05. Lágrimas.
No era lluvia.
No era sudor.
Después de todo, era su culpa ¿verdad?
Masaomi no podía dejar de llorar. Las personas pasaban de largo en ese amplio y concurrido parque a mitad de Ikebukuro sin prestar atención al rubio.
No era lluvia. El cielo estaba despejado y nadie corría para cubrirse.
A pesar de haber corrido desde el departamento de Izaya Orihara, no era sudor lo que bajaba por sus mejillas.
A pesar del clima algo fresco, no se vislumbraba una sola nube. No podía ser lluvia y sin embargo, el joven no podía dejar de llorar.
Sabía que el pelinegro era un informante, pero nunca creyó que lo traicionaría.
Sabía que en algún momento dejaría de permitirle acercarse como siempre, pero no creía que justo ahora.
Sabía que adoraba a Saki, pero nunca creyó que se enamoraría de Izaya.
Y también sabía que tener relaciones con él le costaría, pero aún así . . . lo había querido.
¿Por qué, pues, lo había traicionado?
Tal vez se lo merecía por infiel.
Teniendo a Saki, acostándose con Izaya. . . Besando a Saki, amando a Izaya. . .
No era lluvia, pero si una tormenta.
Una tormenta en su mente y en esos ojos ámbar.
