X Men Evolution y todo lo referente al universo marvel no me pertenece. No hago este fic con fines de lucro.

Holocausto M

x. x. x. x. x. x. X. x. x. x. x. x. x.

Sanctus Espiritus, redímenos de nuestra hora solemne
Sanctus Espiritus, la locura esta a nuestro alrededor
Sanctus Espiritus, ¿es esto lo que merecemos?
¿Podremos liberarnos de las cadenas de la interminable agonía?

(Within Temptation – Nuestra hora solemne)

x. x. x. x. x. x. X. x. x. x. x. x. x.

Capitulo I. Así inician las tragedias.

"Hoy no es mi día" – pensó Kitty, mientras dejaba su frente descansar en sus manos – sus codos apoyados en la mesa de la abarrotada cocina. Se sentía muy cansada; el insomnio la mantuvo despierta casi toda la noche y, cuando por fin consiguió dormir, lo había hecho en una posición tan incomoda que el cuello aún le dolía. Por si fuera poco, no había oído su despertador y se había quedado dormida un poco más de lo normal, así que un alegre, azul Kurt apareció al lado de su cama y comenzó a zarandearla por el hombro mientras la llamaba canturreando.

"Ohhh Kiiittyyyy, levántate o el desayuno desaparecerá"– pero ella no estaba precisamente feliz de ser despertada a jaloncitos, y menos si tenía un molesto dolor en el cuello.

"¡Kurt!, ¿por qué no mejor saltas en mi cama mientras azotas cazuelas?" – le dijo sarcástica y malhumorada mientras hacía un esfuerzo por levantar su torso apoyando sus codos en el colchón. Su cuello se quejó un poco ante esto.

"…Si insistes" – dijo él antes de teletransportarse sobre la cama y dar pequeños saltitos que la terminaron de despertar – "No tengo cazuelas, ¡pero cantaré el himno nacional!"

"¡Kurt sal de aquí!" – le gritó antes de que comenzara a cantar, para luego aventarle una almohada que cayó en el suelo sin golpear a nadie porque su bromista amigo desapareció justo a tiempo.

Ella necesito de toda su fuerza de voluntad para no volverse a dormir una vez estando sola, y, con débiles piernas, se levantó y dirigió al cuarto de baño para arreglarse. A esas alturas de la mañana seguramente sus generosos compañeros ya habrían devorado el noventa por ciento de lo que hubiera para desayunar. Y Kitty lo confirmó media hora después, cuando bajó a la cocina y encontró a la mitad del instituto – la mitad que aún estaba allí en vacaciones – terminando el desayuno y una mesa con envases y ollas casi vacíos; ya no había huevo con jamón, ni pan dulce, y… ¡genial, aun quedaba cereal!... pero no había leche ni yogurt para acompañarlo. "¡Rayos!"

Así que allí estaba; sentada a una vacía mesa, con migajas de pan y gotas de leche por aquí y por allá, lamentándose de su mala suerte mientras el estruendo de sillas arrastrándose, risas, pláticas y pisadas de algunos chicos corriendo, la rodeaba.

"Kitty" – la llamó una familiar voz y ella levantó su cabeza de sus manos para mirar a Rogue frente a ella – "Te guardé un poco de jugo, y esto" – dijo dándole una pieza de pan dulce en un plato. Kitty la observó un instante antes de sonreír agradecida. Rogue era algo callada y taciturna, pero siempre se preocupaba mucho por los demás y solía ser ella la que detectaba cuando algo "no estaba del todo bien" con alguno de sus compañeros.

Kitty tomó el plato que dos manos enguantadas le ofrecían.

"Muchas gracias, Rogue".

"Por nada. Ya sabes, debes levantarte temprano si quieres alcanzar un buen desayuno" - Rogue le sonrió suavemente antes de sentarse a la mesa, frente a ella.

"Si, es solo que no escuché mi despertador" – respondió cansinamente Kitty, antes de pellizcar un poco su pan.

