Encrucijadas - Entre una Sirena y una Princesa.

Por Fox McCloude.

Disclaimer: Pokémon y todos sus personajes son propiedad de Satoshi Tajiri y Nintendo. Todos los derechos reservados.

Nota: Se recomienda haber leído "Amigas y Rivales por Igual" previamente.

Parte 1: ¡Todos a bordo!


Puerto de Ciudad Vermillion…

Ash Ketchum comenzaba a impacientarse. Mirando el dispositivo en su mano, un video-transmisor azul y plateado último modelo, el cual le habían regalado en su último cumpleaños, tuvo que resistirse a la tentación de pulsar el botón de llamada. Excelente como un teléfono móvil, reproductor de música y otras infinitas aplicaciones, pero en aquel momento, solo estaba viendo la hora en el reloj digital que este tenía. Después de todo, lo habían citado en ese lugar, y por una vez en su vida quiso llegar media hora antes de lo planeado para impresionar… solo para que lo dejasen esperando noventa minutos después de la hora estipulada.

- El barco saldrá en media hora, ¿dónde se supone que están esas dos? – se preguntó, mirando a su alrededor.

- Pika. – respondió el roedor eléctrico amarillo en su hombro, con una expresión similar de aburrimiento.

Cansado de estar esperando de pie, Ash fue a sentarse en una banca cercana, estiró los brazos y se reclinó hacia atrás, mientras esperaba a que sus dos amigas llegaran a la cita acordada. Dado que en los últimos dos años había ido ganando cierto prestigio y de cierto modo un estatus de celebridad en la región Kanto, al salir al puerto de Ciudad Vermillion decidió irse a un área relativamente vacía. En aquel momento, traía puesto un chaleco de cierre, sin mangas y con capucha, y ocultaba sus ojos cafés tras unas gafas de sol alargadas y triangulares (muy parecidas a las de su Squirtle) y su pelo negro alborotado debajo una de sus tantas gorras que siempre se había acostumbrado a usar. El chaleco era azul con rayas blancas horizontales, a juego con sus guantes sin dedos y unas botas de altura media. Llevaba pantalones negros con el borde rojo, y en cada una de sus muñecas, llevaba un brazalete con un valioso objeto incrustado. El izquierdo era blanco, y tenía un cristal amarillo con forma de rombo, un Cristal Z Eléctrico, y el derecho era negro, con una pequeña piedra redonda con resplandor arcoíris y una especie de hoja negra en su interior, una Mega Piedra.

- Es increíble. Lo que hice por venir aquí, espero que no se les ocurra dejarme plantado. – murmuró con fastidio, quitándose por un rato las gafas, al ver que había poca gente por allí. Pero en aquel instante, como respondiendo a su pensamiento, un par de manos femeninas le vinieron desde atrás y le taparon los ojos.

- ¿Adivina quién? – preguntaron dos voces femeninas al unísono.

Por supuesto, él ya sabía perfectamente de quienes se trataba, y que cada una de las dos manos era de una chica distinta. Él solo exhaló una pequeña risita y poniéndose de pie se dio la vuelta para encararlas.

Allí estaban las dos. Sus "mejores amigas", si se les pudiera considerar de ese modo, y las compañeras de viaje con quienes sin duda se había sentido más cercano durante sus aventuras. Misty Waterflower, la líder del Gimnasio Cerulean, y Serena Yvonne Gabena, artista y coordinadora Pokémon de la región Kalos. Los años habían hecho lo suyo en Ash, pues el muchacho se tomó su tiempo para admirar a las dos bellezas que estaban frente a él.

Misty era la más alta de las dos (casi tanto como él) y tenía una figura digna de una nadadora olímpica, esbelta pero atlética y con curvas, que se podían notar en aquel momento ya que su ropa consistía en una blusa corta de color amarillo con tirantes verde agua que exponía su ombligo, dos marcas en forma de X en el pecho, pantalones cortos y botas hasta la rodilla también a juego. Su pelo rojo naranja era un solo un poco más largo que como él lo recordaba, y se lo había peinado en un particular estilo: curvándose los mechones hacia adelante por debajo de las orejas. Sus ojos verde agua brillaban con algo de coquetería en aquel momento.

Serena, por otro lado, era más baja en estatura que ellos y más delgada que Misty, aunque no menos agraciada por ello. De las dos, ella tenía la piel un poco más clara y sus facciones eran más delicadas que las de Misty, haciéndola ver un poco más inocente. Tenía su cabello color miel atado en una coleta en aquel momento, con dos largos mechones enmarcándole su rostro y sus ojos azules. Su atuendo consistía en una blusa negra con cuello blanco y una minifalda roja, con sus piernas cubiertas hasta el muslo por unas medias largas también negras. En su cuello llevaba un listón que hacía juego con sus ojos, y calzaba unas botas de cuero marrón.

- Vaya, hasta que por fin llegan. – les dijo finalmente.

- Sentimos haberte hecho esperar, Ash. – se disculpó Serena.

- Aunque debo decir que me sorprende que hayas venido tan temprano. – agregó Misty. – Queríamos vernos bien, tú entiendes.

Acto seguido, Pikachu saltó del hombro de su entrenador a los brazos de las chicas, que también se mostraron muy felices de verlo, acariciándole la cabeza al roedor eléctrico.

- Hola, Pikachu, qué gusto de verte también. – dijo Serena.

- Luces muy bien, parece que Ash no ha perdido su toque, ¿verdad? – agregó Misty.

- Pikachu. – dijo el roedor asintiendo felizmente.

- Muy bien, ahora que terminamos con los saludos, ¿ya podemos ir a abordar el barco? – preguntó Ash, recuperando a su amigo y devolviéndolo a su usual lugar. – Para eso fue que vinimos aquí en primer lugar, ¿no es así?

- Claro. – Misty sacó de su bolsa los tres boletos para el crucero, entregándole uno a Serena y otro a Ash. Dirigiéndose al primero, agregó. – No se te ocurra perderlo, lo necesitarás cuando volvamos.

- Qué confianza me tienes, ¿verdad? – dijo Ash sonriendo con algo de sarcasmo. – ¿Y ya me dirán por fin a dónde iremos de vacaciones?

- Te va a encantar. – dijo Misty. – La región de Alola es un paraíso tropical, escuché que las playas de ese lugar son las mejores del mundo. Y solo imagínate a todos los Pokémon de tipo agua que debe haber en esa región.

- Escuché también del Profesor Sycamore que muchos Pokémon en Alola se han desarrollado diferente a como los conocemos. – agregó Serena. – Sería genial si puedo llevarme uno también.

Ash no pudo evitar sonreír un poco. Él ya había ido antes en la región de Alola, y aunque inicialmente se suponía que serían unas vacaciones con su mamá, terminó por quedarse una temporada mucho más larga. Para algunos, la idea de quedarse en la escuela durante las vacaciones podría parecer una pesadilla. Pero para él, con todo lo que aprendió, bien valió la pena. Además, hizo buenos amigos y fue en ese lugar donde consiguió su pulsera Z, pero tal vez estuvo tan ocupado aprendiendo que no se tomó el tiempo de relajarse como era debido. Esta sería una gran oportunidad de corregir eso.

- Muy bien, ¿nos vamos ya, señor Ash? – dijo Misty, mientras se agarraba del brazo derecho de Ash. Al ver la expresión de desconcierto de Serena, inmediatamente agregó. – ¿Qué? Tiene un brazo para cada una de nosotras, ¿no?

- Claro, por supuesto. – dijo Serena, haciendo lo propio y agarrándose del brazo izquierdo del muchacho. – ¿Nos vamos?

Ash no supo si sentirse incómodo o afortunado, finalmente solo exhaló un suspiro y sonrió con resignación mientras empezaba a caminar hacia el barco que se suponía que iban a abordar. ¿Qué se traían entre manos estas dos? Sin saber muy bien por qué, una imagen mental de Brock pasó por su mente, seguramente lo envidiaría de estar en su posición en aquel momento. Y de hecho, a pesar de que no había mucha gente en el puerto en aquel momento, el moreno se dio cuenta de que atrajo algunas miradas de chicos que pasaban por ahí y lo veían con envidia. No era para menos, considerando que tenía a dos lindas chicas agarradas de sus brazos y estas no ocultaban para nada lo felices de estar tan cerca de él.

El trío se dirigió a su camarote casi de inmediato. Se tardaron un buen rato en llegar hasta él, pues este S.S. Anne era mucho más grande que aquel en el que viajaron Ash y Misty durante su primera travesía por la región Kanto (y ellos esperaban que fuese mucho más seguro). El viaje en el crucero duraría una semana entera hasta que llegaran a su destino: la Isla Melemele. Mientras Misty y Ash descargaban su equipaje y empezaban a discutir por las camas (afortunadamente, había espacio suficiente para cinco personas y ellos solo eran tres), Serena cogió el folleto donde daban los detalles del premio que Misty había ganado. Aparte de las vacaciones por tres semanas en el mejor hotel de Isla Melemele, habría varios eventos durante el viaje en el crucero y algunos de ellos con invitados especiales, así que de ninguna manera se iban a aburrir durante el viaje. Estos incluían pero no estaban limitados a: algunas batallas Pokémon de exhibición y con la posibilidad de ganar premios, un concierto de la líder de gimnasio de Unova, Roxie y su banda "Koffing and the Toxics", un desfile de modas con las líderes de gimnasio Elesa y Valerie, y un concurso de disfraces. Este último particularmente llamó la atención de Serena, y se sentía con ganas de tal vez participar en él.

- Muy bien, ¿qué quieren hacer primero? – dijo Misty. – No sé ustedes, pero a mí me encantaría ir a nadar un poco.

- Eso no suena mal, pero por las prisas de venir aquí, no pude hacerles el chequeo de rutina a mis Pokémon. – dijo Ash. – ¿El barco tiene un centro Pokémon a bordo?

- Hay uno en la tercera cubierta. – dijo Serena, mirando el mapa del folleto y señalándoselo a Ash. Con lo enorme que era el barco sería muy fácil perderse allí sin él.

- De acuerdo, primero iré allá y después me reuniré con ustedes. – dijo Ash disponiéndose a salir.

- Oye, Ash. Ya que vas a hacer eso, ¿podrías llevar a los míos también? – dijo Misty, y sin esperar respuesta le lanzó la bolsa con sus Pokébolas.

- ¡Hey!

- Mejor todavía, puedes aprovechar y llevas los de Serena también, ¿no estás de acuerdo? – siguió la pelirroja.

- Misty, no hablarás en serio. – dijo Ash.

- Vamos, ¿qué te cuesta hacerlo por nosotras? Somos tus amigas, ¿no? – dijo Misty, volteándose hacia Serena para discretamente guiñarle un ojo sin que Ash lo notara. La artista-coordinadora captó el mensaje de inmediato. Cogió su bolsa pero en vez de aventársela solo se acercó para entregársela.

- Por favor, Ash, ¿podrías llevarlos? – preguntó Serena.

