¡Hola!, les presento el primer capítulo de mi nuevo fic, ¡espero les guste!
Aunque es una segunda parte de "La promesa de Draco", es una historia nueva…llena de recuerdos y misterios del pasado, que se irán resolviendo poco a poco.
En este fic, sigue la historia de Beth "Lizzie" Black, y su vida con sus amigos después de Hogwarts; así como su búsqueda por el amor, que tantas veces se le ha visto negado por un sin fin de obstáculos.
Ahora se enfrenta a nuevas situaciones, a nuevos problemas, y a muchas aventuras agradables también.
¡Me gustaría leer sus reviews!, ¡pues siempre son bien recibidos! Además valoro mucho las opiniones que me ayudan a mejorar como escritora.
Dedicado con mucho cariño a mi primita… "Je suis prêt", ¡gracias por tu apoyo!
Beth entró a su pequeño cubículo en el Departamento de Control de Criaturas Mágicas…al sentarse encontró un sobre, con la letra incomparable de Harry…
Su gran amigo volvería después de casi un año de ausencia, después de todo; ella también se había alejado, había ido a Rumania para alejarse de los recuerdos. ¡te he extrañado tanto Potter! dijo suspirando mientras abrazaba con fuerza la carta.
Habían pasado muchas cosas en ese tiempo…Ron y Hermione estaban comprometidos; aunque no tenían fecha precisa, Ginny; había estado saliendo con un amigo de su hermano Bill, pero nada más que citas…quería darse tiempo de poner sus pensamientos y sentimientos en orden, y disfrutar la vida sin mortífagos, y Beth… ella había sido novia de Charlie en Rumania, pero eran mejores como amigos.
Beth había vuelto para reencontrarse con su alma gemela; como ella le decía, pero de citas, y salidas de paseo…ella y Neville no pasaban, incluso; empezó a dudar que el chico fuera su alma gemela, y eso le partía el corazón.
-debe haber algo malo en mi –dijo ella, mientras comía al lado de sus amigas, que siempre se reunían en el almuerzo –mira que nos llevamos mejor que cuando éramos solo amigos, pero él parece seguir molesto con mi segundo y largo viaje a Rumania…no fue mi intención lo de Charlie…mira que trabajar juntos todo el día…y tu hermano es adorable, Ginny.-dijo Beth mientras tomaba un gran trago de cerveza de mantequilla.
-no creo que sea eso…siempre te ha amado demasiado–le dijo Hermione que miraba la hora para volverse a la oficina, sabía que Percy era muy exigente con su gente y no le gustaban los retrasos.
Ginny; que le frustraba que Hermione contara los segundos que le quedaban con ellas, se molestó…
-no sé por qué trabajas con mi hermano Hermione…es doloroso decirlo, pero es un pesado.
-sí, y más porque le reduce el presupuesto a mi Departamento… ¿con qué cree que vamos a atrapar criaturas peligrosas? ¿con red para mariposas? –dijo Beth enfadada. –vamos, será mejor que volvamos…a diferencia de Hermione, mi jefe; el Sr. Diggory, no es tan pesado…si Cedric viviera, talvez…
-por eso Neville no se compromete… ¡tú no tomas a nadie en serio! –le dijo Hermione a Beth, con tono de regaño- …no conocí esa faceta de tu padre, pero Remus dice que eres igualita a Sirius… ¡conquista tras conquista!, ¡de tal palo tal astilla!
-¡no la regañes Hermy! – reía Ginny – ¿qué tiene de malo que ande con chicos guapos?
-tú sólo te dedicas a ayudarle… ¡igualitas!-Hermione resopló enfadada- ¡sonsacadora!
Beth y Ginny lanzaron una carcajada…
-¡Hermy esta celosa! ¡esta comprometida y no puede salir con otros! –las dos cantaban a coro- ¡no puede salir con chicos guapos y nosotras si!
-¡tontas!
Las tres reían mientras salían de la pequeña cafetería muggle, luego se despidieron de Ginny en la escuela de aurores, y siguieron su camino al Ministerio…
Aunque a Beth no le gustaba trabajar ahí, mucho que digamos. Ella prefería el aire libre, andar con Buckbeack, investigar por si misma las criaturas mágicas…pero cuando volvió de Rumania, ese era el único departamento de su gusto. Trabajando en Londres, podría estar cerca de los suyos…su familia, sus amigos, y el recuerdo de Sirius…
-me alegra la vuelta de Harry –dijo Beth con una gran sonrisa –al menos tendré con quien compartir la casa…Grimmauld no es un lugar que te ayude a volverte cuerda, y con mis padres viviendo lejos, peor.
-entonces ¿crees qué Harry quiera ir a la nueva casa?
-supongo, ¿a donde iría? además esta libre de malos recuerdos, sólo tenemos que terminarla de arreglar.
