora de la verdad, no había vuelto a soñar. El mundo estuvo en paz por un tiempo y luego un completo caos por los siguientes dos años. Cuando las cosas estaban calmadas, Ino deseaba el amor, pero entre el orden y el caos, no había tenido tiempo de pensar acerca de lo que realmente quería para su vida. El amor era una cosa, eso seguro, pero no lo era todo.
Silenciosamente, Ino decidió encontrar un nuevo propósito para su vida. Tener únicamente al amor en su mente era algo que habría hecho a los doce años. Pero ya no era una niña. Quería algo grande, que no tuviera nada que ver con citas y matrimonios.
"Es un lindo día, ¿deberíamos ir a ver las nubes?" sugirió Ino repentinamente, volteándose para ver a sus otros dos compañeros.
"¿Tú quieres ir a ver las nubes?" preguntó incrédulo Chouji, cerca Shikamaru mostraba el mismo asombro.
"Me serviría un rato para pensar," explicó con un tono cool, intentando volver a su personalidad normal. Siempre le dolería la muerte de su padre, pero en este momento, decidió que una actitud animada la ayudaría a recuperarse más rápido. "Podríamos ir a comer barbacoa después."
Al escuchar barbacoa, Chouji miró a Shikamaru con unos ojos que dejarían a cualquiera que no lo conociera intranquilo.
"Si, supongo que podemos hacer eso," suspiró Shikamaru, aunque la sonrisa en su rostro contradecía el tono de su voz.
Mientras se alejaban, Ino sonrió levemente al cielo. Haría a su padre tan orgulloso de ella que molestaría interminablemente a Shikaku con su fanfarronería. Ese era el tipo de mujer que sería.
Así que… una tumba. Una lápida. Un cuerpo siendo consumido por los gusanos.
"Qué putas, Neji…" murmuró Tenten, pateando suavemente el pasto. Ella no debería estar allí, parada frente a la tumba de su amigo. Siempre había sido opacada por el impresionante talento y fuerza de su compañero, pero de igual forma era admirable lo duro que él trabajaba para cumplir sus metas. Y había terminado así. Oh, el poderoso había caído.
Cada vez que pensaba esto, a veces, sentía la profunda necesidad de tirarse al suelo y llorar de la misma forma que Ino lo hizo hace un rato frente a todo el mundo. Las otras veces, estaba furiosa porque Neji había dado su vida por proteger el futuro de otros. Esta era una de esas veces.
Era algo tonto sentirse furiosa por ello. Después de todo, ¿cómo podía justificar su rabia cuando Neji había hecho lo necesario para salvar a su prima y a la persona que todos creían que podía salvar al mundo? Era un sentimiento egoísta, pero estaba furiosa de ver que su compañero ahora era solo un cadáver bajo tierra cuando él, por encima de muchos otros, merecía más que esto. Aunque hubiese sido su decisión, ¿no pudo haber hecho algo más? Él era –había sido- una de las personas más fuertes que conocía. Seguramente haber desplegado su Hakkeshou Kaiten habría sido lo suficientemente fácil, y habría bastado.
"Tenten…" habló Lee, su voz desvanecida. No era su estilo hablar de forma tan apagada, pero ella podía ver de reojo la preocupación en su cara, él no la presionaba porque sabía que estaba furiosa.
"Ni siquiera deberíamos estar aquí," le dijo mirando la lápida. Era bastante sencilla, decía "En honor a Neji Hyuuga, amigo y héroe". No le hacía justicia al hombre que Neji había sido.
"Entiendo cómo te sientes, Tenten," le dijo el especialista en taijutsu mientras le ponía una mano en el hombro. "Mi gran rival… Este sentimiento es más de lo que puedo soportar."
Sus ojos le ardían, intentando contener las lágrimas. Estúpido Neji. ¿Cómo pudo haberlos dejado? Lo hizo por salvar a su prima, su poco hábil, privilegiada prima de la rama principal Hyuuga, quien no la pudo saludar durante tres años sin tartamudear. La chica que a primera vista sólo te hacía pensar en "ojos blancos" y "grandes te-
"Tenten-san, Lee-san…"
En un parpadeo, una afligida Hyuuga Hinata se encontraba detrás de ella junto a Uzumaki Naruto y Tenten se sintió culpable por tener pensamientos tan perversos. No estaba bien echarle la culpa a Hinata por la muerte de Neji. No era culpa de la heredera haber nacido en la rama principal, ni ser tan tímida ni no ser el genio que Neji había sido. No era correcto echarle la culpa, pero Tenten sabía que estaba buscando un culpable. No había un culpable. Neji escogió esto y era muy difícil aceptarlo.
"H-hey," los saludó Tenten forzosamente. De verdad esperaba que no quisieran hablar. Incluso si ver a Hinata había disipado parte de su ira, no tenía ganas de socializar, en especial con las personas por las que Neji se había sacrificado.
"Hinata-san," la saludó Lee solemnemente, "el sol brilla hoy, pero se siente como un día muy gris, ¿verdad?"
"Si…"
Se hizo silencio y Tenten notó que Naruto no había dicho ni una palabra. Giró para verlo y notó que era el que sufría de forma más evidente por la muerte de Neji. Recordó cómo se había sentido durante la guerra, lo desesperanzado que se veía. Todos dependían de él y no había sido capaz de protegerse ni a su amigo. Estar frente a su tumba debe haberle traído todos esos sentimientos de vuelta. Estaba callado, pero la angustia en su rostro y las lágrimas que corrían por sus mejillas le parecían el reflejo de lo que ella estaba sintiendo por dentro.
Tenten no supo cómo fue capaz de estar furiosa con él.
Todos estaban tan dolidos. ¿Qué palabras podrían brindarles consuelo de alguna forma? Nada podría hacerla sentir ni un poco mejor en este momento. Esto era tan patético. No podía ni respetar la decisión que Neji había tomado porque no la aceptaba en primer lugar.
"Naruto-kun, lloro por la ardiente juventud de mi amigo tanto como tú," dijo Lee suavemente, su voz quebrada, y Tenten supo que había empezado a llorar de nuevo.