Ash quiso abrir la boca para protestar y decirles que los llevaran ellas mismas, pero el corazón se le derritió ante esa carita de niña dulce que le puso Serena, no había manera de decirle que no. Además, lo de que Misty le pidiera "favores" era una mejora notable del trato que ella siempre le había dado desde que se conocieron, y se había acostumbrado a ello. Ya solo protestaba por inercia.

- Está bien, después las veré allá. Intenten no divertirse más de la cuenta sin mí, ¿de acuerdo? – dijo antes de salir del camarote.

Misty soltó una pequeña risita. Ese comentario de parte de Ash hacía notar que ya era lo bastante perceptivo para darse cuenta de las intenciones de las dos. Eso era algo positivo, después de todo, siempre le había irritado lo despistado que era cuando se conocieron. Definitivamente este Ash era mucho más maduro y atractivo, pero seguía siendo él, eso era lo importante.

- Veamos cuál le gustará más. – dijo Misty, poniendo sobre la cama algunos de los trajes de baño que había traído consigo. Serena miró de reojo mientras la pelirroja trataba de decidirse cuál se pondría, entre los cuales estaban, por solo enumerar unos pocos, un bikini amarillo con falda, otro verde a rayas y uno de una pieza rojo con flores blancas.

- ¿Era necesario que trajeras tantos? – preguntó Serena.

- ¿Qué me dices tú, que llevas un montón de vestidos diferentes para tus presentaciones? – replicó Misty. – Creo que estarás de acuerdo en que hay que darle a Ash algo diferente que vernos de vez en cuando, ¿o me equivoco?

- Buen punto. – dijo Serena, riéndose un poquitito. Ella solamente había traído dos, pero tal vez, siguiendo el consejo de Misty, se compraría más mientras estuvieran en el barco, o después cuando llegaran a Isla Melemele. Al parecer, su pequeña "competencia" ya había comenzado.


En la cubierta, unas horas después…

Era una suerte que hubiese varios Centros Pokémon a bordo del barco, pues en el camino al puerto de Vermillion, a Ash lo retaron varias veces a combates, y siendo como era él, era incapaz de decir que no. No obstante, por miedo a que se le hiciera tarde para la cita con Misty y Serena, no pudo volver al de la ciudad para darles el chequeo apropiado. No era que ninguno de ellos hubiese sufrido alguna herida de gravedad ni mucho menos, pero él ya por experiencia sabía que no podía ser demasiado cuidadoso. De nuevo, el equipo que llevaba consigo estaba compuesto en su totalidad por varios de sus Pokémon más fuertes: además de Pikachu, estaban Charizard, Sceptile, Pidgeot, Tyranitar y Greninja. Los últimos tres habían sido incorporaciones relativamente recientes: el año anterior Ash decidió hacer un pequeño viaje a Johto. En el camino de salida de Pueblo Paleta, volvió a tener otro encontronazo con aquel Fearow y su parvada de Spearows (le sorprendía que ese rencor por una simple pedrada durara tantos años), pero Pidgeot acudió inmediatamente en su rescate. No queriendo tener que lidiar con ese violento pajarraco nunca más, Ash esta vez lo capturó y decidió mandarlo al rancho del Profesor Oak para que el resto de sus Pokémon le enseñaran un poco de respeto, y funcionó. Esto además le quitó el azote a los Pidgeys y Pidgeottos de la zona, pues sin su líder para comandarlos los Spearows ya no se sentían tan envalentonados y prefirieron huir, permitiendo a los otros pájaros recuperar su territorio, y a Pidgeot volver al lado de su entrenador a tiempo completo. Y en Johto, al pasar por la Ruta 46, no se esperó encontrarse con un viejo amigo: el Larvitar al que cuidó hacía tantos años ahora era un enorme Tyranitar, pero a pesar de eso fue capaz de reconocerlo después de todo ese tiempo, y cuando Ash se disponía a despedirse, este no lo dejó irse hasta que le permitió acompañarlo. Igual que antes, Ash no pudo rehusarse. Finalmente, con Greninja, fue gracias a Serena, que se encontró con él en Kalos y se lo trajo como un regalo adelantado por su último cumpleaños. El entrenador no solo estaba feliz de verlo, también le sorprendió el darse cuenta que estaba en su forma de Ash-Greninja y su transformación parecía haberse vuelto "permanente", de alguna manera encontrando la forma de acceder a ese poder incluso sin Ash estar allí, aunque los dos todavía podían sincronizarse para un poco de poder adicional. Eso era bueno, considerando que los otros miembros del equipo habían recibido Mega Piedras, y tal como Ash había decidido, era tiempo de llevar su juego a otro nivel.

Aparte de sus propios Pokémon, Ash tuvo la oportunidad de echarles un ojo a los equipos de sus dos amigas. Serena traía consigo a los cinco compañeros que le vio la última vez que se encontraron, Delphox, Pancham, Sylveon, Roselia y Froslass. Por otra parte, el de Misty incluía a Starmie, Politoed, Corsola, Azumarill y como no podía faltar la artillería pesada, Gyarados. Las dos chicas intencionalmente se quedaron con un slot vacío en dado caso de que encontraran (y esperaban que así fuese) alguno que fuera de su agrado en Alola para llevárselo de recuerdo.

En aquel momento, el trío de amigos se encontraba en una de las piscinas exteriores del barco. El chequeo general de todos los Pokémon tardaría por lo menos un par de horas más, así que tenían tiempo para relajarse hasta entonces. Serena estaba parada junto a la baranda del barco, dejando que le diera la brisa marina en el rostro. La artista-coordinadora llevaba un traje de baño rosa claro de una pieza, que tenía encajes rosa oscuro alrededor de la cintura y un lazo en el pecho. Ash, por su parte vestido con solo unos shorts hasta la rodilla azul oscuro y con logos de Pokébolas en cada pierna, después del viaje que había hecho hasta el Centro Pokémon y de vuelta para reunirse con sus dos amigas, prefirió tenderse en una de las sillas a descansar, y en aquel momento estaba oyendo algo de música de su reproductor. Finalmente, Misty estaba sobre el trampolín de la piscina, a punto de tirarse un clavado desde allí. Llevaba puesto un bikini amarillo en la parte superior y azul en la inferior.

- ¡Cuidado abajo! – gritó la pelirroja antes de lanzarse al agua, haciendo una entrada limpia y con mucho estilo. Después de unos segundos volvió a salir a la superficie. – Oye, Ash, ¿no quieres entrar? Vamos, hay que divertirnos un poco.

- Misty tiene razón, Ash. – agregó Serena, pero Ash ni se inmutó. Tal vez los auriculares tuvieran algo que ver con eso, así que con mucho cuidado removió uno de ellos de su oreja. – ¿Hola, tierra llamando a Ash?

- Tal vez luego, fue una caminata muy larga hasta allá y de vuelta. – dijo el moreno.

- Ah, vamos, no seas aguafiestas. – dijo Misty saliendo del agua un momento. – Estamos de vacaciones, después de todo.

- ¿Cuál es la prisa, si el viaje apenas acaba de comenzar? – replicó Ash.

Misty se puso los brazos en jarras y frunció la boca, mientras que Serena se rio algo nerviosa. A las dos se les hacía muy extraño que Ash prefiriera descansar antes que divertirse un poco con ellas. Aunque de hecho, en parte sí estaba algo cansado por las batallas que había tenido durante la mañana antes de que abordaran el barco, otra razón de quedarse reclinado en la silla tenía más que ver con sus dos amigas. A pesar de que con sus ropas de diario las dos se veían realmente lindas, verlas a las dos en traje de baño, y lo mucho que habían crecido en esos años, no pudo evitar querer disfrutar un poco del "caramelo visual" que le estaban dando. Especialmente Misty, habiendo salido del agua y con el cabello totalmente remojado, no podía negar que se veía bastante… ¿sexy, quizás? Por supuesto, siendo como él era, había aprendido a disimularlo detrás de esa mueca de "chico despistado que no se daba cuenta de su alrededor" (que aunque empezó siendo real, con el tiempo se volvió solo una apariencia para mantener su reputación).

- Y por eso mismo, hay que aprovechar cada segundo. – insistió Misty, inclinándose deliberadamente para que Ash tuviese una amplia vista de su escote a la altura donde estaba.

En respuesta, Ash volteó la cabeza hacia un lado, pero los lentes de sol que cargaba en ese momento ocultaron que desvió el ojo hacia la esquina para poder echar un vistazo. Lejos de darse por vencida, Misty le echó una mirada de complicidad a su compañera, como si intentara preguntarle algo, a lo que Serena respondió asintiendo con la cabeza como diciendo "adelante". Las dos se alejaron un poco, Misty específicamente fue hacia donde estaba su bolso y sacó algo sin que Ash pudiera ver lo que era, volviéndose a meter en el agua poco después sin mostrárselo.

- Muy bien, si no quieres venir al agua… ¡llevaré el agua hasta ti! – exclamó dándose la vuelta hacia él y revelando…

¡SPLAAAAAAAASSSHH!

- ¡HEY! – gritó el moreno al sentir los chorros de agua dándole en la cara. Misty había sacado de su bolsa un par de pistolas de agua y discretamente las llenó en la piscina.

- ¡Serena, ayúdame! – gritó Misty arrojándole una de las dos mientras seguía disparándole a Ash con la otra. La chica de Kalos inmediatamente se unió a la diversión y comenzó a rociarlo con la suya también.

- ¡Oigan, no es justo, son las dos contra mí! – gritaba Ash tapándose de los chorros como podía, mientras las dos chicas se reían de lo lindo.

Desgraciadamente para ellas, la munición se les acabó rápidamente, ya que las dos pistolas eran de alta presión pero baja capacidad, aunque la que tenían fue más que suficiente para dejar al chico totalmente empapado, y las dos, especialmente Misty, se veían muy satisfechas consigo misma. Por supuesto, estas acciones tendrían su resultado.

- Así que quieren jugar. – dijo poniéndose de pie y escurriéndose un poco. – De acuerdo, vamos a jugar.

Inmediatamente se puso a corretearlas, yendo primero detrás de Misty por ser la que empezó con el juego mientras esta seguía retándolo a que tratara de atraparla. En una ocasión casi lo consigue, pero Misty se anticipó a lo que intentaba hacer y se apartó, dándole un tropezón para que se fuera de narices a la piscina. Inmediatamente chocó la mano con Serena, y las dos se quedaron esperando hasta que volvió a salir.

- ¿Qué voy a hacer con ustedes dos? – les dijo.

- Vamos, Ash, admite que fue divertido. – dijo Misty.

- Sí, para ustedes dos. – dijo el moreno.

Aunque lo negara de dientes para afuera, se podía ver que también lo estaba disfrutando en grande, se sentía como niño de nuevo. En aquel instante, el estómago del muchacho rugió con ganas, y las chicas tuvieron más motivo para burlarse de él por eso. Ese era su Ash después de todo.

- ¿Qué tal si vamos por algo para comer? – sugirió Serena. – Tenemos tiempo antes de que terminen el chequeo de nuestros Pokémon, ¿verdad?

- Me parece bien. – accedió Misty. – ¿Por qué quieren ir? ¿Hamburguesas, una pizza?

- Cualquier cosa está bien para mí, me muero de hambre. – dijo Ash.

