Disclaimers: mmmm… no los personajes principales de aquí no son míos, perteneces a la gran Naoko Takeuchi, pero bueno, uno que otro si es de mi imaginación; y bueno ya saben nada de lo aquí vertido es real solo es producto de mi demencialidad, cualquier parecido con la realidad, espero sea lo bueno, porque si es lo malo… pobres de ustedes, pero si es lo bueno, mis felicitaciones y mi más sincera envidia.
Mmmm, ¿Qué más?... ah sí, este fic será algo largo, fuera del universo Sailor Moon, solo se toman a los personajes para la versión propia del surgimiento de una relación HxM, hemmm…., si va a haber Lemon, solo que no tan inmediato y aun no sé que tan especifico =(… les agradecería me tuvieran un poquitín de paciencia, es mi primer fic aquí publicado, y por lo general como estoy un pelín acostumbrada a escribir en formato de guion, se me van las cosas, ya saben se me da más eso de la estructura que la narrativa, en si más los visual en transiciones, Fade In, Fade Out, wipes, escaletear…. Cosas así.
Bueno la cosa funciona así, soy algo descriptiva, (por lo mismo del guionismo) pero aquí trato de evitarlo lo más posible, para solo serlo lo necesario (por que en verdad no creo que quieran leer "subió su mano izquierda, con el brazo estirado en posición escuadra, a la altura del ojo izquierdo que se encontraba cerrado y empezó a tallarlo" ya que en esos aspectos la descripción es más técnica que narrativa realmente), si me falta si me sobra les agradecería sus Reviews, je, y pues, ah, sí, los tres primeros capítulos serán algo así como introductorios, al respecto de los personajes que luego se desenvolverán más, y de las locaciones y cosas así; bueno aquí va:
LOS TENOH
— ¡Qué acaso creías que esto era real?
Era una habitación muy grande, quizá demasiado, pero, bueno, era un estudio después de todo, un gran estudio con ventanales majestuosos de metros de altura, por un lado, un piano cerca de ellos y por otro solo una pared al fondo repleta de libros, eso era todo y nada más, un sitio tan vacío y tan enorme, casi sin más ciclópeo, que al estar inmerso en él permitía saborear lo que era realmente la soledad; uno de los ventanales estaba abierto y gracias a la luna se podía percibir una silueta recargada fatigosamente sobre el balcón, era la silueta de un joven alto y delgado quien no hacía otra cosa más que mirar fijamente hacia el horizonte mientras la alborada florecía lentamente despidiendo a la noche que se iba para permitir nacer a un nuevo día.
La silueta era acariciada por el viento del amanecer que en sus rayos permitía jugar en destellos con una mezcla de matices áureos sobre la piel de quien ahora en sus rasgos se revelaba apenas un dejo de su condición femenina, que a pesar de sutil se mostraba sin lugar a dudas cautivadora. La brisa jugaba entre sus mechones rubios, rebeldes y traviesos en una danza casi hipnótica; sin embargo, había algo en su mirada que contrastaba con la tibieza de los destellos del alba que la acariciaban. En esa mirada había una mezcla de sentimientos, todos ellos de enérgica fortaleza; tristeza, odio, frustración, dolor, agonía, soledad, apatía; la conjunción de todos ellos no hacía más que exponer en esos ojos la frialdad que seguramente estaba viviendo en su corazón.
Fue un largo tiempo en el que la joven se mantuvo impávida en su posición fija al horizonte como una estatua que ornaba aquel balcón, el día había despedido a la noche por completo, seguramente hubiera permanecido así siglos enteros inmersa en sus pensamientos si no se hubiera visto interrumpida por alguien.
— Señorito, su padre lo está buscando, desea tomar sus desayunos con usted.
— Ah sí, gracias… — La joven despabiló de a poco sus pensamientos — ... por cierto Saji, ya te he dicho mil y un veces que no me llames "Señorito"… se oye algo… ah, olvídalo — al decir esto la mirada de la joven cambio, no radicalmente pero notoriamente la gelidez en ella había disminuido.
Saji, el mayordomo, era un hombre maduro, de unos 40 años, cabellera castaña y porte firme, sin embargo, el alborozo en su mirada hacía que su imagen luciera mucho más joven, y a pesar de mantener siempre un porte serio, había una alegría que de él irradiaba, para sí y para todos a su alrededor.
