Lo que nos unió
Capítulo 1: "nuestras noche, ¿nuestro error?"
Los antiguos integrantes del club de tenis de Seigaku, participaron en un torneo. En honor a la lo que habían sido en la preparatoria le asieron a su club el nombre de la escuela que los había acogido por tantos años, y que tantos honores les había regalado, Seigaku.
Los integrantes eran los mismo, Momoshiro Takeshi, el rey de remate saltado, Eiji Kikumaru, el famoso tenista acrobático, Kaoru kaído, con su espectacular tiro de serpiente, Tezuka Kuminitsu, el antiguo y actual capitán del club, el número 1, Syuichirou Oishi, el participante del dúo de oro, Sadayaru Inui, el informático, todo lo ganaba con datos, Syusuke Fuji, el de mirada dulce pero malos sentimientos y por ultimo, pero no memos importante, Ryoma Echizen, el príncipe del tenis.
El puesto de la entrenadora Sumire Ryusaki lo había ocupado su nieta, Sakuno Ryusaki, y ahora ella apoyaba a la nueva entrenadora con las decisiones.
Ahora el equipo de Seigaku había salido victorioso del último torneo nacional y en honor a esto Sumire decidió organizar una fiesta.
Llegaron allá, se encontraba casi todos los amigos del colegio, lo que partió como una simple reunión de integrantes se convirtió en una gran fiesta.
Amigos, enemigos, parejas y pretendientes, todos estaban allí, no faltaba nadie y tampoco faltaron los conflictos.
Sakuno se encontraba apoda a un lado del ventanal, había reído y conversado con los integrantes del equipo durante toda la noche, excepto con él, el causante de sus noches de desvelos y el derrame de sus más amargas lágrimas. El chico del que había estado enamorada desde los 12 años, Ryoma Echizen.
Sakuno sentía como era observada por muchos de los ahí presentes, pensaba en la forma de rehuir de todas esas miradas y obtener la de su eterno enamorado.
Sólo sintió que alguien la tomaba por la cintura y comenzaba a besarla desesperadamente, no procesó de inmediato lo sucedido, pero cuando lo hizo trató de liberarse. Esto sólo fue posible cuando un tercero se lo quietó de encima.
El chico ojos de gato le pegó al que se había atrevido a besar a "SU" chica. Se armó una gran pelea, Sakuno los separó esperando que esto no llegara a oídos de su abuela.
-¡ya basta! ¡Ryoma por favor para!- gritó desesperada. Estaban llamando la atención de todos.
Ryoma accedió a la petición de la castaña, ésta lo tomó de la mano y se lo llevó a otra parte, tratando de que las menos personas posibles notaran a donde se dirigían.
Cuando se detuvieron se encontraban en la habitación de Sakuno, ella sacó un poco de algodón y alcohol. Sentó al chico en su cama y empezó a curarlo.
Se encontraba alterada, confundida, jamás había visto a Ryoma actuando así, bueno siempre discutía, pero jamás comenzaba una pelea a golpes.
-¿quieres decirme por qué hiciste eso?- lo miró fijamente esperando la respuesta de éste.
-porque si- respondió.
-¡¿eres capaz, por primera vez en tu vida, de dar una respuesta coherente!- se paró inmediatamente, la ira no la dejaba actuar como siempre.
-¿quieres saber la verdad, ¿en verdad quieres saberlos?- la chica sólo asintió. Se paró y la tomó por la cintura -porque eres mía- se acercó lentamente a sus labios, era lo que siempre quiso.
Sakuno estaba sorprendida, Ryoma se le declaró y aparte la besó, esto no se veía todos lo días. No dejaría pasar esta oportunidad, aunque fuera sólo una noche, era lo que quería.
Lentamente sus deseos fueron saliendo a flote, el sueño tan deseado de Sakuno se hacía realidad. Era un momento del cual se puede arrepentir toda su vida, pero no le importa, lo prefiere así.
Cuando se dio cuenta ya estaban en su cama, con casi nada de ropa, respirando el mismo aire.
Nada más se acordaba de esa noche, era imposible describir las sensaciones que sentía, sólo recordaba sus labios.
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