Misty inmediatamente se le colgó del brazo al muchacho. Serena, que tardó un poco en captar la señal, también hizo lo mismo, mientras el moreno no pudo más que rodar los ojos. ¿Planeaban hacer de esto un hábito? Bueno, qué otra opción le quedaba, más que acostumbrarse, así que sin más, y con sus dos amigas sujetándolo fuertemente, echó a andar, dirigiéndose con ambas hacia alguno de los restaurantes. Ya que los gastos pagos del premio de Misty incluían la comida y servicios generales en el crucero, y eventualmente en el hotel, si había un buffet de todo lo que pudiera comer, lo aprovecharía a todo lo que pudiera.


Zona de los restaurantes, un poco después…

Tras cambiarse de ropa, el muchacho y sus dos amigas se fueron a la zona donde estaba la feria de la comida en el barco para almorzar, cada uno yéndose a un puesto distinto para pedir algo. Ash ordenó una hamburguesa de queso triple con ración de patatas fritas y gaseosa tamaño máximo. Misty pidió una pizza de pepperoni tamaño familiar con un té helado a misma capacidad que la gaseosa de Ash. Serena volvió con un platillo de pasta y ensalada césar y como bebida solo agua helada. Como postre compartido, ordenaron además un Banana Split de la heladería con chocolate, vainilla y fresa.

- ¡Buen provecho! – dijeron Ash y Misty al unísono.

Y sin perder tiempo, los dos empezaron a comer vorazmente sus almuerzos, mientras que Serena los miraba sudando una gota gorda de ver sus apetitos, prefiriendo comerse su pasta y ensalada con más calma. Por supuesto, ella ya conocía el apetito de Ash de primera, pero al ver que Misty era capaz de comer a la misma velocidad y en las mismas cantidades que él, pudo ver que los dos tenían bastante en común, y de hecho, en aquel momento parecía que estaban compitiendo, como tratando de ver quién se comía primero el suyo. Era… extraño, pero a la vez, le parecía divertido. En un descuido, la pelirroja no pudo resistirse a escurrir la mano y agarró algunas de las patatas fritas de la bandeja de Ash, pero este alcanzó a ver justo cuando estas desaparecieron en su boca.

- ¡Hey, esas eran mías! – protestó el chico.

- Todavía te quedan. – dijo Misty simplemente. – El que se descuida pierde.

- ¿Ah sí? – En respuesta, Ash arrancó un trozo (bastante grande) de la pizza de Misty, logrando meterse a la boca más de la mitad de un solo mordisco. Encima que tenía varias rodajas grandes de pepperoni.

- ¡Oye! – Misty se molestó por esto, y Ash, todavía masticando le replicó con algo que sonó como "Estamos a mano". – ¡No es justo, ese pepperoni vale más que tus patatas, devuélveme eso!

- ¡Ven por él! – dijo Ash, alejando la rebanada de Misty mientras esta luchaba por recuperarla.

- ¡Oigan, por favor, cálmense! – exclamó Serena, dejando de comer por un momento, preocupada de que fueran a pelearse.

Al final el resultado fue que Misty terminó por echarle tres mordiscos a la hamburguesa de Ash y comiéndose más de la mitad de sus patatas fritas, y en venganza, él se comió un tercio de la pizza de la pelirroja, todo el tiempo con Serena tratando de pararlos, hasta que volvieron a sentarse, muertos de la risa y diciendo algo sobre "los viejos tiempos", que no hacían eso hacía mucho tiempo y hasta lo habían extrañado. Serena los vio algo confusa, hasta que le dijeron que "esa era su forma de mostrarse afecto cuando empezaron a viajar juntos", y les era divertido recordarlo. La artista-coordinadora se sintió un poco más tranquila, aunque realmente se sintió intrigada, tal vez una parte de ella quería saber un poco más de cómo fue el tiempo que estuvieron viajando juntos, antes de que Ash viajara por Kalos.

Con los platillos principales terminados, los tres tomaron sus cucharas para el helado, e igual que antes, Ash y Misty parecían estar compitiendo por quién de los dos se comía la mayor parte, de hecho, Serena casi no pudo probar la parte de chocolate, pues esa era la favorita de los otros dos y parecían estar determinados a acabársela primero, teniendo que conformarse mayormente con la de vainilla y fresa. No que le molestara, por supuesto, además, ella no era tan glotona como sus otros dos amigos.

No muy lejos de donde ellos estaban, en el bar de bebidas, se encontraba cierta jovencita de Sinnoh que, sin que ni Misty ni Serena lo supieran, también había tenido su contacto con el entrenador de Pueblo Paleta en su momento. En otro tiempo, por su cabello corto, de color turquesa oscuro, y por su forma de vestir poco femenina, fácilmente se le podría haber confundido por un chico. Ahora, sin embargo, a pesar de seguir prefiriendo usar pantalones largos, había cambiado su suéter por una blusa sin mangas para hacer notar que era una chica. En aquel momento, estaba tomándose un té helado en el bar, viendo un poco a su alrededor a través de sus gafas de sol, y pensando en sus propios planes. Después de estas pequeñas vacaciones, estaba planeando ir a retar la Liga Pokémon de Kanto. Al cabo de un momento, le pareció oír ruidos de lo que parecía ser alguna pelea por comida, y al voltear, como a dos mesas de distancia vio a un chico de su edad, de pelo negro y alborotado, discutiendo con lo que parecía ser los últimos restos de un helado que se habían comido entre ellos dos y otra amiga. Al principio no le prestó mucha atención, hasta que de repente, se levantó las gafas de sol para ver si sus ojos color ámbar no la estaban engañando.

- ¿Ash? ¿Será posible, él? – dijo.

Tenía que estar segura, así que rápidamente terminó de tomarse su traga (teniendo que soportar el cerebro frío) y dejando una propina en el bar, empezó a caminar hacia esa mesa. Misty y Serena no tenían idea de cuanta competencia potencial hubieran tenido si hubieran acompañado a Ash a través de todos sus viajes Pokémon.

- No es justo, tú comiste más de la de chocolate que yo. – protestó Misty

- ¿Ah sí? ¿Pues quién se acabó más de la de vainilla? No fui yo, de eso estoy seguro. – replicó Ash.

- Por favor, ya cálmense. – pedía Serena, tratando de mediar entre los dos. – ¿Qué tal si ordenan otro y con eso se arreglan?

- Disculpen, ¿interrumpo algo? – les llamó de pronto una voz femenina (que extrañamente, sonó bastante similar a Misty). – Lo sabía, sabía que eras tú, Ash.

- ¿Eh? Disculpa… ¿te conozco? – preguntó el moreno. En respuesta, la aludida se quitó los lentes.

- ¿No me recuerdas? Soy yo, Angie. Angie de Pueblo Solaceon.

- ¿Angie?

Ash tardó un poco en echar a andar los engranes de su cabeza, para poder acordarse (tantas personas que había conocido a lo largo de sus viajes, sería virtualmente imposible recordar a todos). Sin embargo, después de unos segundos finalmente la reconoció: era esa chica de Pueblo Solaceon, hija de una pareja dueña de una guardería Pokémon. Y ahora que la veía bien, lucía… diferente. Diferente en el sentido de que ahora no la podría de ninguna manera confundir con un chico.

- Hola… casi no te reconozco. ¡Huyyyyy! – fue todo lo que Ash alcanzó a decir, cuando sintió que por debajo de la mesa le daban un pellizco en la pierna, y tuvo que apretar los dientes para no gritar.

- Ash… ¿no nos presentas a tu… amiga? – dijo Misty sonriendo, pero con una sonrisa que decía "si gritas te asesino". ¿Quién más sino había sido la que lo pellizcó?

- Sí, claro. – dijo Ash, disimulando el dolor. Luego murmurando para Misty. – No tenías que pellizcarme tan fuerte.

- Mucho gusto. – dijo Serena, que o no notó lo que pasó entre Ash y Misty, o activamente lo ignoró para no alborotar más, poniéndose de pie para darle la mano a Angie. – Soy Serena, es un placer conocerte.

- Y yo soy Misty. – agregó la pelirroja. – Y dinos… Angie, ¿de dónde conoces a Ash?

- Nos conocimos en una Academia de Verano en Sinnoh. – dijo la aludida. – Todavía recuerdo, el Profesor Rowan estaba muy molesto con nosotros por estar causando problemas.

- Sí, y usualmente tú eras la que empezaba. – replicó Ash, con un deje de molestia. – ¿O es que ya se te olvidó que no dejabas de llamarme "babotas"?

- Ah, vamos, Ash, ¿todavía me guardas rencor por eso? – dijo Angie, sin dejar de sonreír. – Pero en fin, qué sorpresa encontrarme contigo aquí.

- A decir verdad, solo vine porque me invitaron ellas dos. – confesó el muchacho. – Pero no me pude negar, ya necesitaba tomarme unas vacaciones.

- Ya veo. ¿Y qué has hecho en estos dos últimos años? – dijo Angie. – Después que nos separamos, te vi competir en unas cuantas ligas regionales, pero después de eso, solo he escuchado… rumores interesantes.

- Ah, ya sabes, un poco de esto, un poco de aquello, nada fuera de lo común… ¡Ayyyy! – Volvió a sentir que Misty le pellizcaba la pierna. – ¡¿Eso por qué fue?!

- Ash, te estás infravalorando. – dijo la pelirroja. – ¿Por qué no le dices la verdad? Dile que eres Cerebro de la Frontera de Batalla de Kanto.

- ¿Frontera de Batalla? – inquirió Angie. – Hay una de esas en Sinnoh que empezó hace no mucho, pero dicen que son tan difíciles que están a la altura de miembros del Alto Mando o incluso de Campeones.

- Y no es broma, deberías ver la de Kanto. – confirmó Misty. – Son batallas muy especializadas para ponerle retos poco usuales a los mejores entrenadores. Pero sucede además, que el Coliseo de Batallas de Pueblo Paleta, el cual lo dirige Ash, también tiene doble función como gimnasio para medallas en la Liga Índigo.

- ¿Es en serio? – preguntó Angie, sonriendo emocionada de repente. – Eso es grandioso, significa que tendré que pasar a retarte un día de estos.

- ¿Retarme? – Ash se sorprendió un poco por eso. – ¿Piensas desafiar a la Liga Índigo?

- Cuando termine mis vacaciones, sí. – dijo Angie. – No tienes idea de lo que me costó convencer a mis padres, pero al final cedieron, ya era tiempo de ver algo más que la región Sinnoh. Bueno, gusto en saludarte, creo que nos veremos pronto.

- Aguarda. – dijo Misty. – Si tienes planeado retar a la liga de Kanto, ¿para qué esperar?

- ¿Eh? – Ash se volteó a ver hacia Misty. ¿Estaría tramando algo?

- ¿Por qué no hacerlo aquí mismo? – dijo la pelirroja. – Quién sabe, podrías hasta ganar tu primera medalla de la Liga de Kanto.

- ¿Aquí mismo? – Angie la miró confusa. – Bueno, sí tengo a mis Pokémon conmigo, después de todo.

- Oye, Misty, ¿qué estás…? ¡Huyyyyy, ya basta, no hagas eso!

