LOS PERSONAJES DE ESTA HISTORIA LE PERTENECEN A LA GRANDIOSA NAOKO TAKEUCHI. YO SOLO ME AJUDICO LA HISTORIA CRECION DE MI LOCA CABEZA...

CAPITULO… 1

Hacia una hermosa mañana de verano los rayos del sol entraban a una habitación colándose por donde pudieran. Anunciado que ya era hora de levantarse.

En dicha habitación había dos camas iguales en las cuales se podía apreciar dos bultos enredados en las sabanas rosas.

Pero a pesar que el despertador llevaba ya sonando varias veces ninguno de los dos bultos se movía ni un poco.

Se escucha el rechinar de una puerta al abrirse. Entrando una mujer de mediana edad.

-¡Mina! –habla sin recibir respuesta alguna de parte de la mencionada. Siguió llamando a ver cuál de esos dos bultos daba las primeras señales de vida.

-¡Serena! – hablo con toda la paciencia del mundo. La siguiente solo se removió un poco en su cama.

Al ver que ninguna de las dos tenía intención de levantarse. Se dirigió así donde estaba la ventana y corrió las cortinas. Los rayos del sol entraban en todo su esplendor, directo donde se encontraban las camas de sus dos amados bultos.

Reía por dentro al ver que ninguno de sus esfuerzos por tratar de levantar a esas dos era suficiente. Así que se acercó adonde se encontraban sus camas y jalo las sabanas así abajo.

-¡Hora de levantarse!-grita fuerte. Pero solo obtuvo excito con una de ellas, que empezó a patear haciendo berrinche porque quería seguir durmiendo.

-¡Hay mama! –grita Serena. Se sienta en su cama con el ceño fruncido y se cruza de brazos. Se veía muy graciosa con todo el pelo revuelto.

-¡Hay mama nada! ¡Es hora de que se levántense!-dice su madre tajante.

-¡Minako!-grita el nombre de la que ni con rayos del sol, ni gritos y jolones de sabanas, hacían que se moviera un poco. El grito fue tan fuerte que Mina, salta de la cama como si tuviera un resorte pegado en el trasero. Cae al suelo precisamente golpeando el trasero.

Serena comienza a reír como loca de ella. La otra voltea y la mira con los ojos entrecerrados.

-¡Mama dile a Serena que no se burle de mí!-le pide a su madre con reproche.

-¡Serena! -la mencionada voltea a verla sin dejar de reír- ¡hija no te burles de tu hermana! – pero pareció que a Serena le dijeron que riera más, porque soltó unas carcajadas, que al final termino contagiando a su madre.

Mina indignada por las risas de su madre y hermana se para sobándose el trasero.

-Que malas son ¿por qué se burlan de mí? –dice con un puchero

-Es que Mina eres increíble hija, ni con un explosión de una bomba despiertas - dice su madre todavía riendo.

-Por si fuera poco siempre terminas levantándote, cayendo directo al piso-más risas por parte de Serena – en serio Mina contigo mi vida nunca será aburrida-ella solo le saca la lengua y voltea su cara para el otro lado.

-¿Mama por qué nos levantas tan temprano? estamos de vacaciones –le reprocha Serena

-¡Eso ya lose! –le contesta su madre en tono irónico- ¿pero ya vieron la hora que es? – les apunta con el dedo, el reloj que tiene forma de conejo, que se encuentra ubicado al lado de la ventana- son más de las doce. Y aunque estén de vacaciones no quiero a dos pequeñas holgazanas en esta casa- las mira con el ceño fruncido – ¡así que se dan un baño, se cambian y las quiero en menos de 20 minutos en el comedor, para que desayunen entendido!- las dos, solo asintieron con rapidez.

No querían provocar la furia de Serenity Tsukino. Su madre era una hermosa mujer de cabellos platinados, piel blanca, facciones finas y unos ojos color celeste tan azules como el cielo. Pero sus pequeñas hijas le tenían un respeto muy grande ya que ella era de carácter fuerte y muy estricta a la hora de educar a sus hijos. Así que sus pequeñas hijas obedecían sin rechistar.