— Al respecto de no llegar a conclusiones, me permitiré llamarte "Señorito" cuantas veces se me antoje — burló el hombre.
— Contigo simplemente no se puede Saji — decía mientras salían del estudio — haces estas cosas solo para molestarme y para colmo, vaya que logras tu objetivo.
— Bueno, está bien jovencito o como desees ser llamado, apresúrate, porque a pesar de que al parecer te levantaste temprano, no te ves nada presentable, menos para ser hoy tu primer día de clases.
— Je, es que quería ver como amanecía, y solo llámame por mi nombre, mira es fácil, HA—RU—KA a ver repite después de mí, HA—RU—KA, es fácil, vamos hazlo — respondió con alegría.
— Ja, aun no tienes la convicción suficiente como para que yo deje la etiqueta que merece mi cargo al permitirme llamarte por tu nombre, agradece que en ausencia de tus padres te trato con mayor familiaridad al tutearte; el día que te llame de tal manera, preocúpate.
— ¿Por qué?— entrando a su habitación.
— Porque eso significaría que estarías metido realmente en un muy grave problema.
— Ah yo pensé que por que te habrían despedido y ya no tendrías cargo ni etiqueta, jajajaja — decía esto con gracia mientras entraba al baño y Saji iba tras ella.
— Llevo 20 años al servicio de tu familia, y dudo mucho que eso suceda en 20 años más.
— Saji, no es por correrte, verdad pero pues, sabes…15 años es edad suficiente como para poder bañarme a solas — afirmó un poco avergonzada, los colores subían a sus mejillas.
— Mmmmmmm, está bien, no me convences del todo, pero está bien, iré donde tus padres a avisarle que bajaras a acompañarlos, no tardes, y tállate bien esas orejas.
— Sí, sí, sí, ya vete, vamos ya, ya apresúrate…
La Familia Tenoh, los padres de Haruka, eran una familia fructífera en diversos y grandes negocios, tan variados como solo los de ellos y todos ellos de un enorme éxito. Se decía que todo aquello que era tocado por Kenjiro Tenoh se volvía oro casi de inmediato; era por ello que todo mundo quería hacer tratos con él, pero no cualquiera podía lograrlo, ya que ganarse su confianza no era una cosa nada fácil, pocos son los privilegiados de lograrla y uno de ellos es sin lugar a dudas Saji Kamura.
Saji tenía tan solo 20 años cuando inicio su trabajo con la estirpe Tenoh y de eso ya hace 20 años; 20 años en los que se ha ganado, con su arduo trabajo y diversas cosas más que han demostrado su lealtad a ellos, un lugar muy allegado a los Tenoh, incluso como un miembro más de la familia, teniendo responsabilidades de muy alto grado como hacerse cargo prácticamente de todo el orden administrativo de la Mansión Tenoh, así como de velar por completo por Haruka, hija única de su cuna. Los padres de Haruka, quienes no pueden estar siempre a su lado debido a lo extenuante de sus trabajos, le permiten a Saji la total libertad de su educación, pues prácticamente desde su nacimiento ha estado al orden de su crianza, para él Haruka no es solo su trabajo, es su orgullo.
En la estancia…
Haruka iba bajando las escaleras, arreglada con el pantalón y camisa del uniforme de su escuela, el respetable Instituto Mugen, cuando de pronto escucho la euforia estrepitosa proveniente de su padre, un hombre joven de apenas 33 años, que exceptuando por los ojos, y el corte de cabello era una réplica madura de lo que Haruka era.
— ¿Dónde está el orgullo de este hogar? — volteando a las escaleras — ah, pero si allí estas, ven que quiero abrazarte — acercándose y tomándola entre sus brazos — mírate, que grande jovencito y guapo como solo él y obviamente yo, claro esta — con toda pose de modestia posible — ¿Nervios por hoy?
— ¡PAPA! — zafándose del abrazo bastante apenada — en serio hay días en que me avergüenzas… — acomodándose la camisa, entrecerrando su ojos y dirigiéndole una mirada a modo de reproche a su padre.
— ¿Por qué? — respondió fingiendo incomprensión.
Haruka solo se agacho visiblemente sonrojada sobándose sus brazos pues le dolían del tremendo apretón que le había impuesto su padre.