- Angie, no sé si estés enterada, pero desde hace unos años, los líderes de gimnasio de Kanto solemos llevar medallas con nosotros cuando salimos de viaje, solo en caso de conseguirnos algún retador que pudiera querer desafiarnos. – explicó Misty. – Sí sabías eso, ¿verdad, Ash?

- Por supuesto que lo sé. – dijo Ash, ligeramente ofendido.

Esa era una de las primeras reglas del manual que tuvo que leer cuando aceptó que construyeran el Coliseo en Pueblo Paleta. Por partida doble, pues además de los protocolos de los gimnasios, los que tenía que seguir para desafíos de la Frontera eran aparte y también se los tuvo que aprender de memoria. Fue muy engorroso, considerando que él no era de los que aprendían mucho leyendo libros. Prefería la "experiencia práctica".

- Además, hay arenas de batalla en el barco. – agregó Misty. – Podemos hacer los arreglos fácilmente para que les aprueben una batalla oficial de gimnasio. Y Ash… tú nunca le huirías a un desafío, ¿verdad?

El muchacho entrecerró los ojos, ese fue un golpe bajo. Preguntarle eso a Ash Ketchum era tanto como preguntarle a cualquier otra persona si el agua estaba mojada. Si había una cosa que no le agradaba de Misty incluso después de tanto tiempo, era que ella siempre sabía cómo pulsarle los botones. De nuevo, si no fuera por eso, tal vez ahora no serían amigos. Ya había tenido unas cuantas batallas ese día, pero ya para esta hora, sus Pokémon deberían estar descansados y listos, una más por ese día no haría ningún daño.

- Si él no tiene problema, con mucho gusto. – dijo Angie, claramente encantada con la oferta. – ¿Qué dices, Ash, una batalla por los viejos tiempos?

- No puedo decir que no a eso. – replicó Ash con determinación. – Está bien, solo déjame ir a buscar a mis Pokémon, y nos veremos en una de las arenas de batalla después, ¿de acuerdo? Y una cosa más, no es por presumir, pero nunca he entregado una medalla fuera del Coliseo, y no pienso hacerlo ahora.

- Quién sabe, yo podría ser la que te rompa esa racha.

Angie le guiñó el ojo en desafío. Este gesto no pasó desapercibido por parte de Misty y Serena, por supuesto. Despidiéndose del trío, la recién llegada se fue por su cuenta, mientras Ash se dispuso a ir entonces al Centro Pokémon por su equipo, no sin que Misty le recordara que recogiera los de ella y de Serena también, y este rodó los ojos, ¿en serio creían que los iba a dejar olvidados? Habiéndose quedado solas, las dos chicas se volvieron a sentar a la mesa, y Misty, cuyo estómago parecía todavía tener espacio, ordenó otro helado. Serena, entretanto, se quedó mirando en la dirección que se había ido Angie, y por una simple corazonada, decidió hacerle "esa" pregunta a Misty.

- Oye, Misty… ¿tú crees que Angie tal vez…?

- ¿También lo notaste? – dijo Misty, a lo que Serena asintió. Las dos conocían ese tipo de mirada perfectamente, pues la habían visto tanto en sí mismas como en otras chicas… especialmente cerca de Ash. Era inconfundible. – Sí recuerdas lo que prometimos, ¿verdad?

- Por supuesto. – aseguró la joven kalosiana. – Angie parece una buena chica, pero si trata de acercarse a Ash… haremos lo que sea necesario.

Y como recordatorio del "pacto de amor" que hicieron, la líder de gimnasio y la artista-coordinadora entrelazaron sus dedos meñiques. Si alguna otra persona tenía intenciones románticas con Ash, entre las dos se ocuparían de alejarla. Esa era la regla.


Arena de batallas del crucero, dos horas después…

Al ser Ash un miembro importante de la Liga Pokémon de Kanto, los preparativos para hacer ese desafío oficial resultaron mucho más fáciles de lo que esperaba. Todo lo que tuvieron que hacer fue hablar con los encargados para acordar una hora y una arena de batalla específica, y llamar a Angie por los altoparlantes para que se presentara. En aquel momento estaban los dos frente a frente, en la arena de batalla número cuatro, bajo la cubierta tres. Un área bastante amplia para que los entrenadores pudiesen pelear sin causar daños colaterales o disrupciones en el crucero para los otros pasajeros que, al igual que ellos, también querían disfrutar de sus vacaciones.

- Esta es una batalla oficial por una Medalla Tricromática entre Ash Ketchum, el Gladiador del Coliseo de Pueblo Paleta, y su retadora, la señorita Angie. – declaró el réferi que iba a supervisar el encuentro. – Las reglas son sencillas, la retadora luchará tres batallas uno a uno contra el Gladiador, y tendrá que ganar al menos una de ellas para recibir la medalla. No se permitirán sustituciones de ninguno de los dos combatientes.

A Angie le extrañó que colocaran esas reglas tan específicas para este desafío. Si eran tres batallas uno a uno, ¿no tendría más sentido que tuviera que ser a mejor dos de tres? En este caso, con mucho ella era quien tenía la ventaja. Pero este hándicap tenía una razón de ser, y en gran parte, era para nivelar la dificultad. Eso era algo que solo Ash, y sus dos compañeras sabían en ese momento. Si bien las reglas de los líderes de gimnasio dictaban que estaban en derecho y parcial obligación de aceptar desafíos cuando estaban fuera de su gimnasio en algún viaje (una forma de poder ausentarse temporalmente y mantenerse activos para evitar que fueran clausurados), los rumores decían que Ash, aunque había aceptado muchos desafíos de ese modo, jamás había entregado una medalla fuera del Coliseo. La respuesta del por qué, solo la sabían el propio Ash, sus amigos cercanos y aquellos que lo retaban, quienes nunca decían nada excepto "tienes que comprobarlo tú mismo".

Misty y Serena tenían asiento de primera fila. Ninguna de las dos había visto batallar a Ash en persona desde hacía mucho tiempo, y las dos estaban particularmente interesadas en comprobar qué tanto había progresado desde la última vez que se vieron. Pikachu también estaba sentado con ellas, pues Ash no planeaba utilizarlo a él, siguiendo las reglas de las batallas de gimnasio. Había un motivo por el cual la medalla era llamada "Tricromática", y Angie estaba a punto de comprobarla.

- Esto va a ser emocionante. – dijo Misty.

- ¿No está Ash en un poco de desventaja si ella solo tiene que ganarle una vez? – preguntó Serena.

- Yo no me preocuparía. Si de batallas se trata, no hay forma de que vaya a perder ahora. – aseguró la pelirroja. – Hay una razón por la cual Ash nunca ha entregado una medalla fuera del gimnasio, y personalmente, creo que ese es un buen récord del cual estar orgulloso. Cuando sale, usualmente se va con su mejor equipo, o eso es lo que me han dicho nuestros amigos en común.

- Hmm… ¿es cierto eso? – le preguntó Serena a Pikachu.

- Pikachu. – el roedor asintió, confirmando lo que decía Misty.

Siendo el único miembro constante del equipo de Ash desde el primer día, Pikachu sabía perfectamente el por qué Ash nunca había perdido un desafío por medalla fuera del Coliseo. Desde que lo instaló, cuando salía por precaución el equipo que se llevaba siempre era lo que algunos llamaban "la artillería pesada", los miembros que exclusivamente estaban reservados para las batallas por el símbolo de Determinación. Por eso, los retadores que lo desafiaban fuera, usualmente se encontraban totalmente fuera de su liga (literal y figurativamente) cuando se les ocurría tratar de sacarle la medalla para ahorrarse el viaje hasta Pueblo Paleta, solo para descubrir que tendrían que ir de todos modos. Y por supuesto, los tres miembros que participarían en esta batalla no eran la excepción.

- ¡Comienza la primera batalla! – dijo el réferi. – ¡Entrenadores, liberen a sus Pokémon ahora!

- ¡Sceptile, yo te elijo! – exclamó Ash, arrojando su primera Pokébola.

- ¡Sceptile! – El Pokémon gecko de tipo Hierba apareció en el campo, poniéndose su ramita en la boca como de costumbre.

- Un tipo Hierba. – dijo Angie. Se acordó de haber visto por televisión cuando Ash compitió en la Liga Sinnoh, fue cuando logró (por los pelos) derrotar a ese Darkrai que tenía el otro sujeto. – ¡Vamos, Toxicroak!

- ¡Croak! – El anfibio de tipo Veneno y Luchador también hizo su entrada al campo. Apenas vio a su oponente, tembló ligeramente, pero no por miedo. Era su habilidad Anticipación alertándole de un ataque potencialmente peligroso.

- ¡Comiencen!

- ¡Toxicroak, usa Picotazos Venenosos! – ordenó Angie, decidiendo abrir con el primer movimiento.

- ¡Croak!

- ¡Sceptile, contraataca con Bala Semilla! – gritó a su vez Ash.

- ¡Tile!

Sceptile respondió al ataque de Toxicroak con el propio, disparando de su boca una lluvia de semillas de energía verdes. Los dardos venenosos púrpuras colisionaron en el aire contra ellas, pero a pesar de la ventaja por tipo, no lograron superarlas para llegar hasta donde estaba Sceptile. Al ver que el ataque a distancia no sirvió, Angie decidió ir de frente.

- ¡Toxicroak, usa Tijera-X!

- ¡Tox! ¡Toxi… croak! – Toxicroak cruzó las dos manos y estas comenzaron a resplandecer con una energía verde claro, formando una especie de cuchillas, mientras echaba a correr hacia Sceptile.

- ¡Sceptile, usa Hoja Afilada y protégete! – exclamó Ash.

A esta orden, las hojas en los antebrazos de Sceptile se extendieron y empezaron a brillar también de verde, pero mucho más vibrante. En vez de lanzarse a atacar, tal como Ash le dijo, lo que hizo fue utilizarlas para protegerse del ataque que venía, colocando los brazos en forma de guardia cruzada frente al cuerpo cuando Toxicroak llegó con la Tijera-X. En vez de tratar de esquivar, igual que antes bloqueó el ataque con el suyo propio, cuidando de que la energía del ataque tipo Insecto golpeara la de la Hoja Afilada. Igual que el ataque anterior, evitó recibir daños del ataque superefectivo con el propio, al parecer a pura fuerza bruta, y Sceptile abrió los brazos hacia el frente bruscamente para alejar a su oponente. Angie se impresionó, pero no pudo evitar preguntarse, ¿por qué Ash se ponía a la defensiva? La última vez que se vieron, su estilo era atacar primero y preguntar después.

- ¡No te rindas, Toxicroak, insiste con Pinchazo Venenoso! – ordenó Angie.

- ¡Croak, croak!

Esta vez, Toxicroak cubrió de energía púrpura venenosa y envenenada sus manos, y comenzó a golpear haciendo jabs como un boxeador experto. Sceptile siguió defendiéndose utilizando sus Hojas Afiladas, a pesar de que retrocedía evitaba los daños, pero este ataque era más fuerte ya que tenía el bono de ser del mismo tipo que su usuario. Ash finalmente decidió que ya estaba bien de evaluar al oponente, y cuando estaba a punto de darle un gancho al estómago, dio su orden para comenzar el contraataque.

