Disclaimer: Los personajes que aparecen en este fic son propiedad de JK Rowling, solo los reviews son mi recompensa.


El futuro en tus manos

Harry Potter se encontraba en el único lugar en que nadie podía alcanzarlo. Su futuro se veía prometedor desde el punto de vista de cualquier persona que no fuera él mismo. La guerra había sido dura y cruel. Aún había mortifagos sueltos por ahí, y la tranquilidad no era algo muy cercano en el mundo mágico. La reconstrucción de Hogwarts había terminado hacía poco, y estaba recién comenzando el nuevo año escolar. Tanto él, como Hermione habían decidido volver; Ron prefirió ayudar a su familia en esos tiempos tan difíciles, por lo que se sentía un poco solo, aún con la presencia de su mejor amiga allí.

El recuerdo de lo que sucedió continuaba en su mente, latiendo como un corazón. A veces veía en sus sueños los ojos rojos de aquel que fue su enemigo, y se despertaba sobresaltado. Resultó difícil volver, pero era necesario superar, aunque fuera un poco, el dolor de la pérdida y el sacrificio.

Teddy había resultado ser un niño alegre, que alegró muchos su vida. Andrómeda le enviaba todas las semanas una foto del pequeño, y él iba a visitarlo en cuanto podía. Había crecido bastante en los últimos meses, y balbuceaba su nombre, lo cual le sacaba más de una sonrisa durante el día.

La perspectiva de una vida tranquila, era sin duda, lo que él esperaba después de que la amenaza de Lord Voldemort desapareciera. Pero fue todo lo contrarío. Los que se hacían llamar sus "admiradores", casi ni le dejaban respirar, y no parecían darse cuenta de que lo molestaban.

Ahora se enfrentaba ante una de las decisiones más importantes de toda su vida. Dado su creciente interés por vivir aislado, y su obvia capacidad como mago y líder que había demostrado tener, Minerva le había aconsejado que tomara el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que quedaría libre después de que el actual profesor, quien tenía un contrato de solo un año, se marchara. También le dijo que lo pensara bien, ya que aún cuando su sueño era ser parte del cuerpo de Aurores, debía pensar en su futuro, y si sería eso lo que le gustaría hacer dentro de quizá diez, veinte o treinta años.

Pensó en Moody, aquel mago que dedicó toda su vida a perseguir magos oscuros. No podía decir que en el final de su vida se le observaba feliz y plenamente satisfecho. Y aunque él sabía que quizá era una comparación bastante exagerada, no tomaría el riesgo.

Otra ventana que se le abrió fue el ser sanador. No era un mal trabajo, pero no era algo que le apasionara. A diferencia de la sanación, la perspectiva de ser profesor le provocaba una ansiedad enorme. Le traía recuerdos, unos buenos, otros malos, pero era algo que en su momento disfruto, y que le encantaría hacer por el resto de su vida. Esa sensación de poder enseñar algo bueno a los demás, no se comparaba con nada.

Con una sonrisa en el rostro, se cambió el uniforme por un pijama. Aún no estaba todo decidido, pero si de algo estaba seguro, era que ser profesor en aquel colegio mágico que había sido su primer hogar, estaba dentro de sus opciones.


Hola

Este pequeño fic es resultado de menos de media hora, creo que salio lo mejor que pudo. Aún no se como pudo salir tan rápido...

Cariños y suerte para mi compañera de reto Vicky...

Leonor