Rogue asintió comprensiva.

"Bueno, es un alivio que estemos de vacaciones o no hubieras llegado a la primer clase"- . ¡Y realmente era un alivio!, porque todos en el Instituto aún estaban recuperándose de lo sucedido con Apocalipsis hacía apenas una semana. Algunos, como Jean - que había hecho un enorme esfuerzo psíquico para enfrentar al profesor jinete de Apocalipsis Xavier – se habían sentido muy agotados y durante los días siguientes a la batalla habían dormido mucho. Otros, como Scott u Ororo, que habían recibido numerosos golpes, habían tenido que ser ingresados en la enfermería de la mansión, aunque afortunadamente ninguno había sido herido de gravedad y ahora, siete días después, la mayoría estaba ya suficientemente recuperado como para retomar sus rutinas.

Aunque claro, eran vacaciones, y los chicos que se habían sentido perfectamente bien habían regresado a sus hogares para estar con sus familias antes de que el siguiente año escolar comenzara. Ese era el caso de la mayoría de los nuevos mutantes, a excepción de Jamie "Múltiple" y Tabitha "Boom Boom"; el primero no podría regresar con sus padres hasta dentro de tres días, pues ellos no estaban en el país, y Tabitha podía ir con su madre, pero había preferido quedarse en el Instituto.

"Algo me dice que su madre también prefiere eso" – se dijo Kitty al recordar lo tensa que era la relación de Tabitha con sus padres. Distraídamente, mordió un extremo del pan de nata.

En sí, el equipo original estaba en el instituto excepto por Evan, que había regresado con los Morlocks aun cuando podía quedarse con los X men. Aunque prometió que lo pensaría e incluso trataría de hablar con su equipo en la alcantarilla para que ellos también se unieran al Instituto. Ororo había estado muy feliz de escuchar eso. Ella realmente extrañaba mucho s su sobrino y quería lo mejor para él.

Y por supuesto, el señor Logan se había ido al día siguiente de que la batalla terminó. Nadie sabía a donde había ido, pero no era de extrañar que no estuviera; él siempre desaparecía durante las vacaciones y regresaba un día antes del inicio de clases. Kitty suponía que de vez en cuando, él extrañaba su soledad. "Y no lo culpo", pensó al sentir como un trapo de cocina le pasaba rozando la nariz.

"¡Lo siento Kitty, le apuntaba a Kurt!" – dijo rápidamente Jamie, con dos replicas suyas detrás de él, sosteniendo cada una un trapo.

"Ja eres muy lento"- le dijo Kurt, que estaba justo unos pasos al lado de Kitty y sostenía también un trapo.

"Al parecer está a punto de comenzar una guerra de telas sucias" - dijo una resignada Rogue, viendo como las replicas de Jamie hacían bolita sus trapos.

"Si y estamos justo en medio del campo de batalla" - Kitty le contestó mientras giraba la cabeza a un lado y otro de la cocina, hacía los "guerreros de la tela".

"Será mejor que nos vayamos" - Rogue se levantó femeninamente. - "Iré a dar una vuelta por el jardín, ¿no vienes?"

"Claro" - Kitty tomó lo que quedaba de su pieza de pan y se la llevó a la boca antes de pararse y seguir a Rogue fuera de la cocina.

"Jamie no es justo, ¡son tres contra uno!" - escucharon a sus espaldas cuando comenzaron a caminar hacia el jardín.

x. x. x. x. x. x. X. x. x. x. x. x. x.

Horas después, cuando la tarde se convertía en noche, Kitty se dirigió a su habitación.

"Hasta mañana Scott" – Scott, que venía en sentido contrario se detuvo un momento. "Buenas noches, Kitty", respondió antes de continuar bajando las escaleras. Kitty ya había llegado al segundo piso cuando escuchó de nuevo su voz.

