Academia Cross, con alumnos humanos destacados con dones especiales y otros que son simplemente buenos para nada que sin embargo poseen sangre de familias de renombre dejando el resto de alumnado de jóvenes abandonados con una inteligencia desarrollada dando un 15% de aquellos seres. Todos y cada uno de ellos se encontraban en clases diurnas que acabaran pronto por la llegada de la noche y por ende la clase nocturna comenzará a despertar, clase nocturna quien en secreto poseía alumnos vampiros los seres más hermosos de toda la academia.

Zero Kiryuu, alumno de la clase diurna, cabellos platinados, movimientos cautelosos, belleza letal, voz profunda, ojos de un color amatista inusual, piel blanca y suave como la nieve, cabellos platinado,, el mejor de la clase sin haber asistido a ella más que 3 días, experto en artes de defensa y ataque, y con una personalidad fría y terrible nada menos por su oscuro y doloroso pasado más el presente inestable y un futuro incierto agregando los miedos recónditos hechos en su corazón un tabú que solo cargaba en su espalda. Dormía plácidamente encima de la rama de un árbol saltando cualquier responsabilidad extra curricular.

Soñaba en futuros inciertos ambicionados de vida, un futuro rebosante de salud y energía, sin el temor de perder su cuerpo y su conciencia, sin caer a un nivel e, empezando a ser de nuevo un humano puro, un sueño imposible para el.

El dia comenzo a tornarse oscuro, el sol y la luna se encontraron de frente pisando el cielo, ya era el tiempo de despertar y aquello no se le olvidaba a Zero, sabía que el tiempo llegó y los alumnos de la clase diurna esperaban la salida de los nocturnos, con seriedad se levantó para fruncir aquel semblante hermoso caminando directo al departamento de clases, camino en armonía con la naturaleza, si no fuera por aquel grito de la chica diurna corrió hacia la piscina de agua templada, cambiando completamente su misión.

— ¡A! - El último grito se hizo oír mientras la joven se ahogaba.

Yuki miraba asustada a la joven como se ahogaba y la clase nocturna llegaba al mismo tiempo que Zero a ver lo que sucedía.

El cazador al ver que nadie reaccionaba, miro a la chica perder el conocimiento nunca le había gustado desnudarse en frente de alguien pero si queria mas movimiento y rapidez debía de hacerlo y rápidamente quedó solo en pantalones, corrió hacia la piscina para dar un perfecto clavado en el agua y entrar rápidamente una vez dentro sacó a la chica quien tomó oxígeno desesperada.

Profundo azul

Aún anonadados por el sucedo, los vampiros de la clase nocturna miraban estupefactos el cuerpo perfecto del prefecto solitario, quedando más conmocionados por la apariencia élfica que por la chica que se ahogaba, aún más sorprendidos al ver como tal perfecto ser ingresaba al agua y como se le veía disfrutar de esta, pudieron ver por fin algo de sentimiento en aquellas amatistas determinantes y poderosas.

Una vez salido del agua, el agua cayó al piso casi en cámara lenta, su rostro mostraba la expresión de un ángel caído, con la muchacha entre sus brazos respirando todo lo que sus pulmones podían expulsando el agua que le quedaba aún en su sistema.

La clase nocturna no había sido la única en presenciar aquel acto de valentía y rapidez, también se encontraba el amo y señor de los vampiros, su hermana y prometida y los pocos estudiantes de la clase diurna que había cometido tal delito contra la vida le chica.

— ¡Hey! ¿Estás bien? - pregunto Zero dejando a la joven en el piso.

— Si, muchas gracias Kiryu-sama - contesto apenas la joven recibiendo la toalla que le dejó el cazador en la cabeza.

— ¡Clase nocturna no tiene nada que ver aquí devuélvanse a sus clases! - ordenó Zero quienes los contrario acataron órdenes del prefecto a excepción de los hermanos Kuran.

Zero se levantó cuan ángel de aquella posición en la que estaba y miró a los jóvenes de la clase diurna.

— No necesito ni siquiera saber qué pasó aquí para entender a la perfección de que fueron ustedes los que trataron de asesinar a esta chica - hablo Zero acercando con pasos legítimos a la bandada de diurnos, actitud que llamó de sobremanera a Kaname.

Trono sus huesos de la mano y movió su cuello que por casualidad tambien sono dándole un escalofrío a los presentes, sus músculos se tensaron y sus nudillos se volvieron blancos por la presión.

— ¡Nosotros no fuimos Kiryuu-sama! - dijeron todos al unísono acobardados por la atmósfera del cazador.

Zero solo sonrió con burla, una sonrisa que provocó miedo en los humanos, ninguno para él era confiable nadie a excepción de su maestro Yagari con un puño firme le dio en toda la cara a un chico de contextura fuerte quien salió eyectado al piso, lo levantó y le mandó una patada certera a la mejilla, y continuó con sus partes íntimas rematandolo con el golpe más duro en la boca del estomago, pero lo suficiente para que no muriera.