-en eso tienes razón…pero entonces… ¿qué de ir a la Madriguera con Ginny?
-no, él me escribió y me dijo que sería divertido ser como los hermanos que papá siempre quiso que fuéramos… además, que lo encontraba bastante difícil vivir con la que fue su novia.
-pero…tú y él…también fueron novios.
-si, pero no es lo mismo…no duramos casi nada…y nuestras mentes estaban en otras…otras cosas.
-dirás personas.
- no seas tonta Hermy…además date prisa, ¿ya viste la hora que es?
Beth rió cuando la chica corrió rumbo al teléfono que servía de acceso, y desapareció de la vista, eso de amenazarla con Percy, funcionaba para que dejara de hacer conjeturas…conjeturas que eran verdad. Ella aun extrañaba su duradera y tierna relación con Neville…había durado hasta que Draco se interpuso; pero eso lo quería borrar de su mente, y no había mejor cosa que el trabajo para eso…
Beth volvió al número 12 de Grimmauld Place, antes de que cayera la noche por completo… pues no le gustaba estar tan de noche fuera de casa; le daba un poco de temor, mezclado con la paranoia que había adquirido por tanto ataque de mortífago.
Cuando entró a la vieja mansión, tapó el retrato de la abuela Black; para que no gritara en la noche, dejó la cena calentándose, le dio de comer a Buckbeack, y subió a darse un baño.
Recién había salido de bañarse, cuando escuchó que alguien tocaba a la puerta; asustada, con varita en mano, se vistió rápidamente, y corrió a abrir…por desgracia, la abuela despertó, y empezó a gritar como loca…
-¡basta!-Beth le apuntó con la varita-¡o te haré explotar en mil pedazos! –después de amenazarla, la tapó de nuevo, y corrió a mirar por la rendija antes de abrir…la emoción la hizo abrir la puerta sin preguntar de nuevo, su corazón le decía quien era…
-¡Harry! –saltó a sus brazos -¡eres tú!
-¡hola! –Harry entró rápidamente, a pesar de que era comienzos de verano, hacía un frío terrible.
El chico se detuvo en la puerta, se quitó la túnica de viaje y miró a la personita que tenía al frente suyo…
-¡hola Lizzie! ¡me da tanto gusto verte! –la abrazó tiernamente –has…crecido.
-vamos, no seas tontito… ¡mírate tú! no has cambiado, estás más alto eso si, y tan apuesto como siempre, vamos… ¡tienes que contarme todo! ¡ya esta lista la cena!
-¿estás segura que no es problema que me quede aquí?
-¡será al revés! –lo abrazó de nuevo - ¿no es molestia que yo viva aquí mientras termine la casa de campo? Esta casa te la dejó mi padre…la intrusa soy yo.
-¡tonterías! me encantará vivir contigo, ¿no te conviertes en algo extraño que deba saber…o si?-Harry rió con ganas – ¡es broma!
-ah…-Beth se sonrojó, nunca le había comentado sobre su otro parecido con su padre –adelante, ¡la cena esta lista!
-¿cocinas? ¿en serio?
-¡claro que cocino!, claro…no como Molly Weasley, pero después de hacer explotar el horno, quemar los pasteles, tostar la carne…aprendí. Ron dice que no cocino mal, por lo glotón que es…lo tomo como un halago.
-entonces…me cambio y bajo ¿si?
-adelante, tu habitación esta enfrente de la mía…son las únicas de esta casa habitables, la tercera es de Buckbeack.
-¿está aquí?
-si, no lo quise dejar de nuevo solo, le debo mucho a ese hipogrifo.
Harry saludo a Buckbeack, se duchó, y se puso cómodo para estar en la que sería su casa, por los próximos meses, hasta que la nueva casa se terminara.
-te agradezco que me tomes en cuenta para vivir en la otra casa nueva, -dijo mientras entraba a la cocina -¡que rico huele!
-esta quedando linda… ya la conocerás…-le sirvió un enorme plato – espero que te guste…ya te dije, la cocina no se me da, espero que no te intoxiques.
Harry veía a Beth, ya no sonreía como hace poco; incluso, parecía algo molesta, y temía que ese fuera su primer problema.
-¿estás bien?-preguntó Harry al verla tan pensativa.
-¿eh?-lo miró con curiosidad-¿por qué me preguntas eso?
-porque te veo molesta…ya te dije que si te doy muchas molestias, puedo ir a otra parte.
Beth se acercó a Harry y le sonrió, y de repente, le dio un pequeño golpe en el brazo…
-¡ya te dije Potter!…no eres molestia… ¡al contrario!, ¡me da gusto tenerte aquí!
Su rostro cambió a una gran sonrisa que hacia que sus grandes ojos azules se iluminaran, Harry no pudo más que sonreír también, al ver que su amiga no había cambiado en lo absoluto
-es sólo que estoy nerviosa…si…espero que te sientas como en casa, eso es todo.
