Me siento tan Hipster...escribiendo de un personaje cuyo nombre aun no aparece dentro de la lista de personajes(?) de KuroBasu ;w; (?) :okno: Uh...en sí me gustaría aclarar dos cosas:
Una: éste Fic fue escrito a base de aburrimiento...aunque ver la Lluvia era en parte medio entretenido ewe;
Dos: ya que Haizaki apenas tiene alrededor de dos capítulos y medio de aparición dudo haber entendido bien su personalidad, así que es MUCHO OCC, pero de lo poco que leí eso fue lo que entendí c:
Al principio lo dejaré como un One-Shot, pero de desear saber qué más podría ocurrir acá ya bien un Haizaki x Kuroko completo favor de mandar mensaje o decir, entonces sabré que hacer c; aunque en sí ya sé que le sigue, sólo que dudo que tenga mucha demanda(?) por tratarse de Haizaki xD
¿A nadie le gusta las Crack-Pairings? ;-; Con solamente DOS FanArts que vi de ésta pareja, me enamoré~...y tuve que escribir esto, aparte! xD
Disfruten~
P.D. Titulo sin sentido, mientras escribia esto me encontraba escuchando esa canción x'DD
Disclaimer: Koroko no Basket NO es de Nuestra Propiedad; la imagen que se utlizó como portada tampoco nos pertenece, todo crédito hacia sus respectivos dueños c:
Advertencia: Posible OCC y ociosidad~
Basado (en parte) durante la plática que la Generación de los Milagros sostiene en su segundo año dentro de la cafeteria, según el comienzo del Capítulo 171~
~God is Wearing Black~
Había días en los que Haizaki Shougo, no importando las veces en que hiciera algo que realmente frustraría a cualquiera, el joven de celeste mirada jamás parecía molesto; o en sí, podía incluso jurar que ese sentimiento no existía dentro de su monótono diccionario que lleva cómo vida. Al final, no era la persona a quién molestaba la que resultaba frustrada, sino él—la persona que ocasionaba la amonestación resultaba siendo el amonestado.
Vaya burla.
Pasando su mano por sobre sus rebeldes y grisáceos cabellos observó de reojo al joven quién con la misma paz y tranquilidad existente en el mundo seguía consumiendo su almuerzo del día: su famosa malteada de vainilla y uno que otro pedazo restante de Sushi de Huevo; realmente ya no podía esperar a que los demás miembros del equipo dieran su aparición ya que de esa forma, tendría un menú más extenso del cual poder comer.
-Cuanto tardan, joder.- dijo con cierto aire de molestia, dejando su cabeza caer contra la mesa usando sus brazos cómo almohada. Su acompañante le dedicó una corta y rápida mirada, regresando a terminar de mascar el pedazo de Sushi que tenía en boca.
Una vez tragando lo que restaba, aclaró su garganta, diciendo: -No sabía que odiaras el Sushi de huevo.- dijo suave, acomodando sus palillos a un costado de su plato ahora posando completamente su atención en su compañero.
Haizaki tan sólo soltó un arrogante bufido. –No hagas que me repita, Tetsuya.
Entendiendo sus palabras el chico guardó silencio, mirando por sobre su hombro la entrada de la gran cafetería de Teikou, percatándose de que Aomine y Midorima ya se encontraban haciendo su camino hacia dónde ellos dos se encontraban. Regresando nuevamente su atención a su compañero de mesa, al instante logró darse cuenta de que esa misma sonrisa burlona se encontraba más que pintada en sus labios; y el brillo que tan bien conocía en sus ojos cuando estaba por causar problemas no le sorprendió en lo absoluto.
Volviendo a tomar sus palillos en manos se dispuso a continuar su merienda, el sonido de una silla ser continuamente arrastrada sonando muy cerca de dónde se encontraba: tanto Aomine como Midorima ya se encontraban haciéndoles compañía, ambos jóvenes sentados frente a ellos dos.
