Aclaración de puntos:

1. -Las acotaciones son estas

"Lo que el personaje piensa"

Hablando el personaje

(Comentario)

'Cuando yo interfiero'

o-o-o-o-o-o-o Cambio de escenario o-o-o-o

2. – Ningún personaje de Beyblade ni la idea original es mío, todo es de su creador Takao Aoki

3.- Este va a ser un fic clasificación R, ya que a mi me gusta escribir lemon (además de que no me sale ningún fanfic sin lemon), además no me gustaría alguna demanda por alguien que no aguantó, así que si lo leen es bajo su propio riesgo, y no me manden reporte, se siente bien feo que te eliminen tu fic

4.- Aquí hay yaoi, escucharon bien, es yaoi (¬¬ como si Beyblade no lo fuera siempre)

5. – Las parejas las iré descubriendo más adelante, no se sorprendan por lo que pueda poner en el fic porque, a pesar de que debería, si dejo aclarado en la clasificación de lo que se trata, pues entonces el fic ya no tendría sentido

PRÓLOGO

Caminaba despacio y tambaleándose, su cabello estaba completamente mojado y caía ya sin forma sobre su cabeza, su ropa raída y empapada se pegaba a su cuerpo como una segunda piel pero helada, aún así parecía no sentirlo. Llovía de forma torrencial como si el cielo le acompañara en su sufrimiento, estaba sin compañía en la calle, en un país que no conocía, bajo la lluvia y en un clima helado. Se apoyaba en los muros de los callejones donde caminaba, logrando así mantenerse en pie… apenas.

Pronto, al final de uno de los tantos lugares por donde había caminado, al fin pudo divisar lo que llamaría "hogar" y, en ese momento, a pesar de rogar por llegar ahí, se detuvo súbitamente. Tenía sentimientos encontrados, estaba feliz de al fin haber llegado y quería correr para poder llegar pero le parecía aterrador el haber podido volver y sus piernas no se movían.

Su cuerpo clamaba por un baño para poder recuperar el calor y su mente deseaba un descanso, sin embargo sentía que por lo que estaba pasando era un castigo bien merecido que debía afrontar aunque no sabía a ciencia cierta cuál era su pecado. Deseaba evitar una hipotermia y salvar su vida! … pero a su vez deseaba con todo su corazón suicidarse, terminar con la existencia que aún le quedaba

Sin más fuerzas o ánimos, se dejó caer pesadamente recargado en una pared frente a aquel imponente edificio haciendo saltar algunas pequeñas gotas con tal acto, debido a que bajo su persona se había formado un pequeño acto. Miraba de forma perdida el edificio, queriendo gritar y sin que un solo sonido saliera de su boca. Inconscientemente sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos y gotas cristalinas comenzaron a caer por sus mejillas confundiéndose inmediatamente con las gotas de lluvia y haciendo un contraste cálido al frío de su cuerpo.

Los recuerdos iban y venían en su mente aunque quería enterrarlos en lo más profundo de su memoria, el problema es que eran aún muy recientes; pero dentro de su cabeza las palabras de "fue mi culpa" se repetían sin cesar. Fue su culpa regresar tan tarde, fue su culpar no estar alerta, fue su culpa haber aceptado ir con esa persona y no haberle dicho que el camino de regreso era largo y tal vez peligroso cuando el sol comenzó a ponerse y solamente porque no quería preocuparle.

Fue su culpa… simplemente todo era su culpa, pero le era más fácil culpar a otra persona aunque no fuera su costumbre. Recordaba claramente lo que había pasado, viviendo de nuevo cada cosa y deseando olvidarla y borrarla con la lluvia, aunque sabía que eso era imposible. Era de noche, de hecho ya casi había llegado un nuevo día, pero con el mismo sus ganas de vivir eran cada vez menos. Ya nada importaba, todo era estúpido e inútil

Súbitamente, escuchó pasos, más no les tomó importancia como a todo, se acercaban sin prisa ni reserva inconscientes de lo que vería delante de sí, aunque tal vez no le tomase importancia puesto que el ser humano se preocupa solamente por sí mismo, a menos que fuera como aquél ser que ahora se sentía derrumbado, alguien puro de corazón a quien el destino le jugó una mala pasada.

Su cerebro se puso en estado de alerta, dispuesto a correr, pero su cuerpo simplemente decidió desobedecer sus órdenes y, cuando lo pensó más detenidamente, en realidad no quería moverse, simplemente siguió viendo, sin ver, el edificio. Aquellos pasos se acercaban más hasta que simplemente ya no los escuchó seguir, más bien se detuvieron a su lado. Tardó poco más de medio minuto para reparar que alguien estaba ahí y se forzó a voltear para ver quién era, aunque algo dentro de sí le decía que no debería hacerlo al mismo tiempo de que quería ver a alguien que le pudiera ayudar.

Cuando al fin pudo ver a esa persona su cerebro no lograba procesar a quien veía ya que sabía quién era, sin embargo la cara, los gestos y la mirada de aquella persona no eran los que conocía de esa persona. De pronto sintió a su corazón encogerse a un punto mínimo, más de lo que ya estaba, ya que lo que menos quería en ese instante era que precisamente esa persona le viera, simplemente no quería que nadie le viera. No sabía en qué momento había dejado de llorar hasta que las cálidas gemas cristalinas volvieron a correr por sus mejillas.

Simplemente no sabía que era peor, su situación y su persona tan penosa y humillante o el hecho que le viera quien tenía en frente. Quería hablarle, decirle algo, pero era como si se hubiera quedado sin voz. Se miraban a los ojos sin dar crédito a lo que veían. Era fuerte, pero no tanto y, sin previo aviso, sin siquiera sentirlo, sus ojos se fueron cerrando hasta verse en una oscuridad absoluta.

Lo último que pudo sentir fue que alguien le sujetó antes de que su cuerpo tocara el suelo, y cómo fue alzado poco antes de perder completamente la conciencia, antes de volver a vivir su pecado, antes de dejarse llevar por completo lo que ahora consideraba una pesadilla eterna.