- ¡As Aéreo!

Dicho esto, cuando Toxicroak estuvo a punto de golpearlo en todo el estómago, Sceptile desapareció y reapareció por detrás de él, con sus brazos y piernas dejando una estela blanca antes de golpearlo por la espalda. Ese fue el ataque del que lo alertó su Anticipación, ahora Angie estaría lista para él.

- ¡Toxicroak, usa Tijera-X otra vez! – exclamó la chica.

- ¡Toxicroak!

El anfibio cruzó las dos manos para formar las cuchillas con ellas y se volvió a lanzar al ataque, tratando de presionar a Sceptile, pero el patrón empezó a repetirse, cada vez que parecía haberlo acorralado o se ponía a tiro, utilizaba As Aéreo para escabullirse y contraatacar. Angie, al ver que se repetía este patrón, decidió intentar su propia iniciativa.

- ¡Toxicroak, prepara Pinchazo Venenoso, pero mantenlo hasta que te diga! – le dijo.

Obedeciendo a su entrenadora, Toxicroak preparó el ataque pero esta vez no se lanzó. Ash le ordenó a Sceptile atacar de lejos con Bala Semilla. Aunque no fuese un ataque muy efectivo, la potencia de este era notable y todavía pudo sentirlo. Angie le dio la señal de que se lanzara a la carga, usando la energía del Pinchazo como escudo para desviarlas. Atravesando la metralla de semillas, Toxicroak logró acortar en un instante la distancia entre él y su oponente. Cuando Ash estuvo a punto de ejecutar de nuevo su maniobra evasiva del As Aéreo, Angie tenía preparada su respuesta.

- ¡Gírate y golpea hacia arriba! – exclamó.

¡THUMP!

El gancho de derecha conectó directo en la quijada, seguido inmediatamente de un golpe al hígado con el otro puño, y para efecto adicional, le provocó envenenamiento. Pero antes de dejarse afectar demasiado por esto, Ash le ordenó volver a utilizar As Aéreo a toda prisa. Angie creyó que al desaparecer reaparecería de nuevo por atrás, pero no fue así; en lugar de eso, le vino por un costado. Sabiendo que no podía perder un instante y dejar que el veneno actuara más de la cuenta, Ash decidió que era tiempo de terminar la batalla.

- ¡Tormenta de Hojas, Sceptile! – exclamó.

Sceptile se dio la vuelta y apuntando con su cola, disparó un enorme tornado de hojas hacia Toxicroak. Independientemente de si fuese un ataque superefectivo o no, este tuvo la fuerza suficiente para levantarlo del suelo y mandarlo a volar por los aires. Mientras todavía estaba flotando en el aire. Ash le ordenó saltar y ejecutar As Aéreo desde arriba. Así lo hizo, pues primero pegó un enorme salto, desapareció y reapareció arriba de Toxicroak, estampándole un rodillazo en la panza y mandándolo como un meteoro de vuelta al suelo. Después de la caída, al disiparse el polvo, tenía los ojos en espiral y se quedó inmóvil. Estaba noqueado.

- ¡Toxicroak ya no puede pelear! ¡Sceptile es el ganador! – declaro el réferi.

- Wow, eso fue impresionante. – comentó Serena. La preocupación que tenía al inicio ahora había disminuido un poco.

- ¿Qué te dije? – replicó Misty. – Si se trata de batallas Pokémon, te aseguro que no se queda dormido en sus laureles.

Serena ya sabía eso perfectamente, pero aun así no podía evitar sentirse bastante impresionada. Las habilidades de batalla de Ash no habían disminuido un poco desde la última vez que se vieron. Si era posible, sin duda habían aumentado, y el poder puro de ese Pokémon era la prueba, pues con desventaja de tipo, y a pura fuerza logró derrotar a su oponente con apenas un poco de esfuerzo y recibiendo relativamente poco daño, fuera del envenenamiento por lo que fue un golpe de suerte.

Mientras tanto en la arena, Angie recogió a su Pokémon caído, felicitándolo por su esfuerzo. Fue increíble, incluso con desventaja por tipo, Ash dirigió a Sceptile de una manera realmente inteligente para contrarrestar eso y ganarle, y claramente tenía mucho poder. Al parecer, este combate sería más emocionante de lo que creyó al principio. Bien, había perdido un combate, todavía le quedaban dos por delante. Felicitándolo por un trabajo bien hecho, se preparó para el segundo asalto. Si los otros Pokémon de Ash estaban al mismo nivel que este Sceptile, tenía que irse con cuidado.

- ¡Charizard, yo te elijo!

Ash lanzó su segunda Pokébola, revelando al lagarto de fuego alado. Como era su costumbre, este anunció su entrada con un rugido y un lanzallamas. Y como Angie pudo comprobar a primera vista, se veía bastante fuerte, quizás incluso más que el Sceptile contra el que acababa de pelear. Era un tipo Fuego y Volador… decidió dejar la opción más obvia para el final y por ahora, tratar de vencer a Ash en su propio terreno.

- ¡Infernape, ve! – exclamó lanzando su segunda Pokébola.

- ¡Ape, ape!

El gran mono de fuego apareció en el campo, anunciándose de una manera igual de dramática que su oponente, solo que en vez de rugir y lanzar fuego, se puso a golpearse el pecho y a flexionar sus enormes puños. El segundo asalto sería un duelo entre dos Pokémon de tipo Fuego en su evolución final. Ese sería un encuentro ardiente en todo sentido.

- ¡Comiencen!

- ¡Charizard, Lanzallamas! – exclamó Ash, decidiendo esta vez dar él el primer golpe. ¿Y qué mejor manera que haciéndolo con el ataque favorito de Charizard?

- ¡Chaaaaaar! – Charizard lanzó su torrente de fuego hacia su contrario.

- ¡Usa Rueda de Fuego, Infernape! – ordenó Angie.

El primate de fuego se enrolló en bola y empezó a rodar envuelto en llamas hacia Charizard. Este, sin necesidad de esperar la orden de su entrenador agitó las alas y voló para esquivar el ataque. Angie le ordenó darse la vuelta y regresar, justo cuando Charizard iba descendiendo, pero Ash, anticipándose a lo que iba a hacer, ordenó que contraatacara con Cola de Dragón. Charizard se volteó, con su cola brillando en energía azul claro, y detuvo a Infernape en seco, forzándolo fuera de la Rueda de Fuego.

- ¡Ala de Acero, Charizard! – ordenó Ash.

- ¡Char!

Las alas del lagarto volador se revistieron con energía metálica mientras echaba a volar hacia el indefenso Infernape, golpeándolo con fuerza. Otra vez, a pesar de no ser un ataque superefectivo, el poder en bruto de este era tal que todavía causaba daños serios. Sin embargo, Infernape había caído, pero no estaba fuera del encuentro todavía. Se puso de pie de un salto, listo para volver a la carga. Y Angie tenía su propio as bajo la manga, la habilidad de su Infernape, Puño de Hierro, lo mejor que podía hacer era sacarle ventaja a todo lo que pudiera.

- ¡Charizard, usa Lanzallamas de nuevo! – exclamó Ash.

- ¡Infernape, vuelve a usar Rueda de Fuego para rodear a Charizard! – indicó Angie.

Esta vez, Infernape no usó la Rueda de Fuego para atacar, sino para rodar a toda velocidad por el campo esquivando los Lanzallamas de Charizard. Esto servía para compensar por la ventaja de vuelo que tenía el Pokémon de Ash, ya que rodando se desplazaba mucho más rápido. El único problema, por supuesto, era que no podía ver hacia dónde iba, así que necesitaba que Angie lo dirigiera. Ash se preguntaba si no se marearía de tanto rodar.

- ¡Charizard, vuela bajo y usa Cola de Dragón otra vez! – ordenó Ash.

- ¡Frena, Infernape! – exclamó al mismo tiempo Angie.

Charizard estaba a punto de darle el coletazo de nuevo cuando venía directo hacia él, pero Infernape clavó los dos puños en el suelo para detenerse justo antes de que lo rozara con la punta. Charizard ahora estaba a distancia óptima para que Angie hiciera su movimiento. Por instinto, y anticipándose a un ataque, Ash tomó una defensa preventiva que utilizaba en este tipo de situaciones.

- ¡Cúbrete con Ala de Acero! – exclamó el moreno.

En circunstancias normales esta sería una defensa efectiva, el Ala de Acero también podía usarse como protección. Desafortunadamente, como todo, esta no era infalible, y el ataque que Angie le ordenó usar a Infernape era justo lo que necesitaba para romperla.

- ¡Combate Cercano!

- ¡Infernape! ¡APE! ¡APE! ¡APE!

Dicho y hecho, el mono de fuego empezó a bombardear a Charizard con una ráfaga continua de puñetazos. Contra un ataque de tipo Luchador, más todavía con uno de alto poder y golpes continuos como ese, el Ala de Acero eventualmente cedió, fragmentándose el revestimiento metálico y dejando a Charizard expuesto nuevamente. Y todavía no había terminado.

- ¡Puño Trueno! – exclamó Angie.

Ash se alarmó al ver las chispas de electricidad saliendo del puño derecho de Infernape, si no fuera suficiente con haberle roto la defensa del Ala de Acero a Charizard. Tenía sentido, un ataque como ese cubría dos de las debilidades naturales de Infernape: el tipo Agua y el tipo Volador. Charizard era de este último, así que ese Puño Trueno era superefectivo contra él, potenciado todavía más por la habilidad de Infernape. El gancho electrificado le conectó en la quijada y empezó a echar chispas, pero afortunadamente no pareció causarle parálisis.

- ¿Charizard, estás bien? – preguntó preocupado Ash.

- ¡Char! – Charizard respondió con un tono que para Ash fácilmente significaba "Eso no se pregunta."

- Vaya, ese Charizard de verdad aguanta mucho. – dijo Angie. – Pero no vamos a darnos por vencidos. ¡Infernape, Puño Trueno otra vez!

- ¡Charizard, vuela y usa Cola de Dragón!

Charizard levantó el vuelo y se alejó de ese puñetazo eléctrico, poco deseoso de volver a recibirlo. Tomó toda la altura que pudo mientras volvía a concentrar la energía para darle el coletazo usando la gravedad para darle con más fuerza. Le dio en la cabeza y los ojos se le fueron, y aprovechando que la energía azul seguía activa, Charizard se dio la vuelta para darle otro coletazo a las piernas para derribarlo. Mientras estaba en el suelo, Ash le ordenó a Charizard hacer un Lanzallamas a corta distancia. Charizard lo hizo, pisándolo en el estómago por si se le ocurría escapársele, y le escupió el chorro de fuego en toda la cara por un buen rato. Finalmente, dejó de exhalar y se alejó de él alzando el vuelo para tomar impulso.

Angie vio que el ataque de Lanzallamas de Charizard había hecho lo suyo en su Infernape, pero no podía darse por vencida todavía. Si podía conectar ese Puño Trueno, aún tenía una oportunidad de ganar. Charizard dio la vuelta en el aire, y ya venía volando hacia Infernape para hacer el que seguramente sería el choque final. Si venía de frente, era una oportunidad perfecta para conectar un golpe Certero.

