Nota de la autora: Hola! he decidido escribir una nueva historia tras haber acabado la de Loki. Espero que os guste. Este primer capitulo es una introducción a la historia y a mi personaje, ¿ok? Sí, ya sé que es un rollo pero es necesario.
Ser agente de SHIELD nunca había sido fácil pero, después de que Hydra saliese a la luz, todo era mucho peor. El mundo se estaba yendo a la mierda con una facilidad asombrosa.
Yo entré a formar parte de SHIELD cuando tenía 18 años. Hubo un ataque terrorista en mi ciudad, era algo tan heavy que incluso vinieron el Capitán América e Iron Man… pero una bomba detonó y lo destruyó todo. Yo sobreviví, aún no sé cómo me encontraron entre los escombros.
Lo perdí todo de golpe y plumazo: mi familia, mi vida y mis amigos eran cenizas, humo, nada. Estando en el Hospital no sabría decir cuántas veces pensé en acabar con mi propia vida, algunas veces lo intenté pero era una cobarde, jamás llegué más allá de algunos cortes profundos en las muñecas.
Los médicos me ataron al darse cuenta de mi automutilación y comenzaron a tratarme como a una loca, incluso me mantuvieron ingresada una vez estuve curada de mis heridas físicas.
Mis días se fueron convirtiendo en rutina: los enfermeros me aseaban, me alimentaban a la fuerza y después venía el doctor a preguntarme como me encontraba. Algunos días solamente lo ignoraba, otros respondía bien y otros días le respondía mal, muy mal.
Un día como otro cualquiera, tras mi aseo y desayuno forzado, uno de mis salvadores llamó a mi habitación y apareció con un pequeño ramo de flores.
- ¡Hola! ¿Puedo pasar?.- preguntó Steve Rogers desde la puerta.
Me quedé muda al verlo, ¿qué hacía él aquí? Muchas veces lo odié por salvarme, si yo hubiese muerto… Me mordí el labio ante la réplica mordaz que quería salir, puse una mueca y asentí. Mi curiosidad ganó a mi odio o enfado.
- ¡Gracias!.- dijo él, entrando en la habitación y depositando las flores en la mesa al lado del cabecero de la cama.
Se quedó mirando mis ataduras, hacía dos semanas de mi último intento fallido pero, desde aquella, los médicos decidieron no arriesgarse conmigo y me tenían atada todo el tiempo.
- No te pedí que me sacases de allí.- le dije apretando los dientes.- Debería haber muerto, como todo el mundo pero no, ahora estoy sola y me tratan como a una loca, ¿es eso mejor?
- Sigues viva.- comentó llanamente, mirándome a los ojos.
- No me sirve de mucho…- murmuré.- Quiero salir de aquí.
Steve Rogers me miró fijamente, analizándome. Yo lo miré también de vuelta, era el típico guaperas de serie americana, el que trae a todas las chicas suspirando por él locas de amor… No a mí.
- ¿Por qué ha venido aquí, Capitán?.- le pregunté con recochineo, tenía curiosidad por saber qué había traído al héroe fósil en persona, con toda su apretada agenda, a verme.
- Quiero saber qué harás de tu vida cuando salgas de aquí.- comentó, sentándose en la silla al lado de la cama.
- ¿Crees que voy a salir de aquí?.- pregunté, soltando una carcajada forzada y sonriéndole con malicia.
- Si sigues portándote como una demente, no.- sentenció muy serio.- Irás a un manicomio.
- Tal vez esté mejor allí o simplemente, cuando me suelten, me cortaré las venas de una vez.- dije, encogiéndome de hombros con dificultad dadas las ataduras.
Él se levantó de la silla de golpe, parecía que había logrado enfadarlo. Me anoté un punto mental pero mi dicha duró poco.
- Tu familia no habría querido verte así.- dijo él, mirándome desde arriba.
- ¿Y tú qué sabes?.- le gruñí, furiosa.- ¿Los conociste? ¡No! ¡Así que no hables de lo que no sabes, Rogers!
- ¡Ningún padre querría ver a su hija así!.- contraatacó.- Sobretodo cuando puede dar mucho más de sí misma.