Exactamente a los 20 minutos se aparecieron dos pequeñas rubias en la entrada de la cocina.

Serenity volteo a ver a sus hijas con una mirada llena de amor.

-Que bien que hicieron lo que les pedí rápido-les dice con tono amenazante.

-Si mama, la verdad que no queremos probar la furia de Serenita Tsukino-dice Mina fingiendo la voz.

-Eso me gusta –responde Serenity –que respeten a su madre y la obedezcan-termina con una sonrisa.

Las mira nuevamente eran tan hermosas. Pero sus caras de ángel, no la engañaban porque solo tenían la fachada, por dentro eran unas pequeñas diablillos. Había gemelos con carácter diferente. Pero Serena y Mina, eran como pinky y cerebro, una ideaba las travesuras y la otra las llevaba a cabo. Pero cambian los roles entre ellas, dependiendo quien pensara una travesura más divertida.

Serena y Mina tenían 8 años. Tenía cabello rubio, piel blanca, facciones finas y delicadas, ojos color celeste iguales a los de su madre. Por lo único que las podían diferenciar era en el color de cabello, Serena lo tenía más rubio que Mina, casi como los rayos del sol. Eran muy hermosas. Se podía apreciar que serían unas mujeres muy lindas con el paso del tiempo.

-¿Bien entonces que quieren almorzar?-pregunto su madre

-Yo quiero hot- cakes con mucha miel y un jugo de naranja-dice Serena con una sonrisa de oreja a oreja.

- Lo mismo. Solo que yo quiero mucha mermelada de fresa-dice Mina

-Muy bien, trabajan unos hot-cakes, para mis hermosas princesas-dice su madre al mismo tiempo que se acerca a buscar los ingredientes.

Saca de alacena el paquete de harina, lo pone en la encimera, se agacha, toma un traste donde colocar la harina, vacía un poco y se da la vuelta, para poner el paquete de donde lo había tomado, se dirige a refrigerador para tomar el resto de los ingredientes.

Estaba ocupada buscando. Que no se dio cuenta cuando Serena se acerca a donde estaba el traste con la harina, toma un poco con la mano y se vuelve acercar a Mina y le habla.

-¡Mina!-le habla en tono inocente. Cuando ella voltea verla, se la arroga en la cara sin ninguna contemplación. A Mina le queda la cara completamente blanca. Lleva las manos a su cara tratando de limpiarla.

Mientras Serena ríe como loca, tocándose el estómago de tanto reí.

Pero como era de esperarse su hermana no se quedaría con los brazos cruzados. Menos se quejaría con su madre. ¡No! ella tenía que desquitarse de lo que le hiso su gemela.

Corre adonde esta la harina y toma un poco. Y sin decir nada se la arroga a Serena, cayéndole dentro de la boca. Serena deja de reír al instante, al sentir su boca llena, comienza a escupirla.

Ahora la que reí como loca era Mina.

Su madre sigue sin voltear, piensa que solo están corriendo en la cocina y por eso ríen.

-Ya verás-le dice Serena. Cuando termina de limpiarse un poco.

Corre, toma el traste.

Mina no se queda a esperarla. Comienza a correr por toda la cocina, dando vueltas por mesa que estaba ubicada en el centro. Cuando se cansa de tanto correr, se para justo enfrente de donde se encontraba su madre.

Serena al ver que su hermana se para, ella también se detiene gusto frente a ella del otro lado de la mesa.

-Ya te tengo, no te me escaparas-le dice con una sonrisa llena de maldad.

-¡No serena! ¡por favor no lo hagas!-le suplica

Pero Serena no hace caso. Sin esperar más le arroga la harina. Pero Mina fue más rápida, se agacho metiéndose debajo de la mesa. Su madre no tuvo la misma suerte, ya que justo cuando Serena arrojo la harina, ella se dio la vuelta y la cubrió de pies a cabeza.

