Sourcerer's Legacy
(El Legado del Rechicero)
NOTA.- Slayers y DiscWorld son propiedad de sus respectivos autores. Sólo soy un friki que quiere sacar adelante una historia presentable. ¿Ya?
Prólogo.-
Existen una infinidad de mundos esparcidos por el Multiverso, cada una con sus gentes, y su historia. Algunas son casi idénticas; otras difieren en un millón de cosas. Todas los mundos comparten dos constantes: están envueltas en la Eterna Guerra entre el Orden y el Caos; y van a ser ayudadas por una encarnación del Campeón Eterno.
Bueno, esa es la teoría. Pero, como siempre, hay una o dos excepciones que terminan por confirmar la regla. Uno de esos mundos es MundoDisco. Montado sobre un(a) astroquelonio que vaga por el cosmos, carga con la fortuna (buena, mala, no importa) de cargar con una buena cantidad de seres vivientes, unas cuantas civilizaciones y bichos raros a granel. Y lo más importante, existe la única contraparte conocida del archiencarnado y archifamoso Campeón Eterno: el Cobarde Eterno, Rincewind. El mago más torpe que existe o ha existido en el Mundodisco, al punto que es incapaz siquiera de pronunciar la palabra magia, además de ser el propietario de un sentido de la supervivencia realmente envidiable y de un furibundo y homicida baúl con patas llamado Equipaje.. A pesar de esto, ha sobrevivido años con un hechizo del Octavo en su cabeza, y a salvado varias veces al Mundodisco de su destrucción. A lo largo de sus desventuras ha recorrido todo el Mundodisco, algo de nuestro aburrido mundo, las Dimensiones Mazmorra, el Infierno, el Reino de la Muerte, el principio de la Creación y, por si fuera poco, es el responsable de que exista vida en el Disco.
Pues al grano, muchachos. Hace muuuuuuuchos siglos, (en realidad hace más tiempo que lo que pudiera permitirse cualquier relato que no sea de H.P. Lovecraft o I. Asimov) en los tiempos de las Guerras Mágicas, los Rechiceros, magos cuyo poder podía desafiar y someter a los mismos dioses, lucharon entre ellos por el poder y el control sobre Mundodisco. Los poderes que se desataron en esa era alteraron la faz del Disco y a punto estuvieron de destruirlo, pero al fin los rechiceros se acabaron destruyendo entre ellos. Para evitar su vuelta los magos siguen desde entonces un estricto voto de celibato, ya que si el octavo hijo de un octavo hijo nace con el don de la magia, será un hechicero, mientras que el octavo hijo de un hechicero será un hechicero al cubo, un ser de magia pura, un Rechicero. Aún hoy se narran las leyendas de tan temidos personajes y su todopoderosa magia, y no falta quien asegura que pueden haber quedado vestigios de su arte en la forma de reliquias arcanas de inmenso poder perdidas en alguna lejana catacumba.
Lo que nadie, ni el más chiflado de los habitantes del MundoDisco se atrevió a soñar, fue que uno de los Rechiceros logró sobrevivir. Dispersó sus artefactos de poder por todo el Disco, huyó a un plano un tanto caótico donde estaban recuperandose de una guerra entre dragones dorados y unos demonios autodenominados Mazokus... nada gran cosa, y... bueno, hizo lo que cualquier tipo sensato haría: sentó cabeza, formó una familia y vivió feliz como una perdiz por el resto de sus días.
Y como suele ocurrir con todas las reliquias arcanas de inmenso poder perdidas en lejanas catacumbas, éstas tienden a ser objeto de búsqueda y cargan con unas cuantas leyendas encima. Se dice que si llegasen a reunirse los Siete Artefactos, el que los posea obtendrá el Legado del Rechicero. Que diablos es eso, nadie tiene idea, pero algunos aseguran de que tendrá el poder para dominar el Disco para siempre... o destruirlo.
Si me dieran una moneda de oro por cada aventurero que intenta alguna estupidez como esa, sería más rico que Cresota
Bueno, volviendo a nuestro rechicero superpoderoso hasta lo ridículo, tuvo hijos (menos de siete, por cierto), estos tuvieron hijos y así va la cosa... hasta cierta sacerdotisa que se enamoró de un espadachín, se casó y se estableció en la capital de Zefiria, donde tuvo dos hijas.
Así que ya pueden adivinar quien es la última descendiente de nuestro rechicero...