De pronto atrás de ella se escuchó la voz de su madre, una hermosa mujer de larga cabellera castaña y hermosos ojos esmeralda, que bajaba las escaleras.
— Kenji, deja a Haru en paz, la pobrecita debe de estar muy nerviosa, después de todo no es un primer día de clases cualquiera — la señora bajo aún más hasta estar al lado de Haruka — buenos días preciosidad — al decir esto tomo el rostro de Haruka entre sus manos acercándolo para darle un beso en la mejilla.
— Buenos días madre —
— Debes estar bastante nerviosa como para llamarme madre en lugar de mamá.
— Perdón mamá, es que, bueno… sí, algo… — dijo Haruka tallando su nuca con una mano.
— Me disculparas que yo no pueda ser como tu padre y tratarte como un jovencito, lo lamento pero tú siempre serás mi pequeña, y lo sabes…
— Pero ¿yo que hago? — en tono de ofendido — a mi niña le gusta que la traten como niño, yo que puedo hacer como su padre más que cumplirle sus caprichos.
— No hay problema mamá, lo sé, además ya es bastante con lo que hacen de permitirme todas mis locuras…
— Mientras sigas respondiendo adecuadamente, como sé que lo harás, sabes que no tendrás ninguna queja de nuestra parte.
— Si los señores me lo permiten, el comedor está dispuesto a la orden para el desayuno — interrumpió Saji entrando a la estancia y haciendo un pequeño ademan en dirección al comedor.
— Pues vamos adelante, que son pocas las veces que puedo gozar de una mañana así con mi familia, así que a disfrutarla — dijo el señor Tenoh, acercándose un poco a Haruka y pasando de pronto su brazo por encima del hombro de esta — además hay algo muy importante que tengo que decirte, así que vamos.
Las reuniones entre la familia Tenoh, no son lo que se podría decir, frecuentes, pero en ellas sin lugar a dudas siempre se manifestaba un cariño tan inmenso y sincero, que borraba cualquier problema que fuera de ese instante pudiese existir.
El Señor Kenjiro Tenoh, tenía que viajar constantemente para atender sus negocios y estar al pendiente de aquellos nuevos que pudiesen surgir; su esposa Mahino Tenoh, a sus 31 años una de las mujeres más bellas en todo Japón; además de ser su socia, es su Agente Administrativa y Relacionista Público, por lo que siempre le acompaña y está a su lado.
Haruka comprendía muy bien las obligaciones de sus padres al ser los pilares de un legado tan formidable como lo era el de su familia, y a pesar de anhelar inmensamente una mayor convivencia con ellos jamás se quejaba pues sabía que en esos instantes que los tenía a su lado siempre serian memorables; además de que en ningún momento se desentendían de ella, y cuando los necesitaba ellos eran capaces de dejar todo, mover mar y tierra solo para estar a su lado, nunca le habían fallado en ningún momento importante de su vida, como lo era ese día.
En el comedor, terminando de desayunar…
— Bien papá ¿qué es eso tan importante que tienes que decirme?
— Haruka, yo sé que hoy es un día muy importante para ti y quiero que sepas que tu madre y yo hemos estado y tengo la certeza que estaremos muy orgullosos de ti, siempre — dijo el Señor Tenoh, remarcando con firmeza esta última palabra.
Haruka se sonrojo un poco al momento que su madre escuchando lo que decía su padre la tomó de la mano.
— Sabes que jamás se te ha negado nada y cuanto ha sido posible se te ha dado, que no es poco, y sé que a cambio de eso te has esforzado para estar a la altura siempre, no solo eres el estudiante más destacado del mejor Instituto en todo Japón, si no que siempre has sido un grandioso hijo, que ha representado con orgullo el apellido Tenoh.
— Papa, basta, me vas a sonrojar— Haruka ya visiblemente sonrojada.
— Es verdad hijo, me siento con mucho orgullo saber que hoy ingresas a tu educación media, no solo como el mejor de tu clase, si no como el mejor de entre todos, y sin ser aun siquiera alumno oficial de ese nivel, seas tú el orador oficial que dé el discurso de bienvenida a todas las generaciones entrantes.
— Es un gran logro Haru — participo la madre.
— Esto me demuestra que realmente eres la persona ideal para seguir con el legado Tenoh. — dijo con gran orgullo — el próximo año cumplirás 16, y creo que será el momento idóneo para que frente a todos te nombre mi heredero universal.