Dicho esto se marchó por la puerta, dejándome muy enfadada y confundida porque tenía su punto de razón, yo podía dar más. ¡Maldito fuera ese santurrón anticuado!
Decidida a salir de ese Hospital de una vez por todas, dejé mi comportamiento destructivo y, tras muchos exámenes psicológicos, me dieron el alta.
Fui directamente a SHIELD, obviamente ellos ya habían visto mi historial y me aceptaron. Así que, dos años de academia después, conocí al director de la agencia: Nick Fury. Él me metió en un equipo estándar para realizar misiones de espionaje y recuperación de objetivos… Debía de estar haciéndolo bien ya que tardé poco en entrar a ser parte del equipo anti-terrorista STRIKE bajo las órdenes de Brock Rumlow.
Rumlow era sencillamente increíble: duro, eficaz y no toleraba el fracaso. Estar bajo sus órdenes era un desafío completo que siempre acepté, me gustaba cuando me ponía contra las cuerdas y me sentía ligeramente atraída por él, pero era solamente lujuria y no iba a acabar bien, ¿no?
¡Me equivocaba! Resultó que no estaba nada mal, los aquí te pillo aquí te mato de Rumlow eran como él: duros, rápidos y eficientes. No había lugar para sentimentalismos ahí, era solamente sexo. Nada de besos en la boca o pasteladas de esas.
- ¡Vamos a Nueva York! ¡Listos en 5 minutos!.- gritó Rumlow desde la puerta del gimnasio donde estábamos entrenando algunos del equipo.
- ¿Misión?.- le pregunté rápidamente, soltando a mi compañero después de derribarlo.
- Contención de un ataque alienígena.- respondió elevando las cejas y perdiendo unos segundos en mirarme lascivamente de arriba abajo pero recuperó la compostura rápido.- ¡Os quiero en el Helipuerto en 5 minutos!
- ¡Sí, señor!.- respondimos a coro mis compañeros y yo.
¡Joder! ¿Aliens? Preferí no pensarlo más mientras corría a secarme el sudor, cambiándome en tiempo record y poniéndome el uniforme con extrema rapidez. Me recogí mi pelo en un moño mientras subía en el ascensor y llegué al Helipuerto justo a tiempo.
Fue una auténtica locura, la batalla contra los Chitauri normales ya era dura de cojones pero ver a los Leviatán era devastador, eran auténticos seres de pesadilla. Aún así seguimos luchando, disparando y peleando junto a los Vengadores: Iron Man, El Capitán América, La Viuda Negra, Ojo de Halcón, Thor y Hulk.
Durante la pelea vi a Loki, el causante de todo este Caos, un Dios Asgardiano. ¡Y vaya con el Dios! Thor era guapo y esas cosas pero, la belleza de Loki era mucho más magnética, más atrayente.
¡Vale Yami, céntrate! Apunté a Loki y disparé todo lo que tenía pero no le hice ni un rasguño. Él me disparó con el cetro y lo esquivé a duras penas. Cuando recobré el equilibrio lo tuve a un par de metros de mí, sonriendo. De cerca impresionaba más y estaba más bueno todavía. ¡Ay, Satán! ¡Ayúdame!
- ¡Arrodíllate humana!.- ordenó Loki, apuntándome con el cetro.
- ¿Y si no quiero?.- le respondí, quitándome un mechón de pelo de la cara y preparándome para la represalia.
Él arqueó una ceja, pronunciando la sonrisa y dando otro paso hacia mí.
- Te obligaré a subyugarte a mí.- susurró.- Serás mía.
Noté un nudo en el estómago ante sus palabras pero reaccioné a tiempo, él hizo ademán de tocar con el cetro mi pecho y yo lo esquivé, dándole una patada alta en la cara que le quitó su extraño casco. En ese momento apareció el Capitán América y le lanzó el escudo, lo que mandó a Loki volando a unos cuantos metros de distancia.
Miré a Steve Rogers, sorprendiéndome al darme cuenta de que ya no lo odiaba, que todo sentimiento negativo hacia él había desaparecido. Yo estaba aquí gracias a él y a Iron Man, por mucho que hubiese perdido anteriormente, ahora había ganado algo a cambio.