"Yo…yo…" murmuró Naruto mientras respiraba agitado. "¡Mierda!"
Salió a correr tan rápido que ella sintió el vello de su cuello erizarse. Aparentemente, incluso decir algo era lo incorrecto para decir. Casi lo envidiaba por salir corriendo. Aunque Naruto no hubiese sido compañero de equipo de Neji, había compartido un vínculo permanente y profundo. Él había cambiado a Neji para bien. También había vuelto a reunir a su equipo, y ahora el que estaba roto era el de ella. Roto irremediablemente. Él podía huir de esto, ella no.
"¡N-Naruto-kun…!" Hinata lo llamó con preocupación. Hizo una reverencia apresurada a la tumba de Neji, luego a Tenten y a Lee antes de correr tras Naruto.
"Vaya, vaya… Neji es bastante popular."
Los ojos de Tenten se abrieron de par en par. Esa voz…
Giró rápidamente e hizo una reverencia, Lee la imitó velozmente. "¡Hokage-sama!"
Su ídolo estaba frente a la tumba de Neji con una triste sonrisa, tan radiante y hermosa como siempre. Si alguien se veía como clamaban Lee y Gai-sensei todo el tiempo era Senju Tsunade. No importaba que su tersa piel y su brillante rostro no fueran reales; la habilidad de mantener algo así asombraba a Tenten. Para ella, esta era la mujer más poderosa del mundo.
"Detesto el favoritismo, pero él definitivamente era uno de mis jounins preferidos," admitió Tsunade, dejando salir un suspiro de resignación. "Es duro, ¿no es así? Volver a casa y saber que él ya no estará más con ustedes.
Tenten tragó duro, conteniendo todo el remolino de emociones que amenazaba con salir en cualquier momento. No sabía cuánto llanto podía soportar este mundo en un día, pero ya estaba cansada. Habían tantas personas llorando a su alrededor, dolidas por la muerte de sus seres queridos y que no lo habían visto venir, o estaban sencillamente impactadas. Su compañero murió con una sonrisa en su rostro y todo lo que ella podía sentir era rabia y pena de que Neji hubiera elegido dejarlos. Se preocupaba por como ella se sentía en este momento, no por como él se había sentido. Era muy egoísta, pero no se podía sentir de otra forma en este momento.
"Uno de mis compañeros nos dejó hace mucho tiempo, y terminó propiciando la muerte de nuestro maestro. El otro fue asesinado por Pain," la Godaime dijo con melancolía. "Mi equipo… ha estado roto un largo tiempo. En ese entonces, estaba tan concentrada en lo inútil que me sentía que terminé rompiéndolo aún más. Es algo de lo que no puedo hacer más que arrepentirme." Se giró mirando a Tenten con ojos llenos de empatía. "Está bien sentir rabia, y todo lo demás que estás sintiendo."
"¿C-Cómo es que…?" titubeó la especialista en armas.
Tsunade sonrió. "Está escrito en todo tu rostro. No lo escondes tan bien como piensas," respondió sencillamente. "Pero no dejes que esto separe tu equipo. Correr parece fácil, pero al final, no vale la pena todo lo que pierdes al hacerlo. Tiempo… es algo que di por sentado en cuanto a ciertas personas."
"Cuídense entre ustedes," les aconsejó la Hokage, asintiéndole a Lee y a "Neji" mientras se retiraba a presentar sus respetos a otras tumbas, despedida por una reverencia más por parte del primero.
Tenten se quedó mirando el vacío, asombrada de que Tsunade le hubiera dicho algo tan personal. Que fuera un consejo tan sabio cuando ella ni siquiera podía lidiar con sus emociones solo la hizo admirar a la Sannin todavía más. Esta era la que mujer que aspiraba ser. Ella… ella tenía un largo camino por recorrer…
"Vamos a ver a Gai-sensei," sugirió suavemente. Aún tenía rabia corriendo por sus venas, pero Neji ya no estaba allí realmente, y ella tenía a otro compañero por quien también se preocupaba. No podía ir atrás en el tiempo y cambiar las cosas, tal vez algún día podría aceptar pacíficamente su decisión y la forma en que todo había resultado, pero en este momento, tenía que atesorar lo que todavía tenía.
Lee sonrió e hizo la mejor pose que pudo. "Si Tenten, ¡vamos!"
Él debía salir de allí, fue por eso que salió corriendo. Tenten se veía tan furiosa, tal vez con él, tal vez con Neji- él no sabía. Lee se veía tan perdido y tan abatido, de la misma forma en que Naruto se había sentido cuando Sasuke los dejó. Y Hinata, quien le había pedido especialmente que la acompañara a visitar la tumba de Neji, tenía un aura de melancolía tan fuerte que Naruto pensó que se iba a sofocar con todo lo que estaba sintiendo.
Quería seguir corriendo hasta que sus piernas ya no dieran más. La adrenalina de correr sin usar chakra lo hacía olvidar al menor un poco la injusticia de todo el asunto. Lo único que quiso Neji fue libertad, y aunque murió con una sonrisa en su rostro, aunque el sello que lo mantenía preso se desvaneció con su último aliento, aunque eligió tal destino con sus propias acciones, Naruto simplemente no podía ver eso como algo siquiera similar a la libertad. Estuvo amarrado a un sello que podía controlarlo hasta sus últimos momentos, e incluso aunque Hiashi no parecía un mal tipo, eso no cambiaba lo que las ramas de la familia Hyuuga veían en ese sello.
Y por más terrible que fuera ello y lo mucho necesitaba ser cambiado, lo que más lo atormentaba era la mentira en que habían resultado sus palabras.
El solo pensarlo lo enfermaba y hacía que pisara con más fuerza de lo normal. No era su culpa, pero seguía siendo un mentiroso. El mundo estaba a salvo, pero era un mentiroso. Sasuke volvió, pero era un mentiroso. Mentiroso, mentiroso, mentiro-
Chocó fuertemente con alguien, y ambos volaron y cayeron al suelo. Se frotó la cabeza mientras se sentaba, mirando preocupado alrededor y rogando por no haber herido a alguien de gravedad por su imprudencia.
