¿SUEÑO O PESADILLA?
- ¡Joder, Malfoy!- ladré al chocarme contra esa serpiente que podría quizás considerarse persona- Mira por donde vas. No creo que estés despistado por todas las cosas que tienes en la cabeza, porque deben de ser más bien pocas por no decir nulas- reí mi propio chiste y a continuación me agaché a recoger mi libro de pociones.
Al alzar la mirada, mientras Malfoy se colocaba la mochila, no pude hacer otra cosa que fijarme en su… en su… No, no me había fijado en nada, me auto convencí y aparté mi mirada hacia el suelo. Tarde.
- Potter… ¿Estabas haciendo lo que creo que estabas haciendo?- dijo divertido, pero no iba a consentir que siguiera por ese camino, ¿o si?
- ¿Y qué estaba haciendo? ¿Recoger las cosas que TÚ me has tirado?
- Eh… No exactamente… No es lo que me ha parecido cuando me has mirado…
-Yo no te miro, Malfoy, prefiero no tener sobresaltos a estas horas de la mañana- dije cortante.
- ¿Te ha gustado o qué…?- insistió.
- ¿Qué si me ha gustado qué?- dije mirándole a la cara de nuevo.
Sus ojos azules intensificaban su color mientras se clavaban en los míos. Su mirada tenía un tono de maldad que jamás había visto en él. ¿En qué estaría pensando? Seguro que se había dado cuenta, no había duda que lo había notado. ¡Si es que me he quedado embobado mirándosela! ¡Mierda!
- ¿Sinceramente?- dije siguiéndole el juego. El sonrió esperando una respuesta- Parece poca cosa…
- ¡Ja! Poca cosa…- contestó indignado- No te pases ni un pelo Potter…- me puso contra la pared y me sujetó del cuello- No vas a conseguir nada de mí.
- ¿Y por qué querría nada tuyo?- cada vez le crispaban más mis comentarios. Le miré de arriba abajo y clavé de nuevo mi mirada en la suya. Sonreí como él solía hacerlo para ponerme nervioso. Funcionó. Ya estaba atacado de los nervios.- ¿Qué te pasa Malfoy? ¿Tienes miedo?
- ¿De ti? Nunca- había algo nuevo entre ellos, una atracción… Podía cortarse la tensión con un cuchillo.
Sin darse cuenta se acercaba hacia mí, y yo, sin querer reconocerlo, lo deseaba cada vez más. ¿Qué nos estaba pasando?
Sus labios casi rozaban los míos, pero ¿estaba seguro de lo que hacía? Ya lo creo, pensé mientras volvía a mirarle. La camisa se le ajustaba al pecho y marcaba cada uno de sus músculos, mientras que los pantalones estaban tan ajustados que parecía que fueran a reventar en cualquier momento… Y a mí no me importaría lo más mínimo.
Me arrastró hasta un pasadizo oculto tras un cuadro desde el cual nos miraba un viejo mago asombrado con los ojos como platos.
- Querías jugar, ¿no?- me dijo al oído. Asentí.
Me arrancó la camisa, sin dejar cosido ni un mísero botón.
Me besó… Merlín… Fue tan raro y tan… placentero…
No, no, no. ¿Qué se suponía que estaba haciendo? ¡Era MALFOY!
Abrí los ojos y le aparté con una mano, alejándole de mí.
- Para- dije secamente…
De repente el pasillo y su cara comenzaron a dar vueltas y a desvanecerse mareándome y empecé a caer…
Abrí los ojos. Estaba tumbado en la cama. Gracias a dios todo había sido un sueño, o una pesadilla, no estaba seguro.
Me volteé.
- ¡MALFOY!
El Slytherin estaba en la cama conmigo, completamente desnudo y destapado, con la sábana por los tobillos y mirándome con esa sonrisa de lado adornando su cara. Se veía tan… Me froté los ojos y volví a mirar. Seguía ahí.
- ¿Ahora que me dices, Potter? ¿Te ha parecido poca cosa?