- ¡Infernape, recíbelo con Puño Trueno! – gritó Angie.

- ¡Ape! – Una vez más, el mono de fuego cargó su puño con energía eléctrica, listo para atacar. Pero esta vez Ash sabía cómo contrarrestarlo. El primero que le dio solo fue gracias al factor sorpresa.

- ¡Charizard, Ala de Acero contra el suelo! – exclamó Ash.

- ¡Char! – Las alas de Charizard adquirieron su brillo metálico, y el lagarto de fuego voló bajo en picada hacia Infernape, inclinándose lateralmente justo cuando estaban los dos por hacer contacto.

El resultado del choque dejó a Angie en completo shock. No solo había interceptado el Puño trueno, sino que además… ¡este no hizo ningún daño! ¿Cómo fue eso posible, si lo recibió de frente? Por supuesto, Ash ya había desarrollado esa defensa entre sus Pokémon Voladores y contra ataques de eléctricos en general. Un ataque de tipo Acero hacía conexión a tierra y con eso podía neutralizar el daño provocado por completo. Ahora, Infernape estaba a su merced.

- ¡Termina con él, Charizard, Movimiento Sísmico! – ordenó Ash.

- ¡Char!

Sujetando con fuerza a Infernape, Charizard se elevó (tanto como podía hacerlo dentro de ese lugar) y comenzó a volar dando vueltas. Al agarrar suficiente impulso, se lanzó de vuelta al suelo, estrellando de cara a su oponente justo antes de tocar tierra. Hecho esto, volvió a ponerse de pie, mientras Infernape se quedó en el suelo, sin poder levantarse. Segundo K.O. a favor de Ash.

- ¡Infernape ya no puede continuar! ¡Charizard es el ganador! – declaró el réferi.

- Sorprendente. – dijo Serena. – Especialmente ese movimiento que usó para salvarse del Puño Trueno.

- Charizard es con mucho uno de los Pokémon más fuertes de Ash. – dijo Misty. – Entrenó durante largo tiempo en el Valle Charicific.

- ¿El valle qué?

- Es una reserva natural en Johto, que muchos Charizards salvajes usan como terreno de entrenamiento. – explicó Misty. – Varios de sus mejores ataques los aprendió en ese lugar, y lo creas o no, ha podido pelear de igual a igual y en ocasiones hasta derrotado a Pokémon legendarios. Si hablamos de poder puro entre los Pokémon de Ash, sería difícil desbancar a Charizard.

Serena se quedó viendo a Misty por un momento. Efectivamente, el Pokémon de fuego había demostrado ser muy poderoso, y si ella hacía una estimación (y sin tomar en cuenta el factor de la Mega-Evolución), posiblemente lo fuese incluso más que el Charizard que tenía Alain, el entrenador que derrotó a Ash en la liga Kalos. Pero la artista-coordinadora kalosiana creía que podría haber alguien que capaz de disputarle dicho título de "el Pokémon más fuerte de Ash", y si su presentimiento era correcto, lo verían a continuación.

- Regresa, Infernape. – dijo Angie, retornando a su segundo Pokémon caído. Ash hizo lo propio con Charizard. – Excelente trabajo, te ganaste un buen descanso. Estoy impresionada, Ash. Tus Pokémon son mucho más fuertes de lo que me imaginé.

- Hemos trabajado duro. – dijo Ash con una sonrisa. – Tenemos un prestigio que mantener, tú entiendes.

- Por supuesto. – dijo Angie. No se sentía mal por estar perdiendo. Todo lo contrario, se sentía emocionada, era la primera vez en mucho tiempo que se sentía tan emocionada en una batalla, y quería llevarla hasta el final sin importar el resultado. – Muy bien, ya perdí dos oportunidades, pero todavía me queda una más. No me daré por vencida hasta el final.

- No quisiera que fuese de otra manera. – dijo Ash, tomando su tercera y última Pokébola. Ya había enfrentado a Hierba y Fuego, faltaba uno para completar el trío elemental. – ¡Greninja, yo te elijo!

- ¡Ninja!

El tercer Pokémon, cuál otro si no, la rana acuática ninja. Se quedó posando firme, y con la shuriken gigante de agua en su espalda. Muchos de los espectadores se quedaron viendo al tercer Pokémon de Ash, bastante sorprendidos. Particularmente, cierta entrenadora de Pokémon tipo Agua, que se tomó su tiempo de admirarlo con un ojo apreciativo.

- ¿Qué Pokémon es ese? – le preguntó a Serena, señalando específicamente a la Shuriken que tenía en su espalda. – Es un tipo Agua, ¿verdad?

- Sí, lo es. – dijo Serena. – Es un Greninja, o tal vez debería llamarlo, ¿Ash-Greninja?

- ¿Ash-Greninja?

Misty volvió a mirar a la rana. Viéndolo en la cara, los rasgos que tenía tal vez de cierto modo recordaban vagamente a Ash. Sin embargo, Serena decidió ilustrarlo mejor, y sacó su Pokédex, el cual era la última versión, y capaz de proyectar imágenes holográficas en 3D. Apuntándolo hacia Greninja, lo activó.

- GRENINJA, EL POKÉMON NINJA, Y LA EVOLUCIÓN FINAL DE FROAKIE. USA SUS MOVIMIENTOS VELOCES PARA CONFUNDIR A SUS ENEMIGOS, MOVIÉNDOSE CON LA GRACIA DE UN NINJA EN LAS SOMBRAS, Y COMPRIME EL AGUA PARA FORMAR ESTRELLAS QUE UTILIZA PARA ATACAR CON GRAN RAPIDEZ Y PRECISIÓN.

Misty se percató de algo más gracias al Pokédex de Serena. La imagen holográfica que mostraba el dispositivo, y el que estaba viendo ahora en la vida real, se veían notablemente diferentes. El tono de azul de la piel del Greninja de Ash era un poco más claro, y además, su cara tenía unas marcas rojas y negras, y unas protuberancias negras a los lados que recordaban un poco a los mechones de pelo de Ash. Sin mencionar la shuriken gigantesca de agua que permanecía en su espalda.

- ¿Por qué se ven diferentes? – preguntó Misty finalmente. Serena pareció muy entusiasta de contarle la historia.

- El Greninja de Ash tiene una habilidad única. – explicó la chica kalosiana. – Antes era normal, pero con el tiempo, aprendió a hacer una transformación especial que incrementa su poder, al sincronizarse con Ash.

- ¿Sincronizarse? – preguntó Misty. De pronto, los rasgos en su cara que evocaban a Ash tenían sentido.

- No entiendo muy bien cómo funciona, pero al parecer, ellos dos unían sus corazones y eso le daba a Greninja un impulso de poder adicional. – explicó Serena. – Según decían, es parecido pero diferente a la Mega-Evolución.

- Wow…

- El asunto es, que Ash tuvo que dejarlo por… una misión importante. – dijo Serena con algo de nostalgia. – Pero un día, apareció en mi casa, y estaba transformado. No sé cómo lo habrá hecho, pero de algún modo aprendió a transformarse incluso sin ayuda de Ash, y si tuviera que adivinar, tal vez lo hizo por tanto tiempo que ese estado se volvió permanente. Y creo que vino a buscarme, porque quería volver a reunirse con Ash, así que decidí llevárselo en cuanto comencé a participar en las Exhibiciones Pokémon en Kanto.

- Impresionante… – dijo Misty, sin poder evitar maravillarse. Desde luego, ella sabía que Ash tenía un particular habilidad para lograr cosas increíbles.

Angie también parecía impresionada al ver al Pokémon de Ash. Ella nunca había estado en Kalos, así que este Pokémon se le hacía desconocido, pero con esa Shuriken que tenía en la espalda y sus colores, solo podía deducir que tenía que ser un tipo agua. Mejor jugar a lo seguro y actuar con la mayor ventaja posible.

- ¡Luxray, ve! – lanzó su tercera Pokébola.

- ¡Ray! – El felino eléctrico rugió con fuerza al ver a su oponente, buscando intimidarlo, pero Greninja al parecer no retrocedió ni un ápice.

- ¡Comiencen!

- ¡Luxray, tenemos que ir con todo desde el principio! – dijo Angie. – ¡Inicia con Chispa!

- ¡Luxray!

Luxray empezó envolviéndose en electricidad azul, y se lanzó en carrera contra Greninja. Ash pudo apreciar que realmente era bastante veloz para correr, y el ataque en sí mismo se veía bastante poderoso. Si de velocidad se trataba, de ningún modo podría competir con Greninja.

- ¡Greninja, inicia con Doble Equipo! – ordenó Ash.

- ¡Ninja! – Greninja se encogió sobre sus patas y pegó un enorme salto, esquivando el ataque de Luxray y haciendo aparecer montones de copias suyas por todo el campo de batalla.

- ¡No nos engañarás con ese truco! – dijo Angie. – ¡Luxray, usa descarga en toda el área!

- ¡LUX… RAY!

Luxray cargó más energía y liberó una onda expansiva en toda el área centrada en él, que fue alcanzando a todas las imágenes de Greninja que pudo alcanzar, disipándolas al contacto, pero el verdadero afortunadamente pudo mantenerse fuera del radio (apenas), saltando hacia atrás dando volteretas para tomar su distancia y poder iniciar su contraataque en cuanto se disipara la electricidad.

- ¡Greninja, usa Corte! – exclamó Ash.

- ¡Ninja! – Hincándose, Greninja generó una cuchilla blanca en su mano y saltó hacia Luxray.

- ¡Aproxímate con Ataque Rápido, y usa Mordida! – ordenó Angie.

- ¡Lux! – Luxray salió disparado en una estela blanca, abriendo sus mandíbulas para interceptar el ataque de Greninja.

El resultado fue que los dientes de Luxray se encontraron de frente con la cuchilla de Greninja, pues este la utilizó para escudarse del ataque, quedándose los dos trabados en un duelo de fuerzas. Pero una ventaja que Greninja tenía, era que solo necesitaba una mano para sujetar la cuchilla, y tenía la otra libre.

- ¡Puño de Hielo! – ordenó Ash.

- ¡Nin-JA!

¡PUNCH! Con las quijadas de Luxray cerradas en la cuchilla, Greninja levantó su mano izquierda palmeada, y la envolvió con un aura congelante, antes de golpear a su contrincante con él en toda la cara. En los últimos dos meses, cuando Ash recuperó a Greninja, en busca de ampliar un poco su repertorio de movimientos, Ash lo puso a entrenar con Snorlax y Buizel, que sabían utilizar Puño de Hielo. Esto sería muy útil, ya que el ataque de Corte tenía la versatilidad de poder dividirse en las dos manos, hacer una katana larga o dos kunais cortos, pero en este último caso el poder se dividía y causaba menos daño al atacar con ellos, además de tener las dos manos ocupadas. En ese caso, no podía hacer un ataque sorpresa, como ahora.

