No puedo decir que "te amo". Asi son las cosas entre ambos, él ha estado comprometido sin que ella lo supiera, pero el sentimiento paternal que ella le ha tomado puede influír de una manera peligrosa en su relación que no sabe si es amor familiar o algo más. Su vida ha sido una ruina desde que sus padres han muerto y a sobrevivido como una escoria, un fic donde todos y cada uno de los personajes tienen relación con un misterioso y oscuro pasado.

Capitulo 1: Promesa rota

La chica se hizo un ovillo en su cama, mientras intentaba no llorar. Realmente no sería tan malo estar junto a su padrastro... por el resto de su vida ¿no? Ya había soportado casi 11 años a su lado, seguramente podría un poco más... pero esta vez iba a ser de una manera mucho más diferente... realmente no lo amaba ¿Cómo amar a alguien que ha sido el terror de su vida desde que lo había conocido? No paraba de tratarla como si fuera una escoria, una basura...

Ultimamente ya no veía la luz del sol, se la pasaba encerrada en aquella estrecha habitación de tonos oscuros que le quitaban la alegría hasta a los pequeños rayos de sol que se colaban por la mugrienta ventana, realmente ya no deceaba ni limpiar su cuarto, se había pasado el resto de aquella semana sin salir de su cama y comiendo poco, su estómago ya estaba lo suficientemente pequeño por el nudo que se ajustaba cada vez más y más... iba a casarce... iba a casarce a la fuerza...

No le encontraba la razón de que sus padres la hubieran abandonado a los 7 años, apenas los recordaba... según su padrastro, habían muerto en un accidente... dejandola a ella sola a merced de él...

No tenía noción del tiempo, solo sabía cuando cambiaba el día segun la aparición del sol a la mañana, lo único de lo que estaba segura era que cuando este volviera a aparcer sería el día en que perdería por completo lo poco que le quedaba de "libertad". Sus ojos comenzaron a humedecerse, había confiado en aquel hombre que le había prometido volver a verla cuando fuera mayor... sacarla de las garras de su padrastro... pero no podría ya, era demaciado tarde ahora... iba a casarce y a pertenecerle a quien se hacía llamar su "padre"...

Quedó dormida en medio de llantos y gimoteos, su sueño trancurría en un pasado lejano, muy lejano, en el cual era presa de la felicidad de los recuerdos de sus queridos padres... ella los abrazaba fuertemente aferrandose a sus brazos, pidiéndoles que por favor no la abandonaran, que la liberaran de aquella suerte tan mala. Pero a mitad de su sueño, escuchó el crujido de la puerta de su habitación al abrirse. La chica alzó un poco la cabeza para ver por sobre las mantas, aunque la penumbra era muy densa.

Casi se le escapa el corazón al oir la voz de su padrastro en su oido, tan cruda, fría... exitada...

—Ya no puedo esperar hasta la Luna de Miél...

Su pequeño cuerpo se tensó por completo al sentir como se sentaba a su lado y le cubría la boca con una mano. Comenzó a besar su cuello mientras tiraba de las mantas que la cubrían...

Intentó safarse pero el hombre era mucho más corpulento. Sus besos bajaron hasta sus hombros donde comenzó a descorrer su fino vestido para dormir. No había nadie en aquella manción, solo ellos. Ni siquiera la mucama que llegaba a la mañana y se marchaba por las tardes tras la limpiesa o el chef que había viajado al centro hacía unos dias atrás para encargar la comida de la boda.

—SUELTAME!!! —Intentó gritar aunque fue ahogado por la mano de su padrastro que ya casi le había quitado el vestido por completo a razgones.

¿Cuál era la razón realmente? ¿Por qué la hacía sufrir tanto? ¿Es qué acaso no había manera de que la dejara en paz? Él podría haberla maltratado y gritado incontables veces, pero jamás había intentado hacer lo que pensaba en ese momento...tomarla... hacerla suya por la fuerza... ¿Pero a quien pedirle ayuda ahora?

El hombre se acomodó mejor mientras sus besos bajaban hacia su vientre produciéndole que se tensara aún más por el desprecio y el azco que la embargaba. Sus besos húmedos la llenaban lentamente de cada vez más aborrecimiento hacia él ¿En qué momento... en qué momento eso había comenzado?

—Ya calmate, no es tan malo.— volvió a susurrar volviendo hacia su cuello.— Ya aprenderás a complacerme...

—¡No, no quiero!¡BASTA!— volvió a gritar entre gimoteos, aunque casi no fue audible.

"¡Qué alguien me ayude!" pensaba mientras cerraba los ojos con azco hacia aquel hombre "No quiero..." "Que alguien me ayude por favor... alguien..."

—¡Inuyasha!!!!!

El hombre alzó la cara hasta que ella pudo verla entre la oscuridas. Una sonrisa sarcástica cruzó su rostro.

—¿Eres estúpida o qué? Aquel mal nacido no cumplirá su promesa jamás, solo te dijo aquello para que lo dejaras ir, pequeña tonta.

