Todas las historias tienen su inicio y su final. Todas y cada una de ellas empiezan por algo, todas, incluso la tuya propia. Pero hoy no me interesa que sepas sobre historias o sobre tu historia, hoy quiero que sepas sobre su historia. La historia de unos chicos que sin pretenderlo en ningún momento se vieron inmiscuidos en algo demasiado grande hasta para cualquier adulto.

En aquella época los mutantes no gozaban de demasiada seguridad. Formaban un grupo muy numeroso, pero eran muchísimos menos a los homo sapiens y estos no solían aceptar precisamente bien que hubiese una raza con poderes que ellos no podían tener y que además fuesen conocidos como "homo superior". Esto hacía que los mutantes fuesen un blanco constante ante ataques verbales y físicos por parte de este grupo.

También había que sumar su otro problema: Los distintos "bandos" dentro del grupo de mutantes. Se habían formado desde bandos que sólo pretendían mantener la calma y luchar por la igualdad en derechos hacia el homo superior, hasta los grupos que pretendían hacerse con el poder, eliminando a los homo sapiens del camino.

El caso más conocido de estos grupos se había dado en Los Estados Unidos, pero en otros lugares también se dio. Y Francia no fue menos. Pese a que algún mutante había intentado varias veces obtener algún que otro puesto de prestigio dentro de la política del país nunca había podido, de alguna forma u otra era eliminado. En muchos casos no se encontró el cuerpo siquiera… y en otros hubiese sido mejor que no lo hubiesen llegado a encontrar.

Ante esta situación se formaron distintos grupos:

La Ley, un grupo que emergió de forma rápida y en unos pocos meses pasó de ser un par de chiflados a ser un grandioso grupo con un montón de miembros afiliados. Este grupo estaba formado por mutantes que querían la eliminación de todos los mutantes porque los consideraban una abominación y ese era su justo destino. Era lo que la ley decía. Llevaban a cabo continuos experimentos para eliminar el gen mutante en todos los mutantes, pero fueron incapaces de conseguirlo en grandes grupos.

Les Bohèmes, grupo que decía llevar una vida "bohemia", pero eso era pura hipocresía porque la mayoría de ellos no controlaba ni uno de los siete arte y en añadidura poseían distintos refugios con todas las comodidades y disponibilidades. Su bando era, según decían ellos "El bando de la libertad, la verdad y el amor", pero su verdadero bando era el del dinero.

Luego estaban Les Amis del ABC, entre los muchísimos grupos que había este podría decirse que era el más curioso. Empezó siendo un grupo apenas formado por 9 personas, pero habían conseguido ir añadiendo más y más miembros. Sus miembros, mutantes y homo sapiens, luchaban por la igualdad de todas las personas que pisaban la tierra. Hablaban de libertad, igualdad y fraternidad y pretendían que todos se rigiesen bajo aquellos ideales de justicia. Aunque al inicio de nuestra historia sólo eran nueve:

Alexandre Enjolras era un bello joven capaz de ser terrorífico. Tenía la belleza de un dios griego y su rubio pelo podría eclipsar al mismo sol. Su familia poseía dinero a raudales, pero desde temprana edad se alejó de este pues sus padres representaban todo por lo que él luchaba. Sus poderes se basaban en controlar la luz, una grandiosa puntería y algo bastante curioso: hablar con los cisnes.

Adrien Combeferre era uno de los dos mejores amigos de este dios. Era el más inteligente del grupo sin duda alguna y no sólo eso, era el guía de todos. Era pacífico y siempre buscaba evitar el enfrentamiento físico. Físicamente era más bajo que Enjolras y ligeramente menudo. Apasionado por la biología y filósofos por igual, pero algo había que sobretodo le gustaba: las polillas. Obtuvo la suerte de haber nacido como un gran telépata.

Su otro gran amigo era Henri Courfeyrac, atractivo y presumido. Sabía que era atractivo y era algo que siempre aprovechaba para tener una gran cantidad de compañeras de cama, pese a eso tenía un secreto a voces: Aquella persona que hacía que sus piernas temblasen era Adrien Combeferre. Su poder se basaba en el control de las feromonas, haciendo más de una vez que una chica se prendiese por sus huesos.

Estos tres se hacían llamar como el Triunvirato y casi fueron los culpables de que Les Amis se formase. Por cuestiones del sino se unieron a ellos poco después Samuelle Grantaire, Antoine Bahorel, Erick Feuilly, Jehan Prouvaire, René Joly, Felix Lesgles y Marius Pontmercy.

Samuelle Grantaire venía de familia pobre y nunca había tenido una gran relación con ellos y esta no mejoró precisamente cuando sus padres descubrieron sus cualidades: era capaz de dar vida a los dibujos. No era la descripción de bello, sus ojos verdes y, principalmente su labia hacían que pocas veces estuviese solo en la cama. Desde una edad bastante prematura empezó a fumar y a beber, siendo ésta su principal perdición.

Antoine Bahorel era amigo de la infancia de Samuelle. Nació en algún lugar de África y las rastas decoraban su pelo. Enorme de nacimiento y sumamente fuerte, aunque cuando descubrió sus poderes vio que aquella fuerza que antes tenía no era nada en comparación pues era capaz de aumentar su tamaño y poseía súper fuerza. Se metía en peleas continuamente y nunca fue un apasionado de los estudios.

Erick Feuilly era posiblemente el más desgraciado entre todos. Era huérfano de padre y madre y nunca fue afortunado en nada, salvo en haber conocido a sus amigos. Era de raza gitana y en él se veían claramente los rasgos más representativos, como sus ojos aceituna. Durante toda su vida fue de orfanato en orfanato hasta que cumplió la edad de salir de allí. Era trabajador como él solo porque era pobre como él solo. Sus poderes le facilitaron algo la vida porque mientras estaba en un trabajo un clon estaba en algún lugar ayudando a alguien.

Jehan Prouvaire era un chico alegre que llenaba de luz y vida todo lugar por el que estaba, pero no por ello débil o cobarde. Apasionado de la literatura, era capaz de hacer llorar a cualquiera con su voz al recitar. Amante de las plantas, era capaz de controlarlas y crearlas y todas ellas le obedecían. Su pelo largo y pelirrojo siempre iba trenzado y decorado con flores de vivos colores.

René Joly fue la alegría y la obsesión hecha ser humano. Era hipocondríaco y sus estudios en la universidad le estaban convirtiendo más en enfermo que en doctor. Sus poderes se basaban en crear y curar síntomas y enfermedades, pero era incapaz de dominarlo al completo sobre él, creándose alguna que otra vez síntomas reales en su obsesión.

Felix Lesgles, la ironía hecha ser humano. Controlaba la suerte, más era el ser más desafortunado que podría haber. Era calvo desde bien joven y su casa era la de Joly la mitad del tiempo. Controlaba la suerte, pero no era capaz de controlar su poder, pudiendo tener suerte como infortunio.

Marius era un niño adinerado que se había revelado contra su abuelo al descubrir sus poderes y cómo había tratado su padre, el cual difunto en aquella época. Inteligente y trabajador como él solo, aprendió dos idiomas a nivel de traductor en apenas unos meses. Fue adoptado por el grupo, los primeros días metió la pata de forma inimaginable, pero al final se consiguió unir a los demás. Era capaz de ver fantasmas y sus poderes sobrepasaban la línea de la vida y la muerte.

Fueron un grandioso grupo que luchó por las igualdades y los derechos de todos aquellos que pisaban la tierra. Pudieron haber llegado a ser grandiosos, pudieron haber llegado a pasar a la historia. Pero todo se quedó en un "pudieron".