Sorpresivamente, era alguien que más bien le haría daño a él por ser tan cabezota. "¡Ugh! ¡Sakura-chan! ¡P-perdón, de verdad que no te vi!"
"¡Eh, Naruto! ¡Mira por dónde vas!" siseó Sakura, masajeando su hombro, el cual asumía era donde la había golpeado sin querer. Su expresión cambió de inmediato cuando se fijó en él y suavizó su tono. "Hey, ¿qué sucede?"
"Estoy bien," respondió él mientras se limpiaba la cara con la manga antes de regalarle una sonrisa forzada. Diablos, ni hablar de cómo se debía ver con los ojos rojos y la nariz mocosa.
Su amiga cercana se sintió herida con su negativa y miró al suelo con interés. "Puedo ver a través de esa sonrisa. Si no me quieres contar lo que te sucede está bien, pero al menos no me mientas."
Las palabras lo llenaron de culpa. Él no quería molestar a Sakura con sus problemas, así que su primera reacción fue negar lo evidente, pero ella era también la persona con la que más había estado durante los últimos dos años. Ella lo conocía mejor que nadie y ahora veía que intentar apartarla de sus problemas solo la lastimaba. Confiaba en ella implícitamente, y después de todo, él sabía que no debía apartarla de él.
"Hinata me pidió visitar la tumba de Neji con ella pero…" Tragó duro, continuando con dificultad. "No pude soportarlo."
"Neji significó mucho para ti. Es normal que necesites algo de tiempo," lo consoló Sakura, poniendo una mano en su brazo.
"No, no es que se haya ido. No lo es," dijo, sacudiendo su cabeza y jugando con el pasto entre sus dedos. "Yo solo… No dejo de pensar en la vez que peleamos durante los exámenes chuunin."
Ella lo miró confundida. "Tú lo cambiaste."
Naruto mordió su labio y sacudió su cabeza con más fuerza. "Es por eso que esto está mal. Todo lo que le dije aquella vez era mentira." Se puso de pie con un suspiro adolorido. "Sakura-chan, Sasuke y yo nunca habríamos podido derrotar a Kaguya de no haber heredado el chakra de los hijos del Sabio. Nosotros ni siquiera estaríamos vivos porque no lo habríamos conocido y él no nos habría traído de vuelta. Eso-todo eso fue mi destino. ¡Es como si yo hubiera hecho todo lo que debía hacer sin siquiera saberlo! ¡Neji tenía razón! ¡Yo nunca cambié mi destino porque heredé la voluntad de Ashura desde el principio, y cambié a Neji con una mentira!"
Sakura se puso de pie frente a él y le sujetó ambos brazos mientras le hablaba firmemente, "De acuerdo, no entiendo muy bien todo lo que pasó con el Sabio, ¿pero desde cuándo Uzumaki Naruto cree en el destino?"
No respondió. Él no creía en el destino. Pero en ese momento, de verdad sentía que cada decisión y acción hasta ahora no eran realmente suyas, que la fuerza que ahora tenía le había sido otorgada en vez de luchada y construida. "No creo, pero-"
"No," su compañera negó con fuerza, "no hay un pero. ¿De verdad piensas que sólo porque heredaste el chakra de alguien más, cambió el quién eres? ¿Quién se supone que deberías ser?" Sus ojos estaban tan llenos de convicción que él no podía apartar su mirada. Ella creía tan firmemente en lo que decía que casi se lo hacía creer a él también.
"Tú elegiste ser alguien que sonríe en vez de guardar rencor. Elegiste trabajar duro para ser más fuerte. Elegiste poner tu vida en riesgo para salvar a todos los demás. Y tú," ella hizo una pausa para mirarlo profundamente, "derrotaste a Neji."
Él tembló con su agarre. "¿Cómo lo sabes, Sakura-chan?"
Ella sonrió con seguridad. "Porque te conozco. Si no hubieras trabajado tan duro como lo hiciste o haber tenido tanta determinación como la tuviste, entonces y ahora, ninguno de nosotros estaría aquí. Tú nunca seguiste alguna clase de destino, Naruto. Siempre has sido el ninja impredecible número uno de Konoha."
Naruto le devolvió la sonrisa. "Gracias, Sakura-chan."
"Ahora que lo pienso, ser impredecible es bastante predecible de tu parte, ¿sabes?" dijo ella, tocándole el costado juguetonamente.
"¡Hey! Creí que me estaba animando," hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos, pero no pudo controlar el temblor en la comisura de sus labios.
"Ni siquiera trates de lucir molesto, Naruto. No funciona en absoluto."
Se rió un poco antes volver a tener un semblante triste. "De verdad Sakura-chan, gracias. Creí que ya había lidiado con esto, pero apenas estuve frente a la tumba, yo…"
"Pasó en medio de la guerra, Naruto," dijo Sakura, quitándole importancia. "No tuviste tiempo de lamentarlo, ni tampoco lo tuvimos el resto." Ella suspiró, meciéndose sobre sus talones. "Él también era mi amigo, ¿sabes? Nos va a tomar tiempo acostumbrarnos a su ausencia."
"Me voy a asegurar de que ningún otro Hyuuga se tenga que sentir de la misma forma," proclamó Naruto con determinación, mientras se limpiaba las lágrimas.
"¿Cuándo seas Hokage?" preguntó ella con una pequeña sonrisa.
"Cuando sea Hokage," estuvo de acuerdo. Sintiéndose más liviano, le sonrió de vuelta. "Hablando de eso, Tsunade-baachan dijo que iban a dejar a Sasuke libre hoy en la noche."
"¿En serio? Eso fue más rápido de lo que esperaba. He estado tan ocupada en el hospital últimamente que apenas he visto a Tsunade-shishou. Sabes más que yo," respondió.
Se veía cansada, Naruto lo notó. Aunque tuviera ojeras marcadas, el fuego en su interior ardía como siempre. Tampoco había visto a Sakura mucho últimamente, teniendo en cuenta que había estado ayudando a Tsunade y (a las malas) llenando reportes de lo que había pasado durante la guerra. Casi deseaba no haber tenido su prótesis lista tan pronto para evitar ese trabajo. Aún, muy de vez en cuando, se escabullía de sus responsabilidades con un clon de sombras para echarle un vistazo en el hospital, sólo para ver cómo se encontraba, pero ese era todo su contacto con ella. Demonios, incluso había visto a Sasuke más seguido desde que lo dejaron visitarlo en la prisión.
