Disclaimer: Nurarihyon No Mago no me pertenece.
-Dialogo de los personajes-
Énfasis
Pensamientos de los Personajes
Egoísta Parte Uno
-¡Eres muy amable Nura-kun!- le agradeció una de sus compañeras cuando él se ofreció a llevar aquellos pesados libros por ella.
Día de limpieza, todos ayudaban a limpiar cada rincón de la escuela y por ello tuvieron que remover muchos libros y cajas guardados de un almacén de la biblioteca, aun no acababan con su propia aula pero se dividieron el trabajo intentando avanzar más rápido. Estaba algo agotado, llevaban casi toda la mañana y el polvo y la suciedad parecían adheridos a toda parte que limpiara.
-No es nada, en serio- respondió ante el cumplido, caminando de regreso al salón seguido por su compañera de estudios. Al llegar, sus amigos más cercanos se encontraban limpiando las ventanas y moviendo unas carpetas, sonrió y dejo los libros sobre el escritorio.
-Gracias Nura-kun- susurro la chica, procediendo a sellar unos papeles de entre los que había sobre dicho escritorio.
-De nada- dijo de forma monótona, giro la vista y continúo con las obligaciones que tenia.
Mientras ordenaba de vuelta los asientos sobre el piso ya seco y brillante, su amiga de la infancia, Ienaga Kana ordenaba libros en lo alto de una repisa, giro la vista y vio como el cuerpo de su amiga caía victima de un traspié al subir un poco más alto y con ayuda de su habilidad sobrenatural la capto en brazos.
-R-Rikuo-kun…gracias- dijo ruborizada, acomodando su corta falda y levantándose de encima de su compañero.
- Nura-kun eso ha sido impresionante- comento un chico de cabellos negros alabando la rápida reacción de del castaño.
-¡Estuvo genial!-grito otra, fue así como muchos comentarios de agradecimiento y alabanza siguieron, pero en la mente del flamante Tercero solo una idea se intensificaba.
Mentira
-Nura-kun siempre nos ayuda en todo, es muy amable- alago alguien entre el grupo alrededor de un sonriente Rikuo.
No soy amable
-Si, siempre que le pedimos algo dice que "si", incluso nos presta sus apuntes, es tan agradable.- afirmo otra, uniéndose a la conversación.
Te equivocas, eso no es verdad.
-Muchas gracias Rikuo-kun, me salvaste. -agradecio nuevamente Kana, sonriendo y tomando delicadamente su mano. –Déjame invitarte algo al salir ¿ok?- pregunto con un ligero sonrojo en sus mejillas.
-No te preocupes Kana-chan, no fue nada-respondió con una gotita en la cabeza y moviendo las manos para restarle importancia.
-Nura-kun es tan modesto- comento la rubia del grupo, acercándose y tomando por los hombros a la Ienaga.-Anda acepta, nosotras también iremos-dijo, haciendo referencia a Torii que saludo con una mirada gatuna.
-B-Bueno si insisten-respondió, uniéndose nuevamente a sus labores de limpieza.
Eso es mentira…yo no soy para nada amable
La tarde llego, todos se retiraban de las clases, en los últimos tres años todos cambiaron. A sus diecisiete años Rikuo se hizo bastante alto y ligeramente musculoso, sus ojos se rasgaron mas ,llevaba el cabello un poco más largo, dándole un toque de sensualidad felina a su aspecto. Sus dos amigos, el rubio Shima ya era un jugador profesional de la liga de menores en el equipo nacional, se hizo más alto y hasta tenía un club de fans gracias al deporte ; el pelinegro fanático youkai simulaba ser una estrella del cine con su negro y enroscado cabello ,aunque su actitud seguía ensañada a buscar lo sobrenatural. Las féminas del grupo crecieron con mas curvas y sensualidad, la rubia llevaba el pelo corto hasta la mitad de la espalda y Torii se lo corto a la altura de su cuello; Kana podría tener un cambio más relevante, su cabello era mucho más largo, jugando entre castaño y negro, creció y su cuerpo se hizo con unas sinuosas curvas nada exuberantes pero si atrayentes.
-¿Qué les parece si vamos por unos helados?- pregunto Kana, haciendo mención al grupo.
-Yo tengo practica así que no puedo ir- apresuro a decir el rubio, tomando de su asiento su bolso deportivo.- ¡Hasta mañana!- se despidió, dejando el aula.