-¿Qué diablos?- se encontró diciendo Aomine un tanto frustrado, percatándose de que no había pasado ya ni un minuto desde que tomó asiento cuando una de sus croquetas favoritas ya estaba desaparecida.
Levantando la mirada molesto se encontró con un Haizaki sonriente que se encontraba lamiendo la punta de sus dedos, ignorante de lo que pudiera estar ocurriendo a sus alrededores.
-¡Maldita sea, Haizaki!- creando cierta distancia entre su charola y el joven, Aomine continuó: -¡Si tienes hambre compra tu propia comida, maldición!
Habiendo esperando ese tipo de reacción Haizaki tan sólo soltó una corta risa, volviendo a reincorporarse en su lugar mientras sin prestarle en mucho de atención con una mano tomaba el último trozo de Sushi de Huevo que restaba en el plato de Kuroko…para el colmo del moreno.
-No seas tan amargado, Daiki.- mordió parte del pedazo de Sushi, lamiendo la punta de sus dedos en el proceso. –Si tanto te molesta que coma de tu comida, ¿por qué mejor no irse a sentar a otro lado, hm?
Midorima, siendo también una de las tantas personas que les desagradaba completamente el carácter del joven sabía perfectamente que su mayor pasatiempo era el joderle la vida al moreno, y hasta el momento Haizaki se encontraba haciendo un gran trabajo: uno debía de estar ciego para no darse cuenta de que Aomine se encontraba ahora apretando los dientes haciendo su mayor esfuerzo por no ocasionar una gran conmoción dentro de la cafetería, o por ende también no queriendo recurrir a un acto violento que al final le atraería problemas.
Inhalando un poco de aire, suspiró.
Tomando una de sus croquetas entre sus palillos sin decir nada la mordió, dejando su mejilla caer contra su mano mientras que en pose aflojerada comía su almuerzo, su mirada un tanto entrecerrada observando la gracia del bastardo. Una vez terminando de mascar su croqueta usó la punta de sus palillos para apuntar a Haizaki, sus cejas más que fruncidas. –Heh, ya quisieras. Jamás dejaría a Tetsu comer solo contigo.- respondió, dejando a los segundos su brazo caer.
-Son demasiado molestos.
Una de las voces que no había dicho nada hasta ese momento les llamó la atención, tanto Aomine como Haizaki posando su atención en el joven peli-verde que con cierta molestia se encontraba acomodando sus lentes por sobre el puente de su nariz, sus verdosos ojos mirándoles con clara irritación.
-No es bueno pluralizar las cosas, Shintarou.- comentó de forma acusadora, soltando después un fuerte gruñido ante la misma mirada que seguía sin cambiar.
-Odio admitirlo, pero es la primera vez que concuerdo con ese bastardo.- mofó el moreno, regresando su atención a su comida. –es desagradable la idea de ser comparado con alguien como él.
La respuesta que el moreno había dado, curiosamente, le había atraído gracia. No pudiendo evitar el reír soltó una fuerte carcajada, llamando la atención de alguno que otro estudiante que yacía, como ellos, dentro de la cafetería. Una vez calmada su risa dejó su espalda caer contra el respaldo de la silla, cruzando sus brazos frente a su pecho mirando con aire de mofa al joven que se encontraba sentado frente a él.
-No seas así, Daiki.- en ese momento, la ironía y la burla eran más que obvias en su tonalidad de voz. -¿No se supone que me adoras? Después de todo, somos compañeros de equipo.- apenas y terminó de articular esas palabras cuando se encontró riendo por sí sólo, atrayendo varios comentarios negativos por parte de Midorima quién por un momento deseó estar dentro de la biblioteca lejos de ese dúo.
-El día en que te llegue a adorar, Haizaki, será el día en que—
Pero antes de que Aomine pudiera terminar de articular su oración el fuerte sonido de una silla recorrerse le silenció, sus ojos ahora posados sobre ese peli-celeste quién se encontraba de pie sosteniendo la charola con basura y residuos.
