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POR AYUDAR A UN GENIO
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"El problema"
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POV Neji
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Todo resultó un fracaso y no había forma, al menos en mi cabeza de probarme a mi mismo que Naruto era el hombre indicado para Hinata-sama y por consiguiente razón lo que el Clan Hyuga requería en un heredero. Si he de ser sincero, yo sabía desde hacia ya bastante tiempo sobre los sentimientos que Hinata-sama guardaba por el cabeza hueca de Naruto, pero también tenía conocimiento de que ese tonto estaba perdidamente enamorado de Haruno, por lo que los sentimientos de Hinata-sama no eran en absoluto correspondidos por él.
Y por otra parte me había enterado por boca de Tenten que Lee, Kiba y Shino se habían propuesto meter sus narices en donde obviamente no les importa, para conseguir que Naruto se enamore de Hinata-sama. Aunque si me lo pensaba bien, después de todo, ese plan no resultaba ser tan malo después de todo porque si ellos conseguían que Naruto se diera cuenta de la magnífica y hermosa persona que es la futura Heredera del Clan Hyuga ya no me preocuparía demasiado el asunto de que Hinata-sama sufriera por no ser correspondida de una forma romántica. Sin embargo, algo dentro de mí, muy en lo profundo de mi corazón sabía que tarde o temprano esto ocurriría, ayudaran o no los chicos a esta buena causa… pero, como yo sabía que esto más tarde que temprano sería una contundente realidad, lo que me preocupaba no era para nada que en estos momentos Naruto correspondiera los sentimientos de Hinata-sama, ¡sino la forma en que lo haría!
Y sucedió entonces que durante los días que siguieron a Noche Buena se organizaron una serie de juegos para competir en parejas y así continuar con las fiestas hasta concluir el año viejo. Fue entonces que estando reunidos todos los participantes se hubo de acordar las parejas que participarían y como era de esperarse, tanto Lee como Naruto pelearon por ser la pareja de Sakura, la cual para librarse de ambos alegó que se quedaría únicamente como observadora ¡Tonto e insensible Naruto! Como sea, viendo la horrible y dolorosa situación en la que frente a mis ojos Hinata-sama se ofreció a ser la pareja de Naruto para que el pudiera participar, me vi forzado a protegerla del posible mal trato que Naruto le proferiría durante el juego, así que obligue a Naruto a ser mi pareja por muy ambiguo y bizarro que todo ese extraño ofrecimiento pareciera. Pensé que de esta forma sería más fácil para mi evaluar las cualidades románticas de Naruto y así juzgar más objetivamente si era adecuado para Hinata-sama, me dije en ese momento que, si después de los juegos todo resultaba bien, muy a mi pesar dejaría de interponerme tan agresivamente entre Naruto y Hinata-sama para que esa relación pudiera avanzar, claro, no porque Naruto cubriera mis expectativas durante el juego le dejaría el camino libre así como así. Yo seguiría supervisando cada movimiento y avance que pudiera tener con Hinata-sama, porque aunque consiguiera mi consentimiento aun le faltaría demasiado para cumplir con todos los requerimientos que se necesitan para convertirse en el compañero de la líder del Clan Hyuga, pero al menos superando esta primera prueba impuesta por mí, tendría ya en la mano un porcentaje a favor que representaría una primera y muy fructífera inversión a futuro.