Haruka se encontraba realmente sorprendida con las palabras de su padre, no daba crédito alguno a lo que sus oídos escuchaban, sentía todo tan irreal que su cuerpo se llenó de nerviosismo.
— Así que espero que ahora que inicias este nivel, pues, lo tomes con la seriedad que se merece — continuó su padre — ya que espero que tarde o temprano, el imperio este a tu cargo, y quiero que estés preparado para manejarlo.
Haruka sentía que un gran peso se agolpaba de pronto sobre su pecho y solo atinaba a ver a su padre con ojos desorbitados.
—No te pido que dejes tus diversiones de lado, ni nada; no pido que entregues tu vida a ello — dijo su padre tratando de aligerar el peso que sentía estaba colocando sobre los hombros de su pequeña — también tienes que vivir tu juventud y gozarla mientras te sea posible, solo te pido que te dediques un poco a ello y demuestres como siempre merecer la confianza que en ti depositamos.
Saji al observar el rostro de Haruka en el que s leía entre sorpresa y desconcierto, sabía perfectamente que los nervios estaban invadiendo su cuerpo entero más de lo que de por sí ya se habían albergado en ella con el solo hecho de la responsabilidad que para hoy tenía y ahora recibir de pronto esta noticia no la auxiliaba en nada. Era comprensible en su totalidad la decisión del Señor Tenoh, pero, sin lugar a dudas no había sido el momento idóneo para informarlo, o al menos era así como él lo veía; la presión sobre Haruka invadía totalmente su ser, hubiese sido preferible conocer la decisión de sus padres al finalizar el día como premio a su labor, pero ahora, ahora lo único que había logrado era que la unión de nervios carcomieran la psique de la joven rubia.
— Si los señores me lo permiten, la limousine no tardará en llegar y sería conveniente que el joven terminase de arreglarse para tan importante acontecimiento puesto que el tiempo apremia — Fue lo único que atino a decir Saji para poder romper la densidad del momento que estaba asfixiando a Haruka.
— Saji tiene razón, será mejor que de esto hablemos más en la tarde durante tu festejo — respondió con cortesía la Madre de Haruka, ante una chica que parecía haberse desconectado de este mundo y ya no ponía atención alguna a lo que en él se vivía.
— Esta bien Hino, tienen razón, no me había percatado de la hora, je, como siempre me emocione, pero, ¿cómo no hacerlo?, Si hoy es un gran día, ¿O no hijo?...
— ¿He ?... — por fin regresó al mundo — Ah sí, papá, voy, este… mmm… a lavarme los dientes… — aún se encontraba en shock ante los designios de su padre, como pudo hallo a levantarse rápidamente y salir del comedor para terminar de arreglarse.
— ¿Crees que fue lo mejor hacerlo en este momento querido?
— Así tenia que ser — dijo el Señor Tenoh parándose de su silla para dirigirse a arreglarse también.
— ¿Señor?— dijo Saji en una forma inquisitiva observando fijamente al padre de Haruka, quien solo le dirigió una sonrisa jovial a Saji, quien al observarla no pudo exponer nada mas de sus inquietudes sorprendiéndose a sí mismo al sonreír cómplice en respuesta; era tal la confianza entre ellos que no necesitaban las palabras para darse sobre entendidos de los hechos que les rodeaban.
Haruka siempre se había caracterizado por ser de todo el orgullo de los Tenoh y su posesión más preciada; a lo largo de su vida se ha mostrado un singular prodigio para hacer todo aquello que se le es encomendado, en algunos casos con un don natural y en otros tantos con el esfuerzo que le caracteriza de poder lograr aquello que se propone.
Entre sus dones naturales se encuentran los deportes, más específicamente aquellos de índole atlética, en sus estudios académicos siempre se ha esforzado por destacarse y lo ha logrado; en los desempeños artísticos, su visión es muy pulcra en cuanto a funciones literatas y de creación narrativa, así como musicales en su interpretación al piano, aunque es muy difícil que exponga sus artes a terceros, ya que son muy propias a sus adentros, lo único que muestra a público son aquellos trabajos que por obligación académica se ve forzada a presentar.
