Almas Unidas
Los derechos de los animes que use no me pertenecen
No me importa lo que piensen ellos…ella es la única que me importa.— dijo Naruto mirando la luna, siendo consciente de la mirada de su amigo— Hablar Normal.
"Así que…él también está aquí"— afirmo el antiguo Shinobi en sus pensamientos.— Pensamientos.
Capítulo 1: La Niña
Una niña caminaba por el bosque, mirando a su alrededor y examinando con cierto miedo oculto a las criaturas silvestres.
Era una pequeña niña de no más de trece años, estando en desarrollo pero siendo muy hermosa y bonita. Sus rasgos eran su piel pálida, ojos azules y cabello negro recto hasta por debajo de sus hombros. Su vestimenta consistía en un kimono blanco con bordes azules y diseño floreado.
La niña seguía caminando, observando con cierto temor a su alrededor. Solo que ocultaba el miedo detrás de ojos serios. Su orgullo no le permitiría mostrar el miedo.
Ella tenía todo el derecho a estar asustada y temerosa, después de todo, era la primera vez que se escapaba de los ojos de su clan para ver el bosque.
La llevaba encerrada desde que nació. Desde que recordaba, su vida fueron los muros de su casa de clan y los sirvientes que la trataban con sumo respeto. Por esa razón ella nunca vio ni conoció el exterior.
Su sueño era salir, ver el bosque, sentir el aire fresco y natural, mirar la vegetación, observar las flores de cerezo.
Todo lo que había visto y aprendido lo hizo a través de los libros y pergaminos. En esos libros y pergaminos a veces podía observar imágenes. Incluso un día una amiga de la familia le trajo una flor de cerezo.
Esa flor de cerezo era su tesoro, porque era su única posesión del exterior. Por esa razón, su anhelo era ver las flores de cerezo, porque para ella, eran la flor más hermosa que podría existir.
Hoy fue un día beneficioso para ella, porque su abuelo y padre no estaban en casa, dejándola sola con los guardias y sirvientes. Los guardias estaban alrededor de su casa de clan y ella tuvo mucho tiempo para estudiar sus patrullas y patrones. Los sirvientes estaban dentro y fuera de la casa, pero ella les dejo en claro que quería estar sola hasta que vengan su padre y abuelo.
Tenía como máximo una hora para que su padre y abuelo volvieran a casa. Por esa razón, ella debía aprovechar al máximo su tiempo para encontrar flores de cerezo y volver antes de que descubrieran que se había escapado.
Como nunca había estado en el exterior, el miedo era una emoción justificada. Ella temía que un horrible monstruo conocido como Hollow apareciera.
Mientras que la niña más caminaba, más se iba perdiendo en el bosque, hasta que finalmente llego a un claro donde se encontró algo que la asombro en cierta manera.
Un hermoso claro, donde los árboles y flores se acumulaban alrededor de un hermoso estanque de agua. Pero eso no era lo que la asombro, sino ver al hombre que estaba sentado en una roca mirando su reflejo en el agua.
Era un hombro algo mayor, seguramente más de veinte años, teniendo cabello rubio dorado en un estilo algo largo, alborotado y despeinado que le cubría algo de las cejas. Por lo que la niña podía ver, sus ojos eran azules como el cielo, su piel poseía un bronceado natural teniendo un color canela. Su cuerpo era marcado y musculoso, teniendo una gran altura de 1.82. Los rasgos del hombre en si eran casi únicos, pero lo anormal estaba en su rostro, específicamente en sus mejillas, donde un par de marcas similares a bigotes se hallaban.
La ropa del hombre consistía en un Kimono negro similar al que usaría un Shinigami, solo que el interior en lugar de ser blanco era violeta. El Kimono también se abría un poco en el pecho, mostrando algo de su piel y cuello donde un collar se hallaba.
La niña permaneció observando al hombre, notando como este seguía mirando su reflejo en el agua, mostrando cientos de emociones en sus ojos, que se fueron en el momento que el hombre dijo unas palabras.
¿Qué haces aquí?— pregunto el hombre suavemente, sin voltear a mirar a la niña, que alzo una ceja al escuchar esas palabras.