Kuroko se había instantáneamente dado cuenta de las miradas curiosas de sus compañeros, encogiéndose un poco de hombros. –Recibí una llamada de Akashi-kun,- intentó explicarse; los presentes se habían sorprendido un poco, jamás habiendo escuchado a Kuroko responder la llamada o en primer lugar percatándose de que éste había siquiera dicho algo –es sobre el nuevo miembro de la primera división.
La explicación era corta, pero habían perfectamente entendido a lo que Kuroko quería llegar con esas palabras; además del hecho que, tras tratarse del capitán quién le hizo la llamada, quizá tenía que ver con otras cosas importantes.
Kuroko ya sin decir nada o sin dedicarle alguna última mirada a sus compañeros desapareció entre la masa de estudiantes que aun había dentro del lugar; se había marchado, para desgracia de Haizaki.
-Demonios.- masculló entre dientes.
-¿Hah?- balbuceó Aomine, tomando nuevamente en posesión un nuevo trozo de croqueta. -¿Molesto porque sabes que al final perderás tu puesto?- se estaba burlando; eso era algo más que obvio, la sonrisa que tenía embozada ayudando a enfatizar sus palabras.
Haizaki, prefiriendo ignorar las palabras del moreno volteó a ver a Midorima. -¿Sabes algo al respecto, Shintarou?
El recién mencionado volvió a acomodar sus lentes, sus ojos ocultándose detrás del brillo que sus gafas habían creado tras chocar contra la luz. –No creo que importe, ¿o lo hace?
-¡No jodas!- dijo en molestia, dejando su mejilla caer contra su mano. A pesar de que todas sus expresiones corporales pareciesen relajadas, las facciones en su rostro mostraban todo lo contrario: el brillo amenazador que deslumbraba en sus ojos no era algo que se podía fácilmente pasar por alto, pero al mismo tiempo era algo que fácilmente se podía ignorar. Después de todo, estaban hablando de la persona que tanto odiaban.
-Kise Ryouta.- dijo al final, volviendo a obtener toda su atención. –Con tan sólo un mes dentro del Club logró llegar a la primera división; eso es todo lo que hay por saber.
Haizaki guardó silencio ante sus palabras.
El nombre que con tanta facilidad Midorima había pronunciado tenía algo que simplemente le desagradaba. A pesar de que tampoco conocía personalmente esa persona, también había con anterioridad escuchado ese nombre, empeorando en sí toda la situación. El nuevo estudiante de segundo grado que había destacado en sus habilidades dentro del soccer, joven modelo que llamaba la atención dentro de toda la comunidad femenina; todo lo que le describía atraía a su lado malo.
Chasqueando su lengua, se reincorporó sobre su asiento.
-Kise Ryouta.- la forma venenosa en que había pronunciado su nombre llamó tanto la atención de Aomine como Midorima, ambos dejando a medias el bocado que iban a tomar para posar toda su atención en el chico de grisácea cabellera. Éste se encontraba sonriendo; sonrisa que Aomine creyó haber visto únicamente cuando éste se encontraba destrozando a sus adversarios dentro de la cancha.
Sonrisa la cual incluso podía compararse a la de Akashi Seijuurou cuando éste tenía en mente un nuevo e interesante juego.
-Tengo el gran presentimiento de que no nos llevaremos bien...
…sobre todo cuando éste se encontraba teniendo la atención de Tetsuya…
Y ahí terminó~
Cómo dije en la Nota de Autor de arriba~. Si les agrada la idea de un Segundo-Shot favor de decir y lo publicaré, igual lo iré escribiendo de antemano c:
Gracias a las personas que les dio por leer esto~, las notas en sí ya terminaron xD
Si me faltó por aclarar algo les agradecería que me pusieran al tanto de ello...mientras tanto, me retiro c:
Greetings~!
-BALLAD OF SINNERS-
-CAELUM-
