_* 1 *_
El doctor Fujiyama, uno de los científicos más reconocidos en todo el planeta nunca imagino que su tranquilidad pudiera esfumarse así de pronto…
El sonido del cristal al quebrarse rompió la armonía del silencio esa mañana mientras las risitas infantiles del pequeño se hacían presentes.
Alud. Ese había sido el nombre que Nightbird le había hecho entender al doctor Fujiyama que sería el nombre de su pequeño. El científico humano aun seguía sin entender cómo era que su ninja robótica hubiera podido desarrollar esa habilidad extraterrestre para tener un pequeño mecha.
El pequeño le agradaba sobremanera al doctor Fujiiyama, el japonés le había regalado dos robots con inteligencia artificial para que el pequeño Alud jugara. Aunque tenía que admitir que en sus planes no estaba la destrucción de su casa cada que Alud se divertía con Assimo y con Marhu.
Nightbird estaba sentada bajo el árbol de cerezos del jardín del doctor Fujiyama. A ella no le importaba un vidrio roto.
El doctor Fujiyama salió de su laboratorio donde todos los días desde altas horas de la mañana se encerraba a trabajar.
-Gomenasai Fuijyama san
El pequeño Alud estaba arrodillado intentando levantar todos los vidrios rotos, a su lado Assimo y Marhu ayudaban lo mejor que podían.
El doctor se sonrió, el pequeño de Nightbird parecía un cachorro de felino, la forma de su cabeza recordaba las orejas de un gatito, si Alud se hubiera puesto a ronronear en ese momento o tuviera cola el doctor lo hubiera tomado como la cosa más natural del mundo.
¿Qué pasó Alud kun?- preguntó el doctor- ¿Qué le pasó al vidrio?
Se rompió- dijo el pequeño con una vocecita tiernísima- La pelota…
Fujiyama se volteó hacia donde el pequeño indicaba. ¿Pelota? ¡Eso era diez veces el tamaño de una pelota!
¿De dónde la sacaste Alud?- preguntó el doctor
De allá- señaló el pequeñito.
El doctor negó con la cabeza.
Alud no quiero que vayas hacia allá…- Alud lo miraba sin entender- allá –explicó- están construyendo edificios y es peligroso para ti…
¿Mi?- preguntó Alud dejando finalmente los vidrios en paz.
¿Cómo explicarle al pequeño? Aunque había colonos cybertronianos por todo el planeta, aun había sectores de la población que se sentían intimidados por el tamaño de los mechas ¿cómo reaccionarían con un pequeño?
No, el doctor no deseaba ver que hicieran a Alud la mascota de alguno de ellos o aun peor que lo tuvieran como esclavo o encerrado en una jaula como un animal salvaje y peligroso.
Solo… no vayas hacia allá… ¿Entendido?- el doctor palmeó la cabeza del pequeño.
-¡Hai!
…
Sin entender por qué a Alud le encantaba ir a jugar donde estaban todas las máquinas y trascabos para construir, extrañamente era como estar en casa; pero, como el doctor Fujiyama san había dicho que estaba prohibido era mejor buscar otro lugar donde jugar.
Las dos inteligencias artificiales le acompañaban en todo momento. Alud salió de la casa para ir al jardín, no tardo mucho en divisar a su creadora sentada bajo el cerezo.
¿Okaasan?- llamó Alud.
Cualquier otro hubiera pensado que Nightbird no había escuchado o no había deseado hacer caso a la vocecita del pequeño robot; pero, Alud sabía interpretar las reacciones, los movimientos o los no movimientos de su creadora, las palabras no eran necesarias entre ellos.
Okaasan- repitió el pequeño- ¿qué haces?
Nightbird continuó sentada en posición de loto.
Alud se sentó junto a ella tratando de imitar su forma de estar sentada. Nightbird encendió levemente los ópticos para ver a Alud peleando por acomodar sus piernas, por un breve instante pareció sonreír bajo la careta metálica. Finalmente Alud quedó sentado en la forma en que su creadora lo hacía, bueno al menos lo había intentado.
- ¿Okaasan dónde está mi Otosan?
La pregunta del pequeño hizo que Nightbird se levantara al momento dejando solo al pequeño. Alud bajó la mirada al mullido pasto sobre el que estaba. Siempre pasaba lo mismo cuando preguntaba sobre su creador, sobre su padre…
…
El doctor Fujiyama tenía que salir esa tarde, tenía que revisar varias cosas en la Universidad y esperaba no tardar demasiado aunque era muy probable que estuviera de regreso al día siguiente.
Nightbird había desaparecido desde que Alud preguntara sobre su creador así que el pequeño terminaría quedándose solo en la enorme mansión junto con Assimo y Marhu.
Ambas inteligencias artificiales eran la niñera perfecta para él pero esa vez y por primera vez no quiso quedarse solo.
¿Fujiyama san?- llamó desde la entrada donde el doctor estaba a punto de entrar en el auto que le llevaría a la Universidad- ¿puedo ir con usted?
Alud kun, no creo que sea buena idea- dijo el científico preguntándose qué dirían al verlo llegar con el pequeño cybertroniano el resto de sus colegas- tal vez en otra ocasión- y rápidamente agregó solo ver la cara de pena de Alud- no le hemos preguntado a tu creadora.
Hai- contestó el pequeño entrando de nuevo a la residencia.
…
Alud observó desde el enorme ventanal el auto alejarse mientras los pájaros cantaban desde los árboles que adornaban la entrada.
La casa era tan grande que Alud aun se perdía en las habitaciones, además ya era tarde para ir a dar de comer a los patos del estanque, a escuchar a los mismos pájaros cantar a sus pequeños en sus nidos. El robotcito adoraba ir a ver a los polluelos, algunas veces solo tenía que ponerse de puntillas para descubrirlos y si se atrevía con mucho cuidado tocaba sus diminutas cabecitas con la yema de su metálico dedo; pero, ahora ya era tarde y seguramente los pajarillos estarían dormidos bajo las alas de sus amorosos padres.
Padres, era un término que los humanos utilizaban para llamar a sus hijos, sus creaciones. Alud lo sabía porque… bueno, él lo sabía; además la televisión y el doctor Fujiyama ayudaban mucho en las dudas que el pequeño tuviera. Alud hubiera dado todo lo que tenía (incluidas dos tarjetas de "monstruos de combate" –pequeñas y diminutas pero que eran de él al haberlas encontrado en los jardines llevadas por el viento-) por tener una familia como las que se mostraban en la televisión.
¿Dónde estará mi Otosan?- se volvió a preguntar, de pronto dio un saltito- ¡Ya sé, debe estar trabajando! ¡Sí! ¡Voy a buscarlo! ¡Todos los Otosan trabajan, eso dice la televisión!
Y sin medir el peligro, sin saber que no todas las personas son buenas o que no todas son malas el pequeño Alud creación de Nightbird y protegido del doctor Fujiyama salió por la puerta principal, saludó al guardia de la entrada con la mano al pasar –aunque no sirvió de nada ya que el guardia estaba completamente dormido- cruzó la reja metálica y se encaminó por la acera derecha de la amplia calle humana sin importarle el haber dejado a Assimo y Marhu buscando un "Chikamikú" (él inventó la palabra) por todas partes para darle tiempo de salir sin ser acompañado.
La la la, voy a ver a mi Otosan, la la la- tarareaba dando brinquitos por la calle- la la la, voy a ver a mi Otosan, la la la, él estará feliz de verme la la la, voy a ver a mi Otosan…
Continuara…
