Aquí trayendo un nuevo fic que no se si sera largo o corto... este fic es producto de un RETO XD

Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn no me pertenece, Solo el personaje de Ishiro Shizuka, Kamira le pertenece una amiga pero dejemos eso de lado y ahora si...

Disfruten del primer capitulo X3


Capítulo 1:

La chica que vivía en mentiras

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No era la primera vez que vivía algo así y tampoco creía que fuera la última.

Ese día como cualquier otro había llegado a su hogar luego de su tedioso día en la escuela donde los cursos la habían consumido casi en totalidad, esa fecha precisamente tuvo que rendir un examen de un curso que no entendía muy bien y estaba preocupada del resultado puesto que aun habiendo estudiado días anteriores no estaba segura de que lo haya hecho bien.

No pudo evitar que un sonoro suspiro saliera de sus labios al notar el rumbo que estaban tomando sus pensamientos y es que antes de querer ponerse pesimista quería alimentarse y después… después que venga lo que la vida quiera darle. Lamentablemente parecía que el mundo estaba en su contra porque cuando esperaba que su casa, refugio donde se ocultaba del mundo lo más que podía cuando no tenía que ir a estudiar, fuera su oasis de paz se encontró con una escena que hubiese preferido nunca en su existencia ver.

Ni sus peores pesadillas le mostraron tal escenario de tragedia para su corazón que en ese momento se rompía lenta y dolorosamente, se preguntaba tratando de ignorar la escena y haciendo una broma cruel hacia lo que sentía, como es que nadie había oído el crujido de algo rompiéndose.

Dentro de la sala, observo a su hermana mayor colgada del hombro de aquel de quien yo estaba enamorada desde hace un tiempo. ¿Qué se suponía que pasaba? ¿Por qué lo había besado? Se sentía traicionada de muchas maneras, la principal: su hermana conocía los sentimientos que profesaba a aquella persona. Su madre se percató de su presencia y le invito a acercarse, mecánicamente se fue acercando a ellos mientras observaba a su hermana con una cara totalmente estoica rondando a la indiferencia.

- Shii-chan no te imaginas la maravillosa noticia que nos ha traído tu hermana. – escuché decir a mi madre totalmente emocionada. - ¡Se va a casar con este amable joven! – exclamó rebosante de felicidad. - ¡Ah! Que desconsiderada soy, seguro no debes conocerle. Shizuka, él es Hanamiya Ryu. ¿No es un encanto? – sentí a mi madre dirigirse más a mi persona pero su mente se encontraba muy lejos de ese lugar. ¿Matrimonio?

- Un gusto en conocerle Hanamiya-san. – dije fingiendo una sonrisa alegre. Ojala desaparezcas. Pensó al voltearse a ver a su hermana pero sin dejar de sonreír de esa manera dulce y alegre. Que falsa se sentía en ese momento cuando lo único que quería hacer era agarrar del cabello y arrastrarla por el piso a la zorra de hermana que le había tocado. – Felicidades aneki. – le llame de esa manera respetuosa pero fría haciéndole entender mi dolor y mi rechazo hacia su persona, creí observar en sus ojos dolor por mi actitud pero eso desapareció al instante cuando Hanamiya-san le abrazo aferrando su cintura.

- Desde cuando me tratas con tanto respeto Shii-chan… vamos, solo dime onee-san. –dijo sonriendo ella. Sin duda era una descarada para sonreírme de esa manera, la detestaba tanto en ese momento.

- Aneki deberías comportarte como una chica de tu edad, ya no estas para tener una actitud tonta de niña mimada y menos ahora que te vas a casar. – solté sin querer con veneno.

Observe el gesto sorprendido de mi madre por mi horrible actitud, yo nunca era así pero por primera vez quería dejar de tratar de ser la niña perfecta de mamá. Quería dejarle en claro a mi hermana lo que sentía por ella y que jamás en lo que le restaba de vida se lo perdonaría.

- Shizuka, ¿Qué forma de hablar es esa? – me regañó madre. – Cómo puedes comportarte así en un día como este tan importante para tu hermana. – siempre era mi hermana.

