Hola! mucho tiempo sin publicar, se que he dejado mis otras historias pero estoy en un momento de crisis que no me deja pensar, en fin, este se me ocurrio de repente, y creo que se alargara bastante... espero les guste! saludos a Titxu, yusha, temari vc, hiromi, narutojo, deimey y a todos los q me leen y adoro y los siento por dejarlos esperando!
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Nunca había tenido tanto miedo.
Ella realmente no sabía que era el miedo, nunca en una batalla, nunca ante la muerte, nunca en ninguna situación que a ella le resultara conocida. En donde ella se sentía en ambiente, como un animal que no tiene medo de matar a su presa, ella no tenía miedo a matar o a morir.
Pero, ahora, estaba sumida hasta el cuello en las sombras. Pero no de esas sombras a las que los niños pequeños les tienen miedo. Esas eran otras sombras, más agresivas, que se movían, que mordían, que dolían. Desgarraban su interior y la sumían en a desesperación. Temblaba de pies a cabeza, sentía el frío de aquello que la envolvía.
Se creía patética, se sentía como una niña pequeña. Estaba aterrada, no sabía qué era eso, nadie nunca le había enseñado y ella nunca aprendió. Es lógico temerle a lo que no conoces, más cuando divaga en tu corazón y hace que desvaríes aún cuando estaba despierta.
Y todo ese horror que sentía venía de ese hombre. De ese hombre que la hacía suspirar cuando entraba, que la hacía temblar cuando la mirada, la hacía desfallecer con una sonrisa. Él la sacaba de control, en su presencia sentía escalofríos, sentía un vació en su estómago y una inquietud que no sabía de dónde venía. No tenía paz cerca de él.
Su cuerpo alto, fornido y bronceado era una delicia para ella. Sus exquisitos ojos negros y aquella encantadora melena oscura. Y sobre todo… ese rostro de despreocupación e indiferencia la hacía morir lentamente. Oía su voz y su mundo se acababa y volvía a empezar. Admiraba sus brazos y deseaba estar encerrada entre ellos. Deseaba ser presa de ese maldito hombre, de su paraíso en tierra.
Pero donde iniciaba su locura empezaba su fobia también. Tenía miedo, horror por eso que sentía por Shikamaru. Esa obsesión la asustaba, no podía controlarla y cada vez crecía y crecía. Su mente estaba distorsionada, ya se creía loca. Su anhelo por eso hombre iba más allá de la razón, la fantasía y todo lo que hay en este mundo.
Sufría, odiaba, temía y por sobre todo… amaba a ese hombre con locura infernal.
¿Cómo no temer a lo que te lleva a ser como un cachorro? ¿Cómo no temer a lo que te hace estallar de ira cuando esta con otra, cuando no te trata bien o simplemente no te mira por un rato? ¿Cómo no temer a lo que te hace llorar por las noches?
Había tratado de olvidarlo, pero no podía. Y ahora, iba camino a su aldea. Una misión, él y ella. Nada más. Su mundo estaba por entrar en el Apocalipsis, y ella no se sentía preparada para ello.
Tenía miedo, tenía miedo de él, por él y tal vez…