-¿Cómo pueden pensar en helados cuando tenemos un youkai en nuestras narices?- pregunto decepcionado Kiyotsugu, escribiendo de manera presurosa en su computadora portátil.- ¡Miren esta es la foto del que supone ser el líder del Hyakki Yakou en este pueblo!- grito emocionado, volteando el aparato para la vista de sus amigos.
Entre la oscuridad y difusión de la foto se apreciaba a un sujeto que llevaba un haori azul, no se veía su cabello ni su cabeza por una rama que se interponía, pero se veía claramente que lo seguían una multitud de extraños seres.
-¡Increíble! ¿Estás seguro que no es falsa?- pregunto Torii al pelinegro.
-¡Por supuesto! El testigo dijo que vio a este youkai a la cabeza de unos cientos de ellos, incluso dijo que vio a una mujer con él ¡miren!- señalando con su dedo un punto por el cual se veía al extraño y desconocido líder sujetando una blanquecina mano, al lado de él, en el extremo de la foto, se notaba un largo cabello negro azulado y el perfil de una mujer que sonreía con dulzura, vestida en un hermoso kimono blanco.
-¡Es hermosa!- comento sorprendida Kana, fijándose en aquel perfil tan perfecto que tenia la mujer.-Lastima que no podamos ver sus ojos- murmuro algo desilusionada.
Sabrías entonces que son tan hermosos como su rostro
Rikuo miro sin ninguna expresión la fotografía, sintiéndose ligeramente disgustado por aquella violación a su privacidad, pues la foto era suya, de él celebrando una fecha especial al lado de la joven de la cual tomaba su mano aquel día. Su expresión neutra miraba como el pelinegro admiraba embelesado su adquirían, tal cual si tuviera una joya preciosa.
-Si es muy hermosa, es una youkai bellísima ¡Ah me gustaría tener una foto suya!-grito extasiado, al instante el joven Nura cerró con fuerza el computador y lo desconecto sin previo aviso, ganándose una mirada de extrañeza en los ojos del grupo.
-Si no nos vamos ahora anochecerá y será peligroso para las chicas volver ¿no crees Kiyotsugu-kun?- pregunto con un tono de voz serio y algo irritado. Los ojos y la sonrisa falsa en su rostro hicieron dar un salto de miedo al humano que de manera silenciosa tomo sus cosas y se dispuso a guardarlas.
Jamás, jamás podrás volver a verla
Al salir del aula, se reunieron para discutir a que heladería irían o cual era la más cercana a sus hogares. El castaño parecía absorto a los comentarios, dando su opinión para no dejar sospechas. Cruzando el pasillo un grupo de tres chicas de su misma edad comentaban animadas su éxito en el día.
-Tienes razón Ayumi-chan, aun no puedo creer que Yuki-chan sea tan buena en la limpieza- dijo una con asombro. –Nadie pudo quitar esa mancha en el escritorio del maestro por años pero ella en un segundo se deshizo de ella ¡Fue asombroso!- murmuro haciendo mímicas graciosas.
-Ya lo creo, si dirigió toda la limpieza, incluso el presidente cayo bajo sus redes- respondió una joven de cabello musgo y ojos miel.- ¡Me hizo gracia cuando obedeció quitar el chicle del escritorio sin chistar!
-Tsurara será una buena esposa- murmuro la tercera, una joven de cabello azul con trenzas adelante y bincha blanca.
-¿Es en serio? No creo que nuestra Yuki-chan tenga un pretendiente a su nivel- dijo Miyuki, haciendo énfasis en lo ultimo al pasar al lado del grupo del castaño.
-Pero sin duda que no se rinden, es el tercero de la semana que se le declara- respondió Maya, leyendo sin interés un pequeño libro en sus manos.
¡Declara!
Aquella palabra resonó en la cabeza de Rikuo, a paso rápido se posiciono delante del trió y detuvo su andar, sorprendiéndolas por la velocidad con la que apareció. Bien conocían la rutina y amaban fastidiarlo, con aquella verdad tan graciosa como cruda. El Nura alzo la mirada con sus ojos envueltos en furia y pregunto.
-¿Quién?- dijo con cierto desagrado.
-El vicepresidente del consejo estudiantil…creo que se llama…Mo...Ma…Ki…-analizaba la joven de cabello rubio cenizo en tono de broma, Miyuki, con un dedo sobre la boca.-No me acuerdo bien ¿y tu Ayumi-chan?-pregunto con cierto sarcasmo.
-Sabes…yo tampoco me lo sé… ¿estás segura que era ese, pensé que era el del año superior...ya sabes el atleta?-contesto en broma, viendo la mirada carcomida en celos del chico que se les interponía en el camino de salida.
