Aclaraciones y advertencias:

- Universo alterno.

- Sasuke centric.

- Contenido Shonen ai.


Naruto e Itachi: 12 años.


«Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar»


Mamihlapinatapai

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Capítulo 1: 5 años

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Sus piernas se movían a toda marcha. Frenéticas. El corazón le latía a tope, agitado, golpeándole de forma dolorosa el tórax y dificultando su respiración. Descansar seria una buena opción, pero el sol se ocultándose entre los tejados de las casa y le recordaban que no había tiempo para eso.

Retomo el ritmo de la marcha, a pesar del dolor que sentía debajo de sus costillas. Debía estar loco para llegar a esa hora a casa. Su madre le había repetido incansable veces los peligros que corría un niño pequeño como él, solo en la calle a esa hora. No sabia bien si era el miedo a ese peligro o a su madre lo que le hacia correr.

Arg, gruñó para sí por ir tan tarde. Estaba nervioso, asustado y cansado. Se había entretenido demasiado jugando el parque junto a sus amigos, que no tomo en cuenta la hora. Aunque tampoco es que tuviera un reloj o supiera leerlo en caso lo tuviera. Daba igual ya. Si no llegaba a casa antes del ultimo rayo de sol, no solo lo resondraría su madre, sino que se cruzaría a su padre y con él, los gritos no eran cosa de broma.

Se reprochó lo irresponsable que había sido.

Entre abrió los labios, en busca de más aire, aunque a sus pulmones ya no le cabiera más. Dobló en la esquina, cogiendo el poste a su paso para ayudarse a girar. Solo faltaba una cuadra.

¡Vamos Sasuke! se alentó a aumentar la velocidad una vez más y corrió como si una manada de hienas hambrientas lo persiguiera. Su vehemencia era tal, que cerró los ojos, en una falsa creencia de que así iría más rápido.

Ya casi, ya casi.

El viento helaba sus mejillas y tiraba sus cabellos para atrás. Entreabrió un ojo cerciorándose la distancia faltaste. Estaba a dos casas de la suya. Casi nada.

Solo un poco más.

– ¡Cuidado! – oyó el grito antes de sentir el impacto – ¿Estas bien? – preguntó la misma persona ayudándolo a pararse.

Abrió los ojos al sentir el contacto y retrocedió dos pasos para observar quién se interponía entre él y su destino. Su vista se posó fija en el rostro extraño. Nunca lo había visto antes, aunque por el tamaño, podía decir que era un niño mayor que él, probablemente de la edad de su hermano.

Sin embargo, esa no era la única razón por la que lo observaba fijó. El motivó era simple. Sasuke era un niño aún y sus estándares de belleza no estaban definidos del todo, pero de algo estaba seguro; a sus cortos cinco años, ese rubio era lo más hermoso que había visto en su vida.

– Sasuke – murmuró Itachi apareciendo en escena, detrás del rubio. – Él es mi hermano menor– explicó pasando entre ellos, saliendo del ingreso de la casa. – Vamos ya, Naruto.

– Nos vemos pequeñín – se despidió sonriente, revolviendo el cabello azabache antes de ir tras su hermano.

Incontables veces Itachi había revuelto sus cabellos así, pero esa sensación ahora parecía nueva. Tocó los cabellos desordenados, en un vano intento de querer sentir aquel contacto nuevamente; en tanto sus ojos seguían a los otros dos, hasta perderlos de vista al doblar la esquina. La misma que él tomó minutos antes.

Los su familia, la característica dominante, era el cabello oscuro igual a sus ojos. En su escuelo, a lo sumo y había un par de niñas castañas. Nunca rubios. Ese color resplandecía aun en la oscuridad. Amarillo como un girasol, como oro liquido o el sol abrazador que lo guiaba a casa a diario. La marcas en sus mejillas eran los rayos del sol y sus ojos, el cielo de fondo. Aunque más intensos. Más a mar. Por lo menos 100 metros de profundidad. Tan azules que podía jurar haber visto ballenas en ellos.

Notó que aunque ya hubiera dejado de correr hacia un rato, su pecho seguía acelerado.


Nota de la autora:

¡Hola!

Gracias por leer esta nueva historia.

El fic se va a sentrar en Sasuke y como va cambiando su relacion con Naruto en el tiempo. Escrito como en pequeñas viñetas, cada uno en una diferente edad. De niño a adulto.

La idea se basa en la palabra del titulo. Esta en idioma indígena Yámanas, significa «Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar». La relación de esta palabra/frase con la historia, se irá viendo conforme vaya desarrollándose.

Espero que les haya gustado y porque no, espero también sus comentarios.

(No hacen daño jajaja)

:)