El grito no se hiso esperar

-¡Serena!- fue un grito tan fuerte, que se escuchó en toda la colonia.

Frente a la casa de los Tsukino, vivía la familia de los Kou. En una casa con la típica fachada de los que hay en Japon, grandes ventanales, puertas de madera, tejados y un jardín en el frente. La familia se conformaba, por cinco miembros que eran Diamante papa, Neherenia mama y sus 3 hijos Taikí el mayor, Seiya el mediano y Yaten el menor.

Los últimos mencionados, estaban en la sala de su casa jugando x-box. Pero por más concentrados, no pudieron dejar de escuchar el grito que había dado su vecina.

-¿ya oíste? –pregunta Taikí a Seiya- ¿que habrá hecho tu novia esta vez?- se pregunta mirando hacia la ventana.

-No lo sé- contesta Seiya encogiéndose de hombros, imitando el gesto de su hermano mirando a la ventana.

-¡Yaten a un lado!- le ordena a su pequeño hermano de cuatro años, que estaba en medio de sus piernas viendo como sus hermanos jugaban. El pequeño se quita rápidamente.

Seiya se pone de pie, se dirige a la ventana, hace la cortina a un lado y mira así la casa de los vecinos. Era una casa hermosa diseñada por el padre de Serena que es arquitecto. La casa tiene fachada blanca, con acabados en piedras; colores oscuros, tenía un jardín al frente, en medio de esta un camino que llevaba a la entrada de la casa, era de dos pisos, con grandes ventanales. Pero no se veía nada, se voltea así su hermano y le dice.

-No se ve nada- se queda pensado por unos segundos –iré a ver que paso- le dice encogiéndose de hombros. Se dirige a la entrada donde se encontraban sus zapatos, comienza a ponérselos.

-Seiya no creo que se buena idea que vayas –le dice Taikí

-¿Por qué? –le pregunta sin interés-Serena es mi novia. Tengo que ver que paso- termina de decir

-¿Seiya no escuchaste el grito de la señora Serenity? - le pregunta

-Si ¡y eso que!-le contesta con fastidio.

- Seguro Serena hiso algo. No te dejara verla, al contrario te correrá sin ninguna contemplación-le dice como si fuera lo más obvio.

Seiya se queda pensado por un momento y termina dándole la razón a su hermano mayor.

-Tienes razón. Seguro que hiso algo muy malo para que su madre gritara tan fuerte que casi rompe los vidrios de todos los vecinos- comienza a reír- mejor esperare un rato y le llamaré por teléfono.

-Esa me parece mejor idea- le dice Taikí acomodándose los lentes. Taikí es un chico alto, de pelo castaño, piel blanca y ojos color violeta, muy serio e intelectual para su edad. Con tan solo 11 años ya contaba con varios reconocimientos a nivel nacional por tener el mejor promedio.

Seiya tenía 10 años se podría decir que era la luz de su casa era muy alegre y travieso, pero de muy buenos sentimientos. Él estaba enamorado de Serena desde siempre. Era alto para su edad tenía el cabello negro, piel blanca y ojos color azul.

Serena y el eran muy buenos amigos, aparte de novios. Siempre compartían todo hasta eran cómplices en las travesuras que planeaban, junto con Mina.

-¡Entonces sigan jugando! –les dice el pequeño Yaten para llamar su atención. Él era él bebe de casa, era la viva imagen de su padre, pelo platinado, piel blanca, la única diferencia eran los ojos su padre los tenia azules y Yaten color verde esmeralda.

Casa Tsukino….

-Perdón mama. Te juro que no fue mi intención hacerlo-le decía Serena, en tono suplicante a su madre, que la miraba con enojo.

-¡Mira todo el desastre que han hecho!-grito más molesta, al ver la cocina.