Como lo disfrutaban, la expresión de enojo y celos dibujada en el rostro del Nura, tan notoria para cualquiera. La situación se repetía algunas semanas más que otras, con ocasiones en que el pobre ni siquiera se enteraba porque su dulce amiga Yuki-chan supo ocultar bien aquellas tímidas confesiones por parte de otros chicos que ella gentilmente rechazaba. Sus amigas conocían a la perfección que ambos tenían una clase de relación, pero al parecer no la darían a conocer todavía; aunque esperaban que algunos de aquellos "pretendientes" abrieran los ojos al castaño.
-Dejen de estar jugando- contesto ocultando su enojo con la jugarreta de las chicas.
-El que está en la sección 3-B, Saeto –respondió rápidamente la más baja. Al terminar de decirlo el chico volteo presuroso, corriendo escaleras abajo.
-Maya-chan no nos arruines la fiesta, su rostro estaba como para tomarle una fotografía- se burlo Miyuki.-Al menos no sabe donde esta…jajá…
En otra sección del colegio, en la parte trasera, rodeado por arboles y algunos cerezos un joven de cabello rubio tenía el rostro sonrojado mirando a una Oikawa nada sorprendida, ella tenía el cabello largo hasta debajo de sus muslos, combinando perfectamente el celeste cielo y el negro azulado. Su estatura era mayor, su cuerpo era perfecto en todas sus medidas, nada exageradas ni muy menudas, su piel blanquecina jugaba con la belleza purpura de sus ojos y en su cuello aquella infaltable bufanda blanca.
-Te agradezco mucho lo que sientes Saeto-san – respondió, con una mirada dulce.- Pero no puedo corresponder tus sentimientos… lo siento- se disculpo, tomando las manos del chico entre las suyas y sonriéndole.- Aun así, muchas gracias- concluyo, soltando las manos del rubio de mirada celeste que estaba frente a ella.-Tengo que volver, si me disculpas- prosiguió, girándose para volver por el camino que vino.
-¡Espera!- exclamo el varón, tomándola del brazo y reteniéndola. Ella le miro con cara de confusión le permitió hablar.- Oikawa-san ¿Por qué no aceptas mi propuesta? ¡Se mi novia!- pidió, jalándola esta vez de ambos brazos estrecharla contra su pecho, ella opuso resistencia.
-Saeto-san por favor ¿p-podrias soltarme? –pidió la joven, poniendo sus manos en el pecho de él en un intento por alejarse. Mas este la sostuvo con más fuerza.-Saeto-san es en serio, entiende por favor que no correspondo tus sentimientos.
-¡No, no has aceptado las propuestas de muchos chicos en el instituto! ¡¿Acaso ya tienes novio, dilo más claramente?- le grito, soltando sus brazos y tomando su rostro, ella reacciono inmediatamente y levanto su muñeca para darle una bofetada.
-Eres una mentirosa- siseo el joven en su odio por no ser correspondido, tomando con fuerza su muñeca antes de que pudiera impactar contra su mejilla. –No quieres estar con nadie pero no das razones ¡no te creas tan especial solo por ser bonita!-le grito.
-Suéltame- exigió ella, forcejeando por liberar su muñeca del joven, su fuerza se veía disminuida en su forma humana, limitándola a la oposición del rubio a dejarla ir.- ¡Suéltame!-exigió de nuevo.
-No hasta que obtenga lo que quiero- al terminar de hablar la jalo con fuerza de su muñeca, obligando peligrosamente a acercar su rostro hacia el suyo. Los iris morados se abrieron ante la posibilidad de que ese humano pudiera si quiera rozar sus labios, intento golpearlo con su mano izquierda pero él la apreso con su otra mano.
¡No!
Solo centímetros quedaban entre sus labios y los de aquel humano que no la dejaba ir, cerró los ojos asustada, pensando que quizás debió traer consigo a alguna de sus amigas para que la protegiera de patanes como ese. Sin embargo, su rostro sintió una ráfaga de viento pasar y se escucho el seco sonido de un golpe, dejando al rubio tirado en el suelo, con sangre en el labio y la nariz.
-Deberías tener más cuidado- gruño molesto, tomándola de su cintura y atrayéndola a su pecho. El castaño miro con desagrado el cuerpo inconsciente del rubio que acababa de golpear y sintió su ira crecer.
-Ri-Rikuo- susurro ella, sorprendida por su aparición, el Tercero la miro y sonrió, ocultando un poco los celos que sentía en ese momento.
-Vámonos- ordeno, estrechando sus manos y caminando rápidamente hacia la salida de la escuela.