Estaba feliz de hablar con ella en ese momento. Únicamente ella podía lidiar con sus sentimientos y hacerlo sentir mejor de la forma tan fácil como lo hacía. Y la forma en que se vía bajo el sol… era tan bella…
"¿Naruto?"
Saltó cuando ella lo sacó de su ensoñamiento. "¿Huh?"
"Estabas hablando sobre Sasuke," le recordó ella levantando una ceja.
Se sonrojó, esperando que ella no descubriera lo que lo tenía distraído. "Cierto. Él-él se va a quedar conmigo mientras encuentra un lugar para dormir desde que el barrio Uchiha fue destruido por Pain. Y también con sus compañeros del equipo que formó- Equipo Taza o lo que sea."
"Taka," Sakura lo corrigió mientras lo miraba agudamente, "¿Y se van a quedar contigo?"
"Si, Sasuke dijo que también necesitaban un lugar para quedarse."
"Entonces yo también me quedo," declaró con simpleza.
Naruto la miró. "¿Eh?"
"Me voy a quedar contigo," repitió con un tono en el que no cabía la menor duda. "¿Acaso olvidaste que te vas a quedar con gente que eran unos fugitivos hace tan solo unos días?"
La respuesta era sí. Ni siquiera había pensado en ellos como fugitivos. Su mente no funciona así. Sasuke era su hermano, y a pesar de todo sus errores del pasado (y Naruto sabía que eran un maldito montón), él había sido víctima de las circunstancias a las que se había visto sometido, y eso los conectaba. No se habían visto cara a cara en mucho tiempo, pero la confianza no se había desvanecido realmente. Naruto mantuvo su fe firme en él y nunca dejó que se desvaneciera, a pesar de las circunstancias. Ahora que ambos volvían a estar juntos, la confianza era todavía más fuerte. Confiaba en Sasuke, y por consiguiente, confiaba en sus amigos.
"P-pero es Sasuke," fue lo único que le pudo decir.
Ella apartó la mirada con tristeza. "Tú confías en él. Yo no puedo," respondió. El remordimiento en su rostro le produjo un dolor en el pecho cuando se acordaba de todas las veces que Sakura había llorado por Sasuke. Su desconfianza solo mostraba que el dolor seguía ahí. "Al menos, no por ahora."
"Sakura-chan…"
Ella sonrió de la misma forma que él lo había hecho antes. "Perdón, Naruto. Después de todo lo que has hecho para traerlo de vuelta…"
Él tragó duro. "No, tú… tú no puedes evitar lo que sientes por Sasuke…"
"No importa cómo me siento, me alegra que esté de vuelta," le aseguró. "Yo… nunca te agradecí por cumplir tu promesa. Así que…" Alzó la mirada, sus ojos encontrándose, y él sintió que su corazón se aceleraba. "… gracias, no solo por cumplir tu promesa, también por todo lo demás. Ese día no supe, cuando Iruka-sensei nos nombró, la suerte que tuve de ser tu compañera."
Sus ojos eran una cosa. Sus palabras eran otra. Independientemente, ambos le estaban llegando profundamente y no sabía cómo reaccionar. Sakura no le decía este tipo de cosas muy seguido, pero le estaba abriendo su corazón en ese momento. Era gracioso lo cercanos que eran, la forma en la que podían hablar de todo menos de sus sentimientos. Él siempre la había invitado a citas y ocasionalmente ella aceptaría ir como amigos, pero 'como amigos' era diferente de como él se sentía. Él amaba ser su amigo, pero también la amaba y no podía evitar la calidez en su pecho que solo ella le hacía sentir.
La misma que le estaba haciendo sentir en ese momento.
Le podía decir ya, ¿verdad? Naruto había optado por no decirle hasta que pudiera cumplir su promesa, porque Sakura merecía alguien que pudiera cumplir su palabra. Finalmente lo había hecho, e incluso si ella seguía amando a Sasuke, incluso si sus sentimientos le resultaban desagradables, e incluso si ella lo rechazaba de forma tan dolorosa que lo marcase de por vida, tenía que decirle cómo se sentía. Ella había sido uno de sus sueños desde que la vio por primera vez y no se iba a rendir hasta que escuchar de su boca que nunca iba a suceder.
Hizo a un lado su sonrojo y la miró con determinación, ojos fijos en los de ella y la cabeza inclinada hacia ella. "Sakura-chan, yo-"
"¡Naruto-kun!"
¿Cómo es que pudo perderlo tan rápido? Hinata sabía que Naruto era por mucho un mejor ninja que ella, pero tampoco como para que darle una última reverencia a Neji le costara media hora de búsqueda. Era tal su angustia, y había desaparecido prácticamente desde el momento en el que empezó a correr.
Le invadió la culpa. Por pedirle que la acompañara para visitar a Neji. Él había aceptado con solemnidad, pero no esperaba que estuviese tan indispuesto para confrontar la muerte de su primo. No le habría preguntado en absoluto de saber la pena que le causaba, ella no le habría sometido a esa presión. En verdad deseaba no haberlo hecho.
Ella activó su Byakugan para buscarlo, pero era difícil determinar exactamente dónde estaba por la cantidad de shinobis dentro del área en que se encontraba. Ella apena podía ver rastros de chakra, no sentirlos, y por más grande que fuera el chakra de Naruto, habían muchos otros rastros interfiriendo. Aparte de eso, era la primera vez que usaba la técnica de su clan en una semana y sus ojos todavía requerían un descanso. Los usó más que al máximo en la guerra y su recuperación estaba tomando más de lo usual.
Cuando lo encontró, se tomó un momento para revisar si estaba bien. Lo último que quería para Naruto era que se lastimara, en especial por algo que ella había hecho.
Sin embargo, cuando lo alcanzó se detuvo en seco, su corazón estrujándose un poco.