Serena solo agacho la mirada. Mientras Mina no asomaba ni las narices, al contrario se escondía más, debajo de la mesa para que su madre no la viera.

-¡Mina sal inmediatamente! –le ordeno

-Si mama–le contesto mientras salía. Pero cuando vio a su madre no puedo evitar reír. Se soltó a reír, mientras caminaba para ponerse a un lado de Serena.

Cosa que a su madre no le causo ninguna gracias, al contario se molestó todavía más. Serena le da un pellizco en el brazo.

-¡Te quieres callar!-le ordeno Serena en un grito-no compliques más las cosas- Mina, comenzó a sobar el brazo con su mano izquierda.

-No fue mi intensión, solo que no puede evitarlo. Mama se ve tan graciosa llena de harina-le dice con un puchero y los ojos llenos de lágrimas, por el dolor causado, por el pellizco.

-Sí. Pero este no es momento para eso Mina- le dijo Serena- mama está muy molesta – casi en un susurro.

-Si Mina tu hermana tiene razón – su madre esta roja del coraje y con las manos en la cintura.

-Perdón mama-Contesto Mina y agacho la cabeza.

-Nada de perdón, están castigadas-les grito-¡van a limpiar el desastre que hicieron! ¡después se van a bañar de nuevo! Mientras yo iré a bañarme- se da la media vuelta para dirigirse a la salida.

-Todo esto es por tu culpa – reclama Mina a Serena.

-¡Ha mi culpa! Tú también tuviste culpa por seguirme el juego-le contesto a su reclamo.

-¡Que quería! ¿qué me quedara de brazos cruzados?, mientras tú me arrogaste la harina a la cara- le grita Mina.

-¡Eso! era una muy buena idea- contesta Serena con una sonrisa en la cara.

-¡Que! claro que no era una buena idea –le dice Mina - lo mejor que pudieras haber hecho, era quedarte quieta y esperar que mamá nos hiciera el desayuno. Ahora muero de hambre-termina haciendo un puchero y tocándose el estómago.

- En eso tienes razón, ahora hay que esperar a que termine de bañarse para comer algo-le dice Serene al mismo tiempo que su estómago reclama por alimentos.

-Si- dice Mina en tono triste-mejor demos prisa, antes que baje y nos vuelva a regañar- dice con tono de resignación

-si tienes razón –así comienzan a limpiar.

Pero lo que ellas no sabían era que su madre estaba en su habitación mirándose en el espejo de su tocador riendo por las ocurrencias de sus hijas. Solo movió la cabeza.

Se escucharon unos pequeños golpes en la puerta.

-¿Ya habrán terminado?-se preguntó y contesto ella misma- no lo creo es demasiado rápido- se dirige abrir.

-Mami-escucha una tierna vocecita. Se agacha para tomar a su pequeño hijo en brazos. Pero recuerda que está cubierta de harina sí que desiste. Pero el pequeño no estaba de acuerdo con ella- cárgame- le pide con un tierno puchero dibujado en su carita.

-Amor no puedo ¡mírame como estoy!-le dice, el niño levanta la vista

-No impota quiero que me cargues-le suplica otra vez.

Lo levanta en brazos sin importar nada. Ya también lo cambiarias de ropa.

-Mi vida. ¿ te despertaste?- le pregunta con una sonrisa.

-Si –contesta bostezando- los gritos me despertaron- le dice, mientras se acomoda su cabecita en hombro de su madre.

-Hay mi pequeño perdón. Pero ya sabes cómo son tus hermanas de traviesas-dice, mientras toca su cabeza- ¿pero que te parece si mama te recuesta en su cama, y te pone caricaturas mientras me baño?-le pregunta. El niño solo asiente y sonríe-muy bien entonces no se diga más- corresponde la sonrisa

Lo recuesta en su cama, prende la televisión y se dirige al baño no sin antes hacerle una advertencia a su pequeño hijo.