Con el Puño de Hielo, Luxray cayó hacia atrás, y Ash le ordenó presionar utilizando Shuriken de Agua. Al principio, Angie no se preocupó, hasta que lo comprobó con sus propios ojos: Greninja se sacó la shuriken gigante que tenía en la espalda, y se la arrojó, empezando a girar con una gran velocidad.

- ¡Luxray, esquívalo! – gritó Angie.

Luxray trató de obedecer, pero saltó hacia el lado equivocado, y la dirección de los giros de la shuriken hizo que esta se curvara en esa misma dirección y lo golpeara. Uno de los efectos de la transformación en Ash-Greninja era que este ataque se veía potenciado, y ahora que estaba en ese estado por defecto, se podía beneficiar de ese aumento de poder todo el tiempo, tal como podía comprobarlo ahora Luxray. El golpe lo aturdió, pero rápidamente se incorporó.

- ¡Luxray, usa Ataque Rápido y Chispa! – ordenó Angie.

De nuevo, queriendo usar el Ataque Rápido para aproximarse y conectar el golpe, Angie trataba de hacer que Luxray igualara a Greninja en velocidad. Eso podría funcionar hasta cierto punto, pero el gran problema era que solo podía mantener esa velocidad corriendo en línea recta. Greninja, por otra parte, podía aprovechar su agilidad para desplazarse y cambiar de dirección con mucha más facilidad, perdiendo poco o nada de su velocidad natural. La rana esquivó la arremetida eléctrica y rápidamente volvió a tomar su distancia para atacar, volviendo a cargar su Shuriken de Agua. Pero esta vez no agarró una, sino que tomó una en cada mano, y se las arrojó a Luxray una detrás de la otra. Este consiguió esquivar la primera, pero apenas aterrizó la segunda lo golpeó.

- ¡Greninja! ¡Aumentemos el poder, usa Fuuma Shuriken de Agua! – dijo Ash.

- ¡Ninja!

Otra vez, Greninja se multiplicó utilizando Doble Equipo, pero esta vez no tenía intención de usar los clones para despistar. En lugar de eso, los absorbió para utilizar su energía, y aumentar de tamaño su Shuriken de Agua, haciéndola más poderosa. Al arrojarla, esta incluso se expandió todavía más, haciendo que fuera imposible de esquivar.

- ¡Luxray, usa Descarga para detenerla! – exclamó Angie en un arranque de desesperación.

Luxray acumuló toda la electricidad que pudo para hacer su ataque, pero lamentablemente no fue suficiente para eliminarla por completo, la shuriken gigante todavía le impactó y recibió la mayor parte del daño. Otro golpe como ese y estaría al borde de caer para el conteo. Ash, sin embargo, en aquel momento, sintió un deseo repentino de querer terminar con es tilo.

- ¡Greninja, vamos a hacerlo, usa Shuriken de Hielo!

- ¿Shuriken de Hielo? – se preguntaron simultáneamente Serena, Misty, y Angie.

Pikachu se mostró algo preocupado al oír eso. Los dos habían estado entrenando tratando de perfeccionar ese combo que, basándose un poco en el Aqua Jet de Hielo de Buizel, consistía en usar un ataque de Hielo para solidificar la Shuriken de Agua y con eso aumentar el daño al arrojarla, pues esta golpearía como un objeto sólido. Todavía no les salía del todo, pero si no practicaban, nunca lo lograrían.

Greninja arrojó la Shuriken al aire, y cargó su otra mano con energía congelante, preparándose para atraparla con él. Al caer de nuevo, el agua comenzó a solidificarse. Requería una precisión milimétrica, y mucha energía en el Puño de Hielo para poder congelarla antes que se fragmentara. Greninja corrió hacia Luxray y ya se disponía a arrojarla, pero en ese instante, lo impensable sucedió.

¡CRAAAAACCKKK!

- ¡NO! – exclamó Ash.

La shuriken no pudo mantener la cohesión, y se fragmentó en pedazos antes de que Greninja la pudiera lanzar, dejando tanto al entrenador como a su Pokémon en shock. Angie, por otra parte, vio esto como una oportunidad de tratar de voltear el encuentro.

- ¡Luxray, Ataque Rápido y Chispa!

- ¡Ray! – El Pokémon Eléctrico empezó a correr envuelto en su aura eléctrica.

- ¡Greninja, hazte a un lado! – gritó Ash, pero fue demasiado tarde.

Luxray fue más rápido y logró conectar con todo su cuerpo el ataque para daño masivo. La rana salió disparada hacia atrás por el golpe, y Angie, al ver que conectó un golpe sólido, decidió seguir presionando con los ataques eléctricos.

- ¡Luxray, Chispa otra vez! – ordenó.

- ¡Greninja, Doble Equipo!

- ¡Ninja!

A pesar de seguir aturdido por la Chispa, Greninja consiguió ejecutar el movimiento, creando los clones ilusorios para escabullirse, y evitando por los pelos la arremetida de Luxray. Ahora era mejor no dejar las cosas al azar, y rematar con un golpe directo. No usarían ese combo de nuevo hasta haberlo perfeccionado completamente. Luxray volvió a utilizar Descarga para atacar a los clones que quedaban tratando de dar con el verdadero, pero no lo conseguía. Era hora de terminar el encuentro.

- ¡Greninja, prepara Corte, y acércate con As Aéreo!

Greninja sacó la cuchilla, sujetándola esta vez con agarre invertido, mientras la hoja brillaba intensamente en blanco. Cuando Luxray agotó su energía al estar atacando a los clones falsos, Greninja se plantó frente a él para incitarlo a atacar de nuevo, y en cuanto lo hizo, desapareció y reapareció detrás de él, ya no podía escapar.

¡SLASH! Un Corte limpio por detrás, Greninja aterrizó del otro lado de un salto, e hizo un gesto como si envainara una espada, posando firme, mientras Luxray se desplomaba. Tercer K.O. del encuentro, y con eso todo había terminado.

- ¡Luxray ya no puede pelear! ¡El ganador es Greninja! ¡El desafío lo gana el Gladiador, Ash Ketchum!

La multitud estalló en ovaciones. Ash había ganado los tres asaltos, con sus Pokémon mostrando un poderío y estrategias impresionantes, sin duda que el epíteto de Gladiador del Coliseo no era solo para presumir. En cuando a Angie...

- Luxray, regresa. – dijo mientras volvía a meter a su tercer Pokémon a la Pokébola. – Excelente trabajo, te ganaste un buen descanso.

Mientras Ash se venía acercando después de felicitar a Greninja por un trabajo bien hecho, Angie sentía emociones entremezcladas. Lo extraño era, que ninguna de ellas era negativa. Estaba feliz por haber tenido una emocionante batalla, feliz de haber podido ver a Ash de nuevo y comprobar de primera mano qué tan fuerte se había vuelto desde la última vez que lo vio y por supuesto, impresionada de ver que ese chico inmaduro que era tan parecido a ella hubiese madurado tanto. Se había convertido en todo un hombre… y qué hombre, por Arceus.

- Pelearon muy bien, Angie, te felicito. – dijo Ash, ofreciéndole la mano.

- Ja, ¿de qué hablas? Nosotros no fuimos pieza para ti y tus Pokémon. – dijo Angie. – Por lo visto tu racha sigue intacta.

- En mi defensa, hay una razón por la cual no he entregado jamás una medalla fuera del Coliseo. – dijo Ash. – Desde que lo instalé, cuando salgo siempre suelo llevarme a los Pokémon más fuertes que tengo. Es decir, los que normalmente utilizo para las batallas por el Símbolo de la Determinación.

- Wow, ¿es en serio? – dijo Angie. – No me extraña entonces que me hayas dado una paliza como esta. *Suspiro*, eso quiere decir que cuando vaya a retarte de nuevo, ¿vas a ser un poco más suave?

- Puede ser… – Ash se rascó la mejilla.

- Y yo que pensaba pedirte algo más si ganaba. – murmuró Angie, ruborizándose ligeramente. Infortunadamente, Ash la oyó.

- ¿Qué ibas a pedirme? – le preguntó.

- ¡Nada, nada! Hablaba sola. – dijo ella. – Pero en fin, aunque perdí… ¿podrías al menos dejarme ver la medalla, solo una vez?

Ash supuso que eso no haría daño, y se metió la mano en el bolsillo para extraer la medalla. No era tan arrogante como para creer que no tendría que entregarla, sino que la tenía a mano en caso de que ella lograse ganar. La medalla tenía forma como de un trébol de tres hojas, con los bordes platinados y cada uno de ellos de un color distinto: verde, rojo y azul. Angie la sostuvo por un momento para admirarla, de verdad era preciosa. Terminado esto, se la volvió a poner en la mano.

- Espero poder ganármela como debe ser. – dijo Angie. Después se volteó hacia donde estaban Serena y Misty. – Si no te importa, ¿puedo ir a hablar con tus amigas un momento?

Ash se sorprendió un poco por esto, pero simplemente se encogió de hombros y la dejó que se fuera. La retadora vencida caminó hacia las tribunas, mientras los espectadores seguían haciendo una gran ovación, tras este emocionante encuentro.

- Vaya, eso fue… interesante. – dijo Angie.

- Y que lo digas. – dijo Misty. – Lo hiciste muy bien, pero contra ese equipo, sin ofender, pero…

- No me ofendo, entiendo perfectamente. – dijo Angie. – Oigan, ustedes dos están con él, ¿verdad? ¿Les puedo pedir un favor?

Serena y Misty se quedaron viendo entre ellas de manera interrogante. Pikachu, por otra parte, ya tenía una idea de lo que venía.

- Les diré algo, estaba pensando en… pedirle que saliera conmigo si le ganaba. – confesó Angie. Tanto Misty como Serena se tensaron un poco ante esto, pero lo disimularon. – Pero conociéndolo, no estoy segura de que acepte, y menos que capte una indirecta.

- Sí, ese es nuestro Ash. – dijo Misty, haciendo un ligero énfasis en "nuestro".

- Como sea, ¿qué favor querías pedirnos? – preguntó Serena.

- Me alegro de ver que se haya convertido en un excelente entrenador, pero si lo conozco bien, necesitará que alguien lo cuide con… otras cosas. – dijo Angie. – ¿Podrían hacer eso por mí? Puede que sea un babotas, pero… eso no quita que sea un babotas lindo y encantador.

Las tres muchachas se rieron con ganas, pues en eso sin duda estaban de acuerdo. Serena y Misty se sintieron felices de que no tuvieron que intervenir esta vez. El mundo era un lugar muy pequeño si se encontraron con otra chica a la que le gustaba Ash en ese barco, y tenían el presentimiento de que ella no sería la última. Entretanto, Ash se quedó viéndolas, algo sorprendido de lo rápido que se entendieron entre ellas, y preguntándose de qué se podrían estar riendo (y una parte en su interior tenía la sensación de que era de él).


Al anochecer…

Al final el día, los tres estaban por demás exhaustos, pues apenas entraron de vuelta a su camarote, Ash y Pikachu se dejaron caer desparramados en su cama, quitándose los zapatos deportivos. Una buena batalla Pokémon era algo para lo que él siempre estaba dispuesto, pero fuera de eso, todas las vueltas que dio con Serena y Misty (de quienes tuvo la extraña sensación que intentaban mantenerlo lejos de Angie).