Naruto estaba cerca-muy cerca- de su compañera de equipo, sonrojado y con los ojos fijos y llenos de emoción. Sakura estaba perdida en ellos, esperando… algo.
Hinata supo que no debía estar ahí. Algo pasaba entre ellos y sabía que no debía ser testigo de ello. Estaba lo suficientemente lejos como para que todavía no la notaran, aunque era más por la situación que por la distancia, pero lo importante era que podía irse en ese mismo instante. Nunca sabrían que estuvo allí.
Pero antes de poderse detener, sus pies se movieron y su boca se abrió al tiempo que la de Naruto.
"¡Naruto-kun!"
¿Por qué? ¿Por qué? Hinata se preguntó, mientras ellos le dirigían su atención. No debió haber interrumpido lo que sea que estaba sucediendo y lo sabía. Corrió tras él para consolarlo, pero al parecer encontró ese consuelo primero en su compañera. Ella- ella no quiso…
"Tengo un turno pendiente en el hospital. Te veo luego," Sakura le dijo a Naruto mientras se separaba de él, despidiéndose brevemente de Hinata con la mano. Incluso le dio una mirada alentadora cuando sus ojos se cruzaron. ¿Qué significaba eso…?
Naruto se le acercó con una sonrisa. Sus ojos aún rojizos, por lo que ella supo que había dejado de llorar hace poco. Por supuesto, en ese intervalo de 30 minutos, ella no tenía idea de lo que había pasado entre él y Sakura. Todo lo que sabía era que Sakura se preocupaba mucho por él y que cuando estaban juntos, él estaba en buenas manos… manos que habían estado allí para ayudarlo y sanarlo por los últimos cinco años.
"Hinata… Perdón por salir corriendo," se disculpó, rascando su nuca nerviosamente.
"Es-está bien," respondió, su tartamudeo debido a la incomodidad de ponerse en esa situación en primer lugar, no a su antigua falta de confianza. "Sólo me preocupaba que…"
"¡No quise preocuparte! En serio, estoy bien," Naruto le aseguró con una gran sonrisa. Dobló sus brazos detrás de su cabeza, riendo levemente. "Supongo que me descontrolé un poco, pero Sakura-chan me puso en mi lugar."
Sus palabras resonaron en su cabeza. Fue Sakura quien lo ayudó. Fue Sakura quien siempre estuvo para él. Aunque finalmente había reunido el valor suficiente para pedir que la acompañara a algún lado, y aunque había corrido tras él para asegurarse de que estuviera bien, para estar con él caso de que no fuera así, seguía siendo Sakura quien estaba a su lado en cualquier caso. Hinata había llegado a su lado durante la guerra, pero fue Sakura quien le comunicó sus sentimientos al resto de la alianza. Hinata había intentado correr a su lado cuando estuvo a punto de morir, pero Sakura ya estaba allí, manteniéndolo con vida.
Esto ya no se trataba de ver si Naruto estaba bien. Lo estaba por que Sakura ya se había asegurado de eso. Durante la guerra ella se había prometido que dejaría de perseguirlo. No quería perseguirlo; quería estar a su lado como su pareja, y si no, como su amiga. Pero ya era su amiga. ¿Por qué otra razón habría aceptado su invitación para visitar a Neji? Y aun así, seguía persiguiéndolo. Seguía intentando alcanzar al hombre que siempre fue su inspiración. Quería que la amara y había sido así por años. Si había una oportunidad, ella tenía que intentarlo.
"Naruto-kun," Hinata respiró hondo. Su corazón latía con tal fuerza que resonaba en sus oídos. Era ahora o nunca. Reunió el coraje para hacer esto antes. Ahora, la persona valiente que siempre había querido ser era la que lo iba a hacer ver sus sentimientos. "Yo… me preocuparía de todas formas. Me preocuparía porque… te amo."
Sus ojos se abrieron como platos mientras la miraba y Hinata sintió que su pecho se comprimía. Se veía más sorprendido que impactado porque su rostro se llenó de culpa en un instante. Así que… él lo recordaba. Lo hacía, pero no le había dicho nada.
"Lo sé," le dijo, y Hinata no sabía si esa era una buena o mala respuesta. No sabía mucho del amor- Ino era la persona indicada para buscar consejo en ese aspecto- pero "yo sé" no le decía nada. ¿Estaba feliz? ¿Sentía lo mismo de alguna forma? Con las pocas conversaciones que habían tenido en su vida, ella no esperaba un "te amo" de inmediato, pero quería algo.
"¿Naruto-kun…?" Hinata lo urgió a que continuara.
"Lo sé," repitió con más seguridad esta vez. "Las cosas han sucedido con mucha rapidez últimamente y nunca tuve la oportunidad de decirte algo. No importa lo caóticas que se hayan puesto las cosas, debía hablar contigo. Perdón por no haberlo hecho."
Dio un pequeño respiro de anticipación para escuchar lo que él le tuviera que decir a continuación. Podía sentir que Naruto lamentaba no haber dicho nada ante su confesión, pero más que eso, su rostro no expresaba más que determinación. Esto era. Finalmente él le iba a dar una respuesta, buena o mala. No importa lo que eligiera, ella podía con eso.
"Sinceramente, desde que era un niño, hubo una parte de mí que pensaba que nunca escucharía a nadie diciéndome esas palabras. Cualquiera debería saber que en algún lugar hay alguien que lo ama, todos merecen eso," le dijo con gentileza, una suave sonrisa en su boca. "Estoy muy feliz, Hinata, pero… no siento lo mismo por ti."
El mundo se detuvo por un momento. "No siento lo mismo por ti." Ella lo escuchó. Esas eran las palabras que salieron de su boca, y así, un sueño que creció en su interior desde que apenas tenía la edad para saber lo que era el amor, se desmoronó. Ella no estaba segura de lo que realmente estaba esperando, pero era innegable la esperanza de recibir una respuesta diferente. En vez de la libertad que esperaba sentir luego de eso, su pecho se comprimió con más fuerza todavía. Sostuvo la mano de Uzumaki Naruto, pero nunca lo besaría. Nunca sería su novia o su esposa, y nunca sería la persona más especial en su corazón.