-¡Samy!-lo llama-¡no toques mis cosméticos!- le advierte, el niño solo asiente. Pero de eso no estaba segura, ya que a su pequeño hijo de cuatro años le encanta jugar con ellos para pintar paisajes en las paredes de la casa. Samy era Kenji Tsukino en pequeño eran idénticos, tiene el cabellos café oscuros, piel blanca y ojos color café.

Mientras tanto en la cocina Serena y Mina cumplían con su deber.

Suena el teléfono. Las dos salen como estampidas para contestar. Llegan al mismo tiempo levantando el teléfono, comienza a pelear por querer contestar las dos.

-¡Dámelo Serena! ¡yo llegue primero! –Le exige Mina

-¡No! yo llegue primero-le contesta Serena molesta.

Mientras ellas peleaban por contestar, del otro lado de la bocina, estaba un hermoso chico de once años esperando que sus lindas primitas decidieran contestar.

-¿Qué pasa Andrew? –preguntan otro chico, que estaba sentado al lado de él.

-Nada. Ya sabes cómo son Serena y Mina. Están peleando por contestar-dice encogiendo los hombros. El otro chico solo sonríe de lado.

-No pues entonces vamos a tener que esperar un buen rato- Dice, mientras enciende el televisor.

-si tienes razón –le contesta

Se escucha una vocecita en el teléfono.

-¿Quién es? –pregunta nuevamente.

-Es Samy que levanto el otro teléfono-contesta con indiferencia

Haruka comienza a reír.

-Siempre sucede los mismo con esas dos locas- le quita el teléfono-seguro que Samy le pasa el recado a tía Serenity antes que esas dos terminen de pelear por el teléfono-así que decide hablar el

-¡Samy!- le habla al pequeño

-Si-contesta el pequeño

-¿Se encuentra tía Serenity en casa?- pregunta

-Si esta mañandose- vuelve a contestar con una sonrisa dibujada en sus labios

-Bien. Le podrías decir que hablamos por teléfono. Que se comunique con nosotros. A casa de tía Bejerite-termina. Samy tarda en contestar, mientras se escuchan los gritos de Serena y Mina que siguen peleando. Haruka solo mueve la cabeza a los lados.

-si yo le digo-al fin contesto Samy

-Entonces esperamos su llamada pequeño- cuelga.

Serena es quien termina por ganar el teléfono

-Bueno-se queda callada por un momento-sabes Mina mejor contesta tu –le entrega el teléfono y se va a otra vez a la cocina.

Mina se acerca el teléfono y contesta.

-Bueno-solo se escucha del otro lado un tutu tutu. Se despega el teléfono y lo coloca en su lugar de golpe-Ese Serena me las pagara-mientras camina así la cocina con las manos hechas un puño y pegadas en los costados.

-¿Serena porque tienes que ser tan odiosa? –le pregunta Mina cuando llega a la cocina.

Serena solo dibuja una sonrisa.

¿y tú porque eres tan tonta, que siempre caes en la misma broma? –ríe de ella

-Hay no sabes cómo te odio-le grita mientras se acerca.

-Pues eres correspondida del mismo modo- le dice Serena.

Mina no espera más, se hecha en sima de Serena y comienzan a jalarse el pelo, golpearse una a la otra. Estaban tan metidas en su pelea que no se dieron cuenta que alguien estaba tocando el timbre.

Serenity iba bajando las escaleras con Samy agarrado del a mano ya los dos lucían completamente limpios. Al escuchar el timbre se dirige abrir, ya que sabe que sus hijas están tan entretenidas en su pelea que no se molestaran en abrir.

Abre la puerta, era una mujer alta de pelo plateado piel blanca y ojos azules se veía muy elegante y amable.

-¿Si dígame?-pregunta

-Hola buenos días –saluda con una sonrisa

-¿Le puedo ayudar en algo?-corresponde el gesto, también sonríe.

-Bueno-dice con algo de timidez-soy su nueva vecina, acabamos de mudarnos en la casa de a lado-calla por uno segundos-perdón lo que pasa que me da algo de pena-sonríe

-No te preocupes ¿dime necesitas algo?-pregunta con voz dulce.