- Para mí es un día cualquiera madre. – dije con frialdad borrando esa falsa sonrisa que había estado teniendo. – Que mi estúpida hermana mayor se case o no, no es mi problema. Aunque no te negare que me alegra, por fin se ira de la casa y dejara de amargarme los días a causa de su molesta presencia. – dije con rencorosa observando a los ojos a mi hermana, se veía sorprendida. Acaso creía que la iba a tratar bien luego de tal puñalada por la espalda.

- ¡Shizuka! Tu comportamiento me avergüenza. Esa es la clase de educación que te hemos dado tu padre y yo. – dijo la mujer molesta con mi actitud, bufé con fastidio haciendo que la mirada de mi madre se volviera cada vez más furiosa.

- Solo estoy diciendo la verdad.- dije lo suficiente alto para que todos me oyeran.

Mama iba a regañarme de nuevo cuando ella le hizo una seña para que no dijera nada, mi hermana se alejó de él para caminar hacia mí. En sus ojos había tristeza pero yo ignore eso, nada de lo que diría me importaría ahora.

- Shii-chan porque no hablam… - dijo estirando su mano tratando de acariciarme el cabello como tantas veces lo hacía, y era ahora que me daba cuenta que lo que trataba de hacer era disculparse de algo que hizo pero no, esta vez no sería tan idiota de perdonarle.

- No me llames de esa manera tan confianzuda. Nunca te di el derecho de llamarme de esa manera tan estúpida y nunca te lo daría. – le espete fría apartando bruscamente su mano de mí. – Solo somos hermanas porque la sangre lo dice pero si por mi fuera seria hija única. – dije con crueldad sin importarme las lágrimas que comenzaban a caer por su bello rostro. – Ahora vas a llorar, acaso necesitas de más teatro para quedar aun mas como la hija favorita de mamá y a mí como la oveja negra que hace todo mal. – susurré para que solo ella pudiera oírme. – Te odio. Nunca, escúchame bien, nunca en tu miserable vida te perdonare esto que me has hecho. – susurré. – ¡Ya cásate y lárgate de mi vida! – exclamé furiosa y, sin poder evitarlo, recibiendo una bofetada por parte de mi madre. Francamente el dolor físico no era nada con el daño emocional que la traición de mi hermana me causó.

- ¡Mejor vete a tu habitación Shizuka! – dijo su madre tratando de controlarse. Para no quedar peor ante nuestro invitado.

- No te preocupes madre, me iré. – dije fría antes de irme con paso calmado a mi habitación sin voltear en ningún momento.

Ese día se marcó como el inicio de una serie de eventos que desencadenarían el destino inevitable que le tocaría vivir a la joven en un futuro.

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No había asistido a la boda de su hermana. No tenía nada que hacer allí de todas formas. Todo ese día había escuchado los regaños de su madre hasta que se tuvo que marchar a la ceremonia. También, oyó las peticiones de su hermana de ir ese día que para ella era tan importante. ¡Vete a molestar a otro con tu drama! Le grité molesta para que dejara de fastidiar mi tarde libre de escuela.

Le llegaban constantes mensajes de algunos amigos de colegio preguntándole como no había ido a la ceremonia, otros le decían que era una desconsiderada y una mala hermana. ¡Al diablo con todos! No hablen como si supieran algo.

Había estado llorando desde hace unos minutos al leer los mensajes, ¿Qué no la conocían ni un poco para creer que su comportamiento tenía una razón? Allí se dio cuenta que ninguno de ellos era su amigo en realidad, estaba sola.

Nuevamente oí el timbre del celular que avisaba que había llegado un mensaje. No supe porque lo leí si ya suponía que había escrito en el, más no fue así.

¿Ha paso algo Shii-chan? ¿Te encuentras bien?

¿Sucedió algo con tu hermana? ¿Qué hizo ella esta vez?

Atte. Kamira

Mis ojos se anegaron en lágrimas al leer ese mensaje, por fin alguien que preguntaba por mí y no me juzgaba.

Lo peor era que venía de esa idiota. Una idiota que desde hace tiempo no veía porque se tuvo que mudar a otra ciudad.