Aun así, no podía romperse. No todavía.
No podía. Decir lo que quería decir con una sonrisa- esa era la persona que aspiraba ser. Ignoró el ardor en sus ojos y dejo que las esquinas de sus labios se curvaran con naturalidad. No podía forzarlo; alguien como Naruto se daría cuenta de inmediato, así que recordó que hacía lo mejor para él. Él hacía esto como parte de la búsqueda de su felicidad, y siendo alguien que lo amaba, eso era todo lo que esperaría de él.
"Yo… yo entiendo, Naruto-kun. Pero por favor ten en cuenta que verte siempre me ha inspirado para ser fuerte. Siempre serás importante para mí," dijo Hinata, orgullosa de haberlo hecho sin que le temblara la voz ni haber tartamudeado. Sostuvo el contacto visual. No se quebró. Era fuerte. "Espero que siempre podamos ser amigos."
Naruto se sintió un poco ante la posibilidad de no poder ser amigos. "¡Por supuesto que siempre seremos amigos!"
Se amplió su sonrisa. "Me alegro."
Hizo una reverencia, diciéndole que volvería a ver a Neji una vez más por hoy. La expresión en el rostro de él fue de pura simpatía, pero no dijo nada para retomar lo que acababa de pasar. Simplemente asintió y le dio las gracias sin razón aparente. Aunque ella pudo escuchar las palabras ocultas en ello. "Gracias… por amarme."
Y así Hinata fue la que se alejó, sin detenerse hasta asegurarse de estar lo suficientemente lejos de cualquiera para estar sola con sus pensamientos. Sus piernas la llevaron de inmediato a la zona de entrenamiento del Equipo 12 donde ella, Kiba y Shino se convirtieron en un equipo por primera vez. Siempre se sintió inspirada por Naruto, pero su equipo fue el primero en darle algo de confianza en sí misma. Este era un lugar de cambio. Un lugar de crecimiento.
Era el lugar donde podía finalmente desmoronarse.
Un suspiro errático con una sonrisa. Hinata estaba tan orgullosa de sí misma. Había dicho lo que le tenía que decir a Naruto, incluso ante el rechazo. Fue fuerte. Se había vuelto la persona que quería ser, pero incluso la fuerza se iba después de un tiempo. No había necesidad de seguir siéndolo en ese momento. Podía dejarlo salir todo y empezar a sanar, así que lo hizo.
Hinata cayó al suelo y lloró.
Sakura caminaba por la calle con su saco de dormir, yendo hacia el apartamento de Naruto. Sus padres no se molestaron en absoluto al decirles que se iba a quedar en la casa de su amigo- de hecho, su padre hasta parecía apoyar la idea (resulta que Naruto era la única persona en todo Konoha que encontraba genuinamente graciosos los terribles chistes de su papá)- pero no se emocionaron mucho al saber que Sasuke iba a estar allí también. Se sintió mal el no contarles que los compañeros de Sasuke también iban a estar allí. No quería que sus padres se preocuparan más de lo que ya estaban. Si se enteraban de alguna forma que Naruto dejaba entrar a su casa personas recién salidas de prisión les daría un infarto.
Siendo razonable, ella ya sabía que estas personas eran peligrosas, y que era difícil proteger a Naruto de todos ellos, pero aun así tenía que estar allí. Tenía que ver cómo eran con sus propios ojos, ver si eran dignos de fiar… y si podía confiar en Sasuke nuevamente. Los términos acordados para su liberación eran inciertos, pero si Tsunade los consideraba listos para salir, entonces tenía que haber una buena razón. Además, los tres parecían estar colaborando por ahora. Sakura no era tan estúpida como para pensar que Sasuke se quedaría voluntariamente en prisión por una semana sin pensar en cambiar realmente. Aunque una semana siguiendo las leyes de Konoha no le probaban mucho, pero al menos era un comienzo. No quería que traicionara su confianza una vez más. Nunca había sido capaz de entenderlo realmente y él tampoco parecía querer que lo hiciera, pero a pesar de todo, ella seguía considerándolo un amigo.
Karin y Jūgo, ellos si eran un total misterio para Sakura. Ella sabía sus habilidades básicas del Libro Bingo de Konoha, pero a nivel personal ignoraba muchas cosas. El hecho de haberse quedado con Sasuke cuando él sabía que inevitablemente iría a prisión por al menos un tiempo indicaba que eran firmemente fieles a él. Ninguno era de la misma villa ni nada similar, pero de alguna forma crearon un vínculo que hacía que seguir a Sasuke valiera la pena. Sakura tenía que ser amigable y precavida al mismo tiempo. No podía simpatizar con Sasuke sin tener que hacerlo con sus amigos. Todo esto sería más fácil si fuera más como Naruto. Él había aceptado a Karin y Jūgo sin pensarlo dos veces.
Naruto… La última vez que lo vio fue hacía unas horas cuando pasó lo de Hinata. Sakura hizo lo mejor para disimularlo, pero la situación había sido bastante incómoda. Podía negarlo con todas sus fuerzas, pero sabía que la atmósfera entre ella y él era bastante íntima en ese momento. No quería averiguar por qué. Le dio la sonrisa más alentadora que pudo a Hinata, sabiendo lo enamorada que estaba ella de él. Aunque pensar en lo que pudo ocurrir luego de que se fue le hacía apretar los puños.
No debería ser tan posesiva con él sólo porque es mi amigo, se dijo Sakura. La falsa confesión que le había dado le enseñó eso. Ella no podía decidir qué era lo mejor para él. Hinata era una buena chica. Naruto podía decidir sus propios sentimientos hacia ella. Aparte de eso, ni siquiera estaba segura de lo que esperaba que pasara entre los dos, y eso era otra de las cosas en las que intentaba no pensar.
Cuando llegó a la puerta del apartamento de Naruto, escuchó voces hablando y gritando fuertemente. Una era de Naruto. La otra de una mujer, así que era Karin por descarte. Sasuke y su grupo habían estado allí por un par de horas nada más, ¿y ya Naruto estaba peleando con uno de ellos? Sakura quería estar sorprendida, pero no lo estaba en el fondo. Suspirando, tocó la puerta asegurándose de hacerlo con la fuerza suficiente para que alguno la escuchara. Naruto abrió rápido, gritando todavía.