"¡Ah! Kitty espera" – Kitty volteó. Scott subía rápidamente y se detuvo unos escalones más abajo que ella. "Tu padre llamó hace poco. Dijo que mañana en la noche vendrán por ti y que no vayas a olvidar tu traje de baño". Kitty sintió un sonrojo querer formarse en sus mejillas, pero afortunadamente no lo hizo.

Ella había decidido quedarse en el Instituto un tiempo para apoyar en lo que pudiera a sus compañeros lastimados. No es que no pudieran sobrevivir sin ella, pero como X men "veterana" quiso solidarizarse con su equipo, y ahora que todo estaba mejor, ella regresaría con sus padres a pasar las vacaciones.

"Gracias, Scott. Creo que iremos con mis tíos, y ellos viven cerca de la playa"

"Me imaginé algo así" – sonrió Scott. Desde que él y Jean habían comenzado una relación se le veía sonriendo muy seguido. Kitty también sonrió.

"También tu iras a la playa, ¿cierto?"

"Sí, pasaré las vacaciones con Alex y sus padres. Jean y yo dejaremos la mansión mañana"

"¿Jean irá contigo?"- vaya que rápido avanzaba su relación.

"No, pero se ha sentido mejor, así que su familia vendrá mañana por ella. Entonces solo faltarán Jamie, Kurt y tu, ¿cierto?"

"Si, creo que los demás pasaran sus vacaciones aquí" – Kitty no se sentía mal por Tabitha o Rogue o el profesor Hank. Ahora que se sabía a nivel mundial sobre el "problema mutante" el Instituto era de los lugares más seguros en que se pudiera estar. Incluso ella iría con sus tíos más que nada por seguridad. Su identidad había sido divulgada en televisión y en su vecindario no se lo habían tomado muy bien; no había pasado nada además de unos cuantos huevos arrojados a su puerta por unos adolescentes gritando "fuera mutantes", pero no estaba de más prevenir.

Kitty miró las gafas rojas de Scott. Seguramente, a dónde él iría mañana, nadie conocía su identidad ni sus poderes, así que él estaría a salvo. En el fondo de su mente, Kitty escuchó una vocecita; "una persona menos de quien preocuparme", susurraba.

"Me iré a acostar ahora. Buenas noches Scott"

"Duerme bien, Kitty"

Ella observó a Scott dar media vuelta y comenzar a bajar las escaleras de nuevo.

x. x. x. x. x. x. X. x. x. x. x. x. x.

Kitty cambió la página del libro en sus manos y volteó a ver el reloj despertador junto a su cama. Casi las dos de la mañana y, de nuevo, ella no podía dormir. ¡Era tan molesto! ¿Por qué el insomnio no aparecía durante el día, cuando tenía clase de matemáticas o astrofísica y necesitaba desesperadamente que algo la mantuviera despierta?

Resignada, Kitty se levantó y sacó una mochila grande de su armario. Si no podía dormir, entonces al menos haría algo productivo y útil; como empacar sus cosas. Había pensado hacerlo por la mañana, pero si terminaba ahora tendría el resto del día libre, y de todos modos no había mucho que hacer a esas horas.

Estaba metiendo el tercer pantalón en su mochila cuando la luz se fue.

Kitty se quedó quieta un momento, desorientada. En la oscuridad, el silencio de la mansión parecía más profundo, más evidente que antes. De pronto, una idea revoloteo por su mente como una rápida mariposa.

Muy rápida.

"¿El Instituto no tenía su propia planta eléctrica?", ella hubiera jurado que sí. Y, si así era, "¿Entonces, por qué se fue la luz? Y ¿Por qué a esta hora?"

Sus ojos no habían terminado de acostumbrarse a la oscuridad cuando un sonido lejano y amortiguado la sacó de sus paranoicos pensamientos; ella no sabría decir qué era, pero provenía del piso de abajo.

Dejando su mochila en el suelo, Kitty se acercó a la puerta de su habitación y, cuando estaba por pegar su oído en la madera, unos suaves, pero rápidos pasos se escucharon en el corredor.