Un temeroso se acercó erróneamente por la espalda al cazador, aquello era lo peor que se le había ocurrido en su vida, era a su vez enterrarse a sí mismo en el colmillo del lobo, y arrojó el golpe a tontas y a locas que no le llegó nada más y nada menos que al tercer integrante que no era nada menos que su compañera, siguió acertando golpe tras golpe llegando nada menos que a su compañera quien gritaba que se detuviera, pero el chico estaba asustado hasta la médula y sin esperarlo se desmayó del miedo, Zero se detuvo de esquivar de tanto golpe y se giró sólo para caminar hacia ella quien tomó el mismo camino y se desmayó.

Sacó una toalla para colocarla en su cabeza, agarraria un resfriado con su parte humana y aquello no le convenía teniendo los enemigos que pudieran atacar en cualquier momento.

La chica solo miro asustada por cómo había terminado el asunto y cuando el cazador se agacho a tenderle una mano ella simplemente se echó a huir de él, Zero cerro miró su mano y luego la cerró bruscamente para levantarse y dirigirse a la salida.

Los hermanos Kuran comenzaron a acercarse al cazador, quien continuaba su salida de allí pero un tambaleo le hizo seguir el sendero rápidamente, había perdido el equilibrio y eso no era nada bueno y tampoco se dio cuenta de que ambos pura sangre le habían observado, la noche brillaba gracias a la luna que parecía observarle y arroparle en aquella noche fría, su cabeza dolía y apenas podía respirar ¿Estaba volviendo aquella enfermedad? se alteró y al mismo instante se tranquilizó.

Simplemente no podía estar reapareciendo ahora, al menos no ahora.

Los Kuran miraban la escena sorprendidos, Zero les había dado la paliza de sus vidas a aquellos infelices que le hicieron eso a la chica, se había zambullido al agua cuan pez en mar, un cuerpo de los mismo ángeles, una preocupación digna de un noble corazón y noción de la justicia aterradores.

Llegó apresurado a su habitación para encerrarse en su baño, una tina para quitarse todo el desinfectante del otro agua.

¿Por que seres de la misma especie tenían que denigrar entre sí?, cada vez más se desencanta de aquellas reacciones egoístas de cada uno de ellos, de su maldito egoísmo, del sentimiento de superioridad por pertenecer a una clase elevada, por ser diferente gusto, cualquier motivo se veía sacado solo para dañar ¿Como era posible que el humano dañara más que un vampiro?, la tina lo había calmado, era lo exacto, y abrigándose bien se metió entre sus cobijas, y se cuestionó el hecho del regreso de los Kuran.

Una figura delicada y elegante entró en aquella estancia bajo la seguridad de sus propios rayos lunares, caminaba con amor hacia el bello durmiente bajo su manto lunar, aquella silueta femenina posando al lado del cuerpo cun caricia en seda convocó en la mejilla del amatista con familiaridad, con labios suaves un beso en su mejilla posó y su última mirada de entendimiento desapareció.

En la madrugada el joven despertaba de aquella intensiva noche de descanso, era sábado y mas de seguro todos estaban durmiendo hasta tarde, y comprobando las 5:00 A.m corrió hacia el escenario más encantador del mundo, sin necesidad monto en Lily blanca al igual que el como la nieve, y en galope se dirigió al terreno más alto y prohibido de la academia, sin antes pasar por el tupido y tramposo bosque a llegar al precipicio, donde se podía ver lo hermoso del mar.

Se bajó de Lily y con cuidado se condujeron hasta la orilla de aquel precipicio, un solo susto y el albino caería más sin alguna alarma comenzó el hermoso espectáculo del amanecer ,de un azul celeste a un cálido rojo eterno, extendió sus brazos abandonando el frío azul para comenzar a recibir el sol.

Zero al darse la vuelta de la nada volvió aquel dolor de cabeza, Lily preocupada agarró al joven que se tambaleaba estaba enfermo y ella lo sabía, lo acercó más al terreno seguro y se agachó para dejar que Zero descansase apoyado sobre su cuerpo, nunca en su vida había visto tan enfermo a su querido amigo cazador y con un sentido maternal acercó su hocico hacia los cabellos platinados para acariciarlos suavemente brindándole un poco de paz a la atormentada alma de Zero que parecía removerse inquieta por estar despierto y atento a cualquier amenaza que se acercara.

La yegua era inteligente pues sabía perfectamente que el cazador estaba completamente cansado, se veía demasiado pálido para lo que era ya de por sí blanco como la nieve, sus ojos cegados por la fiebre con la combinación de su respiración apenas perceptible, su cuerpo estaba ardiendo en fiebre sin embargo no sudaba sus ojos derramaban silenciosas lágrimas, y el sol cuidando el cuerpo del enfermo.