Le dedico este capítulo a Daianapotter, que me ha ayudado bastante y a mi novio también.

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En el aeropuerto de Londres, estaba esperando su vuelo a Tokio una muchacha de unos 24 años, vestida con un jersey de manga larga negro con toques dorados y un pantalón largo tejano de color azul con pliegues en los tobillos y bambas de color negro con dibujos lilas, peinada con dos moños y pelo plateado, muy raro a su edad, pero a ella no le importaba, estaba tan en su mundo que no escuchó que su vuelo salía en veinte minutos hasta después de que lo anunciaran por el altavoz. Se levantó y apareció un muchacho alto de unos 26 años con el pelo corto y de color marrón, con un jersey de manga corta negra con las letras "Dog Tale" con un perro dibujado entre las dos palabras de color grisáceo y ancho vestido con un pantalón tejano negro y unas bambas blancas con bordes dorados.

–Vamos Serenity. – Dijo el hombre con una voz grave.

–Ya voy–. Iba a replicar pero él la calló con un beso.

–Vamos, que no quiero llegar tarde. –Informó él cerrando los ojos.

–Está bien, Daisuke–. Ella resopló y ambos presentan su tarjeta de embarque y se encaminan al avión junto con otros pasajeros.

Una vez instalados, esperaron a que el piloto dijera lo que tantas veces había escuchado, que se abrocharan el cinturón al despegar, las medidas de seguridad, etc. Su acompañante la miró y habló tranquilamente.

– ¿Estás segura de lo que vas a hacer? –Preguntó él provocando el leve enfado en ella.

–Sí, lo estoy. –Dijo ella simplemente y el calló. El avión empezó a despegar y cuando ya estaban volando, él volvió a hablar.

–Pase lo que pase, yo siempre estaré contigo–. Afirmó el hombre y ella le agradeció regalándole una hermosa sonrisa, recostó su cabeza en el hombro de su amado y cayó en los brazos de Morfeo y su novio sonrió.

Mientras, en el centro de Tokio, nueve chicas y un chico estaban hablando animadamente en el Crown center, cuando de repente, todas se pusieron tensas y una de ellas empezó a hablar, asustando a las demás y ella sonrió, pero su rostro se volvió serio otra vez.

–Noto una fuerza muy poderosa acercándose–. Dijo una muchacha con el pelo negro.

–Yo también la siento–. Ahora habló una mujer con el pelo verde.

– ¿Creéis que es un nuevo enemigo? –Preguntó una chica rubia con ojos azules muy preocupada.

–No, esta energía es diferente a la de un enemigo, pero es poderosa… –Habló una chica con el pelo violeta, de unos 14 años dejando a todos los presentes pensativos.

–De todos modos, investigaremos–. Ahora informó a los presentes una chica de pelo ondulado de color aguamarina.

–No te preocupes gatita, no va a haber ningún enemigo por ahora–. Le aseguró una muchacha de pelo rubio corto y la otra rubia de pelo largo con un lazo rojo apoyó las palabras de su amiga.

–Yo investigaré con mi microcomputadora cuando llegue a casa–. Informó una chica con el pelo corto y de color azul y la rubia de coletas les dio las gracias a todas-.

Mamoru le preguntó a su novia si se quería ir a casa a descansar y ella asintió de buena gana, ambos se despidieron con la mano, salieron abrazados por la puerta, dejando a sus amigas suspirando, eso sí que era amor.

En el aeropuerto de Tokio, el avión de Serenity y su acompañante aterrizaba a la una del mediodía.

– ¿Ya sabes dónde vamos a vivir? –Le dijo el hombre a la mujer.

–Aish, tranquilo, vamos a por el taxi–. Dijo ella simplemente y éste asintió resignado.

Se dirigieron a la parada de taxis y al único taxi que había, colocaron las maletas en el maletero, entraron y ella le dio la dirección al taxista y éste los condujo a su destino.