Mientras Ash se tendía en la cama, el roedor metió la cabeza entre su mochila, y de ella sacó un pequeño sobrecito de kétchup con tapa que abrió con los dientes y empezó a aspirar su contenido. Misty se sentó en el sillón, tomando el control remoto del televisor y poniéndose a buscar algo que ver, y Serena se sentó en su propia cama y cogió una revista de modas para hojearla. Pasando los canales, la pelirroja se detuvo en el canal de Hoenn, que en ese momento estaba retransmitiendo un encuentro del torneo regional en Ever Grande, y reconoció a uno de los contendientes al instante.

- Oye, Ash, mira quién está compitiendo en la liga Hoenn. – dijo Misty.

- ¿Hmm?

Ash se levantó para ver hacia el televisor. Y no tardó en darse cuenta de a quién se refería. Del lado derecho de la arena de batalla, que en ese momento era un campo de tipo boscoso, se encontraba un muchacho de pelo azul oscuro, y que como Ash pudo comprobar, había cambiado sus gafas de intelectual por unas protectoras que lo hacían ver un poco más como un verdadero entrenador y menos como un nerd.

- ¿Ese es Max? – preguntó Ash.

Si no lo supiera mejor, casi le costaría creer que se trataba de ese mismo pequeño sabelotodo con quién viajó por la región Hoenn. En aquel momento, el hermano menor de May estaba comandando a un Gardevoir, que disparó un ataque eléctrico para interceptar el de su oponente. Y cuando la cámara enfocó tanto al Pokémon contrario como a su entrenador, o más bien, entrenadora, Ash se llevó una doble sorpresa, pues la oponente de Max resultó ser alguien más que Ash conocía muy bien.

- ¿Y está peleando con Bonnie? – dijo después al reconocerla.

La hermana pequeña de Clemont ciertamente había crecido y se había convertido en una linda jovencita. Su pelo rubio seguía en el mismo estilo de coleta de lado que cuando era pequeña, pero ahora estaba más largo, cayéndole un poco por debajo de los hombros. Serena oyó el nombre de Bonnie y de inmediato dejó la revista para echarle ojo también a la batalla.

- Ahora lo recuerdo, la última vez que la vi, dijo que probaría suerte en la liga de Hoenn. – dijo la chica de Kalos.

- ¿También conocen a la otra? – preguntó Misty interesada.

- Es la hermana pequeña de Clemont, otro de nuestros amigos. – asintió Serena. – Es el líder de gimnasio de Ciudad Lumiose.

- Wow, el mundo es un lugar muy pequeño. – comentó la pelirroja. – Un día de estos hay que hacer una reunión para que todos podamos conocernos.

Ash en ese momento no dijo nada, pero la idea sugerida por Misty no sonaba del todo mal. Con tantos amigos a los que hizo viajando por todas las regiones, sería genial si un día todos pudiesen reunirse, aunque fuese solo para una ocasión especial, en especial porque al haberse quedado en Kanto durante los dos últimos había varios a los que no había visto en mucho, mucho tiempo. Claro, no habían perdido el contacto, pues frecuentemente se enviaban correo tradicional y electrónico y otros llamaban por teléfono, pero no era lo mismo que estar allí con ellos, con todas las aventuras que tuvieron juntos.

La batalla ya estaba en la última ronda, y a los dos solo les quedaba un Pokémon en juego, que eran los que tenían en el campo. El tablero mostraba que Max tenía entre su equipo, además de su Gardevoir, un Grovyle y un Mightyena, en tanto que Bonnie tenía en el suyo una Floette y un Tyrunt que ya habían sido eliminados del encuentro. La batalla se mantuvo bastante pareja, y la victoria, incierta hasta el último momento, se decidió repentinamente a favor de Dedenne cuando este se lanzó con el Moflete Estático, literalmente a través del Rayo Cargado de Gardevoir, dejándola paralizada, y terminó de rematarla invocándole un Trueno a muy corta distancia. El rayo que le cayó del cielo terminó el trabajo, haciéndola caer. El réferi que dirigía el encuentro alzó la mano, declarando a Bonnie como la ganadora, y esta comenzó a saltar de alegría. Max, por su parte, aceptó la derrota después de darlo todo y recogiendo a su Gardevoir, la felicitó por un trabajo bien hecho. Pasando luego al centro del campo tras recoger a Dedenne, los dos se dieron la mano con buen espíritu deportivo y agradeciéndose por un trabajo bien hecho.

- Lástima por Max, estaba peleando bien. – dijo Misty.

- Sí, qué pena, pero alguno de los dos tenía que ganar. – dijo Serena. – ¿En qué ronda estaban?

- Según el calendario de la liga, para hoy estaban programadas las semifinales. – dijo Misty.

- Es decir que Max llegó a los cuatro mejores. – observó Ash. – No está mal, aunque debe ser humillante que te venzan en tu propio terreno, ¿verdad?

- Si lo sabrás tú. – comentó Misty entrecerrando los ojos.

- ¿Qué quieres decir?

- Nada, nada. – dijo la pelirroja como sin querer la cosa.

Con ese encuentro terminado, Misty agarró de nuevo el control remoto y se puso de nuevo a pasar los canales en busca de algo. Ella no estaba siguiendo ninguna serie en particular y en ese momento no encontraba alguna película o algo que le gustara. Distraídamente miró de reojo a su amigo, tomándose su momento para evaluarlo. No había duda, Ash se había convertido en todo un hombretón y atractivo no le faltaba, pero en ocasiones, hasta ella sentía que le faltaba… ¿estilo? ¿Arreglarse un poco? Su mirada se fijó específicamente en el pelo del muchacho. Siempre había sido un pelo salvaje e imposible de someter, y cuando crecía eso se notaba todavía más. En particular en este momento que Ash no traía puesta su gorra, pues esta era tan característica de él que la llevaba prácticamente todo el tiempo y con ella podía disimularlo. Tal vez… ¿sería un buen momento para arreglar eso?

- Ash, he estado pensando… ¿no crees que ya te vendría bien cortarte ese pelo? – preguntó Misty.

- ¿Cómo?

- Es que mírate, tu pelo está más alborotado que las púas de un Sandslash. – dijo la pelirroja sin pelos en la lengua.

- Vamos, no puede estar tan mal. – dijo él, pasándose la mano por el pelo.

- Misty tiene razón. – agregó Serena, estando de acuerdo. – Lo tienes demasiado largo, y se te alborota demasiado. ¿Cuándo fue la última vez que te lo cortaste?

- Ni que tuviera tanta memoria. – dijo él con sarcasmo, aunque en realidad eran… tal vez seis o siete meses a lo mucho.

- Seguro debe haber un buen estilista en el barco, con todos los eventos que van a hacer. – dijo Misty. – Lo malo es que son carísimos, no sé si estén incluidos en los gastos del premio.

- Si quieres yo puedo hacerlo. – ofreció Serena. Misty se sorprendió.

- ¿Sabes cortar el pelo? – preguntó Misty, sorprendida.

- He tomado algunos cursos de estilista, me han venido muy bien para mis presentaciones. – dijo Serena, sonriendo.

- Oh, eso es perfecto. – dijo Misty con deleite. – Así no tenemos que pagar cargos extra. ¿No te parece perfecto, Ash?

- Bueno, no lo sé…

- Vamos, en serio que te urge un corte de pelo. – dijo Misty. – Serena, tu ve por tus tijeras, yo lo sujeto.

- Oye, espera, ¿qué estás…? ¡Misty!

El muchacho quiso protestar, pero Misty lo había agarrado de los hombros y lo forzó a sentarse en el sillón en el centro del camarote, poniéndolo frente al espejo. Igual que cuando eran niños, ella era tan fuerte o tal vez más fuerte que él. Serena mientras tanto, sacó el peine y las tijeras de su bolsa, ya estaba lista para comenzar.

- ¡Basta, ya les dije que no quiero! – empezó a gritar.

- Nos lo agradecerás después. – dijo Misty. – Serena, empieza cuando quieras.

- Aquí voy. – dijo la artista-coordinadora, haciendo clic-clic con las tijeras.

- ¡No hablarás en serio! – exclamó Ash, sin poder creer que le estuviera siguiendo el juego. – ¡Pikachu, ayúdame aquí!

- Chaaaaa… - El roedor bostezó con pereza y se dio la vuelta sobre la cama para dormitar. El mensaje era "te quedas solo en eso".

- ¡No puede ser, ¿tú también?! – gritó el moreno. – ¡Que alguien me salve de estas dos!

Pero sus gritos no iban a ser escuchados. Por mucho que protestara, gritara o llorara, con Misty sujetándolo no se podría escapar. Tarareando una cancioncita, felizmente Serena comenzó a cortarle el pelo, y mientras los mechones caían al suelo del camarote (después los barrerían con calma), la puerta sellada impidió que se oyeran los gritos del entrenador de Pueblo Paleta desde afuera, como si lo estuviesen torturando o algo peor. No había escapatoria, estaba atrapado allí con las muchachas, y ellas iban a gozar cada minuto de ello.

Oh sí, estas iban a ser unas vacaciones realmente interesantes, y apenas iba solo el primer día.

Esta historia continuará…


Notas del autor:

¿Qué tal, amigos? Por fin pude arrancar con esta pequeña historia. Que ya creo que no va a ser tan pequeña después de todo, con todo lo que se me ha ocurrido. Tanto así que originalmente planeaba cubrir el viaje de ida en el crucero en un solo capítulo, pero decidí dividirlo en dos por los eventos que se me ocurrieron. Eso sí, no es que planee hacer un día a día con cada capítulo, pero sí voy a extenderme un poquito más de lo que originalmente planee, que esta historia iba a ser de dos, o a lo mucho de tres partes, pero creo que da para mucho más que eso.

Y bien, espero que se hayan divertido, igual como dije en "Amigas y Rivales por Igual", dije que haría más énfasis en el humor que en el drama, por eso aquí Misty y Serena no han empezado a competir. Ya en el próximo, con los eventos del barco, sí podremos mostrar un poco de su "rivalidad amistosa", aunque ya pueden ver lo difícil que es para Ash estar entre las dos, jeje. Habrá mucho humor y fanservice a flor de piel en esta historia, así que si no es lo suyo, lo lamento mucho XD

Antes de irme, un pequeño agradecimiento especial a Viroro-kun, por dar una pequeña pero importante contribución al título de esta historia. Si entienden inglés y son fans de Pokémon, les recomiendo que lean sus historias, les aseguro que les encantarán. Gracias también a quienes dejaron review en "Amigas y Rivales por Igual": soldado dragon, Sol, Aclamante1298, ZeekLaerers, Goddess Artemiss (estos dos últimos gracias también por aportar algunas de sus ideas), Pokéshipping Fun2016, Nixo, Unbreakable Warrior, darkdan-sama, dragon titanico, Gambu, beruji e IA99. Y a los que favoritearon o siguieron sin comentar, gracias también, pero apreciaría más si expresaran sus opiniones con palabras. Nos vemos en el próximo, ahora sí, esta es mi última publicación por este año. ¡Nos vemos en 2017!