Titulo: El árbol de la muerte

Parejas: Harco y/o Drarry , entre otras.

Genero : Hurt / comfort. Aventura, Romance, Misterio.

Advertencia: slash/lemon/Rapefic No se porque me molesto en poner esto, si de todas formas las chamaquitas precoses lo van a leer. No menores de edad.

Este fic es la continuación de "Aun no me toca" Mi recomendación es leerlo antes para entender la trama..

disclaimer: La obra literaria de la cual me baso para estas historias, es de la saga Harry Potter, todos los derechos pertenecen a la autora J.K Rowling.

Los demás personajes y algún vocabulario nuevo es mío.


Prefacio

Miró el techo blanco intentando recordad como es que había llegado a ese lugar. Giró la cabeza sobre la almohada intentando deslucir en que área de San Mungo se encontraba. Reconoció, por el gran biombo blanco con pequeños dragones que estaba casi al fondo de la estancia donde solía descansar el medimago en turno, que estaba en ortopedia nuevamente. Suspiro con alivio al no haber despertado en traumatología o en heridas producidas por hechizos oscuros como era casi su costumbre. Regreso la vista al techo pensando ahora él porque estaba ahí.

Recordaba bien una redada a una vieja casona a las afueras de la ciudad. Como siempre, eran magos adolecentes en propiedad de varitas ilegales y sobre todo de origen desconocido que utilizaban esa casona para realizar encantamientos a su antojo.

Recuerda que todo estaba siendo demasiado aburrido, entraron, confrontaron a los pequeños delincuentes y cuando se disponían a salir de la casa, esta comenzó a venirse abajo. Su compañero logro desaparecerse con uno de los jóvenes, pero el otro creyó que esa era la oportunidad perfecta para escapar y se adentró en la casa. Parpadeó de nuevo para recordar más.

Sí, corrió en la dirección que el chico lo hizo esquivando cuanto trozo de madera caía, recuerda haberle dado alcance al tiempo en que…

—¿En serio, Potter?— una voz lo saco por completo del trance en el que se encontraba. Fue consiente de como su corazón comenzó a martillear contra su pecho y como un sudor frio le golpeo la frente. —auror— fue lo que alcanzo a oír de toda la frase, aun sin atreverse a girar la cabeza y caer en la cuenta de que era solamente su imaginación. Debió de haber tardado en silencio porque una mano pálida se cruzó en su campo de visión y la voz se escuchó mucho más cerca.

—¿Te encuentras bien?— los rubios cabellos brillaron a la hora en que se acercaron a él y la mano tibia le tocaba la frente. Fue consiente de un aliento chocando contra su boca y de cómo unos ojos color mercurio inspeccionaban los suyos en busca de algo. —No parece que haya algún trauma— dijo el rubio para sí. Tomó la muñeca ajena sintiendo en sus dedos el pulso acelerado del moreno.

—¡Draco!— fue lo que Harry pudo articular, pues sentía que su voz se había apagado de la impresión. Draco levanto la vista clavándola en la de él, Por unos interminables segundos ninguno dijo nada. Se recorrieron el rostro y el cuerpo adivinando los cambios que 6 años pueden hacer a una persona. Hasta que Malfoy sonrió.

—No cambias, verdad— dijo al tiempo en que se levantaba e intentaba llegar a una de las gavetas azules que se encontraba a sus espaldas. Harry se sobresaltó ante aquel movimiento que en cuanto el rubio se levantó su mano afianzo con fuerza la muñeca del otro. No sabía bien porque había hecho eso, tal vez se debiera al temor de que solo fuera una alucinación y que ese Hombre que se encontraba ante él, no fuera más que producto del trauma que sufrió por el golpe. —¡Tranquilízate!— pidió al ver como el moreno comenzaba a hiperventilar.

—¡Draco!— dijo con más firmeza afianzando el agarre importándole poco que lo estuviera lastimando, lo único que quería es que esa alucinación no se fuera, que se quedara con el más tiempo. —Draco, estas...aquí—

—¡Harry¡ ¡tranquilízate!— pidió intentando soltarse del agarre—¡vamos Harry!, respira— Draco alzo la voz al ver que las pupilas del otro se habían abierto completamente y que su respiración se había aletargado. —Respira— eso fue lo último que escucho. Una densa neblina negra empaño sus ojos y un fuerte silbido tapo sus oídos…

—¡No me venga con eso!—claramente podía escuchar la voz de Draco, pero por alguna extraña razón sus parpados le dolían a muerte. —Si no hubiera llegado a revisarlo…— la palabra quedo en el aire—

—Usted lo alteró— se escuchó una segunda voz, que claramente se percibía enfadada. Harry abrió lentamente los ojos emitiendo un quejido por la luz blanca que dio directo a sus ojos.

—¡uhmm! mi cabeza— volvió a quejarse atrayendo la atención de las personas que se encontraban en el lugar.

—¿Cómo se encuentra?— una voz gruesa y rasposa con la presencia de un hombre de no más de 50 años, con una coqueta barba de candado, le miró con interés. —¿Qué es lo último que recuerda?— preguntó al mismo tiempo en que una carpeta volaba alrededor suyo anotando lo que el medico decía.

