Un sinsentido acosador que no cabía en su mente, que no quería ni podía asimilar.

Arrebatarle a Fred fue como arrancarle un trozo de su alma. Su hermano había pasado a ser una parte más de él; de hecho, y ahora lo sabía bien, la más importante. Porque tras su muerte todo se veía vacío y sin color. Cada risa le sonaba hipócrita y lejana, cada sonrisa le parecía una farsa, cada muestra de cariño, ajena a él. Porque sin Fred, la alegría parecía una mala reproducción de otros tiempos en los que su gemelo aún estaba.

Se dejó caer de rodillas frente a su tumba, todavía sin entender como en un sitio tan frío y desolador podía yacer su hermano. "Es un lugar precioso", había dicho su madre entre sollozos. George prefirió no replicarle. Pensaba que Fred merecía, en lugar de una abandonada lápida gris, un sitio alegre y bullicioso, digno de la persona que había sido. Podría habérselo llevado a su tienda en Hogsmeade, donde todos le rendirían homenaje con espectaculares fuegos artificiales y explosiones descontroladas.

Pero no lo hizo. Por una vez, se limitó a permanecer al margen, sin intervenir. Continuó allí, arrodillado, con las manos temblando sobre las piernas entumecidas. En el aplastante silencio que los rodeaba podía escuchar su propio corazón, y se percató con gran pesar de lo vivo que estaba. Cada nuevo latido le resultaba aún más cruel que el anterior.

¿No irás a dejar que me pudra en este jardín sin desgnomizar, verdad?

George suspiró, aferrándose a la tela de los pantalones, como si pudiera dejar allí todo el dolor que lo acaecía.

Oh, no, no puedes dejarme tirado ahora. ¿Después de todo lo que hicimos?. ¿Qué hay de Sortilegios Weasley? George, si por tu gran dedicación las ganancias disminuyen... te haré una maldición y estarás condenado a ver a Percy bailando en calzoncillos para toda la eternidad.

George levantó una mano trémula y la deslizó sobre la fría piedra, sintiendo bajo sus yemas las finas ranuras que rezaban el nombre de su hermano. Fred miró su tumba por sobre el hombro de George y frunció el entrecejo.

¿No te asusta la amenaza? Yo estaría horrorizado...

Su hermano dejó caer la mano, a la vez que un par de lágrimas se le escapaban al parpadear.

Hey, no...

Pero Fred no terminó la frase, pues prefirió rodear a su hermano en un estrecho abrazo. George se encorvó con un escalofrío, sintiendo un nuevo peso en la espalda; pero este, a diferencia de los demás, no era abrumante ni doloroso, sino cálido y reconfortante...

Fred se dejó reposar sobre su hermano un largo rato, hasta que creyó transmitirle tanto de él que no podría dejar la tumba sin esbozar una sonrisa. Y eso era exactamente lo que quería, por sobre todas las cosas.

Tienes que volver a sonreír, George...

Apenas acabó de decir la frase, cuando su hermano se puso en pie con la decisión llameando en su rostro y un chispeo en sus ojos que parecía haberse extinto aquella noche en el castillo. Sin embargo, ahora centelleaba con una energía renovada, y la voz de George sonó clara y decidida.

"Te voy a sacar de aquí. Hay demasiados gnomos dando vueltas". Y sujetando la varita, sonrió con todos sus músculos a la lápida, mientras Fred le devolvía la sonrisa y le abrazaba con todas sus fuerzas.


...

Este es mi pequeño homenaje a Fred, por llevárselo tan pronto, y a George, por dejarlo tan solo. JK, eres muy grande, pero... eso te lo podrías haber ahorrado, la verdad.

No es la gran cosa, pero es lo que salió cuando terminé de leer DH. Casi no le he hecho cambios, así que nada podría expresar mejor lo mal que me sentí :(

Anyway, cualquier crítica es bien recibida :)