-Sí, mi esposo está tratando de conectar el gas en casa. Y quería saber si me harías el favor de prestarme una llave para-Pero no pudo continuar ya que dos pequeñas rubias salieron de la cocina gritando y pegándose una ala otro.

-¡suéltame Serena! –le gritaba a Mina. ya que estaban tomadas del cabello.

-¡no! ¡suéltame tu primero!-contesto

-Hay eres una pequeña bruja-La insulto

-lo serás tú –mientras le sacaba la lengua

La persona que estaba en la entrada, solo se quedaba viendo a ese par de locas, que estaban a punto de quedarse calvas; por tantos jalones que se daban y llenas de harina del rostro. Serenity solo se pasa la mano por el rostro en forma de desesperación, voltea a ver a su nueva vecina.

-Perdón me permites un momento- sin esperar respuesta se dirige a donde estaban sus hijas, les grita-¡ya basta!-pero no hacen caso – ¡he dicho que ya basta!-al mismo tiempo que se pone entre ellas-¿que no les da pena con la nueva vecina? Que va pensar que tengo dos locas en esta casa.

Serena y Mina voltea a ver la puerta de entrada, se ponen firmes y agachan la mirada. Y dicen al unísono.

-Perdón- con la mirada en el piso

La vecina comienza a reír.

-No se preocupen chicas yo también tengo dos pequeños hijos y siempre están peleando-termina de decir con una sonrisa dibujada en su cara.

-Pero no creo que como estas dos. Enserio a veces ya no sé qué hacer con ella-le dice Serenity con desesperación.

-No te preocupes son niñas. Y siempre pelean entre ellos-dice comprendiendo perfectamente la desesperación.

Serenity mira a sus hijas y les pregunta.

-¿Podrían hablar con la vecina tranquilamente? ¿Serían tan amables mis pequeñas hijas de quedarse quietas por unos segundo?- vuelve a preguntar

-Si mama-contesta Serena en tono alegre como si no pasara nada –anda ve a ver que necesita la nueva vecina-Serenity solo movió la cabeza y se dirigió a la entrada.

-¡por favor pasa!- la invita a pasar. Ella entra, solo unos paso dentro de la casa- pero ven siéntate-le ofrece.

-No es que no quiera, me encantaría –le dice- pero es que como te decía mi marido está esperándome. Está arreglando la tubería del gas

-Claro que tonta, permite ir por ella- Serenity se da la vuelta y se dirige al cuarto de lavado donde guarda todas las herramientas.

Pero ese par de niñas no se podían quedar quietas, la lluvia de preguntas no se hiso esperar.

-¿Así que es nuestra nueva vecina?-pregunta Serena

-¿Y a qué casa llegaron a vivir?-ahora pregunta Mina

-¿Tienes hijos?-sigue Serena.

-¿Cuantos años tienen?-Mina le sigue el juego

-¿Son lindos?-Serena sonríe con picardía

-¿Y cómo te llamas?-pregunta Mina

-Claro que tontas. Eso no te lo hemos preguntado-dice Serena rascándosela cabeza.

La vecina estaba impresionada de lo rápido que hablan esas dos pequeñas rubias. Se hecha a reír, mientras ellas la miran con el ceño fruncido.

-Perdón niñas pero es que no me explico cómo puedan hablar tan rápido y hacer tantas preguntas a la vez-sigue riendo- Pero les contestare todas sus preguntas –Mina y Serena sonrieron-si soy su nueva vecina. Llegue a vivir a la casa de aquí a lado. Tengo 2 hijos, uno tiene diez y el otro ocho. Mis hijos, que les puedo decir, para mí son los hombrecitos más hermosos que puede haber en la tierra- sonríe al recordar a sus hijos.