"Por última vez, ¡yo lo tenía desde el inicio!" gritó sobre su hombro mientras se abría la puerta. Tenía puestos una vieja camiseta y pantaloneta, y por lo que veía detrás de él los demás también estaban en ropa de dormir. Sus ojos se iluminaron cuando se cruzaron con los de ella. "¡De verdad estás aquí, Sakura-chan!"
"Te dije que lo estaría," respondió Sakura mientras entraba, viendo a Sasuke y su estoica presencia recostado contra la pared, y a Karin y Jūgo sentado alrededor de una mesa donde también había un montón de cartas.
"¡No es posible que sacaras esas manos dos veces seguidas! ¡Es imposible!" gritó Karin, golpeando sus manos contra la mesa con furia. Ni siquiera notó que Sakura había entrado al cuarto.
"¡No puedes decirme tramposo sólo por ser suertudo!" Naruto respondió mirándola con rabia mientras se sentaba en el suelo frente a la mesa.
"¡Sí puedo, porque lo eres!"
"Es un juego nada más…" dijo Jūgo con una sonrisa cansada, completamente ignorado.
"Sasuke, ¡dile que deje de gritarme! ¡Yo no hice nada malo!" gritó Naruto sobre la mesa mirando a su amigo.
"Sasuke, ¡dile que confiese y deje de hacer trampa!" gritó Karen en perfecta armonía.
El susodicho ni siquiera se molestó en mirar a alguno de los dos, se dejó caer lentamente contra la pared mirando a través de la ventana. "Ambos son muy ruidosos."
"¡Sasuke!" ambos se quejaron al mismo tiempo antes de compartir otra mirada de ira y empezar a discutir de nuevo.
"Ehm, hola. No creo que nos hayamos conocido formalmente," la saludó Jūgo mientras se ponía en pie y hacía una reverencia muy cortés. "Soy Jūgo. Sasuke ha sido tan amable como para dejarme unírsele aun sabiendo mi problema."
La sorprendió un poco lo abierto que era acerca de los problemas de ira y destrucción que tenía, considerando que ella sólo lo había escuchado con detalle de Shizune resultado de una interrogación conjunta, aunque también era razonable que fuera tan abierto si quería quedarse en Konoha con Sasuke. Incluso Sasuke había sido inesperadamente cortante con sus respuestas, aunque había querido hablar exclusivamente con Kakashi acerca de ese tema. Ella no sabía los detalles, pero obviamente su franqueza combinada con su contribución en la guerra habían sido determinantes para su rápida salida de prisión.
"Soy Haruno Sakura," dijo ella, devolviendo la reverencia. "Espero poder llevarnos bien. Esto puede ser un poco repentino, pero he escuchado un poco sobre tu condición a través de mis colegas. Tenemos la mejor atención médica del mundo aquí en Konoha, así que si deseas, tal vez podamos encontrar alguna forma de ayudarte con tus impulsos."
Jūgo se veía asombrado. "O-oh. Yo… lo pensaré. Muchas gracias."
"¡Soy Karin!" la pelirroja se presentó mientras corría a Naruto de su camino y finalmente se daba cuenta de su presencia. Sus ojos se entrecerraron. "Eres la que me curó la última vez."
"Ehm, sí. Es bueno saber que estás bien," respondió Sakura, un poco cohibida con la intensa mirada de Karin. Apenas la conocía. ¿Qué pretendía con mirarla así?
Karin estuvo en silencio por un momento mientras la escudriñaba, luego preguntó en voz alta, "¿Te gusta Sasuke?"
Cayó tal silencio en el cuarto que el ruido de los cuervos en el exterior era el ruido más claro. Todos los ojos estaban puestos en Sakura y sintió que se moría. Aunque quisiera llevarse bien con el Equipo Taka de Sasuke, no soportaría que le hablaran de forma tan brusca. Se puso roja, más de rabia que de vergüenza.
"¿A ti te gusta Sasuke?" se le devolvió, tan molesta que olvidó el honorífico que usualmente le agregaba a su nombre. De todas formas, no había la menor posibilidad de que hablara de lo que sea que sintiera por Sasuke en frente de todos.
Karin, claramente sin esperar tal respuesta, carraspeó con nerviosismo luciendo un poco estupefacta. "Sakura, ¿verdad? ¡Q-que bueno verte de nuevo…!"
Contenta de que se cambiara el tema, la médica asintió. "¿Entonces ninguno de ustedes tiene apellido?"
"No que yo recuerde," declaró Karin mientras se volvía a sentar y recogía sus cartas, mientras Jūgo sacudía su cabeza. "Ha pasado mucho tiempo."
"Uzumaki," Sasuke intervino de pronto desde su esquina.
"¿Eh?" Naruto miró a su mejor amigo confundido.
"El apellido de Karin es Uzumaki," rectificó, mirando nuevamente a la ventana. Casual. Como si no estuviera soltando tamaña información.
Sakura miró de ida y vuelta a los dos presuntos Uzumakis. Jūgo parpadeó confundido. Karin miró a Sasuke completamente perpleja y Naruto abrió su mandíbula de par en par. Nuevamente, la habitación estaba en completo silencio.
Y entonces Naruto se lanzó hacia Karin, rodeándola con sus brazos. "¡PRIMA!" Gritó con alegría.
"¡H-hey! ¡Quítate de encima, pervertido! ¡Sólo Sasuke puede hacer eso!"
Sakura tomó asiento en el suelo al lado de Jūgo, tratando de procesar exactamente lo que había ocurrido mientras observaba cómo reanudaban su pelea. Esta noche… definitivamente iba a ser interesante.
"Me rindo," miró cómo Sakura gruñía mientras Naruto barría con el resto en otra ronda de póker. Con el resultado de las últimas manos, Sasuke no entendía por qué los demás se molestaban en seguir jugando. Naruto era absurdamente suertudo, perdía una vez por cada cinco manos ganadas. Al menos no había dinero de por medio, de todas formas entre Karin, Jūgo y él no juntaban mucho que digamos. Tal vez un poco juntando lo que probablemente todavía quedaba bajo el nombre de los Uchiha.