Aqullas palabras de él la dejaron en un estado de Shock mientras sus ojos volvían a humedecerse, no, ella aún confiaba en Inuyasha, sabía que no podría abandonarla, no ahora, no ahora que más lo necesitaba...

Su padrastro soltó una risa al verla llorar entre los rayos de luna que se colaban por la ventana. Finalmente iba a ser suya y ya nadie, ni siquiera aquel Demonio se la iba a quitar...

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"Jamás recuerdo haber tenido un día que recordara con tanto amor como aquel, aquel en que mi vida cambió por completo..."

Él la sujetó por sus largos cabellos negros y la condujo hasta un lugar alejado de su amplio patio hecho una furia. Aquella niña lo tenía colmado, ni siquiera era capas de obedecerlo.

¡Has vuelto a desobedecerme, estúpida!¿¡Cuantas veces te he dicho!? ¡No debes interrumpirme cuando estoy con mi novia!

Soltó a la pequeña con brusquedad, ella se cubrió la cabeza con ambos de sus brasitos para evitar que siguiera abofeteándola, ya no soportaba más que la torturara de aquella manera.

¡P-perdon, pero no sabia que ella estaba contigo...!— se excusó intentando no llorar mientras lo miraba con ojos vidriosos, sintiendo el sabor metálico de la sangre en su boca.— ¡No la vi!

¡La próxima vez presta más atención, mocosa!

Volvió a abofetearla esta vez más fuerte que antes, no soportaba ser interrumpido cuando estaba hablando con ella, ni mucho menos por esa niñita desobediente.

¡Pero señor Na...!

¿¡No te he dicho que me debes decir "papá"!?— le gritó, estaba ya colmado. La acercó a él al agarrarla por el cuello de su vestido de verano y volvió a alzar su mano.— OBEDÉCEME DE UNA VEZ POR TODAS!!!

¡Ya basta!— bramó una voz agena.

El hombre fulminó con la vista a alguien que lo había interrumpido, la niña solo alzó su carita apenas hacia su padrastro que parecía furioso, podría jurar haber visto sus ojos enrojecer, eso la asustó, pero no dijo nada, esa vez su padrastro le había pegado más que de costumbre, realmente estaba molesto por haber interrumpido su escena romántica con su novia al entrar al salón sin saber que ella estaba.

Ho... parece que los demonios bajaron al pueblo...— comentó su padrastro con voz arrogante y enfurecida.

¿Y YO soy el Demonio?— inquirió el extraño con voz divertida.— Golpeár así a una niña no me parece muy cordiál que digamos.

No te metas en asutos que no te importan.

Sabes que si me importa, mucho.

Ambos hombres intercambiaron miradas ascesinas por lo que ella supuso que fue un silencio sepulcral.

Será rápido.— dijo el extraño.

Lo hago solo por obligación...— respondió entre dientes.

Su padrastro soltó el cuello de su vestido dejando que ella callera al suelo sentada mientras se sobaba los ojos. El gruñido que le dirigió a ella le hizo saber que en cuanto su novia se marchara, se vería en graves problemas otra vez.

¿Cómo te llamas?— preguntó aquella voz extraña pero amigable.

K-Ka-Kagome.— respondió automáticamente sin sacar sus manos de sus ojos.

Ha... entonces tu eres la... —rió por lo bajo con una risa bastante agradable.— Eres demaciado pequeña, y frágil... para ser una... —se detuvo a pensar mejor las palabras.— niñita...

La niña separó las manos de sus ojos chocolates y los alzó a él con resproche dispuesta a contradecirlo, no iba a dejar que la tratara como a un ser inferior solo por tener 7 años. Había perdido a su padres, lo aceptaba, pero eso significaba que debía ser fuerte por otro lado.

Pero no fue capas de decir nada, sino que abrió la boca sorprendida al ver por primera vez a alguien que le recordó a los príncipes de los cuentos que leía en los libros infantiles que sus padres le habían regalado y que aún quedaban en su habitación.

Su cabello era negro, largo y desordenado hasta la cintura y sus ojos ámbar intensos junto a su radiante sonriza exibía a una cálida persona. Su ropa parecía bastante desalineada, una simple camisa blanca y pantalones de cuero, parecía un chico, no llegaba a ser un adulto.

¿C-como te llamas?— preguntó Kagome mientras se terminaba de sobarse los ojos..

Inuyasha.— El chico se agachó hasta ella y le ayudó a limpiarse las lágrimas.— ¿Qué has hecho tan mal para que te castigue así Naraku?

E-él estaba con su joven novia y entre en el salón sin saber que ellos estaban allí... de verdad no los vi... no sabía... El señor Naraku me pide que lo llamé papá, pero no puedo, no lo siento como un papá porque sé que él era el amigo de mi papá de verdad...

Inuyasha puso cara de reprobación al aír sus ultimas palabras.

¿Eres infelíz?