"Que raro" – se dijo antes de atravesar la puerta -sintiendo la ya conocida leve presión hacia atrás que ejercían las moléculas de la madera- y fue recibida por la oscuridad del pasillo, donde se detuvo no muy segura de que hacer. Había pensado que vería a alguno de sus amigos corriendo hacía algún lado, pero no vio a nadie afuera.

Cuando estaba por dar media vuelta y volver a su recamara, un leve sonido a su derecha la puso en alerta y de pronto, como salidas de la oscuridad, unas siluetas aparecieron ante su rango de visión –que no alcanzaba más allá de unos metros-, bloqueando el paso por el corredor. Eran altas y fornidas y Kitty sabía - aun cuando la oscuridad las cubría - que estaban mirándola.

Un escalofrío recorrió su espalda; definitivamente no eran sus amigos.

"No hay luz. Son las dos de la mañana. Personas entraron a escondidas en la mansión. ¿Qué esta pasando? Esto no es bueno", los pensamientos de Kitty eran un caos y corrían por su cabeza casi desesperadamente.

Las siluetas y ella estaban quietas, mirándose fijamente, como esperando a que la otra parte hiciera un movimiento. El primero.

Un luchador inteligente, nunca hace el primer movimiento si no conoce el poder de su enemigo. En medio de la confusión que reinaba su mente, Kitty recordó la sabia enseñanza que Logan les dio en una de sus primeras clases. Ella quizás no fuera una excelente luchadora, pero era entrenada por uno, y sus consejos le habían sido de utilidad en muchas ocasiones, así que ella simplemente no atacaría primero. Y a juzgar por el nulo movimiento de sus adversarios –si es que lo eran-, seguramente también eran luchadores inteligentes. "O fueron entrenados por uno" se dijo, aturdida.

Súbitamente, se escucharon pequeñas explosiones provenientes del ala izquierda del Instituto, y casi estuvo segura de que Tabitha también estaba despierta. Pero eso no fue muy útil para Kitty, pues las figuras, aprovechando su distracción, apuntaron lo que parecían ser pistolas hacia ella, y comenzaron a acercarse.

"Tírate al suelo y pon tus manos en tu nuca" – Estaba claro que ellos no venían a hablar.

Había cosas que podían lastimarla aún si entraba en fase, pero, del calibre que fueran, las balas no podían. Aunque, eran demasiados para enfrentarlos ella sola.

"Si, claro", dijo Kitty antes de correr hacia él. Su enemigo comenzó a disparar. Ella pasó a través del arma inutilizándola al instante. La figura - un hombre con uniforme antibalas y mascara de gas - trató de atraparla, pero solo agarró aire en sus puños y ella siguió corriendo, atravesando el cuerpo de los otros uniformados que también trataron de agarrarla en vano.

Rápidamente, decidió ir hacía el cuarto más cercano; el de Ororo. Ella era muy poderosa y seguramente ambas podrían detenerlos, o tratar de hallar una explicación para lo que ocurría.

Pasando a través de la pared, Kitty entró en la habitación de su amiga.

"¿¡Ororo!?" – pero no hubo respuesta y, en la penumbra, solo pudo distinguir una cama destendida y más al fondo la puerta abierta. El miedo comenzó a cosquillear en su espalda mientras el rumor de gritos y movimiento en el piso de abajo, se hacía más y más evidente. Tan rápido como sus pies la dejaron, se precipitó hacia la puerta y corrió rumbo a las escaleras siguiendo el ruido. Su corazón latía tan fuerte que pensó que explotaría.

De pronto, un relámpago se escuchó dentro de la mansión y Kitty supo que en algún lado, Tormenta estaba realmente enojada. ¡Si tan solo supiera en qué parte del Instituto estaba!

