Disclaimer: Harry Potter no me pertenece, es propiedad de la autora J. K. Rowling.

Esta historia participa en el reto "Viñetas de emociones" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".


Capítulo 1

Odio

Posiblemente él no sea el mejor padre. Y lo sabe porque cometió muchos errores en sus años escolares. Sus emociones se entremezclan cuando ve a su hijo crecer solo, a lado de ellos, pero solo. La guerra no fue fácil, menos los días que siguieron. Los Malfoy enfrentaron varios juicios por su participación en la guerra, pero no es fácil salir invicto cuando no perteneces al bando que triunfó en la guerra. No muchos entendieron sus razones y fue muy difícil declarar que lo único que él quería era proteger a su familia, y si debía hacer cosas por el Lord Tenebroso para lograrlo, por supuesto lo haría, aunque con ello vinieran consecuencias que hoy, cuando veía a Scorpius a sus 6 años recién cumplidos no podía dejar de arrepentirse.

Un sentimiento de furia llena su interior y tira todas las cosas de su escritorio. No puede tolerar que por sus acciones del pasado juzguen a su hijo, siendo éste inocente, más que inocente.

Nunca le ha dado las gracias a dos integrantes del trío de oro por haberlo salvado, a él y a su madre de Azkabán. Por su padre no se pudo hacer nada, él cavó su propia tumba, pero aún así, no deja de sentir ese fuego en su interior y sus ganas de querer destrozar todo. Todavía recuerda como se sintió cuando supo que Granger y Potter habían movido cielo, mar y tierra para poder apelar a su favor, dejarle sus bienes casi intactos y salvarlo de una celda en Azkabán. Furia pura. No necesitaba que una nacida de muggles y un mestizo lo ayudaran, aún así, su madre les agradeció por los dos.

Tiempos difíciles, si, pero todo empezó a cambiar. Con el tiempo se enamoró de Astoria, pero el brillo que tenía la familia antes de la guerra se había perdido. La boda no había sido tan reconocida, solo los más allegados habían asistido. Nadie quería relacionarse con los que habían tenido algo que ver con los Mortífagos.

No ha podido explicarle a su hijo porque nadie quiere jugar con él, porque nadie viene a sus cumpleaños y porque no quieren salir al mundo mágico. La gente no olvida fácilmente y aunque el trío de oro lo haya salvado no deja de sentir tanta furia contra el mundo mágico. ¡Su hijo no tiene la culpa por sus errores! ¿Y se supone que están construyendo un mundo mejor, sin prejuicios? ¡Que se vayan todos al demonio!

Se sienta molesto en su silla negra de piel de dragón mientras entierra sus dedos en su cabellera. Es en esos momento en que Astoria se hace cargo de Scorpius y lo hace participar en juegos para olvidar lo que ha pasado. Por eso es que no se siente buen padre. Él debería poderle ofrecer un mundo el que no lo rechacen por ser integrante de la noble familia Malfoy, en el que esté seguro y crezca feliz, lejos de Lords Tenebrosos, Mortífagos o de gente que cada vez que lo vean le llamen hijo de un asqueroso Mortífago. Y le duele, pero después es cuando ese sentimiento tan destructor se apodera de él, el mismo sentimiento que sentía hacia Potter hace tiempo. Quiere destruir todo, quiere que la gente le pida perdón a su hijo y a su esposa, porque no soporta como la gente los trata a ellos, pero sabe que se debe tranquilizar para que su hijo no lo vea con esas emociones tan destructivas, porque lo que más quiere es cambiar, no ser como su padre y enseñarle a Scorpius cosas que a él le faltaron de niño.

Respira profundamente para sacar todo su coraje poco a poco. Nada puede hacer para protegerlo siempre, sabe que habrán cosas que dañen lo que más quiere y se aprovecharán sabiendo el pasado. Baja la mano para destapar la marca que tiene en su brazo izquierdo. Las primeras veces intentó quitársela para dejar de recordar lo que había sido, pero jamás se iría, estaría presente siempre, y era cuando más sentía ese sentimiento que lo llenaba de fuego, por esas ideas estúpidas su hijo estaba pagando las consecuencias. Por esas ideas estúpidas a veces su hijo venía corriendo hacia él llorando, y cuando veía esas lágrimas naciendo de sus ojitos grises era que ese dragón renacía con más fuerza.

-Scorpius te necesita también en estos momentos-

La voz dulce de su esposa lo hizo despertar de su trance. La observó todavía con ese sentimiento maldito. Ella solo hizo una mueca en respuesta.

-No lo puedes proteger siempre. La gente es muy cruel y sus hijos lo serán aún más. Debes dejar que Scorpius sepa para poder defenderse. Toda la gente comete errores Draco-

-Dudo que la gente vaya por ahí pidiendo la marca tenebrosa- declara enojado y con sarcasmo.

-Tuviste tus razones para hacerlo, sabes que yo no te culpo por lo que pasó. La gente no vale mucho por sus palabras, vale por lo que pueda decir con el corazón en la mano y a Scorpius lo hemos sabido educar bien-

-Eso no es suficiente razón para el mundo mágico. ¡Es tan solo un niño!-

-Pero es un niño feliz Draco. ¿No lo ves? Él único que se muere de furia por dentro eres tú, no podrá entender las cosas a esta edad, pero sabe muy bien que su padre es un buen hombre. Un buen hombre que le demuestra su cariño, que le demuestra que es su mundo. Un buen hombre que ha sabido buscar la forma de hacernos feliz, de vivir como una verdadera familia, y eso cariño, es suficiente para él. No creo que le importe jugar con los demás niños si éstos tratan mal a su padre, porque él te preferirá a ti-

Él solo asiente, sabiendo que tiene la derrota y sintiendo como esa mujer de ojos verdes le va quitando todo ese odio que lleva encima cuando culpan a su hijo de sus errores cometidos.


De acuerdo con word la viñeta logra tener 994 palabras, muy cerca de límite.