Capítulo 1
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Flores
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¿A todas las chicas les encanta las flores, no es así?
A Whitney les había fascinado cuando le regaló un ramo como disculpa por no haberla acompañado al concierto. Aunque su relación no duró mucho, podría decir que aquel tiempo sumada a otras pasadas experiencias, le enseñaron los mejores métodos para conquistar el corazón de cualquier chica. Entonces:
¿Por qué sentía que Pepper era complicada?
Llevaban casi dos años siendo amigos. Conversaba con él y Rodhey, salía ya sea con ambos o uno de ellos, hasta era parte del denominado, por ella misma, Equipo Iron Man. Pepper podría poner a prueba su paciencia la gran mayoría de las veces, pero igual era una de las mejores personas que Tony había conocido. Aquella determinación y entusiasmo que descargaba en lo que debía hacer, sacar información o incluso mentir— aunque no talentosamente — para cubrir a Iron Man y Máquina de Guerra. Todo, absolutamente todo de Pepper, era especial para él, y provocaba que sintiera una gran admiración por su amiga.
Hasta que un día dejó solo de ser admiración, y ese sentimiento que no era posible describir con palabras empezó a crecer.
Y en una de sus luchas contra El Mandarín, aceptó que realmente se había enamorado de ella.
Rodhey por supuesto se río ante la confesión de Tony, comentando que ya era hora. Inclusive le hizo un recordatorio, literalmente, de todas las muecas y caras que ponía cuando Pepper se quedaba horas hablando sobre lo fantástico que Gene era, o de las veces que les había dicho que saldría con Happy. Tony se defendió diciendo que estaba acostumbrado a tenerla en el grupo de los tres, lo que provocó una revirada de ojos por parte de su amigo y compañero de pelea.
Horas después, admitió que quería declarársele, sintiéndose listo para una nueva relación. Junto a Rodhey, iniciaron a planear la escena "perfecta", pero Tony objetó alegando que era muy común las ideas, y que preferiría algo totalmente diferente.
— ¿Y si haces una cadena? — aconsejó Rodhey. Los dos estaban en la Armería discutiendo el plan, aprovechando que Pepper estaba ocupada con otros asuntos.
— ¿Cadena? — inquirió dudoso.
— Sí. Verás, empieza con algo simple y dale sorpresas, la irás conquistando, hasta que el final, donde te arrodillas como todo un caballero y le dices tus sentimientos. ¿Entiendes?
— Emm…creo que comprendí lo suficiente, pero ¿por dónde empiezo?
— Bien, solo por esta te ayudaré. Tu cerebro ingenioso debería ya saber o al menos construir algo. — se burló. — Vamos con las...flores, ¿qué te parece?
— Pues…
Era así como había llegado a la situación en la que estaba metido. Decidió levantarse temprano y comprar él mismo las flores, pensando en cual le podría gustar a Pepper (sabía tantas cosas de ella, pero no la más fáciles; ningún escenario lo ameritaba). En una de las esquinas cerca del Ayuntamiento, encontró un pequeño puesto con varios tipos: Violetas, Margaritas, Rosas, etc. Indeciso, preguntó por sugerencias, a lo que muy amablemente el florista accedió a explicarle cada una. Con un conocimiento avanzado, finalmente supo cual escoger, contento por su logro.
Pepper solo hallaba divertidas las mañanas cuando significaba pasar con sus dos amigos, escapar de clases y salvar el mundo de villanos locos. Fuera de eso, ir a la escuela solo era una pérdida de tiempo si ibas a prepararte para ser agente de S.H.I.E.L.D. En especial hoy, jueves, los días que más abominaba debido a la acumulación de las materias más aburridas y complicadas. Todavía era temprano en la Academia del Mañana, y ni Tony ni Rodhey estaban a la vista. Happy seguramente se hallaba molestando, y no tenía ganas de hablar con él.
Decepcionada de no tener compañía, hizo su paso hasta su casillero. Antes de que pudiera poner la combinación, una voz la distrajo.
— ¡Hey, Pepper! — llamó Rodhey, jadeando al parar a su lado. El chico cargaba una sonrisa en su rostro, confundiendo a Pepper.
— Hola, Rodhey. — saludó. Al ver que su expresión no cambiaba, se atrevió a preguntar. — ¿Estás bien? Tu sonrisa me asusta.
Rodhey parpadeó.
— Oh, ¿yo?, sí, estoy bien.
— ¿Entonces por qué la sonrisa?
— ¡Oye!, ¿acaso es ilegal estar feliz? — dijo cruzando los brazos.
Pepper retrocedió un poco, de repente poniéndose nerviosa.
— No… no, no es eso. Es que, bueno, es jueves, día de clases. Las peores, y tú llegas como si no te importara.
El chico quedó estático, tanto así que Pepper no sabía si debía tomar su pulso.
— ¿Jueves? — preguntó, voz aguda.
La pelirroja asintió.
— ¡No puede ser! ¡Creí que ya era viernes! — exclamó, tomándose la cabeza con ambas manos. Echó un vistazo hacia el reloj y la puerta. — Nos vemos luego, Pep, debo ir a recoger mi tarea a casa.
Sin siquiera esperar una respuesta, Rodhey corrió hacia la salida y desapareció al rato. Pepper soltó una risa que había mantenido contenida, sacudiendo la cabeza de un lado a otro por lo despistado de su amigo. Abrió el locker en unos segundos, y se dispuso a sacar el material necesario del día cuando vio una flor encima de sus cosas. Suavemente, evitando dañarla, la agarró y la inspeccionó, leyendo la pequeña tarjeta que estaba adherida al tallo.
Guardó la flor de nuevo, cerró su casillero e inició su rumbo al aula, una sonrisa plasmada en su rostro con pecas.
De ahora en adelante, los lirios serían su flor favorita.
Continuará...
Pues... bueno, no tengo ni la menor idea de qué decir. Llevo pensada esta historia durante aproximadamente 3 años, pero siempre se me pasaba la escribirla o no tenía las ganas, hasta que finalmente lo hice. Es un fic corto, y las fechas de publicación de cada capítulo ya están planificadas.
De antemano, lamento si los personajes están un tanto OOC. No he visto la serie hace tiempo y recién me puse a recapitular hace unos días, pero el colegio no me ha dado tiempo.
Espero que les haya gustado este capítulo y dejen sus reviews (acepto críticas y tomatazos)
Dark