"¿Qué esta pasando?", pensó, sintiendo al sudor frio mojar su nuca. "¿Dónde están los demás?", el ruido de ventanas rompiéndose y un grito – que pareció ser de Scott – la sacaron de sus pensamientos. Faltaban unos metros para llegar a la primera esquina…

Disparos, gritos, relámpagos, cosas estrellándose y rompiéndose. Oscuridad. Todo la rodeaba.

"¡Al suelo!" – alguien gritó antes de abalanzarse sobre ella, tirándola al piso justo a tiempo de que balas pasaran rozando sobre sus cabezas. Kitty abrió los ojos mientras la persona mantenía un brazo sobre su espalda, apretándola contra el suelo y, aun a pesar de lo peligroso del momento, Kitty sintió un maravilloso alivio al ver a Tabitha -también en pijama- a su lado en la penumbra.

"¡¿Qué esta pasando?!" – le preguntó, tratando que su voz se escuchara por sobre el tiroteo. Tabitha mantenía su mejilla pegada al suelo al igual que ella, y la miraba con desconcierto.

"¡No lo sé! Alguien entró a mi cuarto…eran muchos."

"¿Y los otros?" – Kitty tomó la mano de su amiga, repentinamente recordando que podía hacerla pasar a través de las balas también, y la hizo levantarse junto con ella.

"Scott está abajo; me dijo que buscara a los demás. Escuché a Jean gritar. Creo que la atraparon" – las frases de Tabitha eran cortas y Kitty no entendía como se habían dado las cosas, pero no había tiempo para pensar en eso. Escucharon pasos aproximarse rápidamente.

"Tenemos que bajar. Tenemos que buscar a los demás" – le dijo a Tabitha, y ambas echaron a correr por el pasillo. Kitty se mantenía en "fase" para evitar cualquier obstáculo que hubiera por los corredores, incluyendo a esos uniformados.

Como si fuera un ramo de novia, Tabitha aventó hacia atrás todas las pequeñas bombas que pudo crear con su mano derecha y las explosiones no se hicieron esperar. Eso les daría tiempo de llegar al piso de abajo y era una alegría, porque Kitty se sentía demasiado cansada y confundida como para seguir concentrada en traspasar objetos por mucho tiempo más. Seguramente podría traspasar el suelo, pero no sabía como estaba la situación allá abajo; quizás caería sobre alguno de sus amigos o en medio de otro tiroteo. Y, si algo había aprendido, era a ser precavida, así que tendrían que llegar por el prudente camino largo.

"¡Suéltala!" – el rugido de Hank pareció escucharse por todo el Instituto.

Otro relámpago. Más balas.

Ellas lograron alcanzar las escaleras y desde lo alto del barandal observaron el primer piso, dónde se estaba llevando a cabo una verdadera batalla campal. Tormenta estaba flotando en el aire creando con sus manos un remolino que había atrapado un par de muebles y a dos de los hombres uniformados. Hank estaba un poco alejado de ellos, siendo perseguido por tres uniformados que trataban de dispararle.

"¡Tienen al Profesor y a Jean!..." – gritó Tormenta hacia ellas, viéndose tan terriblemente cansada que parecía que en cualquier momento se desmayaría. Kitty sintió al miedo y al enojo mezclarse dentro de ella; ¿Cómo era posible que hubieran capturado a Jean y al Profesor, estando ellos allí? ¿Quién lo había hecho? ¡Tenían que terminar pronto con esto y encontrarlos! Ella sintió su mano ser apretada y supo que Tabitha estaba tan llena de molestia, miedo y dudas como ella misma.

Estaban por correr hacía Tormenta cuando las agarraron por los brazos dos de los poderosos hombres. Kitty atravesó el agarre y el arma del hombre, antes de patearlo lo más fuerte que pudo en el estómago y correr hacía Tabitha, quien estaba forcejeando con su captor mientras un tercero trataba de colocarle lo que parecía una gargantilla grande y metálica. Kitty, atravesando a los hombres, jaló a Tabitha, quien una vez libre, lanzó bombas un poco más pequeñas ahora, quizá por falta de concentración.