Llegaron a la dirección al cabo de quince minutos y Daisuke se quedó mudo de la impresión. Era una casa bastante grande, con un jardín también grande, de dos pisos con paredes blancas en una urbanización cerca del centro de la ciudad, Serenity ya llevaba las llaves en la mano, abrió la puerta y se quedó más asombrado. El suelo era de parquet y las paredes también pintadas de blanco con algún que otro cuadro adornándolas, entraron al comedor y había una mesa de madera larga con sillas negras de diseño, una cocina con las últimas novedades en electrodomésticos, subieron a dejar las maletas en la habitación, la cual estaba en el piso de arriba. La habitación tenía una cama tamaño doble con mesitas de madera al lado y un gran armario tallado con una media luna en dos puertas.

–Vaya, hasta en los armarios está ese astro–. Dijo su novio refiriéndose a la media luna.

–Sí, es algo que va conmigo. ¿No crees? –Preguntó ella mirando por la ventana y se sintió rodeada por unos fuertes brazos.

–Totalmente de acuerdo, amada mía–. Y se fundieron en un dulce beso, él iba a continuar pero ella se lo impidió.

–Ahora no amor, tenemos que deshacer las maletas–. Él soltó un gruñido e hizo lo que le había dicho su amada.

Dicho esto, hicieron lo que debían hacer, ordenaron toda la ropa en el armario y les costó un poco, ya que llevaban demasiada ropa aparte de los productos de aseo personal. Cuando acabaron de hacerlo todo, limpiaron un poco la casa, cosa que les dejó más exhaustos, se sentaron en el sofá abrazados y Serenity se sintió incómoda, cosa que no pasó desapercibida por Daisuke, iba a preguntar qué le pasaba, pero se adelantaron a responderle.

–Tengo que encontrarlas cuanto antes, aunque creo que ya han notado mi energía… –Dijo ella sabiendo lo que iba a preguntar su novio.

–Entonces es sólo cuestión de tiempo–.Le aseguró su novio abrazándola por detrás y ella asintió.

Desempacando y ordenando la ropa, se hicieron las siete de la tarde y los supermercados cerraban a las ocho y tenían que ir a comprar si no querían quedarse sin cena, otra vez resopló él y ella le ignoró, lo que causó que él la acompañara a comprar. Salieron y se encontraron con un Volvo plateado.

– ¿Cuándo has comprado ese coche? –Preguntó asombrado el hombre.

–Lo tenía todo calculado. ¿Lo recuerdas? –Habló con cierta ironía.

–Sí, cierto. Nunca dejarás de sorprenderme–. Le besó en la mejilla, Dai, que era como llamaba Serenity cariñosamente a su novio, iba a subir en el asiento del piloto pero ella se lo impidió.

–No, conduciré yo, si no, no llegaremos a tiempo–. Él refunfuñó y le costó aceptar pero su novia tenía razón, a él no le gustaba correr si no era por un motivo urgente, y éste no lo era.

Llegaron al supermercado y compraron lo necesario puesto que no tenían mucho tiempo, acordaron de verse en quince minutos enfrente de la caja, comprando todo lo necesario para comer y para limpiar, porque la casa aún estaba un poco sucia, al menos, hasta que contrataran a una señora de la limpieza. Serenity iba tan concentrada en buscar los productos, que no se dio cuenta de que venía otra persona igual de concentrada que ella y pasó lo que pasó, chocaron.

–Ah, perdone–. Se disculpó ella.

–No pasa nada–. Contestó la chica con la que había chocado.

Levantaron la vista y se quedaron mirando la una a la otra, la peliblanca esbozó una sonrisa, al parecer, había sido más fácil encontrarla de lo que ella creía y la otra chica se quedó con la boca abierta de la impresión y la peliblanca habló.

–Hola, princesa de la luna, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos–.

Usagi no salía de su asombro, la única persona que no se esperaba ver en su vida estaba ahí, delante suyo, dirigiéndole la palabra, muchos recuerdos vinieron a la mente de la fémina de ojos azules como el cielo y una sola palabra escapó de sus labios al concluir algunos recuerdos.

– ¿Madre? – Preguntó la rubia y la susodicha sonrió.

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Bueno, este capítulo me ha quedado bien, al menos a mi parecer.

Me he dado cuenta que me ha dado por escribirlos cortos. ¿No es raro? xD.

Me haría especial ilusión ver algún que otro review en este fic.

¡Nos leemos!