¿Eh?— la niña inclino la cabeza confundida— ¿Qué dijiste?
Además de mocosa, sorda.— el hombre negó con la cabeza al decir esas palabras, causando que una gran vena se hinchara en la frente de la niña.
¡Vuelve a repetir eso, Teme!— amenazo la niña acercándose con sus puños apretados, causando que el hombre respondiera inmediatamente.
Además de mocosa, sorda.— al decir esas palabras, la niña gruño mientras que tomaba una roca al azar y la lanzaba con todas sus fuerzas hacia el hombre rubio.
Antes de que la pierda pudiera llegar a la cabeza del rubio, esta fue dividida en dos, causando que la niña abriera sus ojos sorprendida.
¿Q-Qué fue eso?— pregunto la niña con asombro puro en su voz, asombrada porque la roca fue dividida en dos como por arte de magia.
¿Acaso no lo viste?— el hombre solo se levantó de la roca, mirando con ojos aburridos la expresión asombrada de la niña— Corte la roca en dos. Así de simple.
¡¿Pero cómo?!— pregunto la niña en un grito asombrado, frunciendo el ceño al no obtener reacción aparente del hombre rubio.
La corte, eso es lo que necesitas saber.— luego de decir esas palabras, el hombre volteo comenzando a caminar, escuchando un grito por parte de la niña.
¡E-Espera!— grito la niña corriendo mientras que levantaba los bordes de su Kimono para correr mejor— ¡Tú conoces el bosque, ¿verdad?! ¡Si es así, guíame!— exigió la niña causando que el hombre volteara la cabeza para verla algo asombrado.
¿Por qué debería guiarte, mocosa?— pregunto el hombre en su asombro, mostrando reacción por primera vez.
¡Porque soy Ku…!— la niña mostraba un rostro severo mientras que trataba de dar su nombre pero antes de que pudiera hacerlo, el rubio la interrumpió.
Quien eres no me importa.— el veinteañero mostraba aburrimiento en su rostro, causando que la niña lo mirara con indignación.
¡Soy K…!— tratando de decir su nombre otra vez, la niña noto como el rubio solo volteaba mientras que levantaba su mano, simulando una boca y haciendo que esta hablara.
No. Me. Importa.— dijo el hombre rubio claramente, causando que la niña gruñera de enojo.
¡Grosero! ¡Eres un grosero!— gruño la niña con sus puños apretados, comenzando a seguir al hombre mayor.
El hombre caminaba con tranquilidad y aburrimiento en su rostro, siendo seguido de cerca por la niña.
Durante más de diez minutos, esa fue la rutina. Siendo que el hombre mayor caminaría en silencio siendo seguido por la pequeña niña.
¿Por qué me sigues?— pregunto el hombre sin detenerse, escuchando un bufido detrás.
Porque tú me guiaras por el bosque.— afirmo la pequeña con seguridad, escuchando un suspiro del hombre mayor.
Mira…solo déjame solo, ¿Bien?— dijo el hombre deteniéndose por un segundo, sobando sus sienes mientras que la niña lo observaba con curiosidad e irritación— No soy el tipo de persona que querrías como guía, mucho menos como compañía. Vete a jugar con tus amigos o algo parecido.
Con esas palabras, el hombre mayor volvió a caminar, notando que esta vez la niña se rindió y no lo seguía.
¿Qué amigos?— pregunto la niña directamente, causando que el hombre se detuviera en su lugar.
… ¿No tienes amigos?— pregunto el hombre con cierta lentitud.
Soy hija de un líder de clan...— dijo la niña con cierta amargura— La única compañía que tengo son los sirvientes y los únicos que me buscan son pretendientes a esposos que yo ignoro.
…Eso es trágico.— el hombre miro a la niña por sobre su hombro, por primera vez sin mostrar aburrimiento en sus ojos, solo una emoción que la niña no pudo identificar— ¿Por qué me sigues?
Ya te lo dije.— gruño la niña cruzándose de brazos— Tú me guiaras.
Y yo te dije que no soy una buena compañía.— contradijo el rubio también cruzándose de brazos.