Harry probó todo lo que cocinó su amiga; cada platillo era más delicioso que el anterior, y al terminar, aun sentía que podía comer más.
-¡te quedó muy bien!... ¡todo te quedo rico!
-gracias Harry, que bueno que te gustó –Beth le sirvió una gran tasa de té a Harry- sabes Harry, estaba nerviosa de mostrar mi inutilidad …uno puede pelear contra mortífagos, cuidar dragones, y velar de que a tu mejor amigo no lo mate un lazo del diablo…pero para estas cosas, soy un completo desastre.
Harry no pudo evitar reírse con aquel comentario, y miró a su amiga que lo veía con esa mirada dulce que a él le agradaba tanto, y así supo que las cosas serian mucho mejor de lo que esperaba.
Poco a poco; Harry se acostumbró a la rutina, medio día en la escuela de aurores, almuerzo con Ron en la oficina, tarde revisando papeles y archivándolos; pues no había mucha acción, y la rica cena en Grimmauld Place al lado de su vieja amiga.
Aunque también los pequeños detalles de la vida rutinaria los disfrutaba bastante, sobretodo, esos detalles que involucraban a su amiga. Harry calculaba el momento preciso en que ella terminaba de ducharse, para encontrarla fuera del baño, con el cabello aun escurriendo…a Harry le parecía que se veía perfecta así. Otra cosa que disfrutaba demasiado; era volver rápido del trabajo, y entrar sin hacer ruido…podía encontrarla leyendo acostada en el suelo sobre su estómago…moviendo las largas piernas de arriba a abajo…podía quedarse varios minutos ahí y luego pretender que apenas había llegado… y como ella era muy distraída, se lo creía fácilmente.
Los sábados era el día favorito de Harry…los chicos se reunían a jugar y apostar unos cuantos galeones ya fuera en póquer, gobstones o ajedrez mágico…o simplemente, se ponían a quejarse de lo aburrido que era el fútbol, comparado con su adorado Quidditch; pero aun así, lo veían con una cerveza de mantequilla en la mano.
Al principio todos asistían; Remus, Bill, Fred y George, Neville, Ron; y si estaba en la ciudad, Seamus no faltaba, y traía a Dean consigo. Llegó el momento en que los únicos en asistir todos los sábados eran los gemelos y Ron, ya que los otros; o no podían estar viajando cada fin de semana por el trabajo, o como Remus y Bill…tenían que estar atendiendo sus "pequeños y peludos problemas". Él último en dejar de ir a las reuniones fue Neville; porque cuando el curso en Hogwarts empezó, ya no podía dejar sus responsabilidades como maestro. Cuando Neville no tenía que preparar las clases de la semana, tenía miles de pergaminos que corregir…y pasaban semanas en las cuales él y Beth se comunicaban solo con lechuzas.
Aquellos gratos momentos que Harry disfrutaba con su amiga, lo hacían desesperarse y querer salir corriendo del trabajo, no podía soportar que Ron se tardara tanto, cuando él quería irse.
-¿ya acabaste? –le dijo Harry mientras veía a Ron a través de una pila de documentos- yo ya acabe lo que me tocaba.
-¿por qué no te vas entonces?
-uno, porque Hermione me mata de que te deje andar por ahí solo, y dos…porque quedaste de ir a cenar a Grimmauld hoy. ¿lo olvidaste?
-no, pero entiende Harry, tengo muchas responsabilidades aquí, además…
-¿además qué? Beth se enojará de que no vayas, de seguro cocinó bastante, sólo para llenar tu inmenso estómago.
Ron sonreía mientras firmaba unos papeles, no podía creer lo desesperado que se estaba volviendo Harry…y más cuando él sabía que su trabajo era más complicado que el de él, aunque sabía la causa de su desesperación, y eso lo hacia reír. Al terminar, se puso de pie, se puso la túnica de viaje y se dirigió con su amigo al vestíbulo, Harry estaba a punto de lanzar los polvos Flú, cuando Ron se dirigió a la chimenea contigua…
-¿qué haces Ron?
-descansa Harry, nos vemos mañana…es sábado, no lo olvides…y ahora sin Neville, se nos pondrá difícil con mis hermanos…esos dos tramposos
-¡Ron! …¿pero no vendrás conmigo?
-no, ahora me voy a ver a mi novia y luego a casita…además –Ron se acercó a Harry, y como niño chiquito, lo llevó de los hombros de nuevo a la chimenea –no te hagas tonto Harry…tú y yo sabemos bien que no me quieres ahí, para no hacer mal tercio.
-¡no sé de que hablas!
Pero Ron se había ido en un estallido verde antes de que pudiera decirle algo más, Harry llegó a casa pensando lo que le había dicho Ron…debe estar cansado, eso es…que ideas tan tontas ¿qué no recuerda que fui novio de su hermana? … eso debe ser…esta cansado.