Su acompañante lo siguió sin chistar quedando a su lado, sabía que su protegido estaba molesto y en esta ocasión, estaría furioso. Luego de algunas confesiones hacia ella, él le aconsejo que llevara a alguien consigo en caso de que alguno de esos tipos osaran sobrepasarse cuando estuvieran a solas. Ella tomo el consejo, aunque, tan inocente como era, prefería confiar en que los muchachos que le pedían de manera tímida ser su novia no podrían hacerle daño. Cuan equivocada estuvo cuando uno de ellos la abrazo de improvisto y al día siguiente, corrió el pavoroso rumor de que eran pareja y la Oikawa había aceptado entre muchos al líder del equipo de beisbol del instituto. Intento reparar el daño y aclaro todas las dudas, aunque el mismo capitán se enorgulleció y comento a medio mundo que la chica más bella de su centro de estudios cayó en sus redes.
El problema no concluyo allí, sino cuando el Tercero se entero y le regaño el no haber llevado a sus amigas para que impidieran tremendo malentendido. Desde entonces le prometió llevar a alguien consigo si es que algún chico le pidiera estar a solas, y ahora no lo había cumplido.
El recorrido fue silencioso, ella le miraba cada tanto tratando de disculparse por lo que paso, pero este no le contestaba simplemente apresuraba el paso para llegar lo antes posible a la Casa Principal. Estaba anocheciendo y las luces de la avista principal por la que pasaban cegaban todo visión dando bienvenida a la actividad nocturna.
-Ri-Rikuo-sama…lo lamento, no era mi intención- se disculpo, al instante se detuvieron entre la muchedumbre.- Lo lamento, se que le prometí no ir sola pero… Ayumi-chan y Miyu-chan tenia cosas que hacer y no quería molestaras por algo así.-argumento, Rikuo no se giro en ningún momento, ella intento acercarse más y poder ver su rostro.-…Rikuo-sama…-lo llamo.
Segundos después se encontraban en la profundidades de un callejón, el Nura la arrastro dentro sin decir nada, el cuerpo femenino se encontraba atrapado entre la pared y los brazos de su líder que estaban a los lados, impidiéndole escapar.
-Rikuo-sama- susurro ella con un rubor en las mejillas por la cercanía, el rostro tono canela de él estaba a centímetros del suyo. Sus respiraciones chocaban, mezclándose, ocultos a la mirada ajena de cualquiera que pasara por allí.
-Eres mía-afirmo fiando sus iris en los morados de ella, sin dejarla responder, apresando sus belfos sobre los suyos, en un beso apasionado.
Yo soy egoísta
El baile incesante y demandante entre sus labios, probando sin vergüenza cada rincón su boca, mordisqueando aquellos labios con un sabor tan dulce, tan adictivo. La tomo con fuerza de la cintura, sintiendo como su busto chocaba contra su pecho, como ella enredaba sus finos dedos en su cabello, como sus corazones latía fuerte contra sí. Deslizo su mano por la pequeña cintura de la pelinegra, jugando con su espalda y terminando por enredar sus dedos entre los finos cabellos negros de su nuca, presionando su rostro profundizando el contacto.
Soy sumamente egoísta
Los suaves suspiros de la fémina quedaran sellados entre los labios de Rikuo, quien mordió su labio superior obligándola a abrir su boca, encontrándose con la tibieza de su lengua, luchando por sentir el dulce sabor de cada rincón en ella. La mano que mantenía en su cintura descendió rozando con sus yemas la suavidad de los muslos de ella, quien gimió involuntariamente, siendo silenciado por los hambrientos labios del hombre que la tocaba. Pronto el aire les falto, se separaron y mantuvieron sus frentes unidas, jadeantes por la pasión que los arraso. Aquel rostro tan suave y hermoso estaba pintado del carmín, un sonrojo que siempre aparecía cada vez que se besaban.
Porque no me gusta compartir
-Eres mía y de nadie mas- concluyo el Nura, dejando un beso en su frente aspirando el aroma de sus cabellos. Ella dejo sus manos sobre su pecho, nerviosa, sintiendo los escalofríos por sus caricias remover su cuerpo.- Vamos a casa- le pidió, tomando su mano y dejando un beso sobre sus labios, ella respondió con un "si" bajo, mientras el rubor de su rostro se expandía.
Volvieron tomados de la mano, en silencio a la Casa Principal, ella volvió a sus labores domesticas, siendo vigilada de cerca por Kejourou. A veces el comportamiento sobreprotector de su amo la intimidaba, la avergonzaba, sentía que se ahogaba entre tanto cuidado; pero aun así, se sentía feliz.