No eres malo.— la niña bajo sus brazos para mirar al hombre curiosa— Si lo fueras me harías algo malo…
Esa es una creencia muy peligrosa y contradictoria...— el hombre inclino la cabeza, sin sonreír mientras que su rostro ganaba una mueca— Podría estarte mintiendo…podría hacerte algo malo cuando yo quisiera. Como por ejemplo...— en un milisegundo, el hombre desapareció reapareciendo frente a la niña con su mano abajo apuntando su dedo en la frente de la pequeña— Ahora mismo, si yo quisiera, podría matarte.— dijo fríamente, notando como la niña lo miraba asombrada.
Si actúas así...— dijo la niña tomando el dedo del hombre y apartándolo de su frente— Es normal que te creas mala compañía.
Si, si, vete a casa, mocosa. Tus padres te deben estar buscando.— dijo el rubio volteándose y volviendo a caminar.
Mi padre esta con el abuelo en una reunión.— dijo la niña rápidamente, desviando la mirada— Y mi madre...— solo hubo silencio al decir esas palabras, pero luego de unos segundos, la niña se acuclillo en el suelo, ocultando su rostro en sus brazos.
… ¿Qué haces?— por escuchar silencio, el hombre volteo, solo para verla en esa posición.
Te hago sentir culpable.— el hombre alzo una ceja al escuchar eso— ¿Funciona?
No, como va...Mírame, ¿te parece que funciona?— una sonrisa agria apareció en el rostro del hombre mientras que negaba con su dedo— Argg...— un gruñido escapo de su boca mientras que señalaba a la niña, que seguía en esa posición. Caminando hacia un árbol para colocarse detrás de él, la niña escucho unos gritos ahogados— ¡Idiota! ¡Idiota! ¡No nonono! ¡No! ¡La dejes! ¡Ganar!
Una sonrisa presumida apareció en el rostro de la niña al escuchar esos gritos ahogados y lo siguiente que vio fue al mismo hombre salir de detrás del árbol para pasar al lado de ella.
Sígueme.— gruño el hombre causando que la niña hiciera un salto de victoria mientras que seguía al hombre.
Los dos caminaron durante diez minutos, hasta que llegaron al mismo claro donde se encontraron.
¿Qué hacemos aquí?— pregunto la niña confundida mirando como el hombre se sentaba en la misma roca.
Este es el lugar más calmante que puede haber en este bosque.— el rubio miraba su reflejo en el agua, sin preocuparse por nada hasta que escucho la voz de la niña.
Quiero ver flores de cerezo.— exigió la niña en un tono demandante, escuchando una risita por parte del hombre mayor.
Yo nunca dije que te guiaría…Solo dije que me siguieras.— el rubio volteo lentamente, notando como la niña lo miraba con irritación— Te voy a hacer la misma pregunta que te hice cuando te vi... ¿Qué haces aquí?
Quería ver el bosque.— ella vio como el hombre alzaba una ceja.
¿Solo eso? ¿Ver el bosque?— pregunto el rubio genuinamente asombrado— Las niñas de tu edad se preocupan más por temas de amistad y niños guapos.
Yo no soy como ellas.— bufo la niña cruzándose de brazos.
Esa era una de las razones por la cual no tenía amigas de su edad entre los demás clanes. Todas las niñas chillaban sobre niños guapos, regalos y cosas lindas. Cada vez que ella era llevada a la casa de otros clanes a conocer a los herederos y herederas, la cosa resultaba mal. Porque todas las demás niñas eran unas mocosas mimadas que actuaban como princesas malcriadas mientras que los niños eran unos malcriados que esperaban que sus caprichos sean cumplidos. Ella era diferente a todos ellos. Se preocupaba más por su clan y su meta. Aunque, inconscientemente ella se parecía un poco a las demás princesas porque ella era un poco caprichosa.
Prueba de ello es la situación actual donde la niña exigía a un completo desconocido que la guiara.
Su meta era ser la líder de su clan. Ser una capitana Shinigami como su abuelo. Por esa razón ella entrenaba y estudiaba tanto a temprana edad.
E imagino que tú has estado resguardada por tu clan desde que naciste, sin posibilidades de ver el exterior de tu hogar.— el rubio noto como los ojos de la niña se abrían un poco.