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Desde el día de la ceremonia madre se había vuelto mucho más fría de lo que ya era conmigo. Supongo que no haber ido a lo de su hermana le hizo decepcionarse aún más, si se podía, de mí.

- Ya regrese a casa. – dije cuándo entre a la casa, no recibí respuesta alguna pero ya era costumbre.

Camine hacia la cocina y allí sentaba frente a la mesa viendo unos papeles se encontraba mi madre, era más que obvio que estaba ignorando intencionalmente mi presencia en la casa.

- Hola, mamá. – le salude tratando de sonreír al menos un poco en esta terrible tensión que se comenzaba a formar entre nosotras. Espere un momento pero nada, todo era silencio hacia mí. Comencé a voltear lista para irme a mi habitación a terminar unos trabajos cuando le oí antes de que saliera de la cocina.

- Tu hermana vendrá a vivir aquí. – le escuche decir a la perfección. No pude evitar molestarme con esa noticia pero me guarde eso para que mi madre no estuviera aun mas ajena conmigo.

- Que bueno… - susurré tratando de ocultar mi fastidio pero al parecer lo notó mas no me esperaba lo que diría a continuación.

- Creo que ya es hora de que te independices Shizuka. – soltó sin ninguna emoción su progenitora.

- ¿Q-Qué...

- A tu edad ya es algo común, no lo crees. Además con tu hermana viviendo aquí junto con su esposo no creo que haya espacio para todos. – dijo como si no fuera nada.

- Si es así, ¿Por qué no son ellos los que se buscan otro lugar donde vivir? – dije controlándome de no gritar.

- No son ellos los que sobran aquí. – susurró más la oí a la perfección. Lagrimas silenciosas que sin darme cuenta habían amenazado con caer desde que comencé a oír hablar a madre emprendieron una traicionera caída por mi rostro, la garganta me dolió y no podía hablar debido al nudo que sentía.

Siempre primero mi hermana, luego mama y, si se acuerdan de que soy de la familia, por último… yo.

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Había comenzado a empacar mis cosas después de la conversación con mi madre, entre lágrimas guardaba lo más importante en una caja que llevaría conmigo a donde sea que iría.

Odiaba todo. A su hermana, a su madre, a sus falsos amigos, los odiaba. También odiaba la vida que le tocó y como esta le arrebato lo más importante que tenía, a su amado padre.

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Su hermana había llegado una semana después, había estado tratando de buscar un lugar donde quedarme y un trabajo para poder pagar el alquiler de este pero no había tenido suerte.

Escuchaba voces de la planta baja, al parecer madre estaba hablando de lo más feliz con su única hija y su yerno de cómo había sido su luna de miel. Su hermana de seguro estaría contándole maravillada de su viaje a Okinawa y como se bañó en las esmeraldinas aguas de sus playas o como observo el atardecer al lado de Hanamiya-san en el balcón de su hotel.

Ya deseaba poder irse de allí a su nuevo hogar el cual deseaba encontrar pronto, aunque con su hermana viviendo aquí y no en otro lugar lo mejor sería cambiar de ciudad para evitar toda probabilidad de verla por la calle.

¿Otra ciudad? Pensó Shizuka nuevamente y se le ocurrió algo descabellado que la sacaría de ese infierno. Con desesperación se lanzó sobre su mochila y hurgó dentro de esta tratando de encontrar su celular, cuando le halló buscó el número de la que al parecer era su única amiga en el mundo.

Marcó con rapidez y escuché impaciente el timbre del celular pero al primer intento no contestó Kamira. Decidí volverlo a intentar, confiaba en que esta vez sí contestaría.

Contesta ya… por favor… contesta…

Entonces aquel molesto timbre dejo de sonar y le oí nuevamente después de tantos meses.

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¿Shizuka?

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Los primeros capítulos de este nuevo fic serán el arco introductorio de la historia para conocer un poco mejor a los nuevos personajes :D

Y creo que eso es todo por esta vez... :D

Gracias por acosarme a que siga escribiendo :3

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Esta demostrado que dejar un review no mata y hace que la autora tenga mejores ideas

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bye by