Natsu no me pertenece, para mi mala suerte, FT es completa propiedad de Hiro, yo solamente juego con ese sexy pelirrosa y sus amigos.

Lucy– pensamientos o recuerdos

Vacaciones

Capitulo 1: Nada como casa

—¡Mama!— el chillido de unos de sus hijos casi la hace saltar del susto, haciendo así que el cuchillo el cual tenía en manos se le callera. —¡Igneel me está molestando!— aquella personita corrió hacia su madre y se aferró a unos de sus pies.

—¡No es cierto!— otra cantarina e infantil voz la hizo suspirar. Desde que estaban de vacaciones era lo mismo todas las mañanas.

—Ya, ya— se inclinó hasta el niño que tenía aferrado a su pierna y lo tomó en brazos. —No puedes molestar a tu hermano, Igneel— le regañó al otro niño, sin embargo, al tener al otro pequeño en brazos, no vio como éste sonreía y le sacaba la lengua a su hermano, ocasionando el enojo en éste y que una llama cubriese unos de sus puños. —No magia en la cocina— le regañó al ver la intención del niño.

—Pero mamá, Jude se está riendo y me saca la lengua— dijo en un puchero, inflando las mejillas y haciendo un lindo mohín con los labios.

—¡No es cierto!— se aferró a su madre, hundiendo su rostro entre sus pechos.

—¿Qué sucede aquí?— una ronca voz llamó la atención de los presentes. Otro problema para Lucy. Natsu estaba mucho más guapo casi seis años después de la pelea contra los dragones: Estaba más alto, tenía más músculos, no tanto como Elfman, y quizás tampoco como Laxus, pero no era ni la sombra del Natsu del pasado, sus cabellos seguían iguales, rosas, brillantes y rebeldes, quizás luego de aquella pelea se puso algo más serio, posesivo y hasta más descarado, pero siempre que sonreía seguía transmitiéndole aquella seguridad y confianza, su corazón aún latía locamente cuando lo tenía cerca.

—¡Papá!— fue el grito de Igneel que le hizo sacudir la cabeza. Vio el encuentro entre padre e hijo. Natsu se ponía de cuchillas y tomaba al pequeño en brazos, alzándolo y tirándolo al aire para luego apararlo en sus fuertes brazos. Jude se movió entre sus brazos, pidiendo que lo soltase y así lo hizo, vio como el otro pequeño corrió a los brazos de su padre. Sus tres pelirrosas. Si no fuese aquel mechón rubio que tenían los gemelos tras la nuca, nadie pensaría que eran sus hijos, pues ambos niños eran retrato de su padre.

—¿Se han portado bien con mamá?— les preguntó con una sonrisa. Los niños se miraron entre sí, primero con cara de miedo y luego sonriendo.

—¡Sí, somos buenos!— gritaron al unísono, sonriendo.

—Claro, es por eso que dejaron el mercado de Magnolia en ruinas hacen dos días— los niños tenían el mismo carácter explosivo que su padre, donde iban, destruían, y era que apenas con cuatro años aún no sabían controlar su magia.

—Eso suena genial— dijo despeinando a ambos niños.

—No es genial, Natsu, el maestro tuvo que pagar el desastre y creo que tendrás que pagarle— automáticamente cuando dijo aquello, vio como sus hijos saltaban de los brazos del pelirrosa y corrían fuera del alcance de su padre. Sí, cuatro años después y Natsu Dragneel sentía lo que sentía Makarov cuando el mejor equipo de Fairy Tail destruía todo en sus misiones.

—¡Tsk!— chasqueó la lengua, lo que menos quería escuchar era lo que sus hijos habían destruido en su ausencia, se iba por una semana de misión y ya tenía que estar pensando en los desastres de los gemelos.

—Pensaba que llegabas el domingo— tomó el cuchillo al inclinarse y volvió a terminar de preparar los emparedados. Se tenía que reunir con las chicas en el gremio, se irían al hotel Akane por una semana.

—¿Estás enojada?— se acercó cuidadosamente, sabía lo peligroso que era una mujer con un cuchillo en manos y más si esta mujer era Lucy.

—No lo intentes, Dragneel— aquello fue como un gruñido de advertencia, haciendo tragar al hombre.

—Luce…— se le acercó hasta quedar a su espalda, inclinó la cabeza en su hombro donde apoyó su mandíbula y dejó que su caliente y sofocante aliento acariciara la blanca piel.

—Te atreviste a irte de misión sin mi…— le reclamó, estaba realmente enojada. Una semana atrás se descubrió despertando sola en la gran cama que compartía con el chico y ni siquiera una carta le hubo dejado, se enteró todo por sus compañeros en el gremio.