"¡Yo seré tu pareja Naruto!", con estas vergonzosas palabras determiné el fin de la discusión, y tanto la cara de él como la del resto de participantes y organizadores fue de total asombro y mas tarde de burla hacia ambos, pero empero en que esa degradante acción era necesaria. ¡Aunque todos me vieran raro y pensaran cosas extrañas en sus retorcidas cabezas, mi deber es velar por el bienestar de Hinata-sama, y si el ridículo es el precio que tengo que pagar para que ella este a salvo, he de hacerlo!... E hice bien, porque no estaba equivocado al exponerme de esa patética forma, de yo haber permitido que Hinata-sama fuera la pareja de Naruto durante el partido de bádminton, luego moliendo y preparando el arroz y mas tarde alimentando a tu pareja… ¡Hinata-sama habría terminado insultada, con las manos quebradas e hinchadas y con restos de comida en su nariz y cabello!¡Y obviamente con el corazón destrozado en muchas y muy pequeñas partes, completamente decepcionada y humillada!¡Ese Naruto no sólo es un tonto, es un completo bruto, insensible, sin formas sutiles para tratar a una delicada doncella!¡Ser un buen chico no es suficiente para ser un buen esposo! ¡Torpeee Naruto!, ¿En qué estaba pensando cuando creí ingenuamente que por ser fuerte y un buen tipo tendría oportunidad de contar con mi aprobación para convertirse en el hombre ideal de Hinata-sama?... Una mujer brusca y desconsiderada estaría mejor para él, alguien como Sakura, no una dulce, amable y delicada mujer como Hinata-sama. ¡¿Por qué Naruto no puede simplemente ser atento y romántico con Hinata-sama?! No quiero que ella sufra por la falta de atención y cuidado por parte de su esposo. No quiero ver que se repita la misma triste historia de Hikari-sama, no deseo tampoco que otro hombre le sea impuesto a Hinata-sama por algún estúpido convenio entre jerarquías internas o entre clanes, no quisiera ver una unión de ese tipo, no sin existir de por medio sentimientos de amor y confianza.
No quiero verla llorar y permanecer en soledad, atada a un hombre que ella no ame. Sé y sabía en ese momento que Naruto era el indicado, pero lo viera por el ángulo que fuera, él no tenía oportunidad contra Hiashi-sama, por mucho amor que Naruto le profesara a su sucesora, no sería suficiente si no contaba con una posición privilegiada… pero, en esos momentos en los que me encontraba caminando sin rumbo alguno deseaba profundamente ayudar a Naruto, ayudarlo a convertirse en ese hombre perfecto ataviado de nombramientos y un alto prestigio que solicitaba el protocolo de pretendientes en el Clan Hyuga. Y también me atormentaba internamente la forma en que yo podría ayudar a Naruto a convertirse en un hombre que ante todo procure y proteja a su mujer, y era esto sin duda lo primero en que yo debía comenzar a trabajar, antes que los títulos y que el avance hacia una relación romántica, yo debía garantizar que Naruto se comportara a la altura de Hinata-sama una vez que se volvieran pareja. Representaba un riesgo terrible exponerme a que Naruto hiriera sus sentimientos al no corresponderlos de la forma adecuada, por eso mientras yo no encontrara una estrategia que me garantizara que Naruto estuviera listo para dar un paso tan grande, me seguiría interponiendo, no les dejaría estar a solas, ni le permitiría estar muy cerca de Hinata-sama, yo seguiría ahí protegiéndola y protegiendo el lugar de Naruto ante Hiashi-sama, tal y como lo he hecho hasta ahora, no le permitiría a ese hombre robarle la felicidad a su hija como hizo en su momento Hideki-sama con Hikari-sama, mi tía.
De alguna forma, si Naruto consiguiera convertirse en el esposo de Hinata-sama también le debería lealtad y mi deber sería también protegerlo a él, por eso es que en las esporádicas y secas conversaciones en las que Hiashi-sama me permitía hablar o comentar algo, yo no dudaba, ni dudo en elogiar los logros y avances de Naruto. Mi tío sigue siendo un hombre muy cerrado y frío y que haya accedido a entrenarme no cambió su trato hacia mi persona, lo que me hace creer con más firmeza las palabras de Hinata-sama acerca de que entrenarme no sea precisamente y únicamente para seguir mejorando mis técnicas, sino para mantenerme al margen recordándome cual es mi lugar dentro del Clan. A veces me resulta difícil creer las tristes deducciones de Hinata-sama con respecto a su padre y miembros del Consejo de Ancianos respecto a mí. Ella suele decir que mi actitud indiferente a ciertos comentarios o acciones dentro y fuera del Clan por parte de las personas no precisamente se debe a mi falta de interés sino a que soy muy inocente y no me doy cuenta de las verdaderas intenciones con que vienen disfrazadas. Varias veces me he reído de esta conjetura hecha por ella, porque para mí, Hinata-sama es la persona más inocente y pura que pueda existir sobre la faz de la tierra y que ella me diga eso a mí, me hace sentir realmente extraño. Nuestra relación si mejoró bastante, casi me podría arriesgar a compararla con la que manteníamos en aquellos días en los que aún vivía mi padre, cuando ambos juagábamos y reíamos mientras él nos observaba.
