En un rincón sombrío
De la oscura habitación
Combatiendo su hastío
Viendo la televisión
Tendida sobre la cama
Está la niña Tomoko
El yaoi que tanto ama
Le tiene sorbido el coco
Se oye jadear su resuello
Con la amargura en el buche
Sobre la cara el cabello
Cubre ojeras de mapache
(Le pasa factura su vicio)
Que se la pasa encerrada
Sin un pequeño resquicio
En su existencia enclaustrada
En la prepa se lamenta
Y se siente ninguneada
Bulle dentro una tormenta
Acuciada por la duda
Obligada la pregunta
Que se ha de formular
Ella gime y barrunta
-¿Por qué yo no soy popular?-
Una idea se le comparte
Se le ocurre de repente,
Si la vida imita al arte
Acude a su mejor fuente
-¿Qué no sé yo del amor?
¿De los romances de escuela?
¡Triunfaré con gran honor!-
Dice la ingenua chicuela
Quiso entonces que su vida
Fuera como en la ficción
Cada lección aprendida
Le dará la dirección
Para que al final del día
Tenga amigos de a montones
(Y busque ser la alegría
De unos dos o tres varones)
Más la vida ya le enseña
Que ella es mucho más compleja
Aunque Tomoko se empeña
Nomás se queda perpleja
En su calvario insufrible
Dando diez y mil traspiés
Pues realmente no es amable
Y todo le sale al revés
Más no ceja en su empeño
Si ella fuera más dispuesta
Frunciera menos el ceño
Obtenga mejor respuesta
Su ansiedad quizá aplaque
Sea su camino menos gris
Quizás si cambia su enfoque
No ser popular, mas feliz