—Me enciendes cuanto te enojas, Luce— dijo con voz melosa, llevando sus manos hasta los grandes atributos de la chica.

—¡¿Pero qué haces?!— gritó alarmada, sonrojada, Natsu sabía como desviarse de temas importante. El chico desde aquella vez que había salido volando desnuda por culpa de Zilconis, y terminado interrumpiendo su concentrada pelea con el Rogue del futuro, había tenido un fetichismo con sus pechos.

—Te toco— dijo sin importancia, masajeando los grandes pechos de la rubia. —Te extrañé, no sabes el frío que pasé sin ti— mintió con descaro, hundiendo su boca en la sexy curva del cuello femenino y mordiendo.

—Nunca tienes frío, Natsu— se mordió el labio inferior, pues las caricias sobre sus pechos estaban teniendo el efecto que el pelirrosa buscaba.

—Nunca miento, Luce— su voz tan gruesa, fuerte, ocasionó que el bajo vientre de la chica se exaltara y el interior de sus piernas se volviera líquido.

—Ahora lo estás haciendo— apenas dijo aquello y él la hiso girar sobre sus talones, obligándola a dejar el cuchillo nuevamente. —Los niños…— pero no terminó, la boca de Natsu cubrió la suya, demandante, caliente, deliciosa. No sabía como besaban otros hombres, pero Natsu besaba como los dioses, delicioso, su aliento sofocante, único.

—No tendré tiempo de llevarte a la cama— le dijo entre besos, tomándola de la cintura y dejándola sobre el buró donde hacía la comida.

—Natsu— el gemido fue inevitable, el chico hundía su lengua entre sus labios, besándola golosamente mientras sus manos recorrían de arriba abajo sus curvas. —Los niños…— intentó detenerlo, que entrara en razón, no quería que sus hijos presenciaran algo tan íntimo como aquello, se moriría de la vergüenza.

Ignorando las peticiones de la rubia, la boca del chico se deslizó de sus labios, cuellos hasta sus pechos y desgarrando el frente de la camiseta de la chica, empezó una única y excitante atención sobre aquellas dulces curvas.

—¿Te estás cuidando?— le preguntó con voz ronca, separándose de sus pechos y observando el sonrojado rostro de la rubia.

—Sabes que anulas el efecto— le reclamó antes de rodearlo con los brazos del cuello, acercándolo a ella y uniendo sus labios.

—Entonces pidamos que no te embarace— dijo justo antes de hundirse dentro del caliente centro de la rubia.

—Natsu…

—No, Luce, necesito escucharte— dijo demandante, penetrando fuertemente en el cuerpo de la chica, empezando un rápido y torturoso vaivén. Sintió como las uñas de Lucy se enterraban en su ancha espalda, sus dulces labios separados, su rostro contraído y su interior caliente.

La cocina fue inundada de los gemidos y jadeos de ambos amantes, reencontrándose nuevamente, y era que estar sin ella aquella semana había sido de perros, desde que estaba con Lucy, siempre la tenía cerca, luego de lo de los dragones, aquel sentimiento posesivo explotó, tenía que tenerla cerca, ver que estaba bien, que no estaba en peligro, que estaba sana y salva. Aquella había sido la primera misión que hubo ido sin ella, claro, el tiempo que tuvo embarazada y el que guardó reposo no contaban, pues era algo obligatorio, no lo pudo acompañar en aquellas misiones.

—¡Natsu!— gritó ella cuando minutos más tarde del caliente encuentro, notó que la cocina estaba envuelta en llamas. —¡Se quemará todo!— siguió gritando, haciendo que el pelirrosa rodara los ojos, Lucy seguía siendo la misma.

—Ya, ya— se quejó mientras volvía a dejar los pantalones en su sitió y las llamas desaparecían lentamente. —¿No quieres que Igneel y Jude nos vean, no?— le dijo mientras se alejaba e iba al refrigerador, tenía sed.

—No me acostumbro a eso— le dijo, intentando arreglarse la camiseta, pero no tenía arreglo, el pelirrosa había desgarrado la parte delantera, ahora tenía que cambiarse. —¿Qué te sucedió?— se acercó rápidamente al chico cuando éste le dio la espalda y vió un profundo rasguño en esta, parecía sanando.

—Tu ve que salvarle el pellejo a Gray cuando esas sirenas lo secuestraron— gruñó al decir aquello, no podía creer aún que Gray había caído en el juego de esas cosas, se supone que el pendejo tenía a Juvia, mujeres bonitas, cuerpos de infarto y con pocas ropas no tenían que cantar y ocasionarle una erección a un hombre casado. —Todos pasaron un momento difícil cuando aparecieron esas— estaba por tomar un poco de agua directamente de la botella cuando el rostro de desagrado de Lucy se hizo presente.