Sin lugar a dudas por todo ello sus padres la han tomado siempre en tan alta estima, pues saben que fuera de ser su hija y ser una persona prodiga en diversos aspectos sin igual, los más valorable en ella es el hecho de que ante aquello que le presenta un reto no se rinde ni un paso atrás, si no que se esfuerza y lucha hasta superar su objetivo; es esa fortaleza y determinación ante cualquier inconveniente lo que les llena de orgullo; saber por encima de flanquear cualquier obstáculo, el poder hacer de debilidades fortalezas y de retos oportunidades; es por ello y por mucho más que les rinde de orgullo el compartir el apellido Tenoh con alguien como ella, pero, sobre cualquier cosa, formar parte de su vida y su ser.
En la estancia, nuevamente…
— Su saco, joven — Saji, extendiéndole el saco al brazo de Haruka — será mejor que se lo ponga hasta llegar al Instituto, no querrá arrugarlo.
— Gracias Saji — visiblemente nerviosa.
— Haruka, ya es hora de irnos, si no llegaremos tarde mi amor — su madre que bajaba las escaleras distraídamente acomodándose unos guantes que formaban parte de su conjunto.
— Preciosa, el chico ya lo sabe, es él quien ya está en la puerta esperándonos — contestó el padre de Haruka que esperaba a su esposa al pie de las escaleras y que en cuanto bajo la abrazo por el talle — mmmm, no sé, no me convence que vayas.
— ¿Por qué no? — dijo la mujer sorprendida pero divertida.
— Porque soy un hombre bastante celoso y sé cómo son los chicos a esa edad.
— Ya deja de estar jugando que se nos va a hacer tarde.
Haruka al observar la escena de sus padres, no hizo más que sonreír, pero, su sonrisa cambio de pronto a diferentes estados en rostro y mirada, pensamientos que se revolvían en su mente; el par de personas que tenía frente de sí, no sólo eran sus padres, eran seres dignos de elogio, quienes ha luchado toda su vida sorteando innumerables problemas para poder ser hoy quienes son y gozar de esos pequeños momentos de tranquilidad. Personas que han demostrado sobre cualquier cosa ser dignas de la admiración del mundo en su vida profesional tanto como privada, que en incontables ocasiones han tenido que enfrentarse a críticas y envidias de la gente que por pura ambición no se permiten observar lo loable de quienes son. Esa pareja que ha luchado por todo y contra todo, que nunca le han fallado, que siempre han estado ahí en los momentos difíciles; que a pesar de la distancia han sabido criarla con amor a esos momentos en familia, quienes a pesar del shock que les acarreo hace un par de años al confesarles su decisión de ser tratada como un varón, fue respetada y apoyada en todo y cuanto más, más de lo que merecía pensó.
Ellos, ellos si habían enfrentado problemas, ella, ella tenía que mostrar que podía ser digna de la confianza, el respeto y el apoyo que siempre le han dado, pero sobre todo de su amor, de ese cariño y afecto en esos momentos que jamás le ha faltado, ella respondería adecuadamente como su mamá siempre se lo pidió, después de todo, ella es una TENOH.
— Bueno o se apresuran o me voy y ustedes tendrán que tomar un taxi, porque por si no lo saben, Yo, tengo un discurso que dar — dijo imperiosamente después de salir de sus pensamientos — además, me están esperando.
Sus padres voltearon a verle exaltados al tener que interrumpir su pequeña diversión amorosa.
— Hemmmm…, este… creo que tu hijo nos acaba de regañar… — dijo el Señor Tenoh bastante sorprendido quien aún tenía entre sus brazos a su mujer.
— ¿Crees?, lo hizo… pero, ¿yo qué? Yo no he hecho nada, ¿a mi qué? tú eres el que no me suelta…— logrando con dificultad zafarse del abrazo de su marido, aun bastante divertida.
— Ah, ¿ahora es mi culpa?… — decía fingiéndose indignado colocando sus brazos cruzados.
— Si te queda el saco, puedes usarlo.
— Si los señores me lo permiten, pediré el taxi, ya que el joven, ya se fue — dijo Saji haciendo notar que Haruka ya no se encontraba en la estancia y bajaba los escalones de la entrada a la mansión.
— Ya nos dejó — dijo el Señor Tenoh con divertida sorpresa.