- ¡Eh!.- le grité, llamándole la atención.- Ya es la segunda vez que me salvas sin que te lo pida, Rogers.
Él se giró y, al reconocerme, se sorprendió durante un segundo pero se recuperó con rapidez de la sorpresa y me sonrió.
- Entonces deberías darme las gracias.- dijo él, altanero guiñándome un ojo.
- Gracias, señor Rogers.- le respondí, haciendo una elaborada reverencia con una sonrisa y, al recuperar la posición, disparé a un Chitauri que venía a atacarlo por la espalda.
- ¡No hay de qué, señorita Invers!.- respondió él, peleando con más Chitauri que comenzaban a rodearnos.
Apareció Hulk, dándole una tremenda paliza a Loki. Iron Man traspasó el agujero con la bomba que habían lanzado para exterminar Manhattan entera antes de que la invasión se saliese de madre y así acabó todo. ¡Qué locura!
Muchos civiles cayeron, algunos compañeros también, yo acabé bastante mal: costillas fracturadas, contusiones, llena de heridas y con un brazo roto después de una mala caída.
Me dieron de baja del campo de operaciones durante 2 meses.
El primer mes fue terrible, la recuperación y la rehabilitación fueron muy duras y yo tenía ansia por volver a trabajar. Intenté incorporarme pasado ese tiempo porque me había enterado de todo el follón que tuvo Iron Man con un loco mejorado pero el Director Fury me mandó de vuelta a casa con la amenaza de suspenderme o mandarme hacer sólo papeleo durante 1 año. Así que mi segundo mes de baja lo gasté entrenando, patinando y yendo a conciertos de música metal.
Al acabar la batalla de Nueva York me hice amiga de algunos Vengadores, sobretodo de Tony Stark, Steve Rogers y Natasha Romanoff. Ellos siempre andaban en la misma base de SHIELD en la que yo estaba con el equipo de Rumlow.
Natasha y yo nos hicimos amigas con bastante facilidad, nos parecíamos bastante físicamente aunque de personalidad nos diferenciásemos demasiado. Habíamos ido a tomar unas copas varias veces y, cada vez, nos acercábamos más. Los polos opuestos se atraen. Yo era extrovertida e impulsiva mientras ella era más bien distante y callada.
Un día, poco después de reincorporarme, estaba entrenando en la base con ella cuando Rumlow entró en el gimnasio.
- ¡Invers a mi despacho! ¡Ahora!
- ¡Sí, señor!.- respondí, dándole un último puñetazo a Nat en su brazo para despedirme.
Corrí detrás de él hasta llegar a su despacho donde cerró la puerta tras de mí, me giré para mirarlo a la cara pero no me dio tiempo, me empujó contra el escritorio y se colocó detrás de mí, agarrándome con fuerza de la cadera para pegarme a su erección.
Con movimientos bruscos me bajó los pantalones de chándal y el culotte para después bajar él los suyos y penetrarme sin dudar. No pude evitar soltar un grito de dolor que él acalló tapando con su mano mi boca.
- ¡Shhh! No queremos que nos oigan, ¿verdad?.- susurró contra mi cuello comenzando a embestirme con fuerza.
Me agarré a la mesa para poder soportar sus embistes, mordiéndome el labio para no proferir ningún sonido durante el ritmo frenético con el que me estaba poseyendo. El sexo con él siempre era mezcla de dolor y placer pero esta vez no me estaba gustando tanto como en anteriores encuentros.
No tardé mucho en escuchar que gruñía al correrse dentro de mí, se quedó jadeando sobre mi nuca un par de minutos hasta que se recuperó y luego salió de mi interior. En ese momento me di cuenta de que me había estado usando como un saco de carne, me sentí asqueada conmigo misma por ello, por haber dejado que pasase durante todo este tiempo.
Me subí mi ropa interior, me coloqué bien los pantalones y me giré para mirarlo. Rumlow estaba abrochándose todavía sus pantalones, me acerqué hasta tocar la puerta y giré el pomo sin abrirla del todo.
