Capítulo 1: En un aula cerrada.

-Anda Evans, sal con migo…

-¡Que no! Déjame salir Potter!!

Lily Evans se preguntaba por qué el pesado de James Potter no entendía que NO significa NO. La había encerrado en un aula en desuso y no la dejaría salir hasta que le diera una cita. James llevaba años pidiéndoselo pero ella siempre se lo negaba. Es que esos ojos esmeraldas lo tenían loco desde la primera vez que los había visto.

-Por favor Lily, si se nota a la legua que tu también estás loca por mi…

-¡¡¡¿¿¿Qué???!!! Acaso estás loco Potter! Preferiría…

-Al calamar gigante-termino James desanimado-, lo se, me lo dijiste como un millón de veces Lily.

-Me alegro de que te haya quedado claro!! Y cuántas veces te he dicho que no me digas Lily!!! Soy Evans para ti!!!

-De acuerdo…, si te digo Evans¿sales con migo?

-QUE NO!!!

-¿Entonces me besas?

Lily se quedó petrificada, y por un momento no supo que decir, la verdad se moría por besarlo, pero el orgullo y la dignidad eran más fuertes. Empezó a ponerse más y más roja, hasta estallar:

-PERO QUÉ DEMONIOS TE PASA, ERES UN CABEZA DURA, SI TE HE DICHO MILLONES DE VECES QUE NO ME INTERESAS!!

James se quedó cabizbajo, y desanimado dijo:

-¿Por qué me odias Evans?

Lily sintió que se desmoronaba por dentro-

-¿Qué? Pe-pero si yo no te odio Potter.

James levantó la cabeza, incrédulo.

-Es decir- se apresuró a corregirse Lily- no te odio, yo no podría odiar a nadie¡Pero eso no significa que me caigas bien!¡Ahora, déjame ir!

A pesar de las desanimantes palabras de su enamorada, a James se le infló un globo en el pecho, un globo de esperanza.

-Evans, voy a dejarte salir, pero antes me escucharás, no me importa lo que tu pienses de mí, ni lo que me digas después de esto, Te Amo Lily-la chica se quedó boquiabierta, sin saber que decir- te amo, y estoy loco por ti, tus ojos me tienen loco desde la primera vez que los vi, toda tu me gustas, y no me voy a cansar de amarte, aunque muera antes de que me des tu sí.

-Eso... eso no lo sabía James...

El joven sintió que saldría volando, su Lily lo había llamado James, James, no Potter.

-Ahora, ahora, déjame salir.

-Está b-bien. Oye¿Puedo decirte Lily?

-Está bien.

Él sonrió y se apartó de la puerta, dejándola salir. Cuando salió tras ella le dio un beso en la mejilla, salió corriendo y dobló la esquina del pasillo antes de que Lily pudiera decir nada.

Ella se quedó parada, con una mano posada donde segundos antes habían estado los labios de James. James, el nombre más lindo del mundo, ese chico le gustaba, pero no era para ella. Siempre se repetía lo mismo.

Mientras, el joven de cabello alborotado, color azabache, al estar lejos de la mirada verde de Lily, dio un puñetazo en el aire, en señal de triunfo, mientras pronunciaba un animado ¡¡SI!! Y felíz como pocas veces lo había estado, se marchó al Gran Comedor del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.