Ella, Mi Luna
Este es mi segundo fic. Uhhh!
La verdad quise subirlo más adelante, pero el tiempo pasó y pasó y pasó... Pero ya no tendré mas problemas con tardanzas y cosas así para estas cosas pues tengo el internet asegurado desde anteayer y lo único que quería era subir un fic.
Así que este fic es una serie de cosillas que se me ocurrió hace meses cuando estuvo la super luna, no me acuerdo qué mes. por lo tanto, tendrá cuatro capítulos más a lo largo de cuatro noches.
Espero que les guste y disfruten!
Disclaimer: si todo esto fuera mío, la verdad sería otra persona, pero no lo soy. Todo lo reconocible aquí es de la inteligentísima J.K Rowling.
1.- Luna
Dicen que la Luna rige a la mujer. Que los ciclos lunares son como los ciclos de la mujer. Además de que la misma Luna sea femenina, pues es LA Luna.
¿Pero será verdad que la mujer es como la Luna o viceversa? Pues yo diría que sí; las dos cosas. Existen días –mejor dicho noches- en que la Luna va desapareciendo poco a poco, guardando paulatinamente sus secretos y preparándose para volver a nacer como un ave Fénix. Existen noches en los que la Luna está finalmente oculta, escondiéndose como un gato escabulléndose en lo más recóndito del firmamento. Un total misterio. Existen noches en los que va apareciendo, resurgiendo como el mismo Fénix de las cenizas, mostrándonos poco a poco la luz que ocultaba, dejándonos ganas de verla más grande y brillante. Y existen noches en lo que finalmente, su luz y blancura encandilan, iluminando todos los rincones, sorprendiéndonos todas las noches en las que está presente. El ave Fénix en su esplendor.
Sabemos que en escoba no podemos llegar a ella, a menos que fuéramos muggles y nos convirtiéramos en… ¿astronatas? ¿Astronautas? Bueno, algo así era. El punto es que no podemos llegar a acariciarla con facilidad, con nuestras propias manos. Coger los granitos blancos y saltar por sus cráteres… no era posible ahora, pero soñar es gratis, ¿no es cierto?
¿Pero qué rayos tiene que ver todo esto con nuestro relato? Relato que por cierto, no ha empezado en sí todavía. Yo creo que algunos ya se lo imaginan, pues esto es muy simple, aunque a la vez es complejo explicar el porqué de toda esta parafernalia.
Estos –queridos lectores- son los pensamientos del mismísimo Draco Malfoy.
¿¡Qué!? ¿Son los pensamientos de Draco Malfoy? ¿Del mismo Draco que todos conocemos? Pues sí. ¿De dónde salió este Draco tan pensativo? No es que Draco Malfoy no lo sea, de hecho, hace algún tiempo que él pensaba el doble antes de actuar desde que… esas cosas pasaran. Pero simplemente no estábamos acostumbrados a pensamientos tan lindos, metafóricos, e incluso, un poquito poético. No es tan normal en nuestro Draco frío, arrogante, altivo y déspota. Si. A él no le importaba que esas sean sus características si había alguien que lo quisiera con tales descripciones no tan favorables.
¿De verdad que existía alguien que lo amara con todos los defectos que él tenía? Pues claro que sí. Su madre era un muy buen ejemplo. Y es que ella había hecho hasta lo imposible por él después de la guerra para sacarlo del hoyo en el que él se había metido, y eso es porque lo quería, sin ninguna duda. Pero ella era otra cosa. Justamente, él estaba pensando en otra persona. Alguien totalmente distinta y que también lo ayudó a salir de lo más profundo. Y esa persona, una hermosa mujer castaña y de cautivantes ojos esmeraldas, que ahora mismo estaba en el cuarto de baño, donde el agua corría y los vapores de sus dulces perfumes se filtraban a través de la puerta.
Desde el balcón de su habitación en un hotel francés, –donde había llevado a Astoria de "vacaciones" mientras se desarrollaba en Inglaterra el Mundial de Quidditch- veía con una leve sonrisa en su rostro la puerta del baño. Parecía que sus ojos grises pudieran tener vista rayos X y ser capaz de ver la mujer dentro del cuarto. No lo decía en tono morboso, sino más bien de ensimismamiento, de no poder creer que estuviera pasando, o que ella estuviera ahí, con él. Y él lo había pensado demasiado en los últimos años con Astoria y siempre comenzaba con el sentimiento de que él no se merecía todo esto, que ella era demasiado para él. Y después se transformaba en que ella no se merecía tener un futuro con un ex mortífago, a pesar de ser lo que ella misma eligió para su vida y hasta ahora, parece ser feliz a pesar de todo, a pesar de los prejuicios y cuestionamientos.
Sacudió de su mente todo esos pensamientos tristes que terminaban poniéndolo depresivo. Durante sus "vacaciones" con Astoria no quería pensar en nada de eso. Solo quería ser feliz con ella y que ella sea feliz de estar con él.
Sus ojos se despegaron de la puerta del baño y se fijó en la luz de la Luna nuevamente. Esa noche, la Luna era llena y la había estado contemplando pensativo, sacando de lo más recóndito de su mente aquellos pensamientos entre la mujer y la Luna, y algunas otras cosas entre el gato y el Fénix.
Se dirigió con pasos lentos a la cama que compartía con Astoria, su esposa, y se sentó en el borde de ella. Su mirada gris se suavizó y se dirigió a la luz que proyectaba la Luna sobre su habitación. Era extraño, pero a pesar de estar en un lugar totalmente alejado de su casa y más específicos, de su habitación, la luz de la Luna era exactamente la misma. Igual de brillante e inmaculada, capaz de recorrer miles de kilómetros en segundos como su hubiera utilizado la Aparición, y llegar a ese espacio de suelo en la habitación, donde se proyectaba, haciéndose notar a pesar de estar en completa oscuridad.
Un cálido cosquilleo le recorrió el cuerpo. Cerró los ojos y suspiró. Sí. Suspiró. Suspiró porque todo estaba bien. Suspiró porque por fin se sentía en paz. Suspiró porque el mundo le había dado una nueva oportunidad. Suspiró porque era feliz.
Abrió los ojos y las orbes plateadas se centraron en ese pedacito de suelo donde la Luna se hacía notar.
Astoria…
Astoria era como esa luz. Su luz. Una luz brillante que sea el día que sea, no se apagaba nunca. Daría lo que sea porque así fuera eternamente, pero sabía que la naturaleza decidió otros futuros para el ser humano. Pero eso era lo que menos le interesaba ahora. Le interesaba la luz que, si bien él no veía directamente, estaba ahí para él. Una luz que de alguna forma sabía que brillaba más que nunca…
Espero que les haya gustado y que la sigan en los siguientes cuatro capítulos.
Además, siento relativamente nueva, me gustaría saber sus comentarios, constructivos, críticas y todo lo que deseen.
Hasta mañana! =)