Y mientras caminaba recordé una ocasión en la que Hinata-sama me comentó que cuando era pequeña y recién había ingresado a la Academia, unos niños de su clase la molestaron varias veces por la peculiaridad de sus ojos diciendo que daban asco y en todas esas ocasiones fue defendida por Naruto, quien en cada contienda resultó perdedor al ser uno contra varios. En ese momento, al escuchar aquello, no pude dejar de sentirme maravillado y orgulloso del valor de ese torpe, Naruto antes no era fuerte y si es posible era más tonto y bruto, pero el hecho de proteger a mi prima de niños abusivos es algo por lo que agradeceré eternamente y estoy en deuda con él porque debí ser yo quien la protegiera en esos momentos y que por el odio que albergaba contra ella en aquellos días no lo hice, ni siquiera me di cuenta. A mí también me molestaban los niños en los primeros años de la Academia y muchas veces fui golpeado por los mayores debido a mi aspecto, fue difícil volverme más fuerte para ponerle fin a todos los abusos que recibí en esos años en la Academia y dentro de mi Clan. Pero por muy doloroso que eso fuera, sabiendo además que a nadie le importaba si me hacían daño o si tenia muchas ganas de llorar y sentirme protegido por alguien, yo era un niño que se convertiría en hombre y ceder a esa clase de debilidades estaba mal visto por el Clan, para ganarme el respeto de ellos o por lo menos poderles hacer frente debía aprender a ser fuerte y protegerme yo sólo. Yo podía soportarlo, pero Hinata-sama no debió haber pasado jamás por esos crueles momentos, gracias a la Diosa Luna por haber estado Naruto a su lado cuando yo la hube abandonado.
"Si ese fuera el caso, yo me esforzaría por domesticar a mi hombre y así conseguir la aceptación de mi padre, no me daría por vencida" – las palabras de Ayame resonaron con fuerza dentro de mi cabeza. ¿Cómo se puede amaestrar a un hombre? Sé que Hinata-sama jamás se daría por vencida ante mí, ni ante nadie si ha de defender su amor por Naruto. Pero en esos momentos yo no estaba convencido de que Naruto fuera capaz de hacer feliz a Hinata-sama, hasta donde yo sabía, él no había tenido ninguna experiencia romántica, lo cual era bueno en cierta forma, pero también era malo porque eso quería decir que definitivamente no contaba con absolutamente ni un poco de experiencia. Y aunque quisiera ayudarle… yo tampoco tenía experiencia, sólo contaba con el conocimiento de los buenos sentimientos que Hinata-sama le profesaba, pero de eso a asesorarle en cómo debía proceder con ella de una forma romántica que implicara contacto que no fuera meramente fraterno como el que existía entre ella y yo, era algo completamente distinto. ¿De qué forma podría domesticar a Naruto sin revelarle la razón por la que lo haría? ¿Cómo podría enseñarle a comportarse con una mujer de alta sociedad sin tener yo experiencia? ¿Y si consiguiera una forma de amaestrarlo, como haría para que el accediera sin una explicación que expusiera los sentimientos de Hinata-sama o que me obligara a utilizar la fuerza? Suspire varias veces sin percatarme del mal tiempo y el frío que comenzaba a intensificarse.
Había caminado por varias horas pensando en todas estas cosas, hasta que cansado y con una horrible migraña me senté en una de las bancas que se encontraba frente a la pequeña laguna del parque al que había llegado. Dejé escapar otro suspiro y perdí la mirada en el invernal cielo que se reflejaba en el agua dándome por vencido al menos por ese día. Me di cuenta que atardecía, sin embargo me quedaría un poco más de tiempo, de todas formas, no era como si tuviera grandes deseos de regresar temprano al complejo Hyuga, en donde todos, salvo Hinata-sama me seguían juzgando a mis espaldas y donde secretamente me observaban todo el tiempo los Ancianos del Consejo y algunos ANBU, todos bajo ordenes de Hiashi-sama, en esos momentos lo único que deseaba era sentirme libre y dueño de mi privacidad.
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Continuara
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