Disclaimer: Los personajes son propiedad de Jin.
Capitulo
1
Eres estúpido.
Era una mañana helada, de esas que calan hasta los huesos y por más que trates de recuperar un poco de calor, ya sea consumiendo alimentos calientes o usando montones de ropa y que ni siquiera la calefacción podría tener éxito para tal causa. Pero era normal, después de todo eran mediados de diciembre.
Sin embargo la baja temperatura no parecía afectar a cierto joven de melena azabache que estaba tumbado en el sofá vistiendo una sencilla camiseta negra de manga corta y una holgada pantalonera gris.
Los ojos del número siete se mantenían cerrados herméticamente justo como sus labios y de los auriculares en sus oídos se emitían las notas de la nueva canción de vocaloid que había descargado la noche anterior.
-¡Maestro!- chillo una vocecilla desde el celular que reposaba en el estómago del chico- ¡Eh! Maestro, hágame caso- la chica cibernética bufó desde su espacio virtual y con una sonrisa maliciosa activo la vibración del dispositivo.
-¡Waaaa!- grito espantado el muchacho incorporándose de golpe y alejando el celular de su persona - ¡Ene! ¡¿Qué mierda te pasa?!
Por su parte la aludida reía a carcajadas flotando entre las aplicaciones.
-Aye aye, Maestro su cara era de fotografía, wajajaja - siguió burlándose.
-¿Qué, solo querías molestarme?
-No, eso solo fue un plus maestro- explicó - yo quería decirle que Momo-chan envió un correo.
-¿Sólo eso?- gruño frotándose los ojos.
-Maestro por favor léalo- exclamó emocionada.
El adolescente suspiro y de mala gana abrió su bandeja de entrada, para leer el texto que su hermana menor le había enviado.
"Onii-chan, me he traído tu jersey por error, lo siento, te lo enviare en unos días, además me han dicho que las grabaciones del dorama se alargaran hasta año nuevo, por lo que no podre estar contigo para las fiestas, y como mamá no estará tampoco, le he pedido a los chicos que te reciban en la guarida hasta entonces. Nos vemos"
La cara de Kisaragi Shintaro era digna de un oscar. Aunque lo de su chaqueta roja ya lo sabía, he ahí la razón de que su vestimenta fuese tan ligera, pero lo otro si le había tomado por sorpresa.
-¿Acaso me cree un niño?- escupió molesto.
-Aye pero será divertido pasar las fiestas con los muchachos, no se amargue por el hecho de que su hermana lo considere tan inútil, como para dejarlo solo- rió estridentemente.
El Neet frunció el ceño y sin pensarlo arrojó con todas sus fuerza el teléfono. Y este salió disparado por la ventana de la sala la cual estaba abierta.
Mierda.
-¡Ahh! ¡¿Qué hizo maestro?! - grito Ene apareciendo en la pantalla del televisor digital.
-No... ¡No! ¡Mi teléfono! - Shintaro salió corriendo, sin ni siquiera ponerse los zapatos o un abrigo, incluso olvidando su aversión a los espacios abiertos.
-¡¿Maestro?! ¡Oiga, no salga, afuera está a -13°! ¡Se va a morir!
Apenas puso un pie fuera la temperatura del ambiente le enrojeció las mejillas y las otras zonas expuestas de piel.
Que frío.
Sin embargo la mente del séptimo estaba más ocupada cavilando las posibles zonas donde su segundo aparato -después de su pc- más preciado había caído.
Buscó de aquí a allá, entre los arbustos del patio, los botes de basura y unos maceteros, pero no podía encontrarlo.
¿Cuántos minutos llevaba ya? ¿Cinco, Diez?
Veinticinco minutos.
Ya no sentía las manos, ni los pies, vamos que ni siquiera sentía la nariz. Pero no se daría por vencido, ese teléfono tenía muchas memorias importantes.
-Eres estúpido - una voz grave pero delicada sonó a sus espaldas - al menos, busca más allá de la cerca.
Los ojos del mayor se aguaron y una retorcida sonrisa de alivio se formó en sus labios.
