NOTA: ¡Hola, qué tal! Bueno, ésta es una historia Nalu y Gruvia. Sinceramente son las parejas que más me gustan y apenas terminé un anime y un manga (Suki desu Suzuki-kun y 12 sai.: Chicchana Mune no Tokimeki) que me hicieron sentir verdaderamente inspirada para ésta historia, que por cierto, será narrada por los cuatro: Lucy, Juvia, Natsu y Gray. Espero les guste y sea mucho de su agrado.


Capítulo 1: Enemigos naturales

Lucy

A los 12 años ocurren muchas cosas en tu vida. Es el momento en el que una niña comienza a tener cambios en su cuerpo, tanto físicos como psicológicos. Es el momento en el que sientes que estás a punto de convertirte en todo un adolescente. Donde sientes que estás a nada de la verdadera emoción de la vida.

— ¿Así que Mao ya tiene novio? —comentaron un grupo de chicas a lado nuestro.

«Novio». Me encanta jugar con la palabra siempre que veo películas románticas con mi mamá. ¿Qué significaba tener novio? ¿Cómo se sentiría tener uno?

En las películas, los príncipes siempre salvan a la princesa o los chicos son muy románticos con sus novias. Me hacía mucha ilusión encontrar a alguien que me tratara de esa forma. Mi madre solía decirme que a mi edad es donde las emociones salen a flote y que muy pronto—tal vez—yo podía llegar a sentir algo por alguien.

— ¿Qué piensas tanto? —preguntó Juvia, con su habitual delicadeza.

Juvia es mi mejor amiga desde que teníamos seis años. Ella siempre ha tenido un aura de chica madura y sabía, quizá porque siempre tiene un libro en manos o quizá por su comportamiento regio. Su actitud hacia que muchos chicos cambiaran de opinión sobre las chicas. Era tan linda. Ella, junto con Mira, eran las favoritas del salón.

Dejé caer mi peso en mis manos.

— ¿Tienes novio, Juvia?

La simple pregunta hizo que dejara su libro de forma estrepitosa. ¿Por qué había reaccionado así? ¿Acaso era malo tener novio?

— ¡Claro que no! —exclamó.

—Pero ya casi es día de San Valentín, y la profesora nos ha dicho que tenemos que dar un regalo a un niño.

—No lo haré —parecía malhumorada—. Los niños son groseros y no son cuidadosos con nosotras.

Bueno... en eso tenía razón. Quizá las películas mentían sobre cómo eran los niños en realidad.

Miré hacia el rincón del salón, donde Natsu—el peor niño de nuestra clase—ya estaba planeando otra broma para nuestra profesora. ¿Por qué no era más como Gray? Él siempre trataba bien a las niñas, bueno, la mayoría del tiempo. Supongo. Quizá debería aprender más de su mejor amigo.

— ¿Ni siquiera Gray te interesa?

Juvia lo miró, su rostro no me decía nada. Enserio que no le interesaban esas cosas.

—No.

Suspiré acostándome en mi asiento.

—No tienes remedio.

— ¡Natsu! —llegaron unos niños corriendo—. ¡La profesora ya viene!

Todos comenzaron a sentarse en sus asientos, guardando silencio. Bueno, los chicos estaban haciendo un esfuerzo por contener la risa.

— ¿Qué crees que harán ésta vez? —le susurré a Juvia, inclinándome hacia delante.

Ella se giró disimuladamente.

—Espero nada malo.

La profesora entró, con una sonrisa en el rostro. Me pregunté qué broma cruel le harían, y me sentí mal por no evitarlo. Los chicos de nuestra clase son tan groseros.

La maestra tomó asiento y entonces... sucedió.

Una broma de pésimo gusto.

Cuando la maestra se sentó, sonó el ruido de una broma de bolsa de gas. Los niños comenzaron a soltar risas, incluso Gray no pudo evitarlo. La maestra salió del salón, verdaderamente avergonzada y con los ojos lluviosos.

Sí, era verdad. Los niños no tenían consideración por nuestros sentimientos.

— ¡Eso fue cruel! —gritó una chica.

— ¡Sí! —convino otra—. ¡Discúlpense!

Natsu comenzó a reírse escandalosamente.

— ¡Eso es por obligarnos a hacerles algo para San Valentín!

Basta.

Me levanté del asiento, azotando mis manos en la mesa.

