Él y yo somos amigos, él está casado y yo acabo de comprometerme aunque no precisamente porque lo quisiera, justo hoy se me hizo el conocer a su esposa después de tanto tiempo sin habernos visto.
En cuanto la vi bajar por los escalones quede encantado. Con una hermosa cabellera rubia y rizada, como si fueran tiras de oro que brincan de un lado a otro, sus grandes ojos esmeraldas me hicieron temblar cuando me miro y sus labios rosados me hicieron una invitación enorme a degustarlos, invitación que me gustaría aceptar.
-Terrence, ella es Candice, mi esposa- No solo estreche su mano, también bese el dorso de esta. Miro mis ojos y yo los de ella, vi el deseo, vi la pasión, vi la dulzura contenidos en ellos. Me sonrió y quede completamente apresado por el sabor de su piel.
-Mucho gusto- Logro articular con una voz melodiosa que al instante me hechizo
-El gusto es mío- Sonreí de medio lado esperando que comenzara a caer en mis redes.
-Es mi amigo desde el colegio, estos días se hospedara con nosotros, espero no te molestes por no haberlo consultado antes, fue algo de verdad repentino-
-No te preocupes William, para mí no será ningún problema que el Sr. Grandchester se quede con nosotros- ¿Acaso mis ojos habían distinguido bien? ¿Se había sonrojado?
-Muchas gracias por su aceptación Señora, pero agradecería que me llamara Terrence-
-Si es así, llámeme Candy por favor- Asentí gustoso
-Bueno, ya que las presentaciones están hechas- Menciono Albert -¿Por qué no le muestras su habitación? Yo tengo que ir al pueblo a aclarar algunos asuntos-
-Por supuesto, yo le mostrare la casa- La tomo de la cintura y le beso la mejilla, me sentí celoso.
-Nos veremos después amigo- Estrecho mi mano y salió.
-Sígame- Alzo la falda de su delicado vestido azul y comenzó a subir las escaleras con un porte que no había visto jamás. Y entonces empezó a hablar, sobre la decoración, sobre la servidumbre, sobre las caballerizas, del rio que estaba cerca, de los cuadros, de la comida, pero realmente había dejado de escucharle, solo podía ver sus labios articulando.
-¿Me está escuchando?- Me saco del hipnotizante ritmo de su boca.
-Oh, perdóneme por favor, es que… su belleza me ha distraído- Se sonrojo levemente otra vez y bajo la mirada a pesar de que solo había dicho la verdad
-Le preguntaba ¿Qué le gustaría de cenar?-
-A usted- Hable repentinamente sin haberlo pensado, su cara fue de sorpresa total –A usted ¿Qué le gustaría?- Termine de decir y el color volvió a su rostro, me reí internamente de ello.
-Bueno, intentare sorprenderlo- Sonrió, parecía aun apenada- Esta es su habitación, me imagino que debe estar cansado después del largo viaje que ha emprendido, no lo molestare más-
-Usted nunca será una molestia- Afirme haciendo una pequeña reverencia
Estaba por retirarse cuando pareció tropezar, justo a tiempo la tome en mis brazos y la acerque a mi cuerpo, entonces me di cuenta que ese era su lugar, entre mis brazos, encajaba perfectamente su cabeza en mi pecho y mis brazos a su alrededor.
-Gr-gra-gracias- Tartamudeo alejándose un poco
-Vaya con cuidado- Entre a la recamara arrastrando entonces la maleta, la verdad no tenia palabras… sentí que… que me había enamorado.
Notas:
¡Buen día! Este es un nuevo proyecto que tengo en mente, me gustaría saber si les gustan ¿Qué opinan? Los capítulos serian breves aclaro de una vez. Y no, no voy a dejar de actualizar en Juegos del Destino, solo que aun me falta hacer algunas correcciones, hoy por la noche llegara el capitulo siguiente narrado desde la perspectiva de Archie, espérenlo porque descubrirán muchas cosas nuevas. Espero que les guste de verdad y si no es así háganmelo saber. ¡Gracias! ¡Nos seguimos leyendo!
Jennifer Hernández
