La belleza es aún más difícil de explicar que la felicidad.

Simone de Beauvoir

Anacrónica

Linda se preguntó una vez si no sería algo hermoso descubrir que L. era en realidad una mujer como ella, incluso con su mismo nombre, igual estatura, cabello en idéntico tono, timbre de voz similar y ojos sin una tonalidad demasiado extravagante. Esa posibilidad llenaba su corazón de emoción, hacía la luz artificial más brillante y aligeraba el aire cuando su respiración se entrecortaba en clase por el estrés. Tras la muerte de Near, las probabilidades suben hasta convertirse en hechos indiscutibles. Extraoficialmente: la inmensidad de su dolor es uno de ellos.