— ¡Eso es grosero, Natsu! —exclamé furiosa—. ¿Crees que nosotras queremos hacerles algo?

Natsu me miró confundido, pero inmediatamente su rostro volvió a mostrar desdén.

— ¿Por qué no lo harían? Nosotros somos los geniales.

Dispuesta a responderle, la profesara llegó, ahora más tranquila. Y nada contenta.

— ¿Por qué siempre están en guerra ustedes? —quiso saber, con un tono autoritario que hizo que tomáramos asiento—. No entiendo porque les molesta tanto la idea de darse un regalo.

— ¡Yo jamás regalaría algo a una niña! —gritó un niño.

—Tengo una solución para hacer que se lleven bien —sonrió victoriosa—. Mañana iremos a los jardines y tendrán que cuidar en parejas una flor.

Inmediatamente los niños abuchearon, gritando que no lo harían.

— ¡Jamás!

— ¡Eso es cosa de niñas!

— ¡No lo haré!

—Estoy segura que lo querrán hacer, a menos claro, que hable con el director sobre su expediente a la secundaria.

Claro, era la única forma de callarlos. El expediente era un pase a la secundaria, y obvio todos querían ese pase. Hasta Natsu.

La campana del receso sonó.

—Regresando del receso diré las parejas —anunció—. Salgan.

Y no hizo falta más. Todos salieron, reuniéndose en equipos enemigos: chicos y chicas.

Las chicas estábamos reunidas en el jardín, mientras que los chicos se fueron a las canchas de fútbol.

—Eso no es justo —dijo Kagura—. Seguro ellos harán algo para que no salga el trabajo.

—Como siempre hacen —dijo Erza, irritada.

Todas las chicas empezaron a hablar sobre lo injustos que eran los chicos, llegando a un tema que me pareció bastante extraño. Si empezaron diciendo que los odiaban, ¿por qué terminaron hablando sobre el chico que les gustaba?

—Me gusta cómo es Gray... —comentó una chica, ligeramente sonrojada.

La mayoría le dio razón, suspirando por él. Quizá muchas no veían que era amigo del peor de los peores. Era cuestión de tiempo para que se hiciera uno de ellos. Además, ¿cómo sabían cuando les gustaba una persona?

—Juvia, estás muy callada —le dijo Meredy, realmente emocionada por ver hasta dónde había llegado la conversación—. ¿No tienes a alguien que te guste?

Ella dejó su envase con uvas un momento y se dio cuenta que todas las miradas estaban sobre ella.

—No me interesa en lo más mínimo.

—Eso no es cierto —dijo Mira—. Tiene que haber alguien.

Juvia fingió que pensaba la respuesta.

—Mmm no, no hay nadie. En realidad disfruto mucho de su compañía. No me hace falta nada.

Sonreí, abrazando a mi amiga.

—Juvia, eres tan linda.

— ¡Lo eres! —Mira se unió a nuestro abrazo—. Es muy seguro que encuentres a alguien si eres así.

Todas las chicas nos fundimos en un abrazo, riéndonos y olvidando de nuevo a los chicos. Tal vez eso de gustar aún no tenía sentido, porque aún no estábamos en edad. Por ahora, realmente lo que valía era disfrutar la compañía de tus amigas.

Al final, todas decidimos hacer lo posible para que los chicos entendieran, así que haríamos nuestro máximo esfuerzo en el proyecto.

Cuando volvimos al salón de clases, todos estaban ansiosos por saber con quién habían quedado.

—Bien, chicos —dijo la maestra—. La primera pareja será conformada por Juvia Loxar y Gray Fullbuster.

La mayoría de los chicos comenzó a quejarse con Gray sobre quedar con Juvia, pero éste los calló con una simple mirada gélida. Las chicas, como locas susurrándole a Juvia la suerte que tenía, pero ésta, no tenía el mínimo interés. Al parecer iban a hacer buen equipo. No por llevarse bien, sino porque podías percibir la prioridad en sus gestos.

La profesora siguió diciendo los nombres de las parejas. Hubo muchos desacuerdos, pero obviamente no podían hacer nada.

Habían emparejado a Mira con Laxus, cuando después la profesora dijo:

—Lucy Heartfilia y Natsu Dragneel.


Bueno, espero les haya gustado éste comienzo. Por favor no duden en dejarme un review haciéndome saber su opinión. Muchísimas gracias por leer. :3