Bienvenidos, aquí Zinni (antes Silvermist) reportando corregida y aumentada con un fanfic random de Dissidia, antes que nada, gracias por seguirme y apoyarme.ADVERTENCIA: Situaciones random, posible OoC, humor barato, situaciones sin sentido o lógica, y otras cosas muy raras (?.
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Terapia.
Capítulo 1: El doctor Cid y una nueva noticia.
El día era maravilloso, el sol brillaba alto y esplendoroso en aquella extraña tierra de guerra; sin embargo, algo incomodaba a los guerreros del caos y la armonía, pues tenían una importante reunión con objetivos desconocidos en un paraje lejano; por si acaso, sus líderes y dioses les dieron la orden de mantener la paz si sus caminos llegaban a cruzarse.
—¿Ya llegamos?— preguntó un hastiado Zidane en medio de la peregrinación.
—No, chico mono, por enésima vez, nos falta medio camino porque Laguna se cree GPS y tiró el mapa— respondió Cloud monótono y con cierto toque de enojo, claramente cansado de soportar a sus compañeros.
—Creo que deberíamos detenernos, señor L. estoy cansada y al parecer Terra y la señorita Ramza también lo están— pidió Yuna amablemente.
Todos detuvieron la marcha en seco, esperando lo peor para la dulce invocadora; Terra cerró los ojos instintivamente; mientras que Onion iniciaba una especie de cuenta regresiva catastrófica, como si alguien fuera a lanzar un hechizo Ultima; los demás tomaron refugio entre piedras o arbustos; incluso Lightning lucía algo perturbada.
—Yo no soy ninguna señorita— Dijo Ramza entre risas nerviosas, tratando de contenerse, rodeado por un aura negra.
Yuna enrojeció al instante, dándose cuenta de su grave error.
—Lo lamento de verdad, señor Ramza; es que sus botas, su túnica, el peinado y la cara no le favorecen. Quizá deba cambiar su imagen con ayuda de Lord Cecil, él tiene un par de armaduras muy buenas y...—
Yuna frenó su discurso al ver que Tifa le hacía señas para que parara antes de que Ramza estallara en ira.
—Lo lamento mucho, señor Ramza, no volverá a pasar— finalizó a secas llena de miedo.
Pasada la confusión, reanudaron la marcha en silencio sepulcral, acompañados sólo del ruido que producían los zapatos en el accidentado terreno. Caminaron largos tramos sin encontrar el dichoso sitio de la reunión, no tardaron en darse cuenta que sólo andaban en círculos.
—Creo que estamos perdidos, chicos—
Todos miraron severamente a Laguna, quien sólo atinó a rascarse la cabeza con nerviosismo.
—¡Llevamos horas andando en círculos, a este paso llegaremos mañana!— exclamó Lightning abalanzándose sobre el periodista, con clara intención de degollarlo.
—Descuiden, he dejado un camino de piñones de árbol para volver al punto dónde tiramos el mapa— sonrío Tifa triunfantemente.
—¿Te refieres a estas cosas?- preguntó Bartz señalando un pequeño bolso lleno de lo que parecía una nueva especie de piñones. —los recogí porque huelen bien y tienen aspecto curioso—
Tifa se abofeteó mentalmente, con Klauser a lado, ningún plan a lo Hansel y Gretel podía funcionar.
—Yo dirigiré esta expedición— decretó Squall cansado y enfadado.
Inmediatamente después, todos pararon con el pánico colectivo y comenzaron a seguir al nuevo líder, formados en silencio al más puro estilo militar. No pasó mucho tiempo cuando al fin habían encontrado aquel edificio en medio de la nada.
Mostrándose más relajados, entraron al lugar para apresurar las cosas. El sitio lucía en verdad extraño, como una especie de clínica, con paredes blancas, información de salud, monografías de la anatomía de muchas criaturas, información didáctica en las paredes y más.
—Espero que sea una sala de descanso para beber té— pidió Terra con cara soñadora.
Los demás especularon en murmullos, deseando que esa sorpresa fuera desde un buffet, hasta una sala llena de tecnología.
Cuando al fin pudieron hallar la gran sala, abrieron la puerta, todos cruzando los dedos pidiendo que sus deseos fueran una hermosa realidad. Lamentablemente, la expectativa no estaba ni cerca de la verdad, la tan esperada sorpresa era simplemente una amplia sala con sillas, bocadillos y un hombre de bata blanca.
—Vaya, vaya. Los niños buenos tardaron mucho en llegar— mencionó Kuja indiferente mientras comía un bocadillo.
Zidane simplemente le ignoró y corrió a llenarse la boca de golosinas.
El hombre de bata carraspeo un poco para llamar la atención de los guerreros, cosa que no funcionó, pues cada uno estaba ocupado en si mismo o en sus pleitos con el bando contrario.
—¡¿Quieren poner 3 segundos de atención!?— gritó el hombre exasperado.
Todos pararon en seco, y se sentaron con cierto miedo al hombre autoritarista.
—Mi nombre es Cid, y seré su terapeuta a petición de sus deidades. Estoy aquí para ayudarlos con sus problemas y para hacer de ustedes seres plenos; siempre que necesiten consejo o ayuda en un problema, pueden contar conmigo— explicó amablemente a los guerreros —Ahora comencemos por presentarse, sólo digan su nombre, un hobby, y algo que les haya pasado hoy, empecemos por ti, la chica rubia de túnica azul— finalizó sonriente.