S-Si...— la niña asistió con la cabeza.
Qué problema.— el rubio solo negó con su cabeza— Pero aun así deberías volver a casa. Tu padre y abuelo se enojaran si llegan y tú no estás. Además que no es propio de una heredera de clan escaparse.
Quiero ver las flores de cerezo...— volvió a decir la niña cruzándose de brazos y desviando la mirada.
¿Y eso es porque…?— pregunto el rubio curioso.
Mi amiga me dio una hace un tiempo…y he visto que son muy hermosas.— dijo la niña con una sonrisa verdadera en su rostro, provocando que el hombre alzara una ceja.
Que lastima. Porque yo no seré tu guía.— el rubio solo negó con la cabeza, causando que la niña abriera sus ojos sorprendida.
¡¿Qué?! ¡Pero…!— la niña trato de contradecir al rubio, pero este solo negó con su dedo.
Nada de peros, Pequeña Princesa.— el rubio mostro una sonrisa divertida en su rostro— Dices ser diferente a las demás herederas, pero eso es un poco hipócrita considerando que me estas exigiendo que te guie por aquí.
Los ojos de la niña se abrieron al entender ese hecho.
Ella le estaba demandando a este extraño que la guiara por el bosque por su apellido. Le estaba exigiendo guiarla cuando no se conocían. Se estaba comportando como las demás mocosas caprichosas.
…Mira, lo siento, ¿bien?— dijo la niña bajando la mirada— Siento haberme comportado como las demás mocosas herederas de los clanes...
¿Y...?— el rubio miraba atentamente a la niña.
Y no quiero que seas mi guía.— la pequeña bajo la mirada al decir esas palabras.
Perfecto. Porque no lo seré.— el rubio solo asintió con la cabeza mientras que volteaba su cuerpo para volver a la posición en donde la niña lo encontró, mirando su reflejo en el agua— Deberías irte…Si ellos llegan y no te encuentran, tendrás problemas.
Con esas palabras, la niña se levantó para comenzar a caminar por donde vino, enviándole miradas al extraño que continuaba mirando su reflejo en el agua.
…
¿Otra vez aquí?— el rubio tenía un rostro incrédulo, porque la niña que conoció hace unos días estaba de pie frente a sus ojos.
Si.— afirmo la niña con una sonrisa, asintiendo con la cabeza mientras que el hombre mayor seguía mirándola incrédulo.
¿Por qué estás aquí?— el rostro incrédulo se fue para dar lugar a la curiosidad.
Estaba aburrida y tú eres lo más curioso que he visto en mucho tiempo.— con esas palabras, el hombre rubio soltó una risa ahogada.
¿Enserio?— pregunto el rubio con diversión— En este claro no hay nada interesante…sin embargo, tú dices que vienes para verme a mi...Eso es divertido.
¿Por qué es divertido?— la niña frunció un poco el ceño por esas palabras.
Porque eres la niña más inocente que he visto en este mundo.— el rubio solo negó con la cabeza mientras que volteaba para caminar y acostarse en el suelo, usando sus manos como almohada y mirando las nubes.
Escuchando pequeños pasos, el rubio movió un poco la cabeza para ver como la niña se había acercado para acostarse un poco más lejos que él.
¿Por qué haces esto?— pregunto la niña algo confundida.
¿Hacer que?— el rubio respondió su pregunta con otra, volviendo a mirar el cielo.
Hacer nada...— dijo la pequeña dejando de mirar el cielo para mirarlo a él.
Si estoy haciendo algo...— respondió el rubio sin mirar a la niña— Solo…Solo estoy pasando el tiempo.
¿Esperando algo?— hizo otra pregunta esperando una respuesta.
Nada…solo pasando el tiempo.— su voz no poseía emociones, pero sus ojos mostraban lo que su rostro y voz no hacía, a pesar de que la niña no podía verlo.
Ya había perdido la cuenta.
¿Cuántos años llevaba varado en este mundo? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que el Rey lo convoco para hacerle esa propuesta? ¿Cuántos siglos pasaron desde que los vio a ellos? ¿Cuánto tiempo paso desde que murió?