- No volverá a pasar.- dije fríamente y después añadí.- Señor.
Salí de allí para darme una buena ducha caliente, estaba demasiado sucia y eso tenía que cambiar. Daba gracias al cielo por haber decidido ponerme el DIU al entrar en SHIELD.
Casi no había salido de las duchas cuando vi a Rumlow al fondo del pasillo, el cual vino hacia mí dando grandes zancadas. ¡Mierda, mierda, mierda! Abrió la boca una vez pero pareció pensárselo mejor, apretó los dientes y negó con la cabeza.
- Coulson quiere que te reúnas con él ahora mismo.
¿Coulson? ¿Qué podría querer él de mí? No estábamos en el mismo equipo y las operaciones que realizábamos eran diferentes. Miré a Rumlow, mi superior y decidí no preguntar nada; podía decir con claridad que estaba enfadado conmigo después de lo que acababa de pasar.
- ¡Sí, señor!.- respondí, girándome para irme pero su mano alrededor de mi brazo me frenó.
- Volverá a pasar.- afirmó antes de soltarme.
No me digné a responderle ni a mirarle, caminé hasta el despacho de Phil Coulson como alma que lleva al diablo. Coulson era una de las pocas personas en las que Fury confiaba plenamente, un hombre que creíamos haber perdido cuando Loki fue nuestro prisionero poco antes de la batalla de Nueva York.
Llegué a su despacho y llamé antes de entrar.
- ¿Señor? ¿Me ha mandado llamar?.- pregunté primero observando al hombre y luego su despacho, el cual parecía casi un museo de antigüedades.- Bonito despacho.
- Gracias señorita Invers. ¿Puedo llamarte Yami?.- preguntó él, sentado detrás de su escritorio. Asentí secamente con la cabeza esperando a que me explicase la razón por la cual me encontraba ahí.- Yami, le he pedido a Rumlow que formases parte de mi equipo en una misión de recuperación de 084.
Dicho esto se levantó, rodeando el escritorio hasta estar delante de mí, me ofreció su mano y yo se la cogí automáticamente.
- ¿Cuándo será misión?.- pregunté directa al grano.
- Ahora mismo, ha habido un incidente alienígena en Londres pero nuestro protector Asgardiano lo ha parado a tiempo.- narró y sonrió.- Creo que lo conociste en la batalla de Nueva York, junto con los demás Vengadores.
- Sí, conocí a Thor y a los demás.- respondí devolviéndole la sonrisa. Este hombre me caía bien, vi que tenía detrás un pequeño poster del Capitán América.
- ¿Fan del Capitán Rogers, señor?.- le pregunté pronunciando mi sonrisa.- Es un buen tipo, me salvó hace unos años.
- Sí, es formidable. También leí lo que pasó contigo en tu ciudad natal, siento mucho que no pudiésemos evitar lo que pasó allí.- comentó él con tono apesadumbrado.
- No se preocupe, señor.- respondí.- Está superado y gracias a ello estoy aquí, lista para pelear.
- Por favor, deja de llamarme señor, soy Phil o Coulson, ¿ok? Ésta vez no habrá pelea ninguna, es solamente recuperación y clasificación.- continuó él, caminando hasta la puerta.- ¡Ven a conocer a tu nuevo equipo!
Después de las presentaciones nos subimos a un Quinjet junto con Melinda May, Grant Ward, Skye y Fitz-Simmons, camino a Londres.
La misión no fue tan sencilla como la habían planteado pero finalmente volvimos a la base, había sido divertido y relajante cambiar de equipo. De hecho, pensaba ir a hablar algún día con el Director Fury si lo pillaba por los pasillos para pedirle que me transfiriese de equipo permanentemente.
Nota de la autora: Ala, primer capítulo de una historia que necesitaba escribir. Bucky siempre fue un personaje que me gustó mucho pero no me había enamorado de él hasta ver Civil War por segunda vez, más adelante ya aparecerá. Tenía que prepararme para Avengers: Infinity Wars y pasó, ahora no sé si sobreviviré a tener a Loki y Bucky en la misma pantalla... :P