—¿Tu no caíste?— se cruzó de brazos luego de pasarle un vaso. Cuando se enteró de la misión en la cual su Natsu participaría, no pudo evitar ponerse celosa, estaría en un campo peligroso, mujeres hermosas y con el poder de hacer que cualquier hombre callera a sus pies.

—Claro que no, solamente tenía que recordar lo enojada que te pondrías y me hacía sudar frío— y dicho aquello, un fuerte grito inundó la residencia Dragneel.

…000…

—¿Natsu, qué te sucedió?— preguntó una preocupada Mira cuando el chico se sentó en la barra, tenía una mejilla sonrojada, como si acabara de recibir un fuerte golpe.

—Pudiste con las sirenas pero no con una coneja enojada, no?— la risa burlona de Gajeel lo hizo gruñir.

—Cállate…

—¿Qué?— chilló la rubia al mirar todo a su alrededor, claro, por eso había notado todo extraño desde que hubo entrado al gremio, pues habían muchas maletas. —Llevar a todo Fairy Tail al Hotel Akane será una trampa mortal— volvía a decir.

—Tranquila, Lucy, el maestro ya lo decidió— le dijo Erza quien tenía una niña peliazul sentada en su falda con la cabeza sobre sus pechos, la pequeña estaba dormida.

—Yo quería unas vacaciones tranquilas— se sentó, resignada, sabía que aquello era imposible al ser magos de Fairy Tail, pero con soñar no perdía nada.

—¡Devuelvan eso!— la voz del maestro hizo que todos miraran hacia el anciano quien venía corriendo tras los dos gemelos Dragneel. —A mi edad no puedo correr— se quejó el hombre cuando vio como ambos niños se escabullían entre las piernas de su padre, llamando la atención de su progenitor.

—¿Qué hacen?— preguntó Natsu con una ceja arqueada cuando vio los sonrientes rostros de sus hijos.

—Revista— dijeron al unísono cuando Igneel le entregó la revista a su padre.

—¿Qué tiene de interesante esa revista?— preguntó Gajeel pero al ver la mueca sombría que adornó el rostro del pelirrosa, lo entendió. Los gemelos Dragneel habían tomado una revista para adulto del maestro.

—¡Abuelo!— una aura rojiza cubrió al chico, él, padre de esos dos pequeños traviesos, siempre cuidó no hacerle nada a Lucy delante de sus hijos y ahora era testigo de cómo las infantiles mentes de sus hijos eran corrompidas.

Un niño de cabellos negros se inclinó cuando el pelirrosa tiró la revista y empezó a perseguir al maestro. Tenía unos lentes, se veía mayor que ambos gemelos, como de unos cinco o seis años.

—Papá, es la misma que tienes— Gajeel casi escupe su bebida al escuchar lo que el pequeño acababa de decir.

—¡Mocoso!— corrió tras su hijo, pero éste rápidamente se fue hacia su madre.

—G-A-J-E-E-L— llamó una enojada McGarden.

—Son buenas para las misiones enana— dijo simplemente.

—Tu papá es un descarado— decía una pequeña niña de cabellos dorados, tenía dos colitas.

—¡No hables de mi papi, cara manchada!— chilló una niña de cabellos negros.

—También eres como tu padre, una busca problemas— nuevamente dijo la niña de cabellos rubios.

—Lena, no molestes a Gady— se escuchó el regaño de una mujer de cabellos castaños, Cana.

—Las peleas de chicas son aburridas— dijo otro niño. —Son mejores la de chicos— corrió hacia los gemelos Dragneel quien en aquellos estaban sentados sobre la barra. —¡Jude, Igneel, peleemos!— gritó el niño llamando la atención de los gemelos.

—Ni siquiera pueden controlar su magia, deberías pelear con alguien que si pueda— dijo un niño peliazul.

—¡Cállate, ojos viscos!— le giró el niño.

—Si tanto quieres pelear yo voy a patearte— le dijo sonriente el peliazul.

—Gin no sabe cuándo rendirse— se burló un niño rubio, tenía un mechón café entre su rubios cabellos.

—¡Callados todos!— gritó el maestro. —Todos quienes irán al hotel Akana, nos encontraremos allá.

Continuará


Lo sé, voy tarde para esto, pero aquí os traigo mi aporte en celebración del NaLu, estaba pensando hacer un one shot, pero nunca he hecho uno y no creo ser buena para uno, así que quizás contenga más de un capitulo. Lamento no haber actualizado Dormitorios para Chicos, más cuando suba el capítulo daré razón por la tardanza. Espero que disfruten la historia. La historia contendrá spoiler.

Y no, no será la típica historia de los hijos de los personajes que nos gustan. Solamente NaLu, las otras parejas solamente serán mencionadas, nada más.