Todas eran preguntas cuya respuesta no conocía. Y que había dejado de cuestionarse desde hace tiempo. Cosas como el tiempo ya eran relativas para él. Ahora solo le quedaba esperar. Esperar un periodo de tiempo indefinido y casi infinito para que eso vuelva a pasar y él tenga que irse. Pero hasta entonces, solo le quedaba esperar. Esperar la eternidad. Esperar el tiempo que sea necesario.
No quería volver a verlos a ellos. Las personas que lo sometieron y lo obligaron a una vida de maltratos y odio. Las personas que lo dejaron a su suerte, esperando que cumpliera sus expectativas y sueños cuando esos sueños ni siquiera eran suyos.
Pero ellos siempre lo buscaban. Lo rastreaban. Lo perseguían. Todo por su egoísta capricho de obtener perdón por lo que hicieron.
¿En qué estás pensando?— pregunto la niña luego de varios minutos de silencio, causando que el hombre rubio respondiera luego de unos segundos.
…Nada.— respondió el hombre con calma.
Eres aburrido, ¿Lo sabias?— la niña miro al hombre en blanco, sin obtener reacción aparente de él— ¿Al menos podemos hacer algo divertido…? No sé, como entrenar o algo. Lo que sea.
¿Entrenar?— dijo el rubio algo confundido— ¿Acaso te entrenas para ser un Shinigami?
Si.— respondió la niña con una sonrisa la hablar de su meta— ¿Eres Shinigami?— pregunto asombrada y esperanzada.
…Podría decirse que si.— el rubio no miro como la niña se sentó en sus rodillas mirándolo con admiración en sus ojos, solo para que todo se fuera y volviera a su faceta tranquila.
¿Y tú Zanpakutou? ("Espada Cortadora de Almas")— pregunto la niña con calma, para que el rubio llevara su mano a su cuello, sacando su collar para mostrar como este collar era una pequeña Katana.
La niña no pudo evitar abrir sus ojos con asombro cuando vio como el collar comenzó a crecer, tanto que formo una larga Katana con una empuñadura color negra con rombos violetas y el guardamano color dorado.
¡¿Sabes el nombre de tu Zanpakutou!? ¡¿Cuántos hechizos de Kidou sabes!? ¡¿Qué tan bueno eres en el Hohō?! ("Método del Paso")— las preguntas llovían sobre el hombre rubio, provocando que este solo mirara a la niña asombrado.
A pesar de tratar de ser estoica y tranquila, cuando se hablaba de algo que le gustara, la niña interna salía en un segundo.
Se unas cuantas cosas...— dijo el rubio algo dudoso, provocando que la niña lo mirara confundida.
¿Cuándo te graduaste de la academia?— pregunto la pequeña curiosa.
No estuve en la academia.— los ojos de la niña se abrieron al escuchar esas palabras.
¿P-Pero como tienes una Zanpakutou si no estuviste en la academia?—los ojos del a pequeña estaban bien abiertos por su asombro.
No lo sé...— el rubio solo se encogió de hombros siendo observado por la niña— Un día solo escuche esa voz...Y encontré esta Katana…Luego escuche su nombre...
Los ojos de la niña seguían bien abiertos por escuchar esas palabras, sin poder creer que alguien que no estuvo en la academia tuviera una Zanpakutou.
Los dos permanecieron en silencio luego de esas palabras, la niña algo incomoda porque el rubio no hablaba, hasta que finalmente la niña decidió hablar.
Deberías unirte a la academia.— dijo la niña con una sonrisa— Ahí aprenderías como son los Shinigami…ya tienes una Zanpakutou, por lo que estarías mucho más avanzado que los demás.
Paso.— dijo el rubio aburrido, volviendo a acostarse en el suelo y dejando su Zanpakutou a su lado, causando que los ojos de la niña volvieran a abrirse asombrados.
¡¿Qué?!— grito la niña asombrada— ¡¿Por qué?!
Ya se lo suficiente. Y no tengo ganas de convertirme en un Shinigami formalmente.— el rubio se encogió de hombros algo aburrido.