No estaba realmente perdido en sus pensamientos cuando Sakura se sentó a su lado, pero se sorprendió de que lo hiciera. A pesar de que su mejilla ya no estaba tan lastimada, no había olvidado aun lo que ocurrió. Sasuke no podía culparla. Después de todo, su anterior interacción había consistido en un muy cruel genjutsu sobre ella de su parte. La mayoría de las cosas que le dijo tampoco fueron muy amables. No había duda de que merecía ese puñetazo en la cara. Si algo, le había hecho respetarla mucho más.
El resultado de ello no era tensión, pero más cautela de parte de ella. Nunca se había sentido particularmente cercano a Sakura, pero era su compañera, y había cosas que ella había hecho por él en el pasado que tenía que agradecer. Ahora, agradecía que Naruto no fuera el único interesado en darle una segunda oportunidad. Era cautelosa, aun sentándose a su lado. Extrañamente, si todavía tuviera 12, pensaría que era otra movida para alimentar su enamoramiento. Nunca pensó que estaría del lado apreciativo de esa relación. Él pasó tanto tiempo intentado borrar todo lazo que había creado y allí estaba cediendo incluso más ante ellos. La diferencia es que ahora no lo veía como una debilidad.
"Bien, ¿quién ganaría si esto terminase en una pelea? ¿Naruto o Karin?" Sakura le preguntó mientras se abrazaba a sus rodillas. Ya se había cambiado a su pijama antes de empezar a jugar póker. Era un sentimiento extraño, estar en una habitación llena de jóvenes jugando cartas, relajados. Estaba acostumbrado a noches sin dormir, cuidando constantemente su espalda.
"Karin," respondió automáticamente, porque aunque la personalidad agresiva de ella no era capaz de afectar su estoica naturaleza, haría que Naruto se cagase en los pantalones si se ponía tan mal como en sus peores peleas con Suigetsu. Costó de la intervención de Jūgo y la suya para evitar que moliera a Suigetsu a golpes, e incluso así, ella no paraba hasta que se lo pidiera expresamente.
Sakura soltó una pequeña risa. "Supongo que lo sabes muy bien. Estuviste con ellos más que con nosotros."
Sasuke la miró, en blanco ante esa revelación. Era cierto. Había estado con el Equipo Taka más que con el Equipo 7, y era difícil de procesar considerando todo lo sufrido junto con Naruto, Sakura y Kakashi. Sin contar con todo lo que habrán hecho por él en su ausencia.
No sabía si sentirse culpable o no. Una buena persona con una fuerte moral probablemente sí, pero el Sello Maldito había borrado lo que quedaba de eso de él. Si se volvía de las personas que se arrepentían de su pasado, lo aplastaría su conciencia. Sentiría aplastado como cuando de niño despertó en medio de una masacre- no podía mirar atrás, sólo hacia adelante. No se arrepentía del camino que siguió; en su momento, esas decisiones habían sido las correctas para él.
Infortunadamente, esas mismas decisiones habían roto el puente que lo conectaba a esta chica, y ahora no sabía cómo hablarle. Admitía que era algo incómodo. Solían sentarse juntos en un cómodo silencio (o él en silencio mientras ella divagaba), excepto que en ese entonces ella confiaba en él y no se reservaba tanto ante él. Hizo lo mejor para disculparse, pero socializar era todo un obstáculo. Nunca había sido bueno con nada que no fuera negocios o enfrentamientos.
Por suerte, Sasuke no tuvo que decir dada puesto que ella empezó a hablar de nuevo. Al menos uno de ellos podía tener éxito al esforzarse en estas cosas.
"A Naruto ya se le instaló su prótesis hace unos días. ¿Tsunade-sama ya te buscó para definir la tuya?" preguntó, para mantener la conversación fluyendo.
Bien. Pregunta fácil. "No."
"¿La vas a buscar tú?"
Diablos. Difícil. "…No." Ahora ella le iba a preguntar por qué e iba a tener que explicarle.
"¿Por qué no?"
"Es un recordatorio," le dijo, siendo lo más honesto posible. Ella dijo que todavía no estaba perdonado, así que si no era capaz de llegar a ese punto todavía, lo mínimo que debía hacer era intentarlo a pasos pequeños. "No me arrepentiré de lo que he hecho hasta ahora, pero sé que causé un daño terrible a muchas personas. Lo que hice fue egoísta y no resolvió nada para mí al final. Naruto es el que siempre estuvo en lo correcto. Es un recordatorio de todo eso, y es justo lo que necesito."
Sakura lo miraba de una forma que creía era de impresión. "Sasuke-kun, eso… eso es muy considerado."
Sasuke se encogió de hombros. "Pensé que era tiempo de empezar a pensar en los demás."
Ella miraba a Naruto ahora, una sonrisa en su rostro mientras él ganaba otra mano de póker. "Por supuesto que Naruto te haría pensar en las otras personas," le respondió con una tierna mirada hacia el rubio que Sasuke nunca había notado antes.
…Definitivamente había estado ausente por un largo tiempo.
"Heh, ¿Naruto y tú? Ese idiota sí que sabe darle la vuelta a todo," dijo Sasuke con una sonrisa satisfecha. Él nunca fallaba en sorprenderlo. De algún modo, Naruto no sólo había construido una gran amistad con Sakura, también se había ganado su corazón.
Su cabeza giró de inmediato. "¿Qué? ¡No sé de qué hablas, Sasuke-kun!" Protestó Sakura, a pesar del sonrojo evidente de sus mejillas.
"Hn." Sasuke miró la ventana mientras la ninja médico seguía protestando. Karin y Naruto se gritaban mientras Jūgo intentaba calmarlos a ambos. Estaban muy bulliciosos y seguramente alguien eventualmente se quejaría. Era ruidoso y algo disfuncional el ambiente, casi como una reunión familiar.
Si… Era bueno estar en casa.