—un dolor insoportable en la cabeza— cerró los ojos unos segundos antes de contestar— estaba hablando con Draco y de momento el dolor me surgió con mucha fuerza…—

Cuando el chequeo termino todos los médicos comenzaron a dejar la sala excepción de ese medico barbón y Draco que estaban enfrascados en una plática a susurros. Al terminar de hablar el hombre se acercó a su cama.

—Hoy se quedara aquí— le anticipó el médico, antes de que hiciera su regular berrinche—para ver cómo reacciona con los encantamientos que le hemos aplicado. ¿Algo que se le ofrezca? —

—Me gustaría hablar con Draco, bueno, con el medimago Draco— sonrió cohibido.

Giro la vista en busca de la el rubio y pudo ver claramente un brillo de satisfacción y presunción, que le hizo esbozar una pequeña sonrisa al ver que ese rubio prepotente no cambiaba ni con el correr de los años. El medico en turno frunció el cejo ante la petición, pero no tuvo más remedio que aceptar. Camino hacia la salida un poco tenso pero antes de salir por completo giro en redondo.

—No debe exaltarlo, ni debe quedarse mucho tiempo, el paciente debe descansar—

—Lo sé— sonrió Malfoy— también soy médico, y uno muy calificado, créame que se cómo tratar a un paciente—

El hombre apretó la mandíbula en una clara muestra de que esa última parte no le agrado para nada. Y salió de ahí seguido de su carpeta.

—No cambias ¿verdad? —Draco giró a verlo sonriendo con suficiencia.

—No sé a qué te refieres— respondió al tiempo en que con un movimiento de varita hacia que la venda en la cabeza del castaño fuera remplazada por otra.

—Temí que fueras una alucinación— tomó la mano de Draco cuando este se estaba cerciorando de que la venda estuviera puesta correctamente—de que lo hubiera imaginado—

Por un momento pudo ver la sorpresa reflejada en esos preciosos ojos color plata, pero de inmediato fue cambiada por una sonrisa de lado.

—siempre tan cursi como siempre, Potter— contestó Draco soltándose del agarre

Harry rio de buena gana.

—Nunca creí que extrañaría que me llamaras por mi apellido— suspiró con fuerza— realmente hasta este momento sé que lo extrañe—

—Vamos Potter, no te pongas melodramático— hizo otro pase con la varita y las mantas arroparon a Harry— será mejor que descanses que no ha sido un día muy fácil, ¿verdad? — dicho lo último dio la vuelta para retirarse. Sintió la magia rozar su mejilla al tiempo en que escuchaba como la puerta se cerraba. Rodo los ojos por millonésima vez en el día y se giró en redondo con los brazos cruzados a modo de exasperación.

—¡Tenemos que hablar!— fue lo primero que dijo Harry aun con la varita entre sus dedos, sin el menor remordimiento. Tenía que hablar con él y tenía que hacerlo ahora.

Draco se llevó la mano al puente de su nariz y tallo con cansancio, sabía que eso pasaría, pero su terquedad de querer saber cómo se encontraba el cuatro ojos fue mayor que su cansancio y ahora ahí estaban las consecuencias.

—Potter— dijo en el tono menos rudo que pudo— llevo 36 horas sin dormir y no se tú, pero yo si aprecio mi salud. Así que…— Harry lo interrumpió de nuevo.

—Que son cinco minutos más de tu tiempo— debatió Harry, Draco hizo un movimiento de enojo con la varita y miro a Potter nuevamente—si quieres puedes dormir aquí— Harry levantó las sábanas de su pequeña cama y claramente pudo ver un tic nerviosos en los ojos de Draco que le hizo sonreír.

—Buenas noches, Potter— bufó Draco haciendo otro movimiento con la varita.

—¡No!, ¡espera!— gritó Harry elevando la varita para impedir que saliera, pero el pinchazo que sintió en el cuello lo llevo rápidamente a un sueño profundo.

—Estúpido, Potter y sus estúpidas proposiciones— gruñó aún más, dando media vuelta. Deshizo el hechizo y salió de ahí, no sin antes mirar al hombre que dormía en la cama.

Harry había cambiado, ya no era el chico escuálido que vio por última vez en el ministerio, había madurado y debía admitir que le sentaba realmente bien. Cerró con delicadeza la puerta y siguió andando por el pasillo.

Habían pasado ya seis largos años desde la última vez que se vieron, desde esa última vez donde el decidió que no quería aun Harry Potter con arrepentimientos, seis años en donde muchas cosas le cambiaron la vida, seis años en donde su único propósito y meta eran regresar a Inglaterra costara lo que costara, y lo había logrado. Ahora era tiempo de terminar lo que empezó hace tanto tiempo.


Bueno estoy aqui de vuelta. espero que este fic les guste. para las que me conocen pues ya saben que me gusta jugar con el tiempo; pasado y presente o flash back . acá pasara lo mismo.

Este fic es la interacción de Harry y Draco después de seis años de no verse. habrá intrigas, pasión, mentiras, odio, profecías inconclusas que concluyen, habrá mucha mas magia. veremos que tanto han madurado nuestros personajes en este tiempo.

Espero que les guste.

Por cierto. conocen a alguien que quiera ser mi beta por favorrrr.