Oye, tienes esta oportunidad única y no la aprovechas.— la niña aun miraba incrédulo al rubio, que se encogió de hombros— ¿Al menos puedes decirme que sabes?
Shunpo ("Pasos Veloces"), lo que ustedes llaman Hakuda ("Golpes Puros") y Zanjutsu.— el rubio nombro sus facultades con calma, siendo consciente de los ojos asombrados de la niña.
Pero no sabes Kidou.— dijo la niña con seguridad.
…No, no se Kidou.— el rubio negó con la cabeza, provocando que la niña lo mirara confundido.
¿Entonces como aprendiste Shunpo?— pregunto la pequeña sin entender.
…Conocí a alguien que me mostro como hacerlo.— dijo el rubio con un aire ausente.
Los dos volvieron a estar en silencio con esas palabras, sin decir ninguna palabra, el rubio mirando el cielo y la niña mirándolo a él.
Puedes...—la niña dudo un poco, solo para reanudar su confianza— ¿Puedes enseñarme cosas de Shinigami?
Mocosa…ni siquiera quiero hacer de guía y esperas que te enseñe cosas.— el rubio mostro una sonrisa divertida mientras que miraba el cielo, provocando que la pequeña chasqueara la lengua.
¿Por qué no quieres guiarme y enseñarme?— pregunto la niña mientras que apoyaba sus manos en sus mejillas y miraba al rubio.
Porque no quiero.— afirmo el rubio divertido.
Vamos…hazlo.— la niña unió sus manos y miro al rubio con esperanza— Por favor.— suplico con sus ojos ligeramente húmedos y mejillas sonrojadas.
No.— dijo el rubio negando con la cabeza.
Por favor.— volvió a decir la niña con su mismo rostro y ojos.
No.— el hombre rubio también dijo lo mismo, sin importarle la apariencia de la niña porque seguía mirando el cielo.
Anda…Por favor.— dijo la niña acercándose lentamente al rubio.
…No.— gruño el hombre con una vena hinchándose en su frente
…Por favorcito.— suplico la pequeña para escuchar inmediatamente.
Sera un día frio en la Sociedad de Almas cuando sea tu guía y Sensei.— dijo el rubio con seguridad, causando que la niña suspirara dejando el acto.
Eres un cretino, ¿sabes?— la niña miro al hombre algo enojada.
¡Ja! Me han dicho cosas peores.— el hombre soltó una carcajada por escuchar el insulto de la pequeña.
Era verdad. En su antiguo hogar había escuchado muchas cosas sumamente peores que "cretino".
Como sea…debo irme.— dijo la niña levantándose y comenzando a caminar.
Y no vuelvas, mocosa.— el rubio soltó con aburrimiento, eligiendo seguir mirando las nubes.
Volveré mañana si puedo.— un suspiro escapo de la boca del rubio por escuchar esas palabras.
Haz lo que quieras.— con esas últimas palabras, la niña salió del claro en el bosque.
…
¿Sabes…? Si tanto dices que no quieres verme, podrías irte.— la niña miraba el rostro del rubio, que estaba sentado en el suelo con su espalda reposada en un árbol y sus manos haciendo de almohada.
Y perder este lugar…Jamás.— contradijo el rubio con un bufido.
¿Te gusta este lugar?— pregunto la niña curiosa, notando como el rubio asentía con la cabeza.
Llevo aquí mucho tiempo…y no lo perderé por nada. A menos que ellos vuelvan.— lo último fue dicho en un susurro ausente, uno que fue escuchado levemente por la niña.
¿Ellos?— repitió la pequeña confundida.
… ¿Sabes…? Aun no lo entiendo.— dijo el rubio con aire ausente, obteniendo la atención de la niña— Desde que nos encontramos hace un mes…has venido aquí casi todos los días.
Si.— la niña asintió con la cabeza sin negar ese hecho, sin ser consiente que el rubio cambio de tema.
¿Por qué has venido aquí cada día…?— el hombre rubio miraba los ojos azules de la niña, hasta que cambio sus ojos para mirar al cielo— ¿Por qué quieres estar aquí?
Porque tu estas aquí.— respondió la niña con calma, causando que el rubio bajara la mirada del cielo para mirar a la niña.