En la noche, al brillo de aquel kimono rosado con adornos en flores de sakura, con tenues brillos y el obi rojo, se encamino a su habitación. Paso por aquel sakura que estaba en la mitad del jardín, iluminando la noche con su brillo romántico y enigmático. La puerta de la habitación estaba abierta, dentro, sentado en una esquina de la habitación, cerca al futon. Se encontraba su protegido, Rikuo. El joven de cabellos blancos y mirada rubí le extendió la mano, invitándola a acompañarlo, ella sonrió, cerró la puerta y se acomodo entre sus piernas, recargando su cabeza contra el pecho del Tercero. Este la abrazo y descanso su rostro entre sus cabellos, jugando con sus dedos con las largas hebras.
Quiero todo de ella, y no dejare que nadie más lo tenga.
-No vuelvas a ir sola ¿entendido?- le pidió, alzando el rostro de su acompañante con sus dedos. Ella se sonrojo y le sonrió de manera dulce.
-Claro- le dijo, recostando su rostro en el hueco entre su cuello y su hombro, mientras Rikuo dejaba marcas de sus labios a lo largo de su cuello.
-¿Cómo has estado?- le pregunto, posando su mano por sobre su vientre.
-Todo está bien, algo cansada, pero…estamos bien- le respondió.
Ella llevo su mano hacia su mejilla, acariciando desde sus labios hasta el contorno de sus ojos, él cambio. Ahora su cabello tenía las marcas negras más marcadas e incluso tenía unas líneas del mismo color debajo de sus ojos. Los iris rubíes la miraron con deseo, apresando sin aviso sus labios, lentamente, degustando del néctar que provenían de ellos.
Apretó mas el cuerpo que tenia, deslizando con cuidado el hermoso kimono rosado fuera de la piel de su amante, sus manos recorrieron desde su cintura, a lo largo de sus tersas piernas. Pronto ella se uno, enredando sus dedos y acariciando su cabello, intensificando la unión de sus labios. Envueltos en el placer de la noche, los labios de Rikuo bajaron hasta el cuello blanco, dejando marcas de su propiedad en el, mordiendo y saboreando la textura, escuchando los gemidos de Tsurara contra su oído, llevándolo a la locura.
Su cuerpo entero, lo quiero todo para mí
Los gemidos de la Yuki-onna eran música a los oídos del peliblanco, que la poseía una otra vez, saciando su hambre por ella ,paseando sus manos y sus labios por su perfecto cuerpo, entrando y saliendo cada vez con más fuerza, fundiéndose en ella, besándola, contemplándola, haciéndola suya por toda la noche.
Hasta que seamos uno solo, envolviéndola con mí esencia
Calentando ese cuerpo con sus caricias, hasta hacerla desfallecer, hasta saciar su apetito y deseo por ella.
Hasta el punto de que ya no pueda respirar…Sera mía
Y al terminar en ella, la tapo con una delgada sabana y abrazo su cuerpo contra el suyo, recuperando el aliento. Ella lo beso y al poco tiempo quedo dormida, mirándolo a él y diciendo varias veces que lo amaba. Sus labios rojos por tantos besos fueron sellados nuevamente.
-Te amo- susurro contra ellos, admirando su sueño y acariciando con suavidad el vientre de su guardiana. Los amo. Pensó, recordando que hacía solo una semana, ambos serian padres, ella,su esposa, tendría un hijo suyo, la Yuki-onna le daría un hijo…y se volvería padre.
Yo soy egoísta, porque quiero ser el único que vean tus ojos…el único en tus sueños…el único que tenga tu cuerpo…el único al que le sonrías…quiero que siempre…seas solo mía y de nadie más.
*Avance*
-Porque nadie te alejara de mi-susurro para si.
Este Two-shot de sorpresa para todos, comunico que no es seguro publique mis otras dos historias esta semana por parciales, en fin he entrelazado personajes de Maldición de Hielo y Encuentro de una Vida Futura aquí , como son las compañeras de Tsurara pero mas alla de eso no hay relación, solo los personajes mas no la historia en si. Espero les guste , influenciada por Fruit Basket y blood +! Ah y si se preguntan porque puse Rikuo(humano) en vez de youkai es porque el sale primero, en las otras dos historias es por cual sale mas en apariencia aunque cuando pongo youkai en maldición de hielo es claro que me refiero a ambos por igual ,no es genial que ahora pongan los personajes?q éxito para nosotros que nos encanta este anime y esta pareja!