Harry buscó a Beth en la sala, pero no estaba…en la cocina todo estaba listo para la cena, los cucharones se movían con magia, y el olor lo llamaba… ¿pero dónde está ella? se preguntaba mientras subía a su habitación, de pronto escuchó algo que venía de la habitación de ella, se acercó para saber que era…música, y ella estaba cantando, empujó un poco la puerta para ver, pero no pudo seguir pensando…
Beth bailaba al ritmo de una canción, moviéndose a ese ritmo lento, recogiendo su largo cabello y luego volviéndolo a soltar…Harry se sentía embobado, y sin darse cuenta, entró a la habitación…ella no lo veía pues estaba de espaldas. Harry la miraba atontado…se ve preciosa…su cabello es perfecto, ella es perfecta. Harry salió de la habitación cuando un cosquilleo le empezó a recorrer la espalda, y que al llegar a su cuello, le nubló el pensamiento, si seguía ahí, no se podría quedar tranquilo.
-¡basta Harry!, ¿qué diablos piensas?, ¿quieres vivir?, porqué si Neville te ve viéndola así, te mata…no lo dudes, -se dijo en voz alta mientras se recargaba en la pared pero ella es libre y tú también…no tendría porqué matarte…tienes todo el derecho su cabeza le contestaba.
-¿Harry? –Beth estaba viéndolo con simpatía- ¿por qué no me dijiste que habías llegado?, bueno debí poner más atención…pero me gusta estar escuchando música, ¿vamos a cenar? ¡me muero de hambre!
Harry no decía palabra, lo único que le venía a la mente era esa imagen de ella bailando, por mí que escuche música cuando quiera se repetía mientras la veía caminar de un lado a otro de la cocina…de pronto, empezó a sentirse apenado.
-Harry, no has comido nada… ¿es que no te gustó?
-está rico…es que…
-¡ya se! Ron me advirtió…
-¿Ron?
-si, cuando me envió la lechuza diciendo que no podía venir; me dijo que tenían una tarde muy difícil, que de seguro estarías demasiado cansado.
-si…eso. –Harry la veía mientras hablaba, esos ojos Potter… te fascinan, y sus labios…siempre te gustaron…-si, siempre.
-¿decías?
-nada…es que estoy muy cansado ¿no te importa verdad? –Harry se puso de pie mirando a todas partes menos a ella.
-claro que no, anda ve a dormir….en fin, que mañana solo trabajas mediodía, descansa.
-si gracias, -se acercó a ella para despedirse, pero no pensó que fuera buena idea, estaba demasiado nervioso.
Pero ella si se acercó y le dio un beso en la mejilla, siempre poniéndose de puntitas para alcanzarlo…los dos se miraron por unos segundos, hasta que ella; con un movimiento de varita, dejó lavando los platos.
-Buenas noches, Harry.-y subió delante de él- vamos, es tarde.
-Buenas noches- dijo con voz apagada, apenado por haber rechazado tan rica cena, pero como no le salía una disculpa, se quedó parado afuera de su habitación.
-¡anda Harry! –dijo ella sonriendo, abriendo la puerta del cuarto de Harry y empujándolo adentro, -¿tendré que llevarte hasta la cama? –Beth miraba a Harry, mientras arreglaba la cama – ¡ahora sólo falta arroparte!
-¡muy graciosa!
-hasta mañana Harry, descansa –y salió de la habitación dejando a Harry con la idea en la cabeza
-hasta mañana- le dijo sin quitarle la vista de encima no sería mala idea, para nada…me encantaría
Harry se fue a dormir con esa imagen de ella bailando; incluso, sentía que ese baile había sido para él…estaba demasiado contento con eso, aunque le daba un poco de pánico la idea lo más posible es que yo no le guste más, lo más posible…pero nada me quita pensar en ella…talvez Ron no este tan mal, ¡ese embustero! Harry se tapaba la cabeza con la almohada, tratando de no ver más que esa imagen de Beth condenado Ron… lo sabe, por eso no vino… trataba de no estallar en gritos de agradecimientoa su amigo bueno, seguiré pensando en la posibilidad, en fin, los dos somos libres, y ella es…no pudo evitar suspirar… ¡ella es preciosa!
Harry pensaba que Sirius estaría muy contento de que ellos estuvieran juntos, pero de pronto; al ver la imagen de ella bailando, y recordar lo que le había hecho sentir, le dio pánico y mucha risa también… Sirius capaz vuelve y me mata…se le olvida que soy su ahijado, y me ahorca por tener estos pensamientos con su pequeña cachorrita… ¡pero sabe que su cachorrita es muy linda! ¡no te preocupes Sirius!, no creo que pase nada...si pasará algo…pues valdrá la pena que me ahorques…