La niña agachó la cabeza apenada, realmente su respuesta era un si, desde que la habían llevado a esa casa tras la muerte de sus papás.

Mucho... Nara... "papá" me trata muy mal y no me llama por mi nombre, solo me dice mocosa o estúpida y su novia también me maltrata pero ella me dice estorbo... —Kagome se quedó un momento penativa. Y lo llamó tímidamente.— Señor...

Dime Inuyasha.— aseguró él con su cálida sonrisa.

S-si... Bueno... Inu... Yasha...

¿Qué sucede?

¿Qué es ser... un estorbo?

Hem... bueno... — buscó las palabras exactas para explicarle, y que no le dolieran mucho.— pues es algo que... no quieres ver en el momento... algo así.

Ella asintió sin decir nada, luego bajó la vista a su vestido de verano celeste lleno de tierra y comenzó a limpiarlo. Inuyasha comenzó a mirarla atentamente, casi con dulzura; Realmente esa era la niña, la hija del mejor amigo de su padre ¿Cuántas mentiras le habían puesto en la cabeza? Naraku ni siquiera soportaba al padre de Kagome... Ya ni rocordaba la carita de la pequeña Kagome la última vez que la había visto, apenas era un bebé cuando la madre de ella le encargó personalmente que cuidara de su hija mientras vivía con Naraku, que la protegiera siempre que pudiera pues no confiaba en ese hombre.

¿Cuántos años tienes, pequeña Kagome?— le preguntó.

Siete ¿Y tú?

Mmm... Casi dieciocho.

La niña abrió los ojos inmensamente.

Realmente eres un adulto.— se decilucionó un poco, no lo parecía.

No, claro que no, Cuando cumpla 18 seré mayor, pero adulto a los 21 ¿Entiendes?

Ha... pero entonces eres mucho más grande que yo.— los ojos de Kagome se iluminaron por un instante, si Inuyasha era mucho más grande que ella significaba que...

Comenzó a saltar en su lugar mientras reía felizmente, si, ahora lo coprendía... finalmente sabía como podría ocupar el hueco de su corazón, saber como se sentían las demás niñas de su edad, saber como sería su padrastro si fuera ejemplar con ella.

¡Tengo una idea!¡Tengo una idea!— cantó sin para de saltar emocionada.— ¿Puedo pedirte algo muy importante, Inuyasha?

¿Qué?— comenzó a reir, de verdad parecía un poco loquita.

¿Podrías ser mi papá por favor, Inuyasha?

¿¡Qué!?

Su risa se apagó de repente, Kagome REALMENTE estaba loca.

¡Por favor, se mi papá, yo quiero saber que se siente tener un papá!

La niñita comenzó a contemplarlo con aquellos ojos grandes, llorosos... convincentes...

¡P-pero no tengo edad como para tener una hija de 7 años!

¡Si, si, por favor!

Pero además yo me iré de este pueblo esta noche, no puedo.— dijo esta vez de una forma seca.

Inuyasha se puso de pié y se cruzó de brazos. ¿Él?¿El padre de Kagome? ¿¡En qué momento el mundo se había vuelto tan loco!?Los papeles cambiarían drásticamente si aceptaba esa descabellada idea.

Kagome dejó se saltar.

Pero Inuyasha...

No

Por favor...

Dije que no.

Por favor...— repitió, esta vez con la voz temblorosa mientras tironeaba de su camisa al ponerse de puntitas de pié para alcansarla.

Agachó la vista a ella que lo miraraba con ojos vidriosos, esta vez a punto de llorar de verdad.

No te pondrás a llorar ¿No?— preguntó alzando una ceja.— comprende que no puedo.

¿Pero y si haces de mi papá solo hasta que te vallas? ¿Solo por un día? Si lo haces prometo que ser la mejor hija del mundo.

La mirada dorada del chico se dulcificó y volvió a sonreírle, se agachó hasta ella en cuchillas y la despeinó un poco como un acto de cariño.

Nadie es perfecto, tontita.

Kagome le devolvió la sonrisa, aunque mucho más radiante que iluminó su pequeña carita rosada.

¿Entonces lo harás?¿Vas a ser mi papá?

Él asintió.

Solo hasta que me valla esta noche.

Kagome asintió y sus bucles del color castaño oscuro se mecieron con gracia sobre sus hombros.

CONTINUARÁ


Bueno aka con mi "tercer" fic, jaja es d muestra pasa q queria ber q pensaban mientras terminaba angeluz q n le quedan muchos capis ya, seguro q anda rondando x los 5.

Este fic n s cuanto tendra de largo, pero extenso será. También tendrá algo d fantasía, romance (mucho), drama y tragedia. Y algun que otro LIME.

Bueno, los prox. capis estan orientados al pasado de Kagome, osea, cuando conocío a Inuyasha. Pero a lo largo de su relación se darán cuenta de que hay muchos secretos y mentiras entre ellos.

Espero que este fic en adelante les guste!!! Y que me dejen muchos reviews!!! (jeje q ambiciosa) :P

Nos vemos!!!