¿Por qué yo estoy aquí?— pregunto el rubio inclinando la cabeza, solo para negar divertido— Niña inocente.
Ya ha pasado un mes...— comento la niña con una sonrisa— Un mes desde que te conozco...
Si. ¿Y que con eso?— pregunto el rubio curioso, volviendo a recargarse en el árbol y a mirar el cielo.
Bueno...es importante.— dijo la niña encogiéndose de hombros— Un mes desde que somos amigos.
¿Amigos?— el rubio bajo sus ojos con ab aburrimiento, ocultando bien las emociones detrás de sus ojos— ¿Crees que somos amigos?
Si, lo somos.— la niña miraba al rubio con seguridad.
¿Por qué lo seriamos?— pregunto el rubio con aire ausente— Yo he dicho que no a todo lo que has pedido... ¿Y me consideras tu amigo? ¿Enserio?
Si.— respondió la niña sin dudarlo.
¿Qué son los amigos para ti?— la pregunta fue escuchada perfectamente, por lo que la niña respondió sin dudarlo.
Personas que se reúnen…hablan…comparten…forman vínculos...— respondió la pequeña mirando al rubio.
¿Dices tener vínculos conmigo?— pregunto el rubio con calma contraria a la de sus pensamientos.
Si.— la pequeña noto como un gran suspiro escapo de la boca del rubio.
Ni siquiera se tu nombre y tú no sabes el mío.— el rubio negó con la cabeza, notando como la niña sonreía.
Mi nombre es Kuchiki Byakuya.— se presentó con una sonrisa en su rostro, esperando una respuesta, solo encontrando silencio. Luego de varios segundos de silencio, la niña gruño mientras que hablaba— ¿El tuyo?
…Naruto.— se presentó con algo de aburrimiento, notando como la niña lo miraba con una gran sonrisa.
Nota del autor:
Gracias por leer.
Antes que nada pido perdón por tardar tanto en subir algo y lamento que lo que subí sea una historia nueva.
Esta es una de mis primeras ideas, la primera que me vino hace varios años.
No sé si el emparejamiento será monógamo, pero ustedes deciden ¿quieren? Pero creo que hare al emparejamiento monógamo, o escuchare sus peticiones para el emparejamiento. Si quieren emparejamiento monógamo, ya está decidido y saben quién es ella por las últimas palabras de la niña. Si quieren algo como un Harem, dejen sus sugerencias en los comentarios, personajes como Yoruichi, o incluso Fem Ichigo si quieren la cosa graciosa.
La razón de porque Naruto es un poco más apático y desinteresado se verá más adelante.
Una cosa más. Byakuya no siempre fue el mismo hombre sin emociones y apático que lo es al comienzo del Canon. Cien años antes era un niño, niña en este caso, con una personalidad similar a la de Ichigo. Era imprudente y no pensaba las cosas antes de hacerlas.
Si quieren saber las razones por las que tardo tanto, se las explico abajo. Si quieren, léanla, si no quieren, me da igual.
No saben esto pero soy un estudiante de secundaria en su último año. Yo no soy amigo de todos en el curso, tengo solo un pequeño grupo de amigos separado de todo el curso porque ellos son terribles.
Mis compañeros de curso son unos pendejos maleducados cagados en guita ("Plata para los que no sean argentinos"). Así de simple. Ellos son pendejos que se la pasan de joda en joda sin preocuparse por nada, gritando todo el día en el curso, jodiendo, molestando. Somos más de cincuenta en un salón, y solo diez al menos no gritan. Por esa razón es un poco difícil estar en la escuela.
Además, como estoy en mi último año, las cosas son difíciles, hay mucha tarea y responsabilidad y esas mierdas.
No puedo estar todo el día escribiendo aunque me gustaría.
El siguiente capítulo se llamara Flores de Cerezo. Este capítulo fue para mostrarles el Fem Byakuya y mostrar que tan cambiado esta Naruto. Es gracias a ella que Naruto recuperara su antigua personalidad.
En el siguiente capítulo se explicaran cosas como porque Naruto está en el mundo de Bleach.