Ramza se levantó furioso.
—¡Qué no soy una chica!— gritó fuertemente —Me llamo Ramza Beoulve y soy más varonil que todos ustedes— terminó hiperventilándose, mientras blandía su espada de modo amenazante y miraba de un lado a otro.
—Ok muchacho, tranquilo— pidió el doctor Cid claramente asustado. —Sólo sigan presentándose, yo haré unas anotaciones en mi libreta— indicó tembloroso.
Yuna se levantó de su lugar lentamente mirando al suelo
-Soy Yuna, me gusta cantar y hoy casí me aniquila el señor Ramza por equivocarme respecto a él—
El doctor Cid se limitó a anotar.
Bartz dió un salto enérgico y con su rostro más optimista, procedió a presentarse.
—Soy Bartz Klauser, me gustan los chocobos y viajar por el mundo; hoy recogí unas cosas raras que parecían piñones de árbol, le pregunté a Squally y dijo que eran frutas, unos linkys o algo así, sabían como a la soda que le robamos a Lightning el otro día; también animé a mi colega Zidane—
—¿Qué robaron mi que, gusano rastrero?— exclamó Lightning saltando sobre él para someterlo.
—No es mi culpa, fue idea de Squally— Respondió el trotamundos sin perder la cordura a pesar del sable en su cuello.
Lightning giró la cabeza lentamente, con expresión asesina.
—Tú— dijo a secas.
Cid asimiló la última frase dicha por Klauser, y algo en él hizo conexión; estaba ahí para ayudar a esos muchachos y si el tal Zidane necesitaba ánimos, su obligación era hallar la causa y la solución.
—Bartz, muchacho, has dicho que diste ánimos a Zidane, ¿puedo saber el porque?— preguntó inquisitivo ignorando el pleito entre la mujer pelirosa y el colegial.
—Sí bueno, eso es algo que mi rubio amigo puede responder mejor—
El doctor asintió con la cabeza.
—Muy bien, Zidane, un paso y al frente, por favor—
El joven con cola de mono obedeció al pie de la letra, de un modo cómico, casi militar.
—Señor, sí señor. Mi nombre es Zidane Tribal, soy actor, y lo de esta mañana es muy doloroso para recordar—
Cid le miró extrañado, no sólo por el raro comportamiento del chico mono, debía indagar más respecto a la situación.
—¿Qué pasó esta mañana, Zidane?—
—Fuí rechazado por Terra— respondió triste.
—Por motivos como este, me arrepiento de no haberte usado como comida de dragón cuando tuve oportunidad— mencionó Kuja desdeñoso.
—Calla, tú sólo eres un narcisista que reniega de nuestra especie— replicó Zidane mostrando la lengua cual niño pequeño.
—Al menos yo no vivo sufriendo el rechazo de una muñequita ajena—
—¡Auch!—exclamaron todos los demás.
Zidane rompió en llanto, lanzándose a los pies de Terra.
—¿Porqué, porqué, porqué? Oh mi dulce medio esper, yo te amo de verdad; ¿Porqué insistes en rechazar mi amor?—
—Este, Zidane—
—¿Es por mi cola? de ser así puedo ocultarla o cortarla—
—No, Zidane, yo—
— ¿Acaso esa cebolla humana ya se robó tu corazón. Sólo dime que hay de malo en mí, mujer, ¡sólo dímelo!;
pero ¡dímelo por favor!—
—Zidane, disculpa en verdad, pero... estás ensuciando mis medias— dijo al fin la peliverde.
El resto de los guerreros estalló en risa histérica, ignorando al preocupado doctor Cid.
—Jajajajajaja ¡monito patético! acepta que soy superior a ti en todo sentido. Es más, apuesto a que yo puedo tener a esa avecilla sin alas en la palma de mi mano cuando lo desee—Dijo el platinado humillando más a Zidane.
—Calla, no hables así de Terra, desteñido renegado—
—¿O qué?— preguntó el narcisista en todo retador.
—O probarás el acero de mis dagas— respondió el rubio en postura de batalla.
El peliplateado no necesitaba más invitación que esa para darle su merecido al arrogante monito rubio.
corrieron rápidamente el uno hacia el otro, desatando una feroz batalla todos vs todos.
Él doctor quedó atónito, no podía ser que esos guerreros fueran tan espontáneamente violentos, realmente tanto luchar les nublaba el juicio. Por un momento, pensó en retirarse y dedicar su tiempo a algo más tranquilo, pero fue firme en su idea de ayudar.
—¡Suficiente!— gritó, cosa que fue efectiva para calmar el pleito —todos quietos ahora, guarden las armas, paren la magia y regresen sus invocaciones por dónde vinieron—
Todos obedecieron en silencio, muy a pesar de las heridas, parecían tener una cara colectiva de perrito regañado.
—Pueden retirarse, igual debo reportar esto a sus respectivas deidades; Zidane y Kuja deben acudir pasado mañana sin falta a una consulta especial; sus compañeros expertos en magia blanca los sanarán. ¿Entendido?—
Todos asintieron con la cabeza baja, y se retiraron ordenadamente, sintiendo un odio visceral hacia el hombre y los 2 dioses.
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Yay, terminé, siguiente capítulo: Fortaleciendo Lazos.