Los tres uniformados quedaron desmayados.

"Ayudaré a Tormenta, tu busca a los otros" – dijo Tabitha, y, a la luz que entraba por la ahora inexistente puerta, Kitty pudo ver el enorme moretón en el ojo y parte de la mejilla de la creadora de bombas, antes de que ésta bajara rápidamente las escaleras. Kitty sintió una ligera opresión en el pecho al ver a su amiga -herida y notoriamente cansada- correr hacía el peligro, pero, siguiendo su ejemplo, ella también bajó al primer piso, dejándose hundir en los escalones y saliendo de un lado de las escaleras para correr a todo lo que sus piernas le daban. Ya habría tiempo para sanar las heridas que tuvieran todos; cuando se deshicieran de los "tipos malos", esclarecieran todo ese asunto y la calma volviera al Instituto. Igual que en la pelea con Apocalipsis.

Igual que siempre.

Antes de entrar en el oscuro pasillo que daba a la biblioteca, volteó una última vez para ver a Tabitha, de cara a una hilera de uniformados que se acercaban lentamente a ella, pistola en mano.

"¡Vengan, tengo regalos para todos!" – dijo, y comenzó a arrojar montones de bombas como si repartiera dulces. Kitty giró para adentrarse en la negrura, esperando que Tabitha y Tormenta pudieran vencerlos.

x. x. x. x. x. x. X. x. x. x. x. x. x.

El pasillo estaba demasiado oscuro, así que se dejó guiar por el ruido de golpes y balas proveniente de la biblioteca. La ansiedad se apoderó de ella; ninguno de sus amigos era inmune a las balas, como ella podía serlo.

"Por favor que todo este bien" – pensó desesperadamente mientras se acercaba, y, con la angustia aplastándola cada vez más insoportablemente, deseo que Scott estuviera con ella; él siempre parecía saber que hacer. Él era el líder, después de todo.

De pronto, el tiroteo cesó y un equipo de uniformados salió de la biblioteca caminó del salón comunitario. No llevaban a ninguno de sus amigos con ellos.

El estómago de Kitty se revolvió. El miedo se intensificaba en su pecho.

Cuando el enemigo se perdió de vista, corrió lo más silenciosamente que pudo y atravesó la puerta de la biblioteca, solo para sentir su respiración congelarse en su garganta y su cuerpo petrificarse del impacto.

Las frías, enloquecedoras manos del horror apretaron su corazón y rasgaron hacía abajo, a su estómago. Ella quiso gritar y llorar, pero su cuerpo no se movía.

"No, por favor, no, no, no, no, no es cierto"

Allí, junto a una pared de la biblioteca, iluminado por la luz lunar que entraba por las ventanas, estaba Jamie –el pequeño, dulce Jamie-, con los ojos muy abiertos, recostado en un charco de sangre. Le habían dado un tiro en el pecho.

Estaba muerto.


Hola, espero les esté gustando. Aquí hay unas aclaraciones:

Por lo que sabemos hasta ahora, en la mansión se encuentran los siguientes mutantes:

Charles Xavier, Ororo, Hank, Scott, Jean, Kurt, Rogue, Tabitha, Jamie y Kitty.

De los cuales Charles y Jean acaban de ser capturados por estos uniformados y Jamie fue asesinado (lo cual da la primera baja de esta historia). ¿Y dónde están los demás? Poco a poco iremos viendo que sucede con los otros chicos.

Otra cosa, sé que Kitty es fuerte y puede tomar la iniciativa, pero en esta noche donde no entiende que esta pasando, vagando sola por la mansión en la oscuridad y sin saber donde estaban los demás, se siente algo insegura.

Si quieren comentar, preguntar, sugerir o dar su opinión, les agradecería que dejen un review. Todos son bienvenidos y leídos.