Alguna vez te has preguntado ¿qué es la magia?

Para mí era cuando, de pequeña, miraba a un mago de esos con sombrero y capa, los cuales, en pleno espectáculo, sacaban un conejo de su sombrero con un simple movimiento de su varita.

Como niña que era no podía evitar quedarme maravillada, para mí esa era magia verdadera y, ahora que he crecido no puedo evitar pensar en estos recuerdos y decirme a mi misma que estaba sumamente equivocada.

Mis padres siempre pensaron que yo era especial, aunque a estas alturas creo que ni ellos sabían cuanto. Ellos mismos podrían decir que era como cualquier niña normal, pero se quedaron cortos en este pensamiento.

Creo que fue cuando yo tenía seis años que mi mundo comenzó a cambiar. Siempre me consideré una persona con carácter fuerte; no me gustaba ver el cómo humillaban a algún niño de mi edad o más pequeño, siempre los defendía; claro que esto solo sucedía en mis visitas al parque, debido a que cerca de mi casa no hay otros niños, el único que existe es mi vecino James Potter; desde pequeños hemos sido unidos y al pasar del tiempo aún lo seguimos siendo.

Pero nadie se hubiera imaginado que una niña de seis años, que jugaba tranquila un día en el parque con su mejor amigo, haría explotar una pelota en el momento justo en el cual estaba molesta porque otro niño la había insultado.

Ese día todo cambió. James, al igual que yo, se quedó boquiabierto, pero, aún así, eso no evitó que el hiciera algún comentario para calmarme y siguiéramos jugando como si nada hubiera sucedido.

Por supuesto que esta no fue la última vez que esto sucedió, al pasar los años siempre explotaba o desaparecía algo cuando yo estaba enojada, triste feliz… en fin, era algo inevitable, por supuesto que yo sabía que era la causante de esas situaciones y mis padres no pudieron hacer otra cosa que aceptarlo y preguntarse qué más podría suceder.

A James le pasaba lo mismo que a mí, pero por alguna razón, yo sentía que él me ocultaba algo y no fue hasta mis once años que logré saber la verdad de mi vida.

Me encontraba en mi habitación escuchando música con mi reproductor de discos, el solo colocarme lo audífonos me hacía sumirse en otro mundo, el cual lograba hacerme soñar y abandonar mi realidad, sea cual sea.

Pero ese día en especial, en mi ventana, observé una lechuza con una carta. La observé con cierta extrañeza y curiosidad, al acercarme a ella me entregó la carta, para luego emprender nuevamente el vuelo.

Tenía mi nombre completo: Mercedes White. Mi reacción fue de asombro porque nunca me enviaban cartas, la diferencia de esta vez es que provenía de un lugar llamado Escuela Hogwarts de magia y hechicería. Al abrirla y leerla no pude evitar pensar que debía ser una broma, pero la visita de ese día confirmó lo que me decían en esa carta.

Luego de haber terminado de leerla tocaron a mi puerta, al abrirla estaban ante mi mis padres con una gran sonrisa y junto a ellos una señora que nunca había visto en mi vida; portaba una túnica de color verde esmeralda, en sus manos sujetaba un sombrero puntiagudo, el cual debió quitarse al momento de entrar a mi hogar, en su rostro se notaba la severidad de su mirada, pero aún así, su sonrisa era cálida y me hacía sentir confianza.

Se presentó como Minerva McGonagall, profesora de Hogwarts y la encargada en ese momento de explicarnos el por qué me habían enviado esa carta.

Para mí, su llegada marcó mi nuevo inicio, al indicarme que debía ir a Hogwarts para estudiar magia, debido a que yo era una bruja y debía prepararme para no continuar haciendo magia accidental.

Para muchos esto podría ser algo irreal, para otros; una broma, pero, para mí, fue alumbrar las dudas que consumían mi mente día tras día.

Luego de entenderlo todo y que mis padres dieran su aprobación sabiendo que era algo que me ayudaría, no quedó más que iniciar con esta nueva realidad y comprar mis utensilios, uniforme, varita y lechuza que utilizaría en mi estancia en ese lugar.

Mi alegría y asombro fue el saber que James iría también. Mi alegría era porque tendría a mi mejor amigo cerca, mi asombro fue el saber que sus padres también eran magos y que conocían cada cosa del mundo mágico, del cual poco a poco fui aprendiendo y hasta la fecha lo sigo haciendo, ya que, no todos los días puedes decirle a una hija nacida de padres muggles que es una bruja y que ahora deberá ser más curiosa para comprender este nuevo mundo.

Estos recuerdos me parecen tan lejanos, pero no puedo evitar soltar una sonrisa cuando aparecen en mi mente y es en este momento en el cual regreso a la realidad, debido a que me encuentro en el Expreso de Hogwarts, en un compartimiento vacío con mi viejo reproductor, esperando la llegada de mis amigos para poder iniciar junto a ellos nuestro sexto año en este maravilloso lugar.

Ha pasado el tiempo y a mis dieciséis años siento que aún me queda mucho que aprender. Pero en todo este tiempo he sido buena alumna, aunque esto no ha evitado que sea una bromista de primera y que siga defendiéndome cada vez que me insultan o quiera aprovecharse de mi o de alguien más.

¿Qué es la magia? ¿Aún te lo preguntas?

Acompáñame en este viaje y en mis aventuras para que juntos logremos descifrarlo.