— Van a venir, ¿sí o no? — la rubia regresando unos cuantos escalones hasta la puerta en la que ya se encontraban sus padres y Saji.
— Ya vamos — afirmó su padre, bajando las escaleras con los hombros bajos y la cabeza gacha al lado de una Haruka que se encontraba con los brazos cruzados, quieta, observándolos pasar con una mirada castigadora.
— No cabe duda que es tu hijo — susurró Mahino a Kenjiro de una forma divertida al oído.
— Si no lo fuera, te mato… — respondiéndole de la misma forma, además de tomarla por el talle y hacerle cosquillas.
Saji junto a otros empleados que al escuchar no pudieron evitar la curiosidad de presenciar la escena veían divertidos al lado de la puerta; no era común ver a un hijo regañar a sus padres y menos aún que los padres aceptaran el regaño con la humildad que los Tenoh lo habían hecho, esto lo hacía más gracioso aún, pues parecían un par de niños descubiertos en una travesura infantil; en esos pensamientos estaba Saji cuando fue interrumpido.
— Ah y Saji, tú cargas el saco — extendiéndole el saco que momentos atrás le había entregado de la misma forma Saji.
— ¿Yo?, ¿Voy a ir? — extrañado.
— No te perdonaría si no estuvieras ahí — guiñándole el ojo y bajando las escaleras atrás de sus padres.
— Siempre atrás de usted, Señorito… — dijo apenas audiblemente, sonriendo y bajando atrás de Haruka.
— Y deja de decirme Señorito — gritó Haruka con euforia mientras llegaba con sus padres interponiéndoles en medio rodeándolos a cada uno de ellos en un abrazo sobre su espalda.
Así subieron todos sonrientes a la Limousine que esperaba para llevarlos al Instituto, mientras la servidumbre miraba con notoria alegría la escena antes de dirigirse nuevamente a sus labores. En verdad, los Tenoh eran una familia envidiable.
Una vez en la limousine, Haruka observaba divertida a su padre que no dejaba de hacer bromas con su madre sonriendo ante cualquier cosa; en ese momento recordó algo y su semblante se puso serio:
En su mente vislumbraba pensamientos de un ayer, cuando era mucho más joven, de apenas unos 11 o 12 años, con el cabello largo y lágrimas en su rostro sentada al borde de una cama al lado de su padre quien la abrazaba sobre su espalda con un brazo y con el otro secaba sus lágrimas.
— Hija, mmmm…, hijo, en la vida la presión solo puede hacer dos cosas, construir o destruir, uno es quien decide que es lo que la presión va a hacer con nuestras vidas y depende de que tan fuertes somos para soportarla o que tan débiles somos para dejar que nos destruya — Haruka dejo de llorar y observo a su padre fijamente.
— Eres tú quien decidirá qué es lo que será de ti cuando ella este frente a ti — Su padre le sonrió dócilmente y la atrajo más hacia su cuerpo abrazándola por completo.
— Y no dudo que el resultado de ese encuentro, será algo de lo que estaré muy orgulloso — se soltó del abrazo y tomo el rostro de su hija con una mano quien no hizo nada más que sonreírle plenamente y arrojarse a sus brazos ahora abrazándole ella plenamente.
De pronto olvido esos pensamientos y se concretó en el instante que estaba viviendo, en ese momento, todos los nervios que había estado sintiendo se esfumaron por completo.
— ¿Estas bien?, ¿te ves algo sería? — dijo su padre sacándola del trance.
— Hem, este, sí, claro que estoy bien papá, soy una Tenoh, ¿qué no? — sonriendo plenamente.
— Sí, sí que lo eres — tomando de la mano a su esposa y dirigiendo la mirada ah Saji compartiendo cómplice con él y su esposa una sonrisa en la que el orgullo no podía caber más, los tres sabiendo perfectamente que Haruka dejaba en ese preciso momento de ser una niña.
Ahora, la total construcción de su futuro, dependía de ella.
Y bueno, estos fueron los Tenoh, que bonita familia me cae, je, es que por lo general en la mayoría de los Fics que he leído a la pobre de Haru le tocan unos padres que pues como que no es que no la quieran si no que no la comprenden, ya sea el papá la mamá o ambos, y sentí hasta pena por ella, así que pues como que quise cambiarle un poquito… jep…
Próximo capítulo, los Kaioh … Cya XoX