Tsubomi Kido sostenía entre sus delgados dedos el smartphone del pelinegro, la pantalla estaba cuarteada en una esquina, pero aún estaba encendido.
-Kido-san~
Aquel tono que había empleado el joven le produjo escalofríos a la Danchou del Mekakushi. El Kisaragi dio torpes pasos hacia ella.
-O-Oye- gimió con los nervios de punta.
-Kido..san..- pero cuando el más grande estuvo a unos centímetros de la peliverde se desvaneció.
La muchacha apenas y pudo alcanzar a sostenerlo antes de golpear el suelo y se tambaleó un poco por el peso de éste.
-¡Shintaro!, ¡Hey!- diablos estaba helado.
Ah realmente se sentía genial, ya no tenía frió y por fin volvía a ser consciente de todas sus extremidades. Espera, ¿Cómo era posible eso? Y ¿Por qué todo estaba tan oscuro? Sus párpados pesaban.
Sintió algo cálido sobre su frente y esto le hizo tratar de abrir los ojos.
No podía distinguir nada.
-En verdad eres estúpido.
Rojo.
Un hermoso par de orbes carmesí lo observaban fijamente, tenían un palpable brillo de preocupación plasmado en ellos. Los cuales al verlo despertar volvieron a su usual tono oscuro.
-¡Ah! - se enderezó deprisa, provocando con esto que su frente golpeara la de la muchacha y tuviera, a parte de un dolor de cabeza, un mareo.
-¡Tú sí que eres un idiota!- grito sobándose el área afectada que comenzaba a ponerse roja.
-L-Lo siento, en verdad, pero ¿Qué haces aquí? Espera ¿Dónde estoy?
-En tu casa.
Era cierto estaba recostado en su sofá y tapado con dos gruesas mantas.
-Ah es verdad.
Kido estaba sentada en el borde del sillón justo a la altura de la cadera del mayor.
- Y estoy aquí porque Kisaragi-san me mando un correo en la mañana, y cuando venía de camino Ene me llamo toda histérica.
-¿Histérica? Yo no estaba histérica Danchou- profirió la chica digital con un ligero sonrojo cruzándose de brazos desde el televisor.
-No, tú nunca lo estás- murmuró sarcástico el moreno.
-Como sea, en verdad ¿En qué estabas pensando al salir así?
-Tehe- se rasco la nuca nervioso.
-Hmm Kisaragi-san tenía razón, igual a un niño - comentó para si mirándolo con desaprobación.-Le acabo de llamar a Seto y al idiota de Kano para que te lleven al médico más tarde.
-¿Qué? No, no hay necesidad.
-Si que la hay, saliste descalzo a la intemperie y con este clima por mucho tiempo.
Shintaro iba a protestar pero una dura mirada por parte de la número uno le hizo desistir y aceptar su destino.
-Gracias, por ayudarme con los nervios a flor de piel extendió su mano para darle un par de palmadas en el hombro a la líder. Ambos sintieron una ligera corriente eléctrica.
Probablemente la diferencia de temperaturas, aun con las mantas las manos del siete eran frías, y ella podía percibirlo aun a través de las sudadera y demás prendas que llevaba.
Se miraron fijamente unos segundos.
Y la de la serpiente de ocultar la mirada, ladeo el rostro confundida por las repentinas palabras y acciones del Neet
-Eres mi compañero después de todo- desvió su vista con las mejillas ligeramente coloreadas.
-Oh jeje~ pero ¿Qué atmósfera es esta?- expresó con picardía la chica azul
-¡Ninguna!- grito avergonzado levantando los brazos exageradamente, se había olvidado completamente de ella. Tsubomi por su parte bajo más su capucha y se levantó.
-L-Lo que sea, ¿Qué tal si preparas tu equipaje?
-¿Equipaje?-miro confundido a la menor.
-Sí, vendrás a vivir temporalmente a la guarida.
-¡Yay! ¿Escucho eso maestro? Sera divertido.
-¡¿Ehhhhhh?!
Continuara.
Espero que les haya gustado, lamento los errores ortográficos y anteriormente la historia era publicada en Wattpad en mi cuenta, por lo que ya tengo buen material escrito.