-¿Entonces no tienes niñas?-pregunta Serena decepcionada

-No, son dos niños-le contesta

-Hay que mal yo pensé que tendríamos una nueva amiguita–dice Serena reflejando la desilusión en su carita.

-Pero ya verás que te llevaras muy bien con mis hijos, ellos son muy lindos-le dice para consolarla.

-En serio –se le ilumina la cara a Serena-que bien-salta de gusto

-Ya Serena deja que siga contestando lo pregunta- Le reclama Mina.

-Bien, yo me llamo Viluy y mis hijos se llaman Malaquite y Naflyte- termina de decir

Serenity llego gusto a tiempo antes que alguna de sus hijas siguieran preguntando más.

-Perdón. No encontraba la llave, pero aquí tienes-le entrega a Viluy en la mano

-Muchas gracias. Te la devolveré en cuanto mi esposo termine –le dice

-Hay no te preocupes, cuando puedas me la traes-le contesta

-Entones me voy que mi marido debe estar desesperado por que no llego-dirigió su mirada a las pequeñas rubias, que tenía dibujada una sonrisa en sus labios- ¡niñas! ¿podría saber cómo se llaman?-pregunto

-Sí. yo me llamo Serena –contesta

-Y yo Minako-le sigue

-Ok pues mucho gusto Serena y Minako fue un placer conversar con ustedes. Por cierto me llamo Viluy-extiende la mano a Serenity

-Perdón, soy Serenity Tsukino-tomando la mano

-Bien Serenity, me despido- sale de la casa

Serenity cierra la puerta

-Muy bien señoritas, espero que hayan terminado de limpiar la cocina-les dice su madre

-Ya casi- salen corriendo directo a la cocina.

Serenity mira a todos lados, buscando a Samy. Pero no lo ve por ningún lado, seguro que está jugando en el cuarto de entretenimiento, siempre aprovechaba las situaciones que no son de su incumbencia y que todos estaban distraídos para encerrarse ahí.

Serena y Mina terminaron de limpiar la cocina. subieron a su cuarto se dieron un baño, se cambiaron de ropa y volvieron a bajar para poder comer. Al terminar se fueron a sentar un momento en la sala, encendieron el televisor. Serena estaba sentada. Mientras Mina estaba acostada con la cabeza acomodada en el regazo de su hermana y todo su cuerpo desparramado en lo largo del sillón.

Ya tenían un buen rato viendo la televisión, riendo por lo chiste que contaban en un programa de comedia.

Se escucha el timbre.

-¡Te toca abrir!-le ordena Serena

-¿por qué a mí? –pregunta Mina con fastidio

-Porque tu estas arriba de mí, así que anda ve-le dice Serena

-no exageres, si solo tengo la cabeza-dice Mina en tono molesto

-Eso no importa- contesta Serena

- Está bien, yo iré - dice parándose con molestia.

Cuando llega, abre la puerta, pero se queda de piedra.

Que estaban viendo sus bellos ojos, al chico más guapo que había visto en su vida. Tenía cabello platinado, piel morena y ojos color azul. No podía ni hablar, pero el sí que podía.

-Hola –saluda-¿esta es la casa de la señora Serenity?- pregunta. Pero Mina no podía contestar….

CONTINUARA…

Bien amigas les dejo está loca historia, esperando que les guste tenía pensado subirla más a delante, pero la verdad que no me aguante así que aquí esta. Les cuenta un poco de lo que tengo planeado. Como se dieron cuenta ellos apenas son unos niños que desde pequeños empiezan a entregar su corazón… Y un amor que seguirá atreves del tiempo y a pesar de las circunstancias que se vayan dando en sus vidas. Ha pero eso no evitara que disfruten cada etapa de sus vidas haciendo de las suyas jajajajajaja...

De ante mano pido disculpas por los erros que puedan encontrar en ella ya que soy una persona sin experiencia y no tengo ayuda de nadie.

Pero saben que la escribo con todo cariño esperando que les guste…. ABRAZOS Y NOS LEEMOS EN EL PROXIMO…